Lo NATURAL versus
lo normal
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Confusión-Claridad, incompletitud del conocimiento.
Este trabajo (que fue iniciado
de forma constante en Octubre del 2008), será
resultado cuando se encuentre concluido, (se dio
por terminado en Diciembre del 2009), de una continua
improvisación. Se está
materializando a medida que las cuestiones van surgiendo
en el flujo del sentir y del pensar
reunidos en el flujo del vivir, sin previo
orden estipulado en su consecución, (ver
nota A). La corrección léxico-expresiva
sólo se está utilizado en los textos
para favorecer su legibilidad y conseguir su máxima
facilidad de entendimiento para el lector. Incluso
así, la onda confusión-claridad
es fácil que se ponga de manifiesto, y parece
natural que ocurra de esta manera sobre todo cuando
"no damos marcha atrás",
cosa que ineludiblemente estamos forzados a aceptar:
la dirección del tiempo es unidireccional
e irreversible. Así, ciertos apuntes
surgirán "bordados", cuando otros
no arrancarán de parecer un borrador. Si a
esto le añadimos el hecho de la "incompletitud
del conocimiento", del lenguaje y sus
"expresiones", parece
obvio que por mucho que lo "puliéramos",
buscando y rebuscando nuevos órdenes que se
ajustaran en mayor medida a la cosa a la que los textos
se refieren y procuran apuntar, aun así siempre
sería algo incompleto. Lo total
únicamente puede percibirse,
jamás pensarse.
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Nota A. Capítulos preestablecidos:
Portada. Introducción. Lenguaje. Memoria.
La Persona. la Política. Dios. El Cúmulo
Psíquico. El Espejismo. La Educación.
La Conciencia. La Fuente. |
Pensamiento-polaridad,
ser humano-unisonidad.
Comunicarnos acerca de algo
común a todos los humanos,
"eso
que nos hace iguales", se convierte
en una dificultad cuando sólo lo hacemos desde
el lenguaje, desde la palabra, que es mero pensamiento
y precisamente es lo que nos divide, pues
las ideas
siempre son polares. Esta
unisonidad del
ser humano a la que aquí apuntamos,
su sentir, que es la única forma de percibirla,
sintiéndola, va más
allá de cualquier conocimiento y se precisa
de gran sensibilidad y depuración para comprenderla.
El que escribe, sin presumir en absoluto de fluir
en esa
necesaria y
extraordinaria
sensibilidad al
acto creacional que es
el
ahora vivo, se ha dejado llevar por el hilo
del cuestionamiento acerca del ser humano que todos
los seres humanos requerimos llevar a cabo, precisamente
por estar desconectados de
él,
del flujo creacional. En este camino sin rumbo fijo
han ido apareciendo seres humanos que con sus percepciones
de la vida y su manera de exponerlas, unos ahondando
más en ello que otros, quizá alguno
en controversia, pero en general creemos han contribuido,
tal vez
En la niñez
y adolescencia se "inocula" el
"cúmulo psíquico".
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y así aquí nos lo parece, a que lo que
se pretende transmitir tome mayor claridad para todos,
pues de forma más o menos directa, incluso
indirectamente, ellos apuntan a los temas que aquí
se tratan, aunque es indiscutible que sólo
el interés del lector por estas
cuestiones
fundamentales será lo que proporcionará
la captación "final", mejor dicho
"
principal", que con estos
apuntes se pretende.
El ser humano somos UNO.
Decir que la libertad que el
que escribe se ha tomado para "inmiscuirlos"
a ellos sin haber accedido a su anterior consentimiento,
ha surgido del afecto que al que escribe le despiertan,
y la cierta vislumbre de que por encontrarse ellos
interesados por el despertar del par mujer-hombre
(aunque deberíamos aclarar concisamente que
entendemos al decir esto: "el despertar"),
se avendrán en aceptar igualmente con afecto
el haber sido aquí incluidos. Esto sirve tanto
para los que ya no se encuentran con nosotros como
para los que aún transcurren en el flujo
vivo. De la misma manera, la libertad que
aquí se toma el que escribe para exponer la
grave patología que padecemos los humanos,
(siendo uno de los "últimos de la clase"),
proviene en primer lugar del convencimiento de que
los humanos no sólo podemos trascender nuestra
ignorancia, sino que la intención
de que existamos es precisamente "hacerlo".
Y en segundo lugar por el "desconocido y misterioso
amor" que despierta el flujo creacional
que la totalidad del universo somos. El ser humano
somos UNO, y la división que ahora experimentamos
proviene exclusivamente de un espejismo
que tomamos como realidad, de ahí, de sostenernos
en una ilusión que damos por verdad, es evidente
que se desprenden todos los males que venimos generando.
Es obvio que una mente clara, con percepción
directa en los hechos, desechando en el propio acto
de percibir las sombras de la ilusión, fluye
en el orden y no en la distorsión como
ahora viene ocurriendo.
Realización propia
e ilusión.
Los seres humanos hablamos continuamente
de cambio, de un nuevo Mundo,
redactamos constituciones y ristras de derechos humanos,
etc. sin embargo los conflictos y las marginaciones
no cesan nunca, al contrario, cualquiera diría
que aumentan. Ahora tenemos el énfasis puesto
en la realización propia, personal,
al margen de lo que verdaderamente es algo conjunto.
Y lo que compartimos, o al menos así creemos
que lo hacemos, son meras fantasías
de ilusión y sueño. Esto se
hace claro cuando uno, cualquiera, se toma el "trabajo"
de bucear en el interior, de prestar atención
al movimiento de la psique, pues entonces encuentra
dolor y pena, desconcierto y miedo, afecciones que
delatan la incomprensión de uno mismo. Esta
investigación y dilucidación que precisamos
todos los humanos, que de hecho es una constante en
el acto de "estar vivo", no es realización
propia, ya que más bien lo podríamos
calificar de "desrealización de la
realización propia", desarticular
los mecanismos que ahora se han establecido en la
psique y que impidiéndola fluir, clara cualidad
del flujo creacional, continuo movimiento, son precisamente
los que la hacen quedarse atrapada en la realización
propia, que es mera ilusión.
Es cierto que para aquel que jamás se haya
adentrado en estas pesquisas esto ha de sonarle de
lo más raro, como otras de las muchas cosas
que aquí van a ser desplegadas, pero un baremo,
un termómetro que indique el "nivel"
de comprensión y lucidez al que uno, cualquiera,
tiene acceso, sólo uno mismo puede tenerlo.
Ningún otro nos puede decir en qué lugar
nos encontramos psicológicamente. En contraposición
a esto, la realización propia
no es más que reconocimiento ajeno, por lo
cual, no naciendo en el interior de uno, se hace patente
que en ilusión se convierte ya
que es una mera copia.
Perspectivas Perceptivas.
Pero es obvio que encarar esto
requiere una
mente altamente
abierta
y libre para poder ver y comprender las cosas
como son verdaderamente y no como las imaginamos o
pensamos. Si el lector se encuentra preso por las
actuales corrientes que básicamente se ciñen
al
pasatiempo y al
pensar lo menos
posible, al
pensamiento placentero,
discurriendo la vida en el borboteo de múltiples
sensaciones pasajeras que lo mantengan a uno entretenido,
ausente, o únicamente se plantea
el cuestionamiento desde dentro de la
cuadrícula
que se ha heredado, la
tradición,
nos parece que carecerá del temple necesario
no sólo para continuar con este texto, sino
también para comprenderlo, y que más
bien todo él, es muy posible, que desde
El "formateo"
de lo que llamamos "persona"
es el medio utilizado para perpetuar el
"ego-céntrico".
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esa actitud de
poco interés por ello,
termine afectando a sus nervios. Desde luego si persiste
en continuar escuchando, ya que es muy fácil
que salga corriendo a la primera, si es que ya no
lo ha hecho. Cosa por cierto radicalmente contraria
aquí, ya que lo que proponemos, es que precisamente
estas
perspectivas perceptivas aquí
sugeridas conducen a la
paz y al
orden,
sin ser a todas luces estas cualidades, como muchos
piensan y sienten, algo aburrido e insípido,
o algo ajustado a un patrón determinado, pues
ellas únicamente pueden acontecer en la
libertad
completa de la mente. Es precisamente y únicamente
a través de ellas que puede advenir la
creatividad
y la
inteligencia.
La premisa del sufrimiento.
Por desgracia son muchos los
que se adhieren al viejo tópico que reza: "corazón
que no ve, corazón que no sufre",
cuando precisamente ahora la vida la tenemos sujeta
a un continuo sufrimiento, aunque
procuremos ocultarlo de mil maneras distintas. Este
ocultamiento que hacemos del sufrimiento,
que nos valemos de una "cabriola mental"
para que nos lo oculte, aun cuando en muchas ocasiones
conseguimos que la ilusión lo parchee, no impide
que el sufrimiento siga ahí operando desde
el fondo, a pesar de que creamos que no existe. Son
muchas las actividades que realizamos, obsérvese
que la mayoría, centradas en el acopio de placer
y experiencia, que en su base el impulso primero
de donde surgen es un intento para no encarar ese
estado de sufrimiento, incluso cuando
nuestras motivaciones nos hacen sentir que su propio
impulso no tiene nada que ver con el sufrimiento.
Al igual que nuestro movimiento interior que nos sirve
como prueba de ello, también podemos observar
las interrelaciones humanas para desvelarlo. En ellas
hay guerra, competencia, explotación y abuso,
desproporción y una falta de armonía
considerables. No en vano, la sociedad es una proyección
de lo que se mueve en el interior del ser humano.
Ahora el sufrimiento está en
la base de nuestra vida, lo que delata nuestra ignorancia,
en primer lugar por padecerlo, y en segundo, y quizá
el más peligroso, por creer que sin comprenderlo
podemos soterrarlo con nuestros deseos e
ilusiones. El hecho de que ahora el ser
humano padecemos pone de relieve la falacia que
creer y sostenerse en esta presunción conlleva.
Adiestramiento de la memoria.
Cualquiera que lo medite un
poco sin ninguna información más que
la de su propia vivencia, seguro que el diagnóstico:
"el espejismo de centricidad",
ya le sugiere enormidad de cuestiones, pues todo ser
humano hemos sido adiestrados al mismo calvario,
aún cuando desde la propia auto-realización
quizá se mantenga olvidado o se piense que
uno por sus logros y status puede vivir sin verse
por él afectado. Pero esto no es más
que la vieja treta falaz que dice: "yo
puedo ser feliz en un mundo que sufre".
Con esto se hace patente que son los que defienden
el espejismo de centricidad como
una realidad, que para sostenerlo deben recurrir al
poder y a la violencia,
fuerzas por las que se hace evidente el impedimento
de acceder a la inteligencia, y que son la
energía motriz primordial que mantiene su impulso
a través de la herencia. El espejismo
de centricidad se inocula en la niñez
y adolescencia a través de programas y comandos,
de un insistente y continuo trabajo y empeño
para que "materialice" en el cerebro. Ahora,
la educación, es la clonación del espejismo
de centricidad de cerebro en cerebro a través
de las generaciones, es el adiestramiento de la psique
a través de la memoria.
Contacto directo con los
hechos.
Aquí somos conscientes
de las
censuras y
menosprecios,
quizás, además de las indiferencias
que proyectarán muchos sobre todo lo que aquí
se expone, y que posiblemente sin más remedio,
tristemente, no podamos evitarlo. Pero por cierto
que no se trata de opiniones ni de pareceres a lo
que aquí apuntamos, sino que de
poner
de relieve hechos reales es lo que estamos
haciendo. No pretendemos convencer a nadie de nada,
pues en la
comprensión a través
de uno mismo, que es lo que aquí abogamos,
El cerebro toma
como realidad el espejismo de centricidad
proyectado por el cúmulo psíquico.
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precisamente requiere de un
contacto con los hechos,
y no con
opiniones y pareceres de otros
o de uno mismo. De los hechos no hay que convencer
a nadie, o se perciben o permanecen ocultos para la
mente.
La sombra etérea
del cerebro.
Esta es la pena, puesto que
si hablamos, como tanto se habla, de igualdad de derechos
e igualdad de acceso a los recursos, parece hacerse
obvio que no hablamos de verdades pues
las desproporciones son fastuosas. Y es aquí
lo que esgrimimos, que todo el conflicto y desorden
humano en el que vivimos, proviene del espejismo
de centricidad, una sombra etérea
en el cerebro que se toma a sí misma como realidad,
que desde tiempos inmemoriales venimos aceptando sin
darnos cuenta, de manera muy inconsciente, de la enfermedad
psíquica que significa.
Lo Natural, lo normal.
Este
profundo sentimiento en el interior de uno de estar
separado, incluso inconexo,
(desde luego si no se lo solapa con toda la ideación
ilusoria que el espejismo de centricidad genera),
proyectándose la sensación de "ser
un centro", proviene del cúmulo
psíquico que inoculamos en el cerebro
desde edades muy tempranas. Este ego-céntrico,
que se supone natural, no lo es en absoluto, pues
su movimiento mecánico en permanente resistencia
por permanecer, es resultado de la norma,
y toda norma es un artificio, un artilugio,
pues la norma no es algo natural.
Obsérvese en este punto, que una de las principales
fuerzas utilizadas para la "inyección"
del programa egocéntrico: la
norma "yo soy", es
realizada a través del miedo: obligación
y culpa. Es un registro psicofisiológico
de extrema intensidad, pues ocurre al tiempo que el
organismo físico se está consolidando
en la vida.
La psique fija.
Es
precisamente descubriendo la inmensa diferencia que
existe entre lo natural y lo normal
en la psique que uno mismo es, que podemos poner de
relieve las causas que proyectan el espejismo
de centricidad al que el cerebro está
imantado. ¿Puede el cerebro, la psique que
en él se cobija, creyéndose ahora fija,
darse cuenta de su propia mecanicidad
impuesta? ¿Es posible liberar la psique de
la mecanicidad en la que se congela
y disolver con ello el espejismo de centricidad
que es su sensación resultante? Es de esta importante y vital cuestión de la que vamos a tratar en estos apuntes con la mayor
dedicación posible.
RICO PAR
(10/12/08 - 5/3/09)
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