El Mirlo
MEMORIA
Artículo 7 de 9
Totalidad, el Eterno Creacional.
Más allá de la dualidad
En nuestra experiencia cotidiana el movimiento lo experimentamos como un cambio de posición de los objetos, o de nosotros mismos. Las cosas se ven sujetas a una transformación, por un lado en relación al espacio que ellas ocupan y en el que están contenidas, pero, por otro, de manera más sutil en sí mismas también se encuentran transformándose. Este continuo cambio al que todas las cosas están sujetas, lo podemos reducir de forma abstracta a lo que podemos denominar la onda formación-culminación-disolución. Y también podríamos reducirlo todavía más diciendo que el ciclo formación-disolución, todo él es un ciclo de culminación de alguna cosa. Esta onda, que de forma más familiar nos referimos a ella como vida-muerte, se expande ocurriendo por el completo universo hasta el infinito en todo tipo de formación, por grande o pequeña que se nos muestre, surgiendo y retornando a la primigenia fuente de donde nace y muere, el ahora eterno. Nada está quieto, aunque en un momento dado nos pueda parecer que hay una quietud total. Obsérvese aquí que si queremos atender a esta fugaz transformación que ocurre en el ahora, nuestra atención debe ser completa, y no debe existir distracción ninguna para poder "atisbarlo". Lo "material" no puede eximirse, en nuestro nivel objetivo, de la polaridad, pero téngase muy en cuenta, incluso lo raro que pudiera sonar esto en principio, que cuando la mente escucha la verdad, no es la "materia-pensamiento" la que escucha, pues la mente no tiene polaridad ninguna, y la "materia-pensamiento" es un proceso dual. Cuando la mente no se encuentra retenida en el tiempo, la polaridad manifiesta en las configuraciones, puede tener algún aspecto práctico, mas de cualquier manera, más allá de esa posible utilidad, es meramente una sombra, la apariencia de algo con muy poca "substancia". Una sombra no existe "por sí misma". Sin embargo, atiéndase a esto, ahora nos creemos unidos básicamente por compartir "sombras", y desde luego aumentando la irrealidad a través de la circuncisión del grupo, que se excluye de la totalidad, quedando atrapados en un proceso dual del que se producen todo tipo de rechazos hacia los que no comparten la "sombra propia", y de una permanente "propaganda" para convencer a los otros que se adhieran al "ensueño" de uno mismo..
RICO PAR (Octubre 20, 2009)
El fluir sin límites
En muchas ocasiones, cuando nuestra intención es ordenar en la mente diversas intuiciones y conocimientos que tenemos de las cosas, no nos toca más remedio que "dejarlas reposar" sin insistir mucho en ellas, ya que de forma "mágica" cuando así lo hacemos, después de cierto "barbecho", surgen como en un flujo imparable las consideraciones que podemos expresar para poner de manifiesto los nuevos órdenes encontrados o descubiertos, pero en esta ocasión a través de la "intuición directa". Nadie sabemos de donde proviene esa profunda fuente que de repente nos brinda la luz de comprender y hasta de "crear", casi como si de un relámpago se tratase. De hecho, aún cuando ahora nos creemos "dueños" de nuestras posibilidades individuales, nuestro acto volitivo tiene muy poca involucración en ello, pues por mucho que uno se empeñe en ser creativo, no es de esa decisión que provendrá la creatividad, sino que ella florece cuando proporcionamos determinadas condiciones de "vacío mental" de las que se produce la creatividad. Entonces "ahí" lo que ocurre es una sintonía en la mente, (que no en mi mente), que aporta el desplegar en un discurso lingüístico, técnico o artístico, la percepción que hayamos tenido en relación a esas nuevos órdenes intuidos y/o comprendidos. Generalmente, como ahora lo venimos haciendo, "aprendemos" para luego, (siento expresarlo de esta manera), "venderles" a los otros en alguna forma lo aprendido. Véase en esto el germen inicial del interés propio del que luego elaboramos diferentes justificaciones que utilizamos para corroborar que el negocio en la vida es ineludible. Cuando es meramente el ego-céntrico, que en su circunscripción se le hace imposible darse cuenta de que podemos acceder a una relación abierta mucho más allá del intercambio y discurrir en un auténtico flujo libre y sin limitaciones compartiendo el descubrimiento, pero de manera más significativa, la vida. Desde luego en esto, cubriendo todas las necesidades primordiales que tenemos, y compartiendo el fascinante desplegamiento de la creación y de nosotros mismos. Aunque esto que decimos para el ego-céntrico es un sueño ficticio. Con estas declaraciones no nos vamos de contexto, únicamente saltamos de una perspectiva a otra en lo que estamos observando, el flujo sin límites de la totalidad, y de cómo una "indefinida mengüidad", el "yo mismo", se separa en una parte que se cree es algo importante, sólido y real. A cada paso se hace obvio, mientras que no veamos que sin trascender el espejismo de centricidad, que es ese encierro en uno mismo que ahora nos domina, la sintonía de la mente no podrá producirse. "Soñar" un auténtico nuevo mundo, no nos conducirá a realizarlo. El "trabajo" consiste en comprender y desmantelar las causas que lo están impidiendo. Es el ego-céntrico que se separa de la totalidad, pretendiendo eximirse del flujo sin límites.
RICO PAR (Octubre 21, 2009)
El Todo, más que las "partes".
Holomovimiento, (movimiento del todo).
Se nos han ido acumulando una serie de cuestiones que nos hubiera complacido desarrollar con más tiempo del que ahora disponemos y de la extensión que estos apuntes consideramos pueden ir cumpliendo ahora que se encuentran más cerca de su cierre, faltando prácticamente tres temas: "Conciencia, Educación y la Fuente". Razón por la que no incidiremos más que como reseña en lo que consideramos puede contribuir sobremanera a despertar el sentido de totalidad que requerimos desde cualquier perspectiva.
Uno de los paradigmas que ha venido a arrojar cierta luz en este sentido es el modelo del universo holográfico, que propone una totalidad que ella misma es mucho más que sus partes. David Bohm (físico) y Karl Pribram (neurólogo), han propuesto teorías en relación al modelo holográfico del Universo que conjuntamente pudieran dar razón de diversas cuestiones que hasta la fecha parecían no tener causas claras por las que se producen:
La teoría, resumida, viene a decir esto: 'nuestros cerebros construyen matemáticamente la realidad «concreta» al interpretar frecuencias de otra dimensión, una esfera de realidad primaria significativa, pautada, que trasciende el espacio y el tiempo. El cerebro es un holograma que interpreta un universo holográfico.'
Procedente del artículo "Nueva perspectiva de la realidad". Visitar Artículo
Todo son ondas de luz, y lo que aporta una sensación de solidez "infranqueable" es la interferencia que entre las ondas se produce. La "intuición" de este modelo, en cierta forma ya lo postuló Leibnitz cuatro siglos atrás, lo que contribuye de alguna manera a poner de manifiesto que esta noción de totalidad que apuntamos, en el campo de la ciencia, ya viene desde cierto tiempo "procurando" ponerse de relieve, desplegarse:
Cuando un paradigma está en proceso de transformación, como es ahora el caso, la ciencia suele revisar conceptos que con anterioridad habían sido descartados. Así, en el siglo XVII, Leibnitz, en su Sistema de Armonía Preestablecida, postulaba que el universo estaba formado por monadas, unidades trascendentales que incorporaban en sí mismas la información del Todo, y que el comportamiento exquisitamente bien ordenado de la luz escondía una estructura ordenada de la realidad. ¿Un orden implícito, como postula actualmente David Bohm? Probablemente. Pero ¿cómo puede ser que estas ideas que tan preclaramente prefiguraban el modelo holográfico del universo y su orden implícito, hayan surgido cientos de años antes de que existieran las técnicas matemáticas para expresarlas y estudiarlas? ¿Acaso se trata de la omnipresencia de la memoria transhistórica de la humanidad, el conocimiento eterno? O quizá es que, como afirmara el mismo Pribram, en el estado holográfico de la materia –en el dominio frecuencia–, no hay tiempo y 4.000 años atrás es mañana. ¿O es que quizá, en el reino cuántico de las vibraciones, el conocimiento llegaría… del futuro?
Procedente del artículo "El cerebro holográfico de Karl Pribram". Visitar Artículo
No nos debe extrañar que los "grandes descubrimientos" del ser humano, en cuanto a poder explicar cómo está funcionando la creación, "discurriendo", se distribuya en un proceso que gradualmente a través de variadas generaciones en el tiempo se va desplegando interactuando diferentes intuiciones y cogniciones y tomando mayor claridad a medida que se destila por variados cerebros en épocas sucesivas. El despertar del niño a adolescente y a adulto, en este caso el despertar de la humanidad, del "ser" humano. La configuración que

"ZONA-0". Obra de Gonzalo Obes, en Web (IN) diferencia
se encuentra en proceso de culminación. Al mismo tiempo tampoco nos ha de extrañar que este impulso creativo esté tendiendo a la "unión" de ciencia y religiosidad (que no religión), y a través de tal unificación manifestar la totalidad. La ciencia y la religiosidad, tomadas como pensamiento, se escinden mutuamente aunque mantengan ciertos "puentes" de encuentro. Pero sentidas como la expresión de un contacto directo con la realidad "completa", o sea, "uno (y) universo", con todos los estadios interrelacionales que hay en ese "compendio" uno-universo indivisible, la ciencia y la religiosidad, decimos, se convierten en un tándem que durante cierto nivel en la exploración contribuyen a revelar la totalidad en el cerebro. Esto ocurre cuando, una vez que el pensamiento científico ha puesto de relieve una vericidad "demostrada", esa comprensión da paso al silencio en el cerebro, entonces es la religiosidad la que toma el relevo en la "reflexión", pues se atiende al completo movimiento en el que se manifiesta cómo la verdad y el silencio transforman al "ser" en el flujo. Pero esto queda amagado, no llegamos a ello, porque no se produce el estado de atención a las "configuraciones mentales", en las que discurre la exploración, quedando el cerebro adherido a ellas sin oportunidad de despertar el silencio. Si volvemos a hacer el recorrido ciencia-religiosidad, reflexionando igualmente acerca de la totalidad, entonces deberemos atender en igual forma al movimiento "emocional", y éste, para nosotros ahora, es el ego-céntrico que sentimos que somos, y aunque pareciera ausente, está implícito en toda la exploración, pues la finalidad de ésta es "comprender", y nunca tranquilizar la incomprensión como procura hacer el ego-céntrico. La exploración ha de llevar a desplegar la unisonidad latente y evidente.
RICO PAR, (Octubre 28, 2009).
• La imagen es un fotograma de la animación "Fractal Zoom Mandelbrot Corber", acompañada con la música "Theme - Jon Brion" . Nos brinda una muy buena sensación acerca de la multidimensionalidad en la que los multiuniversos envolviéndose unos en otros se despliegan hacia el infinito. Si la matemática puede explicarlo y representarlo, ¿no será la realidad esa "abrumadora" infinitud tanto en tamaño inmensurablemente pequeño o grande, como en la desbordante multiplicidad y complejidad incapturable por el cerebro?
En la mente, lo Desconocido es el hogar, y la completa no-certidumbre, la Paz y la Creatividad total. Visitar Vídeo
• Mandelbrot y la Belleza del Caos;
"La geometría tradicional describía rectángulos, círculos, rectas… Todas formas puras y perfectas que no existen en la naturaleza, salvo excepciones, o son fabricadas por el hombre." "En la naturaleza hay numerosas formas con la propiedad de que cada parte es similar al todo". Visitar Entrevista por Max Seitz BBC Mundo.
RICO PAR (Octubre 28, 2009)
De la Ciencia a la Conciencia
De nuevo "¿y tú que sabes?", libro del bioquímico y doctor en medicina quiropráctica Joe Dispenza en el BLOG EXPLAYANDOSE… por una expansión de la conciencia. Aunque también podríamos preguntar ¿y tú, que no sabes?
Nuestro problema esencial es el estado de nuestro cerebro afectado por el espejismo de centricidad, que de forma similar a un virus va tomado control de nuestra conciencia. El conocimiento nos permite llegar a cierto nivel, hasta cuando se manifiesta su limitación, entonces debemos "penetrar", aunque más bien "aflorar", a una nueva exploración más allá de la medida y del tiempo.
En la Web EXPLAYANDOSE encontramos, procurando apuntar precisamente cómo el conocimiento científico se propone contribuir en esclarecer la confusión en la que ahora discurrimos, varios artículos relacionados con la Física Cuántica, una de las relativamente recientes teorías que nos están permitiendo desplegar ciertas nuevas nociones de orden que se hacen realmente muy significativas cuando las relacionamos con el estado de nuestra psique y de nuestro comportamiento social.
La física cuántica confirma que creamos nuestra realidad. Por David Kether. Artículo del cual no hemos podido eximirnos de referenciar ciertos puntos de los que precisamos anotar algunas de las sutilezas perceptivas a través de él surgidas.
Del epígrafe La física moderna dice “tú sí puedes”.
« "… el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma … Joe Dispenza … En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.»
Nota RICO PAR: Entendemos como "lo que el cerebro ve" el contacto directo que él tiene en el ahora con la realidad. Y lo que imagina, aquello que recupera almacenado como recuerdo. Entonces, él cerebro puede sentir ambas cosas, y si no "atiende" las experimentará como provenientes de una misma fuente, cuando realmente son dos procedencias diferentes. Ahora bien, la conciencia, el darse cuenta, es una función que trabaja en un nivel muy superior al meramente mecánico del cerebro, por lo cual, esta conciencia, puede acceder al discernimiento, que es el que le dará noción al cerebro de donde está proviniendo lo sentido, si de la propia realidad o de su imaginación. El primer movimiento del cerebro es la percepción, seguidamente la sensación, y es en este punto que "el circuito" se puede bifurcar; discurrir a través de la nueva sensación sin identificarla, vivenciaremos entonces un sentimiento desconocido, nuevo, o bien, asociar la sensación con alguna palabra o recuerdo, habremos exaltado el incompleto pasado trayéndolo al ahora.
Del epígrafe Mente creadora
«En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: “cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”. Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios.»
Nota RICO PAR: ¡Pero esto no sólo en ciencia y en la experimentación! Cuando miramos tocamos aquello que estamos mirando. ¿No ha comprobado el lector, cómo cuando mira a alguna persona desapercibida de usted, en la calle andando o conduciendo, en el metro, etc. repentinamente se gira directamente apuntando su visión en usted? ¿Qué señal ha emitido la persona observador para que la persona observada percibiera que era motivo de observación? En el mundo animal ocurre otro tanto. No podemos aquí dejar de recordar aquello a lo que Krishnamurti insistió tanto: «el observador es lo observado».
Del epígrafe El valioso vacío atómico
«En palabras de William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia en la universidad de Stanford, “la materia no es estática y predecible. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el resto es vacío”.»
Nota RICO PAR: El estado de flujo creacional, la inteligencia aprendiendo discurre en un movimiento conmutativo a velocidad "superinfinita" de lo configurado a lo nuevo, y de lo nuevo a lo configurado afectado… "hasta el infinito".
Del epígrafe La búsqueda científica del alma
«Fred Alan Wolf, doctor en física por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica así en “¿Y tú qué sabes?” … “Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro, nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa sensación de ser el observador”. En palabras de este científico, las puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par: “Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es el observador”.»
Nota RICO PAR: De nuevo insistir en lo que señalaba Krishnamurti: «el observador es lo observado». Todavía más, pues en el nivel de la psique, ahora, el observador es el "centro", una mera recopilación de impactos emocionales retenidos, disociados del ahora. Sin embargo es ese cúmulo psíquico el que observa el ahora. Esto en cuanto a lo psicológico, pero … ¿por qué debería ser diferente en cuanto a lo científico? El observador psicológico es una sombra proyectada por el cerebro, el observador científico, ciñéndose a la factualidad de la ciencia, tiende, una vez ha comprendido, al vacío de la mente, donde comienza a manifestarse la observación sin el observador ni lo observado. Pero lo que verdaderamente manifiesta el estado latente de ese estado de observación de todo lo existente tanto implícito como explícito sin centro alguno, es la "religiosidad de la mente", que es la observación-sensación sin palabra ni medida. Sólo la observación existe, el observador y lo observado son creados en el cerebro. El alma, como entidad que perdura, es una proyección del ego-céntrico.
Del epígrafe Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento
« … Según Joe Dispenza “si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”. Así pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la consciencia.»
Nota RICO PAR: Ciertamente. Darse cuenta de la reacción y "suspenderla" observándola para comprenderla, evitando con esta acción que su impulso domine el comportamiento, es el principio que desmantela las conexiones cerebrales que procuran tomar el control de manera mecánica. Denotemos que nos volvemos a encontrar con la posible diferenciación que podemos hacer de conciencia y consciencia, a la que deberemos confrontar en estos apuntes.
Notas Octubre 28, 2009.

De la Conciencia a la Totalidad
Desde muy antiguo nos hemos dejado llevar casi exclusivamente por como el pensamiento, con su paralelo sentimiento, nos ha mostrado el
El Universo como Holograma Multidimensional y su Conexión con la Mente, por
Raúl Corral Quintero
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mundo y la realidad. Si bien en relación a las cuestiones prácticas hacer esto ha demostrado que tiene su utilidad, no ocurre lo mismo cuando prestamos atención a nuestro movimiento psicológico y la relación social, así como cuando procuramos una comprensión profunda de la existencia, ya que las abstracciones que el pensamiento proyecta, se encuentran en un orden "inferior" que tiende a reticular la realidad a través de la polaridad. Reconociendo lo práctica que la ineludible polaridad es en ciertos aspectos "físicos", hemos de ver que no la podemos aplicar a determinadas cuestiones más profundas, como las referentes a la psique llamada "individual" tanto como a la denominada colectiva o social.
Tal vez el aspecto más enigmático de la teoría de Bohm es la forma en que puede aplicarse a nuestra comprensión de la mente humana. Según él ve la cuestión, si cada partícula de la materia se interconecta con todas las demás, el cerebro mismo puede ser visto como infinitamente interconectado con el resto del universo. Bohm cree que semejantes interconexiones, ante cuya concepción misma la mente vacila, podrán incluso proyectar luz sobre el fenómeno de la conciencia.
El continuo de "interconexión" existente entre la diversidad infinita que apreciamos en el universo completo, se hace evidente por sí sola únicamente prestando atención desde el "vació", pero se hace lógico que la ciencia procure corroborar este hecho de forma empírica, o sea constatándola a través de la experimentación sostenida en el conocimiento factual. Mas debemos conocer muy bien el horizonte en el que el empirismo deja de tener valor, y la "constatación" entonces, proviene exclusivamente del discernimiento que se haya despertado. De lo contrario, no sólo nos quedaremos en un estadio anterior a nuestras deliberaciones, sino que además, el difuso campo de la polaridad se convertirá en un elemento de confusión que no nos dejará avanzar a nuevas y más extensas así como profundas intuiciones cognitivas.
Según lo entiende Bohm, esa falta de límites entre lo que está vivo y lo que no lo está subraya de nuevo la inoperancia de un enfoque estrictamente mecanicista del universo.
Obsérvese atentamente: la perspectiva perceptiva polar siempre nos conduce a "separar" en dos algo que únicamente es uno. Hombre-mujer, niño-adulto, interior-exterior, "yo y los otros", etcétera. Y si bien en ciertos aspectos prácticos puede ser útil esa división, cuando apuntamos a un nivel más amplio de nuestra vivencia se hacen del todo irrelevantes, pues en la vivencia debe manifestarse la cualidad de la interrelacionalidad en la totalidad, que es de hecho lo que nos sustenta y conforma. La unisonidad indivisible.
Según lo ve Bohm, si el universo es no local en un nivel subcuántico, esto significa que la realidad es, en última instancia, un tejido sin costura y que sólo nuestros propios modos de pensar nos llevan a dividirla en categorías arbitrarias como "mente" y "cuerpo", lo cual nos conduce también a estimar que la vida está fundamentalmente separada de la no vida. Para Bohm no hay dualidad porque ambas categorías son secundarias y derivadas, y están incluidas en un fundamento común superior.
Todo tipo de reflexión acerca del "sentido" o "significación" de la existencia, de la creación, que en realidad es la necesidad que subyace en todo nuestro "elucubrar" filosófico y científico, nos ha de llevar a "sintonizar" cada vez a través de un potencial mayor, con ese «fundamento común superior» que se irá haciendo menos divisible a medida que a él nos vayamos abriendo.
Esta ausencia de separación entre mente y cuerpo, afirma Bohm, puede conducir a nuevas evaluaciones de nosotros mismos y nuestro rol en el universo, por ejemplo, si el universo es holográfico y cada cerebro humano "penetra" en otro cerebro humano (y ciertamente en toda otra partícula del universo), en algún nivel que está más allá de la experiencia subjetiva común, la raza humana bien podría consistir en un solo organismo.
La biosfera no podemos reticularla, incluso cuando en ella podamos revelar diferentes ecosistemas que manifiestan cierta autonomía independiente de los otros. La meteorología, por ejemplo, es una de las ciencias que dan noción de esta indivisibilidad de la biosfera. La "unisonidad" se pone de manifiesto desde muy diferentes contextos, allá donde "apuntemos" la atención. Así, ¿por qué debería ser diferente con la raza humana? Somos la humanidad, y hay un "hilo conductor" que nos tiene unidos, somos una totalidad. Lo que se hace evidente por sí solo, es el hecho de que esta "unicidad" nunca la hemos puesto de manifiesto. Por un lado en principio por no darnos cuenta de ella, pero por otro más adelante, por ignorarla negligentemente, solapándola con algo que nos hace sentir separados. El espejismo del ego-céntrico, que es el que "crea" una humanidad dividida. Mientras esa "alucinación" se encuentre operando, ¿qué posibilidad hay de atender al único organismo que la humanidad somos?
Fragmentos en cursiva azul escindidos del artículo
por Raúl Corral Quintero. En la Web infoamerica.org.
RICO PAR (Octubre 30, 2009)

La Totalidad y el Orden Implicado
David Bohm y el paradigma de la totalidad fluyente
La Totalidad y el Orden Implicado
Dabid Bohm.
Como se hace evidente utilizamos aquí el título de la obra de David Bohm que publicó en 1980 bajo el título original de "WHOLENESS AN THE IMPLICATE ORDER". Son muchos los aspectos que podríamos escindir aquí de este trabajo, sin embargo apuntaremos de manera muy reducida a alguna cuestión a modo de reseña, dirigiendo al lector desde este apunte al estudio de la propia obra, que se encuentra publicada en lengua castellana por la Editorial Kairós. Diremos aquí, con el fin de restar previos temores de desconocimiento al lector, que si bien en ella se sucede algún capítulo que se requiere de cierto nivel de conocimiento en matemática y en física, la mayoría de ellos se ajustan dentro de un contexto discursivo relativamente fácil de comprender, sobre todo si en la lectura se presta la debida atención y ella se realiza con el necesario ritmo pausado. No en vano es una obra científica, pero atendiendo precisamente a una parte de su título: "la Totalidad", David Bohm no deja de relacionar en ella al ser humano, como individuo, como sociedad, pero de manera mucho más significativa como conciencia y "culminación" de la manifestación que hace el "Orden Implicado" que subyace en la totalidad, desplegándose desde éste orden implicado el "orden manifiesto", del que precisamente a través del ser humano se pone de relieve el "orden explicado". Aún cuando en ciertos contextos los órdenes manifiesto y explicado se apunten como el mismo, en determinadas situaciones en la investigación deberán tomarse como dos niveles de orden diferenciados, pero siempre entendidos como una parte "visible" del orden total implicado "invisible".
WHOLENESS AN THE IMPLICATE ORDER. © 1980 by David Bohm.
Editor original; Routledge & Kegan Paul Ltd.
LA TOTALIDAD Y EL ORDEN IMPLICADO. Traducción Joseph M. Apfelbäume. Diseño portada: Agustín Pániker.
© de la versión castellana: 1987 by Editorial Kairós, S.A.
Renée Weber y la búsqueda de la unidad
Otra obra, en cierta medida paralela a la anterior, pero sí con una cierta extensión sobre ella, es "Conversaciones con Científicos y Sabios" de Renée Weber, un "apasionante" viaje que la autora realiza conversando con algunos de los seres humanos significativos de nuestra época acerca de la ciencia y la religiosidad, increpándoles con su propia inquietud de investigación y descubrimiento, a que exploren en averiguar si la ciencia y la mística pueden encontrar la fuente común de la que parece ser están surgiendo.
(1) WEBER: ¿Podría explicar la idea básica del orden implicado?
BOHM: En términos generales, el orden no puede manifestarse ante nosotros de manera íntegra, solamente lo hace algún aspecto de él. Cuando permitimos que el orden aparezca en su aspecto manifiesto, tenemos una experiencia de percepción. Sin embargo, ello no significa que la totalidad del orden

Renée Weber
sea sólo lo que se manifiesta.
Esta sería la visión cartesiana: el orden, en su totalidad, se manifiesta al menos a nivel potencial, aunque no sepamos cómo manifestarlo por nosotros mismos. Posiblemente necesitemos microscopios, telescopios y otros instrumentos.
En el orden implicado, lo que va a ser visible es sólo una pequeña parte del orden envuelto, por lo cual introducimos la distinción entre lo manifiesto y lo no manifiesto. Puede plegarse y volverse no manifiesto o desplegarse en el orden manifiesto y luego volverse a plegar de nuevo. El movimiento fundamental es el de plegarse y desplegarse, mientras que el movimiento básico de Descartes es el de atravesar el espacio en el tiempo, o sea, una entidad localizada moviéndose de un lugar a otro
WEBER: ¿Se parece a la teoría del campo de Einstein?
ROHM: En el orden implicado, no siempre solamente abordamos la totalidad (lo que también hace la teoría del campo) sino que decimos además que las conexiones de la totalidad no tienen nada que ver con la localidad en el espacio y en el tiempo; se trata más bien de una cualidad completamente diferente que llamamos holomovimiento.
Totalidad y sus órdenes latentes y evidentes
Al cerebro parece hacérsele lógico el comprender una totalidad indivisible que fluye en el holomovimiento. Este instinto cognitivo, hasta cierto punto explicable a través del discurso científico, aquí lo venimos denominando el flujo creacional, procurando con esta denominación además poner el énfasis en la primigenia inteligencia implícita en él, que pone en marcha la infinita interrelacionalidad de la igualmente infinita diversidad que la totalidad es en el ahora. Frente a esta noción, pareciera hacerse obvio en igual forma, preguntarse entonces qué relación tiene una parte, en este caso el cerebro humano, con esta totalidad incesante que de la primigenia inteligencia se encuentra borboteando, plegándose y desplegándose en el ahora. Nosotros decimos que tal pregunta es un error, pues proviene de un cerebro que todavía no discurre en esa totalidad de manera consciente. Quién se hace la pregunta es el reducto circunscrito del pasado almacenado en un cúmulo psíquico, el cual como es obvio se siente una parte, cuando el cerebro en sí mismo es la propia totalidad, pues en las "interconexiones" en la interrelacionalidad del océano "holográfico", no existen divisiones "reales" en ninguna manera. El cerebro no ha aprendido a vivenciar la totalidad. Si la realidad fundamental es que el todo es unisonidad indivisible, y el cerebro experimenta una abismal sensación de separación, precisamente cuando el cerebro se encuentra fluyendo interrelacionado de manera indivisible con esa totalidad, ese "cortocircuito" debe provenir de algún "error", una interferencia que impide la auténtica "señal". Como venimos insistiendo, tal distorsión es el espejismo de centricidad, que el cúmulo psíquico proyecta como irrebatible sensación de ego-céntrico. El flujo natural se ha roto, la realidad ha quedado desapercibida, y de tal acto escindido de la totalidad únicamente puede acontecer espejismo, ilusión. Las sombras han tomado el control. ¿Nos podemos eximir de vivir en el conflicto y el dolor en esta situación?
A pesar de la limitación del conocimiento
Todo conocimiento es limitado, sin embargo, el propio instinto que tenemos de comprender, para el cual precisamos del conocimiento en el proceso inicial de nuestra exploración para arribar a la comprensión, proviene de la misma fuente creacional, y es a través de tal actividad que el cerebro realiza, que el orden manifiesto se hace orden explicado. Más adelante, para "penetrar" en el orden implícito, el cerebro ha precisado "despertar", de otra manera ese orden para él queda oculto. Hagamos con esta proposición un ejercicio de procurar comprender sin visualizar y sin imaginar. Claro, realmente raro, difícil y complejo, más cuando uno no lo ha hecho nunca. Pero podemos jugar con ello. En el acto de atender a procurar hacerlo se abrirá la atención a cómo surgen la visualización y la imaginación por un lado, y por otro la idéntica atención a aquello que estamos procurando apuntar a través del lenguaje, del cual a su vez hemos de tener en cuenta él es visualización imaginada. La atención nos ha de revelar cuando estamos "conectando" con un hecho en sí mismo, y cuando es nuestra proyección imaginaria la que está dominando y apareciéndose como un hecho.
El Eterno de Energía Pura
De hecho, percibir sin ideación, sería lo exacto; sentir más que pensar. Así, comencemos "postulando" lo Eterno, y digamos que Ello es Energía Pura. Lo Eterno es Energía Pura. Más allá de la "energía cero" que recientemente comenzamos a denotar en la ciencia y en la matemática y que denominamos el vacío cuántico. Digamos, que esta Energía Pura es el fondo, como un océano del que la Totalidad es "impregnada", y que visualizándolo linealmente se encuentra infinitamente "antes" de llegar a la energía cero, aunque expresarlo de esta manera lineal pueda contribuir a confundirnos sino tenemos en cuenta esta limitación. Podríamos decir que esta Energía Pura es la "Base Primigenia" de donde la energía que se revela después de la energía cero, que la denotamos como la energía manifiesta, "ordenada", lo que percibimos como creación, es de y en donde está "agitándose" la Totalidad del Holomovimiento, (movimiento del todo), con el completo orden implicado que no se nos hace manifiesto. Este Eterno de Energía Pura que postulamos, hay dos palabras que ayudan a apuntar de Él (lo eterno), o de Ella (la energía), un atisbo "substancial"; las cuales son: la Nada, y la Inocencia, ambas absolutas, como el propio Eterno. El Eterno de Energía Pura que es la absoluta Inocencia de la Nada también absoluta. Pero este "conjunto" que forma la totalidad, no se encuentra quieto, a pesar que desde el movimiento en el nivel del orden explicado, nos parezca que el nivel de lo eterno sugiera quietud absoluta. El completo "océano" se encuentra en movimiento, aunque sólo veamos las olas de la superficie, y no comprendamos las importantes diferencias entre el movimiento explicado, y el movimiento implícito, ya que es en éste y no en aquel en el que verdaderamente discurre la primigenia inteligencia.
De cualquier forma, esto es una definición, y como es obvio, no puede contener la inmensurabilidad de lo Desconocido que es el Eterno de Energía Pura e Inocente que es la Nada, pero… como se hace obvio, (por lo que de Ello brota), este Eterno de Energía Inocente nunca está quieto y jamás "es igual a Sí Mismo". Siempre es nuevo.
El gráfico, a pesar de expresar a través de la linealidad algo que ocurre "junto" en un único momento, multidimensionalmente infinito, procura poner de relieve los "niveles" más destacados en la totalidad creacional, a pesar de que hablar de niveles no sea lo correcto. Pero obsérvese como el infinito corre en ambas direcciones; la totalidad emerge de lo eterno, y podemos descender hasta la creación que se manifiesta. Sin embargo el cerebro, comienza a comprender en la base creacional y de ella va ascendiendo hasta llegar a lo eterno.
(2) WEBER: ¿Podría ahora aclarar la relación existente entre la totalidad y las subtotalidades relativamente independientes? ¿Hay alguna justificación para poder afirmar que yo soy un individuo y Ud. otro individuo o esto es puramente una ilusión, lo que en Oriente llaman maya?
BOHM: Depende del nivel en que se actúe. Es evidente que el cuerpo posee cierta individualidad; es una subtotalidad relativa que tiene su propio orden de autorreferencia, pero, a la vez, su existencia depende, en gran parte, de su entorno. Todas las personas se diferencian unas de otras por sus experiencias pasadas, ideas, tendencias, etcétera. Por lo tanto, en un sentido relativo, poseemos cierta individualidad.

David Bohm
No obstante, la pregunta es: ¿Qué profundidad tiene? ¿Cuál es la base de todo ello?
WEBER: Yo presupongo, como Ud., que la base o fundamento es uno. Aceptando que es así, que el océano es uno, ¿existe un sentido genuino posible por el cual una gotita de agua en la superficie sea ella misma y no otra?
BOHM: Indudablemente, lo es en la superficie. Cada persona tiene sus propios intereses, su pasado y su manera de actuar, que pueden tener su valor. Considero que es un problema de lenguaje y dialéctica. Si tratáramos el tema del todo y las partes o del todo y los subtodos, podríamos apreciar la totalidad del todo y las partes, lo que quiere decir que éstas están allí, contribuyendo al enriquecimiento del todo hacia una unidad superior. Sin embargo, tenemos otro principio: la parcialidad del todo y las partes. ¿A cuál de los dos aspectos le daríamos mayor relevancia? Hagamos un símil. Para un músico es muy importante decidir a qué tema se le da un papel dominante y a cuál el secundario. Si se invirtieran estos papeles, sería una composición totalmente diferente. Lo que sucede es que el papel dominante ha sido atribuido a este tema, que podríamos llamar la parcialidad del todo y las partes. Mi propuesta es que mantengamos a éste como secundario y le asignemos a la otra parte el papel más importante.
WEBER: Para Ud., el papel principal, la verdadera música del universo, es la unidad de la unidad y la diversidad o la totalidad del todo y las partes. Eso es lo que siempre ha de estar en primer plano.
BOHM: Así es, y recalcarlo.
Muchos científicos al arribar a cierto punto de dilucidación a través del estudio y la experimentación, despiertan una extraña beatitud por la creación a través de un sentimiento "insistente" en el Misterio. Algunos lo manifiestan abiertamente, otros lo reservan con ciertas reticencias. La ciencia y el misticismo de alguna manera se unifican en ese sentir al que llega el científico en su "propio fondo", y en el que el místico "procura" dilucidar. Los místicos, aunque lo mantengan en segundo término, tienen en cuenta cada vez en mayor medida las teorías científicas, y encuentran relaciones en ambos "senderos cognitivos", como también les ocurre a los científicos. En esta situación, por un lado en cuanto a la captación y por otro en cuanto a la explicación, acerca del universo y de la vida, unos se decantan por la proyección de Dios, "un centro sin límite" que lo está dirigiendo todo. Otros, por una noción de Totalidad Individida sin dirección ni centro alguno. Aún cuando "sienten" una gran sensación de "intención y propósito" en la creación. Si en ambos senderos se utiliza la "explicación", ¿no debería ocurrir la concordancia en el completo dilucidar? Sin separar científicos, místicos, etc. etc. Arribar a un estadio de exploración en el que el pensar humano es unificado. Pero no por la coerción y el acoplamiento, sino porque conjuntamente se accede a la única verdad de la que indudablemente todos estamos surgiendo. Moverse en el campo de lo fragmentado, no permite de ninguna manera exaltar la percepción y la conciencia del campo unificado.
(3) WEBER: Pero se alejaron del sentido profundo en el que tanto insistió Pitágoras: el de considerarlo todo divino.
BOHM: Esto es lo que han hecho muchos, pero, por ejemplo, Sir James Jeans dijo: «Dios es un matemático». Es decir, algunos de los pioneros de la mecánica cuántica probablemente lo tenían en cuenta: Eddington, Jeans, Schroedinger e incluso Heisenberg. Von Weizäcker me contó que en los últimos años de su vida a Heisenberg le llamaban «el Buda» porque sostenía una visión más bien oriental y su rostro había adoptado la expresión de un Buda.
WEBER: Muchos de los grandes físicos de este siglo parecen tener una percepción mística de la realidad. ¿Podríamos definir el misticismo como un sentido de la unidad de todas las cosas?
BOHM: Sí. El misticismo es el contacto directo con la realidad última en su punto de unión.
WEBER: El físico busca el contacto directo con la naturaleza última de los fenómenos, pero ¿tiene este sentido de unidad?
BOHM: Es lo que anhelan encontrar. Los físicos están hablando de la teoría de la Gran Unificación en la cual todo se unificaría, pudiéndose comprender el cosmos en una sola ecuación. Esto demuestra que detrás de la esencia de la nueva ciencia se encuentra el anhelo por la unidad.
WEBER: Yo siempre he pensado que sería posible. De hecho, lo podemos ver en la búsqueda del conocimiento a partir de los presocráticos. Detrás de la multiplicidad, buscaban la unidad, a partir de Tales, una substancia es más valiosa que millones de variables.
BOHM: Sí. Un principio, una substancia. Por un lado hay una búsqueda de la unidad en la materia; por el otro se afirma que la unidad del mundo es fundamentalmente espiritual y que la materia ha sido creada de la nada, a partir de la mente, de la inteligencia.
• Los fragmentos 1 y 2 provienen de la conversación entre Renée Weber y David Bohm del capítulo 2, "El orden implicado y el superimplicado", del libro "DIÁLOGOS CON CIENTÍFICOS Y SABIOS. La Búsqueda de la Unidad", de Renée Weber.
• El fragmento 3 proviene del capítulo 8, "Las Matemáticas; El Cristal Místico del Científico", del mismo libro.
• Se nos hace necesario aquí manifestar el gran sentimiento de "inquietud" por la comprensión conjunta que Renée Weber procura de continuo en todas sus conversaciones, planteando ciertos retos a sus interlocutores, pero también , sin abandonar su "coraje", aceptando ser en ocasiones guiada por ellos atendiendo a sus "exigencias". Una inquietud, que desde nuestro sentir, hace abrir el corazón, condición imprescindible para que cada ser humano pueda acceder a vivenciar esta totalidad de la que muchos comenzamos a apercibirnos, y a la que se procura despertar sin ningún atisbo de creencia o mito.
Título original de la obra: "Dialogues scientists and sages". © 1986 by Renée Weber. © de la traducción Montserrat Castellá y Fernando Pardo, 1990. Diseño Gráfico: Bárbara P. Zarini. Editorial La Liebre de Marzo, S.L. Barcelona.
La totalidad "acontece" en el ahora. No podría ser de otra manera, pues es de lo eterno, la energía pura, de la que el holomovimiento se produce, así, la totalidad es holomovimiento en el ahora. Lo eterno es incognoscible, pues él siendo siempre el mismo, a su vez siempre es nuevo e irrepetible. En esta eternidad de energía pura, ocurre una exaltación, un propósito, una intención, de la que acontece el holomovimiento utilizado para discurrir por él en la creatividad. Este "acto" ya constituye en sí mismo la mente, en la que a través de la inteligencia aprendiendo de sí misma, acontece la creación. Crear, significa discurrir en lo nuevo que se está ordenando, ajustándose a cierto patrón aprendido previamente, utilizado como "soporte" para la nueva creación, que es la que verdaderamente aporta la nueva significación. "Lo creado" está de continuo tendiendo a lo nuevo a través del cambiar. Entonces podríamos decir que lo creado no existe, es una ilusión, y que la realidad es un flujo en continuo cambio, configurando a través de las ordenaciones en la interrelacionalidad, y aprendiendo de continuo, tendiendo a lo nuevo no acaecido. El infinito es el puente en el ahora entre lo que "simula" estar hecho, y el cambio al que esa "simulación de lo hecho" está tendiendo. Pareciera en cierto momento que el "juego", crear, consista en el infinito persiguiendo fundirse en lo eterno. Sin embargo, es lo eterno fundido en creación que manifiesta el infinito. Un cerebro, con su organismo, un "emisor-receptor" psicofisiológico, resultante directa de la creatividad en estado de flujo que es la energía pura ordenándose a través de la inteligencia, intenta arribar a sintonizar con la esencia de todo ello. Mas siempre está ahí el Misterio, una ineludible e intrigante atracción que sin poder resistirse a ella, jamás encontramos el horizonte que nos lo revele. ¿No será el misterio, precisamente un misterio para lo eterno? ¿No sería ese propósito primigenio de creación, además de la belleza y el amor, extasiarse en lo desconocido, que es a todas luces el propio misterio pero a su vez la propia creación tendiendo a lo nuevo desconocido, nunca antes acontecido? La TOTALIDAD no se puede pensar, pero se nos evidencia que por percepción directa el cerebro-organismo con ELLA puede sintonizar.
RICO PAR, (10/7/09-29/10/09-1/11/09).
 
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