Totalidad, el Eterno Creacional. |
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Más allá de la dualidad En
nuestra experiencia cotidiana el movimiento lo experimentamos
como un cambio de posición de los objetos, o de nosotros
mismos. Las cosas se ven sujetas a una transformación,
por un lado en relación al espacio que ellas ocupan
y en el que están contenidas, pero, por otro, de
manera más sutil en sí mismas también
se encuentran transformándose. Este continuo cambio
al que todas las cosas están sujetas, lo podemos reducir
de forma abstracta a lo que podemos denominar la onda formación-culminación-disolución.
Y también podríamos reducirlo todavía
más diciendo que el ciclo formación-disolución,
todo él es un ciclo de culminación de alguna
cosa. Esta onda, que de forma más familiar nos referimos
a ella como vida-muerte, se expande ocurriendo por el completo
universo hasta el infinito en todo tipo de formación,
por grande o pequeña que se nos muestre, surgiendo
y retornando a la primigenia fuente de donde nace y muere,
el ahora eterno. Nada está quieto, aunque en un momento
dado nos pueda parecer que hay una quietud total. Obsérvese
aquí que si queremos atender a esta fugaz transformación
que ocurre en el ahora, nuestra atención debe ser completa,
y no debe existir distracción ninguna para poder "atisbarlo". Lo "material" no puede eximirse, en nuestro nivel
objetivo, de la polaridad, pero téngase muy en cuenta,
incluso lo raro que pudiera sonar esto en principio, que cuando
la mente escucha la verdad, no es la "materia-pensamiento"
la que escucha, pues la mente no tiene polaridad ninguna,
y la "materia-pensamiento" es un proceso dual. Cuando
la mente no se encuentra retenida en el tiempo, la polaridad
manifiesta en las configuraciones, puede tener algún
aspecto práctico, mas de cualquier manera, más
allá de esa posible utilidad, es meramente una sombra,
la apariencia de algo con muy poca "substancia".
Una sombra no existe "por sí misma". Sin
embargo, atiéndase a esto, ahora nos creemos unidos
básicamente por compartir "sombras", y desde
luego aumentando la irrealidad a través de la circuncisión
del grupo, que se excluye de la totalidad, quedando atrapados
en un proceso dual del que se producen todo tipo de rechazos
hacia los que no comparten la "sombra propia", y
de una permanente "propaganda" para convencer a
los otros que se adhieran al "ensueño" de
uno mismo..
RICO PAR (Octubre 20, 2009)
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El
fluir sin límites
En muchas ocasiones, cuando
nuestra intención es ordenar en la mente diversas intuiciones
y conocimientos que tenemos de las cosas, no nos toca más
remedio que "dejarlas reposar" sin insistir mucho
en ellas, ya que de forma "mágica" cuando
así lo hacemos, después de cierto "barbecho",
surgen como en un flujo imparable las consideraciones que
podemos expresar para poner de manifiesto los nuevos órdenes
encontrados o descubiertos, pero en esta ocasión a
través de la "intuición directa".
Nadie sabemos de donde proviene esa profunda fuente que de
repente nos brinda la luz de comprender y hasta de "crear",
casi como si de un relámpago se tratase. De hecho,
aún cuando ahora nos creemos "dueños"
de nuestras posibilidades individuales, nuestro acto volitivo
tiene muy poca involucración en ello, pues por mucho
que uno se empeñe en ser creativo, no es de esa decisión
que provendrá la creatividad, sino que ella florece
cuando proporcionamos determinadas condiciones de "vacío
mental" de las que se produce la creatividad. Entonces
"ahí" lo que ocurre es una sintonía
en la mente, (que no en mi mente), que aporta el desplegar
en un discurso lingüístico, técnico o artístico,
la percepción que hayamos tenido en relación
a esas nuevos órdenes intuidos y/o comprendidos. Generalmente,
como ahora lo venimos haciendo, "aprendemos" para
luego, (siento expresarlo de esta manera), "venderles"
a los otros en alguna forma lo aprendido. Véase en
esto el germen inicial del interés propio del que luego
elaboramos diferentes justificaciones que utilizamos para
corroborar que el negocio en la vida es ineludible. Cuando
es meramente el ego-céntrico, que en su circunscripción
se le hace imposible darse cuenta de que podemos acceder a
una relación abierta mucho más allá del
intercambio y discurrir en un auténtico flujo libre
y sin limitaciones compartiendo el descubrimiento, pero de
manera más significativa, la vida. Desde luego en esto,
cubriendo todas las necesidades primordiales que tenemos,
y compartiendo el fascinante desplegamiento de la creación
y de nosotros mismos. Aunque esto que decimos para el ego-céntrico
es un sueño ficticio. Con estas declaraciones no nos
vamos de contexto, únicamente saltamos de una perspectiva
a otra en lo que estamos observando, el flujo sin límites
de la totalidad, y de cómo una "indefinida mengüidad", el "yo mismo", se separa en una parte que se cree
es algo importante, sólido y real. A cada paso se hace
obvio, mientras que no veamos que sin trascender el espejismo
de centricidad, que es ese encierro en uno mismo que ahora
nos domina, la sintonía de la mente no podrá
producirse. "Soñar" un auténtico nuevo
mundo, no nos conducirá a realizarlo. El "trabajo"
consiste en comprender y desmantelar las causas que lo están
impidiendo. Es el ego-céntrico que se separa de la
totalidad, pretendiendo eximirse del flujo sin límites.
RICO PAR (Octubre 21, 2009)
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El Todo, más que las "partes". |
Holomovimiento,
(movimiento del todo). Se
nos han ido acumulando una serie de cuestiones que nos
hubiera complacido desarrollar con más tiempo del
que ahora disponemos y de la extensión que estos
apuntes consideramos pueden ir cumpliendo ahora que se
encuentran más cerca de su cierre, faltando prácticamente
tres temas: "Conciencia, Educación y la
Fuente". Razón por la que no incidiremos
más que como reseña en lo que consideramos
puede contribuir sobremanera a despertar el sentido de
totalidad que requerimos desde cualquier perspectiva. Uno de los paradigmas que ha venido a arrojar cierta luz en
este sentido es el modelo del universo holográfico,
que propone una totalidad que ella misma es mucho más
que sus partes. David Bohm (físico) y Karl
Pribram (neurólogo), han propuesto teorías
en relación al modelo holográfico del Universo
que conjuntamente pudieran dar razón de diversas
cuestiones que hasta la fecha parecían no tener
causas claras por las que se producen:
La teoría, resumida, viene a decir esto: 'nuestros
cerebros construyen matemáticamente la realidad
«concreta» al interpretar frecuencias
de otra dimensión, una esfera de realidad
primaria significativa, pautada, que trasciende
el espacio y el tiempo. El cerebro es un holograma
que interpreta un universo holográfico.' |
Todo son ondas de luz, y lo que aporta una sensación
de solidez "infranqueable" es la interferencia
que entre las ondas se produce. La "intuición"
de este modelo, en cierta forma ya lo postuló Leibnitz
cuatro siglos atrás, lo que contribuye de alguna
manera a poner de manifiesto que esta noción de
totalidad que apuntamos, en el campo de la ciencia, ya
viene desde cierto tiempo "procurando" ponerse
de relieve, desplegarse:
Cuando un paradigma está en proceso de transformación, como es ahora el caso, la ciencia suele revisar
conceptos que con anterioridad habían sido
descartados. Así, en el siglo XVII, Leibnitz,
en su Sistema de Armonía Preestablecida,
postulaba que el universo estaba formado por monadas,
unidades trascendentales que incorporaban en sí
mismas la información del Todo, y que el
comportamiento exquisitamente bien ordenado de la
luz escondía una estructura ordenada de la
realidad. ¿Un orden implícito, como
postula actualmente David Bohm? Probablemente. Pero
¿cómo puede ser que estas ideas que
tan preclaramente prefiguraban el modelo holográfico
del universo y su orden implícito, hayan
surgido cientos de años antes de que existieran
las técnicas matemáticas para expresarlas
y estudiarlas? ¿Acaso se trata de la omnipresencia
de la memoria transhistórica de la humanidad,
el conocimiento eterno? O quizá es que, como
afirmara el mismo Pribram, en el estado holográfico
de la materia en el dominio frecuencia,
no hay tiempo y 4.000 años atrás es
mañana. ¿O es que quizá, en
el reino cuántico de las vibraciones, el
conocimiento llegaría
del futuro? Procedente del artículo "El
cerebro holográfico de Karl Pribram".
Visitar
Artículo |
No
nos debe extrañar que los "grandes descubrimientos"
del ser humano, en cuanto a poder explicar cómo
está funcionando la creación, "discurriendo",
se distribuya en un proceso que gradualmente a través
de variadas generaciones en el tiempo se va desplegando
interactuando diferentes intuiciones y cogniciones y tomando
mayor claridad a medida que se destila por variados cerebros
en épocas sucesivas. El despertar del niño
a adolescente y a adulto, en este caso el despertar de
la humanidad, del "ser" humano. La configuración
que
"ZONA-0".
Obra de Gonzalo Obes, en Web (IN)
diferencia
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se encuentra en proceso de culminación. Al mismo
tiempo tampoco nos ha de extrañar que este impulso
creativo esté tendiendo a la "unión"
de ciencia y religiosidad (que no religión), y
a través de tal unificación manifestar la
totalidad. La ciencia y la religiosidad, tomadas como
pensamiento, se escinden mutuamente aunque mantengan ciertos
"puentes" de encuentro. Pero sentidas como la
expresión de un contacto directo con la realidad
"completa", o sea, "uno (y) universo",
con todos los estadios interrelacionales que hay en ese
"compendio" uno-universo indivisible, la ciencia
y la religiosidad, decimos, se convierten en un tándem
que durante cierto nivel en la exploración contribuyen
a revelar la totalidad en el cerebro. Esto ocurre cuando,
una vez que el pensamiento científico ha puesto
de relieve una vericidad "demostrada", esa comprensión
da paso al silencio en el cerebro, entonces es la religiosidad
la que toma el relevo en la "reflexión",
pues se atiende al completo movimiento en el que se manifiesta
cómo la verdad y el silencio transforman al "ser"
en el flujo. Pero esto queda amagado, no llegamos a ello,
porque no se produce el estado de atención a las
"configuraciones mentales", en las que discurre
la exploración, quedando el cerebro adherido a
ellas sin oportunidad de despertar el silencio. Si volvemos
a hacer el recorrido ciencia-religiosidad, reflexionando
igualmente acerca de la totalidad, entonces deberemos
atender en igual forma al movimiento "emocional",
y éste, para nosotros ahora, es el ego-céntrico
que sentimos que somos, y aunque pareciera ausente, está
implícito en toda la exploración, pues la
finalidad de ésta es "comprender", y
nunca tranquilizar la incomprensión como procura
hacer el ego-céntrico. La exploración ha
de llevar a desplegar la unisonidad latente y evidente.
RICO PAR,
(Octubre 28, 2009).
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La imagen es un
fotograma de la animación "Fractal Zoom
Mandelbrot Corber", acompañada con la
música "Theme - Jon Brion" .
Nos brinda una muy buena sensación acerca de
la multidimensionalidad en la que los multiuniversos
envolviéndose unos en otros se despliegan hacia
el infinito. Si la matemática puede explicarlo
y representarlo, ¿no será la realidad
esa "abrumadora" infinitud tanto en tamaño
inmensurablemente pequeño o grande, como en la
desbordante multiplicidad y complejidad incapturable
por el cerebro?
En la mente, lo Desconocido
es el hogar, y la completa no-certidumbre, la Paz y
la Creatividad total. Visitar
Vídeo
Mandelbrot y la Belleza del Caos; "La geometría tradicional describía
rectángulos, círculos, rectas
Todas
formas puras y perfectas que no existen en la naturaleza,
salvo excepciones, o son fabricadas por el hombre."
"En la naturaleza hay numerosas formas con la propiedad
de que cada parte es similar al todo". Visitar
Entrevista por Max Seitz BBC Mundo. RICO PAR (Octubre 28, 2009)
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De
la Ciencia a la Conciencia Nuestro problema esencial es el estado de nuestro cerebro
afectado por el espejismo de centricidad,
que de forma similar a un virus va tomado control
de nuestra conciencia. El conocimiento nos permite
llegar a cierto nivel, hasta cuando se manifiesta
su limitación, entonces debemos "penetrar",
aunque más bien "aflorar", a una
nueva exploración más allá
de la medida y del tiempo.
En
la Web EXPLAYANDOSE
encontramos, procurando apuntar precisamente cómo
el conocimiento científico se propone contribuir
en esclarecer la confusión en la que ahora
discurrimos, varios artículos relacionados
con la Física Cuántica, una
de las relativamente recientes teorías que
nos están permitiendo desplegar ciertas nuevas
nociones de orden que se hacen realmente muy significativas
cuando las relacionamos con el estado de nuestra
psique y de nuestro comportamiento social.
∙ Del
epígrafe La física moderna dice
tú sí puedes.
« "
el cerebro no hace diferencias entre lo que
ve y lo que imagina porque las mismas redes
neuronales están implicadas; para el
cerebro, es tan real lo que ve como lo que
siente, afirma
Joe Dispenza
En otras palabras, que fabricamos nuestra
realidad desde la forma en que procesamos
nuestras experiencias, es decir, mediante
nuestras emociones.» |
Nota RICO PAR: Entendemos como "lo que el cerebro ve" el contacto
directo que él tiene en el ahora con la realidad.
Y lo que imagina, aquello que recupera almacenado
como recuerdo. Entonces, él cerebro puede
sentir ambas cosas, y si no "atiende"
las experimentará como provenientes de una
misma fuente, cuando realmente son dos procedencias
diferentes. Ahora bien, la conciencia, el darse
cuenta, es una función que trabaja en un
nivel muy superior al meramente mecánico
del cerebro, por lo cual, esta conciencia, puede
acceder al discernimiento, que es el que
le dará noción al cerebro de donde
está proviniendo lo sentido, si de la propia
realidad o de su imaginación. El primer movimiento
del cerebro es la percepción, seguidamente
la sensación, y es en este punto que "el
circuito" se puede bifurcar; discurrir a través
de la nueva sensación sin identificarla,
vivenciaremos entonces un sentimiento desconocido,
nuevo, o bien, asociar la sensación con alguna
palabra o recuerdo, habremos exaltado el incompleto
pasado trayéndolo al ahora. ∙ Del epígrafe Mente creadora
«En
palabras de Amit Goswani, profesor
de física en la universidad de Oregón,
el comportamiento de las micropartículas
cambia dependiendo de lo que hace el observador:
cuando el observador mira, se comporta
como una onda, cuando no lo hace, como una
partícula. Ello quiere decir
que las expectativas del observador influyen
en la Realidad de los laboratorios.» |
Nota RICO PAR: ¡Pero esto no sólo en ciencia y en la experimentación!
Cuando miramos tocamos aquello que estamos mirando.
¿No ha comprobado el lector, cómo
cuando mira a alguna persona desapercibida de usted,
en la calle andando o conduciendo, en el metro,
etc. repentinamente se gira directamente apuntando
su visión en usted? ¿Qué señal
ha emitido la persona observador para que la persona
observada percibiera que era motivo de observación?
En el mundo animal ocurre otro tanto. No podemos
aquí dejar de recordar aquello a lo que Krishnamurti insistió tanto: «el observador es lo observado». ∙ Del
epígrafe El valioso vacío atómico
«En palabras
de William Tyler, profesor emérito
de ingeniería y ciencia de la materia
en la universidad de Stanford, la materia
no es estática y predecible. Dentro
de los átomos y moléculas, las
partículas ocupan un lugar insignificante:
el resto es vacío.» |
Nota RICO PAR: El estado de flujo creacional, la inteligencia aprendiendo
discurre en un movimiento conmutativo a velocidad
"superinfinita" de lo configurado a lo
nuevo, y de lo nuevo a lo configurado afectado
"hasta el infinito". ∙ Del
epígrafe La búsqueda científica
del alma
«Fred
Alan Wolf, doctor en física por
la universidad UCLA, filósofo, conferenciante
y escritor lo explica así en ¿Y
tú qué sabes?
Los
científicos hemos tratado de encontrar
al observador, de encontrar la respuesta a
quién está al mando del cerebro:
sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos
del cerebro a encontrar el observador y no
lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie
dentro del cerebro, nadie en las regiones
corticales del cerebro pero todos tenemos
esa sensación de ser el observador.
En palabras de este científico, las
puertas para la existencia del alma están
abiertas de par en par: Sabemos lo que
el observador hace pero no sabemos quién
o qué cosa es el observador.» |
Nota RICO PAR: De nuevo insistir en lo que señalaba Krishnamurti:
«el observador
es lo observado». Todavía más,
pues en el nivel de la psique, ahora, el observador
es el "centro", una mera recopilación
de impactos emocionales retenidos, disociados del
ahora. Sin embargo es ese cúmulo psíquico
el que observa el ahora. Esto en cuanto a lo psicológico,
pero
¿por qué debería ser
diferente en cuanto a lo científico? El observador
psicológico es una sombra proyectada por
el cerebro, el observador científico, ciñéndose a la factualidad de la ciencia, tiende, una vez
ha comprendido, al vacío de la mente, donde
comienza a manifestarse la observación sin
el observador ni lo observado. Pero lo que verdaderamente
manifiesta el estado latente de ese estado de observación
de todo lo existente tanto implícito como
explícito sin centro alguno, es la "religiosidad de la mente", que es la observación-sensación
sin palabra ni medida. Sólo la observación
existe, el observador y lo observado son creados
en el cerebro. El alma, como entidad que perdura,
es una proyección del ego-céntrico. ∙ Del epígrafe Cómo romper con esos malos
hábitos del pensamiento
«
Según Joe Dispenza si
practicamos una determinada respuesta emocional,
esa conexión sináptica se refuerza
y se refuerza. Cuando aprendemos a observar
nuestras reacciones y no actuamos de manera
automática, ese modelo se rompe.
Así pues, aprender a ver
esas asociaciones es la mejor manera de evitar
que se repitan: la llave es la consciencia.» |
Nota RICO PAR: Ciertamente.
Darse cuenta de la reacción y "suspenderla"
observándola para comprenderla, evitando
con esta acción que su impulso domine el
comportamiento, es el principio que desmantela las
conexiones cerebrales que procuran tomar el control
de manera mecánica. Denotemos que nos volvemos
a encontrar con la posible diferenciación
que podemos hacer de conciencia y consciencia, a
la que deberemos confrontar en estos apuntes.
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De
la Conciencia a la Totalidad
Desde muy antiguo nos hemos dejado llevar casi exclusivamente
por como el pensamiento, con su paralelo
sentimiento, nos ha mostrado el
El
Universo como Holograma Multidimensional y
su Conexión con la Mente, por
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mundo y la realidad. Si bien en relación
a las cuestiones prácticas hacer esto ha
demostrado que tiene su utilidad, no ocurre lo mismo
cuando prestamos atención a nuestro movimiento
psicológico y la relación social,
así como cuando procuramos una comprensión
profunda de la existencia, ya que las abstracciones
que el pensamiento proyecta, se encuentran en un
orden "inferior" que tiende a reticular
la realidad a través de la polaridad. Reconociendo
lo práctica que la ineludible polaridad es
en ciertos aspectos "físicos",
hemos de ver que no la podemos aplicar a determinadas
cuestiones más profundas, como las referentes
a la psique llamada "individual" tanto
como a la denominada colectiva o social.
Tal vez el aspecto
más enigmático de la teoría
de Bohm es la forma en que puede aplicarse
a nuestra comprensión de la mente humana.
Según él ve la cuestión,
si cada partícula de la materia se
interconecta con todas las demás, el
cerebro mismo puede ser visto como infinitamente
interconectado con el resto del universo.
Bohm cree que semejantes interconexiones,
ante cuya concepción misma la mente
vacila, podrán incluso proyectar luz
sobre el fenómeno de la conciencia. |
El
continuo de "interconexión" existente
entre la diversidad infinita que apreciamos en el
universo completo, se hace evidente por sí
sola únicamente prestando atención
desde el "vació", pero se hace
lógico que la ciencia procure corroborar
este hecho de forma empírica, o sea constatándola
a través de la experimentación sostenida
en el conocimiento factual. Mas debemos conocer
muy bien el horizonte en el que el empirismo deja
de tener valor, y la "constatación"
entonces, proviene exclusivamente del discernimiento
que se haya despertado. De lo contrario, no sólo
nos quedaremos en un estadio anterior a nuestras
deliberaciones, sino que además, el difuso
campo de la polaridad se convertirá en un
elemento de confusión que no nos dejará
avanzar a nuevas y más extensas así
como profundas intuiciones cognitivas.
Según lo
entiende Bohm, esa falta de límites
entre lo que está vivo y lo que no
lo está subraya de nuevo la inoperancia
de un enfoque estrictamente mecanicista del
universo. |
Obsérvese
atentamente: la perspectiva perceptiva polar siempre
nos conduce a "separar" en dos algo que
únicamente es uno. Hombre-mujer, niño-adulto,
interior-exterior, "yo y los otros", etcétera.
Y si bien en ciertos aspectos prácticos puede
ser útil esa división, cuando apuntamos
a un nivel más amplio de nuestra vivencia
se hacen del todo irrelevantes, pues en la vivencia
debe manifestarse la cualidad de la interrelacionalidad
en la totalidad, que es de hecho lo que nos sustenta
y conforma. La unisonidad indivisible.
Según lo
ve Bohm, si el universo es no local en un
nivel subcuántico, esto significa que
la realidad es, en última instancia,
un tejido sin costura y que sólo nuestros
propios modos de pensar nos llevan a dividirla
en categorías arbitrarias como "mente"
y "cuerpo", lo cual nos conduce
también a estimar que la vida está
fundamentalmente separada de la no vida. Para
Bohm no hay dualidad porque ambas categorías
son secundarias y derivadas, y están
incluidas en un fundamento común superior. |
Todo
tipo de reflexión acerca del "sentido"
o "significación" de la existencia,
de la creación, que en realidad es la necesidad
que subyace en todo nuestro "elucubrar"
filosófico y científico, nos ha de
llevar a "sintonizar" cada vez a través
de un potencial mayor, con ese «fundamento
común superior» que se irá haciendo
menos divisible a medida que a él nos vayamos
abriendo.
Esta ausencia
de separación entre mente y cuerpo,
afirma Bohm, puede conducir a nuevas evaluaciones
de nosotros mismos y nuestro rol en el universo,
por ejemplo, si el universo es holográfico
y cada cerebro humano "penetra"
en otro cerebro humano (y ciertamente en toda
otra partícula del universo), en algún
nivel que está más allá
de la experiencia subjetiva común,
la raza humana bien podría consistir
en un solo organismo. |
La
biosfera no podemos reticularla, incluso cuando
en ella podamos revelar diferentes ecosistemas que
manifiestan cierta autonomía independiente
de los otros. La meteorología, por ejemplo,
es una de las ciencias que dan noción de
esta indivisibilidad de la biosfera. La "unisonidad"
se pone de manifiesto desde muy diferentes contextos,
allá donde "apuntemos" la atención.
Así, ¿por qué debería
ser diferente con la raza humana? Somos la humanidad,
y hay un "hilo conductor" que nos tiene
unidos, somos una totalidad. Lo que se hace evidente
por sí solo, es el hecho de que esta "unicidad"
nunca la hemos puesto de manifiesto. Por un lado
en principio por no darnos cuenta de ella, pero
por otro más adelante, por ignorarla negligentemente,
solapándola con algo que nos hace sentir
separados. El espejismo del ego-céntrico,
que es el que "crea" una humanidad dividida.
Mientras esa "alucinación" se encuentre
operando, ¿qué posibilidad hay de
atender al único organismo que la humanidad
somos?
Fragmentos en cursiva azul
escindidos del artículo
RICO PAR (Octubre
30, 2009)
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La
Totalidad y el Orden Implicado |
David
Bohm y el paradigma de la totalidad fluyente
La Totalidad y el Orden Implicado
Dabid Bohm.
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Como se hace evidente utilizamos aquí el título
de la obra de David Bohm que publicó en
1980 bajo el título original de "WHOLENESS
AN THE IMPLICATE ORDER". Son muchos los
aspectos que podríamos escindir aquí de
este trabajo, sin embargo apuntaremos de manera muy
reducida a alguna cuestión a modo de reseña,
dirigiendo al lector desde este apunte al estudio de
la propia obra, que se encuentra publicada en lengua
castellana por la Editorial Kairós.
Diremos aquí, con el fin de restar previos temores
de desconocimiento al lector, que si bien en ella se
sucede algún capítulo que se requiere
de cierto nivel de conocimiento en matemática
y en física, la mayoría de ellos se ajustan
dentro de un contexto discursivo relativamente fácil
de comprender, sobre todo si en la lectura se presta
la debida atención y ella se realiza con el necesario
ritmo pausado. No en vano es una obra científica,
pero atendiendo precisamente a una parte de su título:
"la Totalidad", David Bohm no
deja de relacionar en ella al ser humano, como individuo,
como sociedad, pero de manera mucho más significativa
como conciencia y "culminación" de
la manifestación que hace el "Orden Implicado"
que subyace en la totalidad, desplegándose
desde éste orden implicado el "orden
manifiesto", del que precisamente a través
del ser humano se pone de relieve el "orden
explicado". Aún cuando en ciertos contextos
los órdenes manifiesto y explicado se apunten
como el mismo, en determinadas situaciones en la investigación
deberán tomarse como dos niveles de orden diferenciados,
pero siempre entendidos como una parte "visible"
del orden total implicado "invisible".
| WHOLENESS AN THE IMPLICATE ORDER. © 1980 by David Bohm.
Editor original; Routledge & Kegan Paul Ltd.
LA TOTALIDAD Y EL ORDEN IMPLICADO. Traducción
Joseph M. Apfelbäume. Diseño portada:
Agustín Pániker.
© de la versión castellana: 1987 by
Editorial Kairós, S.A. |
Renée
Weber y la búsqueda de la unidad
Otra obra, en cierta medida paralela
a la anterior, pero sí con una cierta extensión
sobre ella, es "Conversaciones con Científicos
y Sabios" de Renée Weber, un
"apasionante" viaje que la autora realiza
conversando con algunos de los seres humanos significativos
de nuestra época acerca de la ciencia y la religiosidad,
increpándoles con su propia inquietud de investigación
y descubrimiento, a que exploren en averiguar si la
ciencia y la mística pueden encontrar la fuente
común de la que parece ser están surgiendo.
(1) WEBER: ¿Podría explicar la
idea básica del orden implicado?
BOHM: En términos
generales, el orden no puede manifestarse ante
nosotros de manera íntegra, solamente lo
hace algún aspecto de él. Cuando
permitimos que el orden aparezca en su aspecto
manifiesto, tenemos una experiencia de percepción.
Sin embargo, ello no significa que la totalidad
del orden
Renée
Weber |
sea sólo lo que se manifiesta.
Esta sería la visión cartesiana:
el orden, en su totalidad, se manifiesta al
menos a nivel potencial, aunque no sepamos cómo
manifestarlo por nosotros mismos. Posiblemente
necesitemos microscopios, telescopios y otros
instrumentos.
En el orden implicado, lo que va a ser visible
es sólo una pequeña parte del
orden envuelto, por lo cual introducimos la
distinción entre lo manifiesto y lo no
manifiesto. Puede plegarse y volverse no manifiesto
o desplegarse en el orden manifiesto y luego
volverse a plegar de nuevo. El movimiento fundamental
es el de plegarse y desplegarse, mientras que
el movimiento básico de Descartes
es el de atravesar el espacio en el tiempo,
o sea, una entidad localizada moviéndose de un lugar a otro
WEBER: ¿Se parece a la teoría
del campo de Einstein?
ROHM: En el orden implicado, no siempre
solamente abordamos la totalidad (lo que también
hace la teoría del campo) sino que decimos
además que las conexiones de la totalidad
no tienen nada que ver con la localidad en el
espacio y en el tiempo; se trata más
bien de una cualidad completamente diferente
que llamamos holomovimiento. |
Totalidad
y sus órdenes latentes y evidentes Al cerebro parece hacérsele lógico el comprender
una totalidad indivisible que fluye en el holomovimiento.
Este instinto cognitivo, hasta cierto punto explicable
a través del discurso científico, aquí
lo venimos denominando el flujo creacional, procurando
con esta denominación además poner el
énfasis en la primigenia inteligencia implícita
en él, que pone en marcha la infinita interrelacionalidad
de la igualmente infinita diversidad que la totalidad
es en el ahora. Frente a esta noción, pareciera
hacerse obvio en igual forma, preguntarse entonces
qué relación tiene una parte, en este
caso el cerebro humano, con esta totalidad incesante
que de la primigenia inteligencia se encuentra borboteando,
plegándose y desplegándose en el ahora.
Nosotros decimos que tal pregunta es un error, pues
proviene de un cerebro que todavía no discurre
en esa totalidad de manera consciente. Quién
se hace la pregunta es el reducto circunscrito del
pasado almacenado en un cúmulo psíquico,
el cual como es obvio se siente una parte, cuando
el cerebro en sí mismo es la propia totalidad,
pues en las "interconexiones" en la interrelacionalidad
del océano "holográfico",
no existen divisiones "reales" en ninguna
manera. El cerebro no ha aprendido a vivenciar la
totalidad. Si la realidad fundamental es que el todo
es unisonidad indivisible, y el cerebro experimenta
una abismal sensación de separación,
precisamente cuando el cerebro se encuentra fluyendo
interrelacionado de manera indivisible con esa totalidad,
ese "cortocircuito" debe provenir de algún
"error", una interferencia que impide la
auténtica "señal". Como venimos
insistiendo, tal distorsión es el espejismo
de centricidad, que el cúmulo psíquico
proyecta como irrebatible sensación de ego-céntrico.
El flujo natural se ha roto, la realidad ha quedado
desapercibida, y de tal acto escindido de la totalidad
únicamente puede acontecer espejismo, ilusión.
Las sombras han tomado el control. ¿Nos podemos
eximir de vivir en el conflicto y el dolor en esta
situación? A
pesar de la limitación del conocimiento Todo conocimiento es limitado, sin embargo, el propio instinto
que tenemos de comprender, para el cual precisamos
del conocimiento en el proceso inicial de nuestra
exploración para arribar a la comprensión,
proviene de la misma fuente creacional, y es a través
de tal actividad que el cerebro realiza, que el orden
manifiesto se hace orden explicado. Más adelante,
para "penetrar" en el orden implícito,
el cerebro ha precisado "despertar", de
otra manera ese orden para él queda oculto.
Hagamos con esta proposición un ejercicio de
procurar comprender sin visualizar y sin imaginar.
Claro, realmente raro, difícil y complejo,
más cuando uno no lo ha hecho nunca. Pero podemos
jugar con ello. En el acto de atender a procurar hacerlo
se abrirá la atención a cómo
surgen la visualización y la imaginación
por un lado, y por otro la idéntica atención
a aquello que estamos procurando apuntar a través
del lenguaje, del cual a su vez hemos de tener en
cuenta él es visualización imaginada.
La atención nos ha de revelar cuando estamos
"conectando" con un hecho en sí mismo,
y cuando es nuestra proyección imaginaria la
que está dominando y apareciéndose como
un hecho. El
Eterno de Energía Pura De
hecho, percibir sin ideación, sería
lo exacto; sentir más que pensar. Así,
comencemos "postulando" lo Eterno, y digamos
que Ello es Energía Pura. Lo Eterno es Energía
Pura. Más allá de la "energía
cero" que recientemente comenzamos a denotar
en la ciencia y en la matemática y que denominamos
el vacío cuántico. Digamos, que esta
Energía Pura es el fondo, como un océano
del que la Totalidad es "impregnada", y
que visualizándolo linealmente se encuentra
infinitamente "antes" de llegar a la energía
cero, aunque expresarlo de esta manera lineal pueda
contribuir a confundirnos sino tenemos en cuenta esta
limitación. Podríamos decir que esta
Energía Pura es la "Base Primigenia"
de donde la energía que se revela después
de la energía cero, que la denotamos como la
energía manifiesta, "ordenada", lo
que percibimos como creación, es de y en donde
está "agitándose" la Totalidad
del Holomovimiento, (movimiento del todo), con el
completo orden implicado que no se nos hace manifiesto.
Este Eterno de Energía Pura que postulamos,
hay dos palabras que ayudan a apuntar de Él
(lo eterno), o de Ella (la energía), un atisbo
"substancial"; las cuales son: la Nada,
y la Inocencia, ambas absolutas, como el propio Eterno.
El Eterno de Energía Pura que es la absoluta
Inocencia de la Nada también absoluta. Pero
este "conjunto" que forma la totalidad,
no se encuentra quieto, a pesar que desde el movimiento
en el nivel del orden explicado, nos parezca que el
nivel de lo eterno sugiera quietud absoluta. El completo
"océano" se encuentra en movimiento,
aunque sólo veamos las olas de la superficie,
y no comprendamos las importantes diferencias entre
el movimiento explicado, y el movimiento implícito,
ya que es en éste y no en aquel en el que verdaderamente
discurre la primigenia inteligencia. De cualquier forma, esto es una definición,
y como es obvio, no puede contener la inmensurabilidad
de lo Desconocido que es el Eterno de Energía
Pura e Inocente que es la Nada, pero
como se hace
obvio, (por lo que de Ello brota), este Eterno de
Energía Inocente nunca está quieto y
jamás "es igual a Sí Mismo".
Siempre es nuevo. El gráfico, a pesar de expresar a través de la linealidad algo que ocurre "junto"
en un único momento, multidimensionalmente
infinito, procura poner de relieve los "niveles"
más destacados en la totalidad creacional,
a pesar de que hablar de niveles no sea lo correcto.
Pero obsérvese como el infinito corre en ambas
direcciones; la totalidad emerge de lo eterno, y podemos
descender hasta la creación que se manifiesta.
Sin embargo el cerebro, comienza a comprender en la
base creacional y de ella va ascendiendo hasta llegar
a lo eterno.
(2) WEBER: ¿Podría ahora aclarar
la relación existente entre la totalidad
y las subtotalidades relativamente independientes?
¿Hay alguna justificación para
poder afirmar que yo soy un individuo y Ud.
otro individuo o esto es puramente una ilusión,
lo que en Oriente llaman maya?
BOHM: Depende del nivel en que se actúe.
Es evidente que el cuerpo posee cierta individualidad;
es una subtotalidad relativa que tiene su propio
orden de autorreferencia, pero, a la vez, su
existencia depende, en gran parte, de su entorno.
Todas las personas se diferencian unas de otras
por sus experiencias pasadas, ideas, tendencias,
etcétera. Por lo tanto, en un sentido
relativo, poseemos cierta individualidad.
David Bohm
|
No obstante, la pregunta es: ¿Qué
profundidad tiene? ¿Cuál es la
base de todo ello?
WEBER: Yo presupongo, como Ud., que la
base o fundamento es uno. Aceptando que es así,
que el océano es uno, ¿existe
un sentido genuino posible por el cual una gotita
de agua en la superficie sea ella misma y no
otra?
BOHM: Indudablemente, lo es en la superficie.
Cada persona tiene sus propios intereses, su
pasado y su manera de actuar, que pueden tener
su valor. Considero que es un problema de lenguaje
y dialéctica. Si tratáramos el
tema del todo y las partes o del todo y los
subtodos, podríamos apreciar la totalidad
del todo y las partes, lo que quiere decir que
éstas están allí, contribuyendo
al enriquecimiento del todo hacia una unidad
superior. Sin embargo, tenemos otro principio:
la parcialidad del todo y las partes. ¿A
cuál de los dos aspectos le daríamos
mayor relevancia? Hagamos un símil. Para
un músico es muy importante decidir a
qué tema se le da un papel dominante
y a cuál el secundario. Si se invirtieran
estos papeles, sería una composición
totalmente diferente. Lo que sucede es que el
papel dominante ha sido atribuido a este tema,
que podríamos llamar la parcialidad del
todo y las partes. Mi propuesta es que mantengamos
a éste como secundario y le asignemos
a la otra parte el papel más importante.
WEBER: Para Ud., el papel principal,
la verdadera música del universo, es
la unidad de la unidad y la diversidad o la
totalidad del todo y las partes. Eso es lo que
siempre ha de estar en primer plano.
BOHM: Así es, y recalcarlo. |
Muchos científicos al arribar a cierto punto de dilucidación a través del estudio
y la experimentación, despiertan una extraña
beatitud por la creación a través de
un sentimiento "insistente" en el Misterio.
Algunos lo manifiestan abiertamente, otros lo reservan
con ciertas reticencias. La ciencia y el misticismo
de alguna manera se unifican en ese sentir al que
llega el científico en su "propio fondo",
y en el que el místico "procura"
dilucidar. Los místicos, aunque lo mantengan
en segundo término, tienen en cuenta cada vez
en mayor medida las teorías científicas,
y encuentran relaciones en ambos "senderos cognitivos",
como también les ocurre a los científicos.
En esta situación, por un lado en cuanto a
la captación y por otro en cuanto a la explicación,
acerca del universo y de la vida, unos se decantan
por la proyección de Dios, "un centro
sin límite" que lo está dirigiendo
todo. Otros, por una noción de Totalidad Individida
sin dirección ni centro alguno. Aún
cuando "sienten" una gran sensación
de "intención y propósito"
en la creación. Si en ambos senderos se utiliza
la "explicación", ¿no debería
ocurrir la concordancia en el completo dilucidar?
Sin separar científicos, místicos, etc.
etc. Arribar a un estadio de exploración en
el que el pensar humano es unificado. Pero no por
la coerción y el acoplamiento, sino porque
conjuntamente se accede a la única verdad de
la que indudablemente todos estamos surgiendo. Moverse
en el campo de lo fragmentado, no permite de ninguna
manera exaltar la percepción y la conciencia
del campo unificado.
(3) WEBER: Pero se alejaron del sentido profundo
en el que tanto insistió Pitágoras:
el de considerarlo todo divino.
BOHM: Esto es lo que han hecho muchos,
pero, por ejemplo, Sir James Jeans dijo:
«Dios es un matemático».
Es decir, algunos de los pioneros de la mecánica
cuántica probablemente lo tenían
en cuenta: Eddington, Jeans, Schroedinger e incluso Heisenberg. Von Weizäcker
me contó que en los últimos años
de su vida a Heisenberg le llamaban «el
Buda» porque sostenía una visión
más bien oriental y su rostro había
adoptado la expresión de un Buda.
WEBER: Muchos de los grandes físicos
de este siglo parecen tener una percepción
mística de la realidad. ¿Podríamos
definir el misticismo como un sentido de la
unidad de todas las cosas?
BOHM: Sí. El misticismo es el
contacto directo con la realidad última
en su punto de unión.
WEBER: El físico busca el contacto
directo con la naturaleza última de los
fenómenos, pero ¿tiene este sentido
de unidad?
BOHM: Es lo que anhelan encontrar. Los
físicos están hablando de la teoría
de la Gran Unificación en la cual todo
se unificaría, pudiéndose comprender
el cosmos en una sola ecuación. Esto
demuestra que detrás de la esencia de
la nueva ciencia se encuentra el anhelo por
la unidad.
WEBER: Yo siempre he pensado que sería
posible. De hecho, lo podemos ver en la búsqueda
del conocimiento a partir de los presocráticos.
Detrás de la multiplicidad, buscaban
la unidad, a partir de Tales, una substancia
es más valiosa que millones de variables.
BOHM: Sí. Un principio, una substancia.
Por un lado hay una búsqueda de la unidad
en la materia; por el otro se afirma que la
unidad del mundo es fundamentalmente espiritual
y que la materia ha sido creada de la nada,
a partir de la mente, de la inteligencia. |
Los fragmentos 1 y 2 provienen de la conversación
entre Renée Weber y David Bohm
del capítulo 2, "El orden implicado
y el superimplicado", del libro "DIÁLOGOS
CON CIENTÍFICOS Y SABIOS. La Búsqueda
de la Unidad", de Renée
Weber.
El fragmento
3 proviene del capítulo 8, "Las Matemáticas;
El Cristal Místico del Científico",
del mismo libro.
Se nos hace
necesario aquí manifestar el gran
sentimiento de "inquietud" por la comprensión
conjunta que Renée Weber procura
de continuo en todas sus conversaciones, planteando
ciertos retos a sus interlocutores, pero también
, sin abandonar su "coraje", aceptando
ser en ocasiones guiada por ellos atendiendo a
sus "exigencias". Una inquietud, que
desde nuestro sentir, hace abrir el corazón,
condición imprescindible para que cada
ser humano pueda acceder a vivenciar esta totalidad
de la que muchos comenzamos a apercibirnos, y
a la que se procura despertar sin ningún
atisbo de creencia o mito.
|
Título original
de la obra: "Dialogues scientists
and sages". © 1986 by Renée
Weber. © de la traducción
Montserrat Castellá y Fernando Pardo,
1990. Diseño Gráfico: Bárbara
P. Zarini. Editorial La Liebre de Marzo,
S.L. Barcelona. |
|
La totalidad "acontece" en el ahora. No podría ser de otra manera, pues es de lo eterno,
la energía pura, de la que el holomovimiento
se produce, así, la totalidad es holomovimiento
en el ahora. Lo eterno es incognoscible, pues él
siendo siempre el mismo, a su vez siempre es nuevo
e irrepetible. En esta eternidad de energía
pura, ocurre una exaltación, un propósito,
una intención, de la que acontece el holomovimiento
utilizado para discurrir por él en la creatividad.
Este "acto" ya constituye en sí mismo
la mente, en la que a través de la inteligencia
aprendiendo de sí misma, acontece la creación.
Crear, significa discurrir en lo nuevo que se está
ordenando, ajustándose a cierto patrón
aprendido previamente, utilizado como "soporte"
para la nueva creación, que es la que verdaderamente
aporta la nueva significación. "Lo creado"
está de continuo tendiendo a lo nuevo a través
del cambiar. Entonces podríamos decir que lo
creado no existe, es una ilusión, y que la
realidad es un flujo en continuo cambio, configurando
a través de las ordenaciones en la interrelacionalidad,
y aprendiendo de continuo, tendiendo a lo nuevo no
acaecido. El infinito es el puente en el ahora entre
lo que "simula" estar hecho, y el cambio
al que esa "simulación de lo hecho"
está tendiendo. Pareciera en cierto momento
que el "juego", crear, consista en el infinito
persiguiendo fundirse en lo eterno. Sin embargo, es
lo eterno fundido en creación que manifiesta
el infinito. Un cerebro, con su organismo, un "emisor-receptor" psicofisiológico, resultante directa de la
creatividad en estado de flujo que es la energía
pura ordenándose a través de la inteligencia,
intenta arribar a sintonizar con la esencia de todo
ello. Mas siempre está ahí el Misterio,
una ineludible e intrigante atracción que sin
poder resistirse a ella, jamás encontramos
el horizonte que nos lo revele. ¿No será
el misterio, precisamente un misterio para lo eterno?
¿No sería ese propósito primigenio
de creación, además de la belleza y
el amor, extasiarse en lo desconocido, que es a todas
luces el propio misterio pero a su vez la propia creación
tendiendo a lo nuevo desconocido, nunca antes acontecido?
La TOTALIDAD no se puede pensar, pero se nos evidencia
que por percepción directa el cerebro-organismo
con ELLA puede sintonizar. RICO PAR,
(10/7/09-29/10/09-1/11/09).
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