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Vivir
más allá del conflicto |
Presentación
El texto que rubrica Mauricio Márquez Murrieta
es de imprescindible lectura y estudio. Todo lo que a
partir de él aquí se dice, no es más
que una exaltación de alegría de
lo que al que escribe se le ha despertado "escuchándolo". Incluso, a pesar de cierta divergencia, muy posiblemente
léxica, que planteamos hacia el final de este escrito.
Téngase en cuenta aquí,
El modo exacto de
estar en el mundo o cómo enfrentar la antagonía
radical, por
Mauricio Márquez Murrieta
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que en este "texto-respuesta", indudablemente
no nos referimos a todo su contenido, y que son muchas
la cuestiones deberíamos subrayar por las verdades
que en él se apunta. Pero esto el lector debe hacerlo
por sí mismo cuando lo visite y lo "examine"
atentamente. Iremos repitiendo el vínculo por si
el lector quisiera hacer una búsqueda en él
de cada ítem aquí "escindido". "Unisonidad Participativa"
Me vas a perdonar, estimado Mauricio, desde luego
si te apetece hacerlo, que me deje llevar a través
del impecable texto que has escrito, sobre todo a lo que
él apunta en un sentido general, de lo cual he
de decir comparto substancialmente el importante fondo
que hay más allá de las palabras. En este
sentido decir que se atisba un sentimiento de "contacto" con la "unicidad" profunda que hay implícita
en esta totalidad bullente que es, llamémosla por
conveniencia, la creación, entendiendo por ella
el flujo borboteante del ahora. Entonces esto revela,
si andamos en lo cierto, que primeramente ha habido una
dilucidación en ello, en esa "unisonidad"
de las cosas y seres que somos el completo universo "palpitante", pero que atendiendo luego, al desastre psicológico
y relacional, individualmente y a la par socialmente,
en nuestras relaciones; o sea, al ver como está
el mundo precisamente a causa de nuestro comportamiento,
se haya producido en el cerebro y la psique que hay ahí
"nodificada"(*), Mauricio, una
necesaria y rápida ordenación acerca de
ciertos hechos, para exponerlos de forma que aquel que
lo lea, pueda "entrar en razón",
y comprender que todo lo que no sea comunicación,
diálogo, orden natural, atención
y comprensión, dilucidación y descubrimiento,
que conjuntamente desembocan en las relaciones que exaltan
la participación de y en esa "unisonidad" que apuntamos, ninguna otra cosa nos podrá jamás
despertar de nuestro sueño a este acto del ahora
en el que la creación completa está manifestándose
y fluyendo en el cambio. De lo cual, se hace obvio, nuestra
vida sería algo abismalmente diferente de lo que
es ahora. (*) nodificado: un nodo en el que convergen
infinitos "significados" que lo configuran,
dotándolo de una relativa autonomía. Todo
ser vivo es un ejemplo de esto. Y en un sentido especial
lo es el ser humano, al poder hacerse consciente de la
mente. Pero la Tierra, con toda la vida (biológica)
que alberga concentrada en un punto tan pequeño
rodeado de espacios tan inmensos sin ella, es otro ejemplo
de como la nodificación es una manifestación
de la interrelacionalidad. Una neurona, un árbol,
el cerebro, etc. cualquier cosa configurada es un nodo,
en el sentido que aquí le damos a éste término. El
diálogo y el ahora Lo
que ahora se escribe, no significa ni una extensión
y mucho menos ni una corrección, tampoco una opinión
o conclusión a partir de haber asimilado el texto
tomado como partida, "El modo exacto de estar
en el mundo", que por cierto arribamos a él
tras una búsqueda en Google del término
"Interrelacionalidad"; (¡qué
cosa más bella a la que apunta esta palabra!).
Precisamente, lo que se mueve en el "interior"
de esta unicidad creacional que somos el completo universo,
tanto el conocido como aquel que se nos oculta tras diferentes
horizontes. Desde luego, se ha de decir que tiene auténtica
importancia prestar atención al texto de Mauricio,
comprenderlo cabalmente, pues aún el hecho de que
ciertas cuestiones hayan sido abreviadas en él,
en conjunto ha hecho que fueran saliendo algunas de las
sutilezas que aquí se nos han despertado a partir
de la acertada reflexión que en ese texto se revela
acerca de los hechos que apunta. Se percibe de fondo,
cuando se ha leído el artículo completo,
y seguramente es eso lo más importante, su gran
interés para que los seres humanos comencemos a
discurrir en la inteligencia conjunta y participativa
que nos corresponde de forma natural. Dejando atrás
este calvario de problemas que parecieran
no terminar nunca, todavía peor, pues el riesgo
de penetrar en "la zona de lo irreversible",
no sabemos si ya se ha dado. De ahí, el ordenar
el pensamiento en procura de que a partir del diálogo
conjunto, podamos despertar a una nueva relación
humana, más allá del dogma y del miedo,
de la escala y de la medida. A un nuevo y desconocido
entendimiento de uno mismo y de las relaciones sociales.
Desde luego, trascendiendo la ilusión del
ego-céntrico, de donde nacen todos los
problemas. Pero todavía más, de la realización
propia y del perpetuo devenir psicológico hacia
el futuro. Sentimos que el sentido de la vida es vivirla
"ahora", y eso únicamente se puede
hacer en el momento vivo. Si en este instante eterno,
nuestra mente se encuentra atrapada en el tiempo, en el
archivado pasado y en el proyectado futuro emocionales,
se hace obvio, que el flujo del ahora queda impercibido.
El cerebro así únicamente ve esas dos proyecciones
que le ocultan los hechos en el ahora. Así, si
de lo que más precisamos es de una mente abierta
en el ahora, capaz de prestar atención completa
al otro, igualmente a lo que ocurre en uno mismo,
y a la relación conjunta, en el ahora, y sintonizar
en una mente participativa que sabe lo que es "pensar
juntos", o se encuentra descubriéndolo,
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El
modo exacto de estar en el mundo o de cómo
enfrentar el antagonismo radical, por:
Mauricio Márquez Murrieta
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se precisa ver con claridad la causa de cómo ahora
nos encontramos, que es atrapados en el tiempo y en el
ego-céntrico, que impiden comprender la profundidad
viva en las relaciones en el ahora. De otra manera, ese
"diálogo comunión" al que
apuntamos, se verá con muchas dificultades para
poder desarrollarse y ponerse de manifiesto, pues desde
el pasado o el futuro, lo que esos dos cerebros (o más)
han hecho, es alejarse el uno del otro en el tiempo, distanciándose del ahora que es lo único que los une. Ser amigos, es la única respuesta. Todo
lo que aquí se dice son sutilezas que "pululan"
alrededor de esas reflexiones de Mauricio, que
procuran arribar a mostrar claramente que el cerebro humano
con sus ilimitadas posibilidades, su potencial implícito
al cual el propio cerebro puede despertarse, pueden permitirle
"eclosionar" abriéndose desde dentro.
Discurriendo entonces en la multi-interrelacionalidad
manifiesta desde cualquier perspectiva. Ciertamente sutilezas,
pero que como podremos comprobar por esta reunión
de apuntes acerca del tema en que se concentran, el
espejismo de centricidad, hay una concordancia
muy estrecha entre los hechos que ambos textos están
señalando. Es así que lo que nos menciona
Mauricio contribuye sobre manera a poner de relieve
más desde la perspectiva social, lo que en este
segundo, desde una perspectiva más del interior
del ser humano, se está también desplegando,
aunque ambos inciden en las dos cuestiones pues el "individuo" y la "sociedad" son inseparables. También
podríamos, obviamente, dedicar más tiempo
a esclarecer cosas que expresamos y que tal vez, aún
siendo muy claras para uno mismo, requerirían aclaración
para otros por quedar algo confusas para ellos. De cualquier
forma es una corriente de obertura de la mente humana,
en la que tal vez por el momento se haga algo incipiente
el preguntarse cómo esto va a cambiar las cosas,
desde luego en el mejor de los sentidos, desde la inteligencia.
O llegar a entender siquiera como ya las está cambiando.
Pero cuando uno se va encontrando, cada vez más
seres humanos, que ponen su empeño en comprenderlo
por ellos mismos y a su vez no "escamotean trabajo"
para que otros también podamos comprenderlo, hay
que decir que el corazón se abre, la mente se llena
de alegría y, sin intención de que suene
mitológico, la "comunión humana"
parece ser lo único que nos falta. Ninguna otra
cosa es necesaria para superar todos los problemas en
los que ahora estamos atascados y perdidos. En la atención no hay promesas
«El
modo exacto de estar en el mundo» |
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La
frase se entiende muy bien, en el sentido de "la
actitud de uno frente a la vida", y de manera
implícita se encuentra: "sin generar distorsiones
hacia los otros ni en uno mismo". Denotar aquí,
que precisamos hablar del "modo exacto de estar",
pues obviamente, como la mayoría ve, ahora no es
"exacto" en lo que nos encontramos. Así
esto se podría trasladar mucho más cerca
todavía, ya que postulada la frase como ahora está,
suena un poco al ¿Cómo conseguir
(x cosa)?
En este caso, cómo lograr el orden mental y de
la acción. Hemos de admitir que tenemos las bibliotecas
y las "prácticas prometidas"
por muchos humanos repletas de este ¿Cómo
conseguir
? Sistemas y "ungüentos" para
situar la mente del ser humano en esa "exactitud"
que obviamente en algún momento perdimos, pero
que sentimos ardientemente (¿lo sentimos todos
esto?), que de una forma u otra nos "pertenece"
por el sencillo hecho de estar vivos. El "cómo"
no nos debería afectar en ningún momento,
y debiera estar olvidado, ya que el planteamiento del
"cómo", en el contexto que ahora nos
incumbe, el ser humano y la vida, la totalidad, siempre
cae en lo recursivo, llegando al ¿Cómo
deshacerse de todos los "cómos"?
Indudablemente, la frase de arriba se puede entender como
una "señal", no explica "cómo
hacer algo", sino que apunta al "modo"
en el sentido de la actitud, de la predisposición,
en el acto de encarar y de ello comprender la vida como
un todo, individuo y mundo de forma unísona. Vida y muerte en el ahora Pero
otro matiz muy sutil que sugiere quedarse atrás
en la frase, es el hecho de apuntarla, es verdad que en
presente, pero un presente que ya "está hecho",
eso es lo que implica "un modo exacto de estar",
poniendo el énfasis así en un estado mental
que observa esa "exactitud", surgiendo entonces
de ello la necesidad de comprobación (por comparación)
de verificar ese estado de "encontrarse" en
lo exacto. Se pone de relieve una especie de necesidad
profunda que surge por sentir que uno está en lo
correcto. Sin embargo, esta comparación necesaria
para "juzgarlo" implica utilizar el pasado,
pues compararlo requiere un modelo, y esto es lo que hace
que ese presente sea un presente hecho, ya que la comparación
es un "ancla" en el tiempo, especialmente en
el pasado. Esto se manifiesta y lo sentimos como un ahora
hecho. Ahora bien, por otro lado y al mismo tiempo
también hay, y esto es lo realmente fantástico
y tremendamente "emocionante", en el sentido
de lo asombrosa que es la creación, un ahora a
percibir que está emergiendo "sin estar
hecho", que es el nuevo acontecer que fluye transformando
el presente hecho. Podríamos decir: "del
hecho a lo nuevo, y de lo nuevo al hecho". Un
movimiento que está ocurriendo en el ahora palpitando
los dos pulsos uno tan cerca del otro que el espacio entre
ellos se pierde en el inmenso infinito; el cual, meramente
está "persiguiendo" fundirse en lo eterno.
Este movimiento infinito en el "preciso y exacto"
ahora, de vida-muerte, que es lo que estos dos
estados del ahora están haciendo, no se ha de sentir
como algo circular, pues en realidad, ambos ahora, los
dos estados del ahora, el que se encuentra en "formato
de hecho", y el que está emergiendo como "flujo
hacia lo nuevo", son una unidad y no pueden separarse
en la vivencia, únicamente el intelecto, como ahora
lo está demostrando, puede simbolizar una separación,
pero por cierto que no existe, por lo cual, esta conceptualización nos ayudará poco, pues lo que verdaderamente se
torna significativo, hace emerger su sentido, es "vivenciar" ese ahora en donde la vida y la muerte fluyen siendo uno,
sin pensamiento ninguno, puesto que el pensamiento, nos
ancla de nuevo al limitado tiempo, al relativo e incompleto
pasado y al incierto futuro. Cuando la totalidad es este
ahora indiviso, incipiente y muriente.
Atención a la verdad y a lo falso Así, la frase podría "rezar": ¿Cuál
es el estado de una mente que fluye en el completo significado
del ahora? ¿Qué consideraciones y sobre
qué hemos de reflexionar para que el cerebro humano
pueda sintonizar con ese flujo de percepción y
comprensión total de lo que en el ahora se mueve,
fluyendo participativamente con ello? Lo que ocurre, es
que la frase utilizada como titular por Mauricio
facilita la atención inicial del lector a tomarse
tiempo para seguir leyendo, pues las que aquí acabamos
de esbozar es muy fácil que el lector las desestimara
de un plumazo, sin prestar atención, al encontrarlas
algo complicadas, si no está algo "familiarizado" acerca de lo que hablamos y siente un profundo interés
por esclarecer el estado del cerebro humano, comprobando
por sí mismo la verdad o falsedad de lo que se
apunta. Perdiéndose, entonces, el clarificador
planteamiento que en el completo artículo, precisamente
titulado con esta frase, «El modo exacto de estar
en el mundo», se hace acerca de las cuestiones
que se han de considerar para comprender por qué
ahora, los seres humanos, el par mujer-hombre,
nos encontramos encadenados a un vivir del cual el devenir
con su consecuente sufrimiento es lo único que
conocemos, aún las esporádicas exaltaciones
en la "alegría del vivir". Y es así,
de lo que podemos sentir la ferviente necesidad
de escucharnos muy atentamente, y descubrir cuando estamos
teniendo un contacto directo con la verdad, lo que implica
darnos cuenta en igual medida, de cuando nos estamos quedando
atrapados en nuestras falsas proyecciones, pues son ellas
las que ocultan la verdad. Ahora nos sentimos "hechos",
que es el pasado, y hemos de sentirnos en estado de flujo,
que es al ahora. ¿Es esto una verdad o algo falso? El hecho y el ideal
«lo
que es y lo que debe ser» |
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El
hecho no se puede cambiar, únicamente se puede
comprender. De la comprensión, el hecho por
sí mismo (sin volición) se transforma
en lo nuevo. En esa transformación el hecho
discurre en el flujo metamorfoseando, ya que la
comprensión es en esencia flujo. Pero cuando
el ideal "intercepta" el flujo emergente
interrumpiéndolo, al convertirse el ideal en
la asunción de lo que ha de acontecer, precisamente
impulsado por el acto volitivo procedente de la "predilección", ocurre la incomprensión y de ella el conflicto.
El ideal es mero pasado y con él no se puede
comprender. El ideal, que pretende cambiar un hecho,
sujeto como está por la conclusión,
por el pasado, impide a lo nuevo emerger transformando
el hecho. Entonces ahí, el flujo está
truncado y distorsionado. El ideal no transforma el
hecho, únicamente lo oculta, permaneciendo
el hecho retenido sin variación. Y para que
el hecho pueda naturalmente transformarse en lo nuevo
ha de ser captado y comprendido sin ideal alguno. Separatividad y mortandad
«
le permita dejar atrás el perplejo
caminar por la selva de incertidumbre al que lo
condenó la conciencia de su separatividad
(E. Fromm) y mortandad,
» |
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Pero
ante todo nos deberíamos preguntar, para asumir
que este "intento" de no sentirse perplejo proviene
de alguna realidad interior con pleno significado, si
ella misma, esa perplejidad, no surge de algún
"mal entendido" en nuestra forma
de sentir y percibir la vida. En principio, la separatividad es una ficción del pensamiento, ella no es real,
pues, como mínimo esto es empírico, y de
hecho verificable a cada paso, en cuanto a los aspectos
físicos; la interrelacionalidad que une
las cosas en un todo es indiscutible; galaxia, estrella,
planeta, vida, etc. El universo completo es un compendio
único en el que todo se encuentra interrelacionado
e interdependiente, lo que hace que nada esté separado.
Así, esta falsa percepción de separación
¿de donde proviene? ¿Del ancestral "divide
y vencerás"? Es indudable que el cerebro
humano arroja dos funciones extraordinarias, aunque posiblemente
con diferenciada importancia. El intelecto (funcional)
y la conciencia (el acceso a la inteligencia), y una combinación
de estas dos cualidades mal utilizadas, es de donde surge
ese falso sentimiento de separación que el ser
humano experimentamos a nivel mental y de ahí a
nivel psicológico y desde luego entonces a nivel
colectivo, social. El intelecto trabaja con pensamiento,
el cual es utilizado por el "razonamiento" que
el mismo intelecto lleva a cabo. Sin embargo, el intelecto
no se da cuenta del principio fundamental de la incompletitud
del conocimiento, y de cómo esa carencia mengua
todavía más la posibilidad de comprender
que nada está separado. Y por cierto que el mismo
material que utiliza el intelecto, que es el conocimiento,
el pensamiento, es algo que se encuentra dividido, entonces
¿no se ve claro en esto que es el pensamiento el
que proyecta esta separatividad? Por otro lado, ¿a
qué denominamos conciencia? Ya que si del único
movimiento que nos "damos cuenta" es
exclusivamente del intelecto, de los contenidos que él
"descifra", es obvio que nos damos cuenta de
muy poco, o sea, de lo fragmentado. Es aquí donde
quizá, debamos plantearnos la diferencia entre
"conciencia" y "consciencia",
|
Observando
al Observador
RICO PAR 1990
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que podría aportarnos luz para comprender más
de cerca qué es lo que está aconteciendo
en el cerebro, al ver la diferencia entre ellas. O en
cualquier caso, en principio y tras una actitud abierta
al descubrimiento, precisar que hemos de comprender de
forma totalmente "exacta", qué es lo
que significa "conciencia". El ego-céntrico es el problema
El siguiente punto, cuando el
ser humano toma conciencia de su mortandad, ¿por
qué esto debería traer incertidumbre,
generar problemas? ¿Puede algo que es un hecho irrefutable,
por otro lado substancial a la propia creación,
a la vida completa, como lo es la muerte, convertirse
en algo incierto? O en cualquier caso, ¿producir
incertidumbre y ser portador de dolor y confusión?
Un hecho es un hecho, únicamente no comprenderlo
es lo que pone en modo de sufrimiento a la psique. Cuando
hay comprensión no hay sufrimiento. Cuando uno,
cualquiera, lo mira desde cerca, con atención
y sin predilección ninguna, ve que la vida
está muriendo, y de la muerte nace la
vida. Este ciclo inseparable es incuestionable.
Todo lo "formado" se encuentra sujeto a esta
onda. Entonces, la pregunta es: ¿por qué
la psique padece, sufre, y se esfuerza en proyectar
quimeras, por el hecho irrevocable de la muerte? ¿No
es la psique, presa del intelecto y de la memoria psicológica
trabajando juntos, atrapada en el tiempo, que proyectando
un ficticio centro crea el miedo a la
propia disolución de ese centro? De nuevo, ¿no
es un mal entendido todo el proceso en su conjunto,
la psique céntrica y una falsa conciencia de
ella como una realidad verdadera, que proyecta incertidumbre
y perplejidad donde no hay ninguna? Así, sintiéndose
la psique separada al enclaustrarse en un "cúmulo
psíquico", una fija estructura de
neuronas y sinapsis en el cerebro proyectando conclusiones
intelectuales mezcladas con recuerdos psicológicos,
emocionales, todo ello el pasado proyectándose
en el flujo del ahora, ¿sea de ahí de
donde emerge la ficticia separatividad que ese bucle
psicológico proyecta, y entonces a la par surge
inevitablemente el miedo a la muerte, que es que ese
movimiento egocéntrico se detenga?. Elimínese
la centricidad del cerebro, y entonces ¿qué
es la conciencia? ¿Cómo se "experimentará"
la psique? ¿Qué significado revelará
entonces la vivencia? Aquí sentimos que este
es el gran, y tal vez el único, problema o dificultad
relevante con el que nos enfrentamos los seres humanos,
el par mujer-hombre.
Significado "sentido" versus significado "pensado".
«
la posibilidad de la ausencia de un sentido
esencial de la vida,
sienta pavor del vacío
existencial que ello implicaría.»
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Ciertamente,
jamás, o rara vez, hemos explorado en esta posibilidad,
y de continuo, a partir de cierto momento en la historia
humana, damos por sentado de que "sí"
existe un sentido o significado definible al que podemos
tener acceso, prueba de ello es que las teorías,
las creencias, hasta incluso las supersticiones, desbordan
el conocimiento humano. Se hace curioso que desde cualquier
perspectiva siempre arribamos al mismo punto, partimos
de una premisa falsa, ilusoria, el ego-céntrico,
que es un mero espejismo. Después, todo lo que
a partir de ahí elaboramos está impregnado
de irreales sombras. ¿Una explicación, por
extensa, por coherente, incluso por verdadera, puede manifestar
el sentido de esta inmensidad incapturable en su pleno
significado? ¿Puede el cerebro "capturar"
la totalidad de la que está surgiendo? Las palabras
son meros símbolos que apuntan a un hecho, a la
verdad o a lo falso acerca de algo. Es el intelecto el
que maneja las palabras. Y con la verdad sintonizamos
sin pensamiento, aunque esto lo ha de comprobar uno mismo.
Pero ese sentido "creacional" que atisbamos
ahí, pues de cualquier forma vemos la magnificencia,
la belleza, la desbordante complejidad, nosotros
mismos somos "esa cosa" extraordinaria,
la misteriosa vida, ¿puede ser captado por
un cerebro lleno de ideas-emoción
que son pasado y en un continuo estado reestimulativo
de ellas, anclado en el tiempo? ¿No
se requiere una completa atención más allá
de las palabras, el intelecto silenciado, y una psique
que no se encuentra prisionera, que es completamente libre
para abrirse al significado no conocido? Por eso, no un
significado previamente explicado y luego sentido, sino
al contrario, en principio es "captado" por
el completo ser, "sentido", mente y cuerpo,
después viene el intento de comunicarlo. Incluso,
si ya somos "eso", en todo caso, no se
trata de captación alguna, sino de ver qué
es lo que ahora no nos deja darnos cuenta. Ya que ahora
no estamos abiertos a lo que es, sino a lo que
nos gustaría que fuera. Y esa predilección
proviene de la confusión que ahora domina al cerebro
y a la psique. No es lo que debemos hacer
lo relevante, sino más bien lo que debemos dejar
de hacer, que todavía no hemos aprendido. Al
mismo tiempo, debemos preguntarnos ¿qué
es lo nuevo? Y arribaremos a descubrir que lo nuevo es
lo desconocido, y ¿puede un cerebro atrapado en
la fijación sintonizar con lo desconocido, estar
abierto a ello que es completo movimiento? Nos sorprenderemos
en descubrir que la esencia se encuentra en el "vacío", y entonces discurrir en él, es de donde emanan
el éxtasis y la gloria. Ahora bien, para un cerebro
atrapado en el espejismo de centricidad,
que es un inmenso sentimiento psicofisiológico
de ser uno un centro, esto son meras palabras con las
que poder continuar soñando, pero desde luego atemorizado
por el "vacío existencial"
que el propio ego-céntrico produce. Principio y fin en el ahora: el propósito.
«
¿Qué implicaciones tendría
el que las cosas, nosotros y la vida, no tuviéramos
un sentido, un propósito o un fin?
.» |
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Desde
cualquier perspectiva que observemos la creación,
científica o sensitiva, es fácil, tras descubrir
la complejidad y la belleza a la que ella llega a través
de la inteligencia natural aprendiendo, tener de ello
una sensación de propósito, "creación". El propósito es el fin, y el fin es el propio propósito.
La vida es el principio y el fin de sí misma.
Esto, cualquiera puede "sentirlo", y luego,
cuando lo piensa se hace un lío. Porque existe
otro ingrediente que pasamos por alto, y es el misterio,
precisamente lo desconocido. Lo cual no puede explicarse.
El sentirlo se encuentra en el ahora vivo, único
e irrepetible. El pensarlo se encuentra en un reducido
campo de registros que proyectan sensaciones, no conectadas
en directo con el flujo vivo, como sí hace el sentir
completo, que es la unisonidad del flujo. El pensamiento
por su propia condición es fragmentario y a la
vez fijo, pues se sostiene en el conocimiento. La totalidad
no puede vivenciarse desde un cerebro ocupado y quieto,
estancado en la parte. Y esto se hace obvio por sí
mismo, ya que cuando uno se deja llevar por "la
nada", siente que todas las cosas son una sola.
Cuando percibimos a través del conocimiento, al
ser éste fragmentado, el sentimiento que entonces
tenemos de la realidad se impregna de esas divisiones.
Cuando percibimos sin permitir la infiltración
del conocimiento, el sentimiento es el de "un
todo unísono". Y ahora cuestionaremos
algo, que no debe pasarse a la ligera, ¿puede el
cerebro y la psique, aislados en "ladrillo y asfalto",
desconectados de la naturaleza, despertar esa inocente
docilidad con la nada? Puesto que tal vez ahí nos
sorprendamos, y descubramos que es en eso en lo que se
encuentra todo el significado. Ahora bien, la creación
a todas luces es flujo, interminable e imparable, aunque
en ocasiones podamos experimentar una quietud "casi"
completa, lo cual significa que ese sentido al que apuntamos
se encuentra en movimiento, como la verdad, y que de ninguna
manera podemos retenerlos. Esto nos lleva a estar de continuo
descubriéndolas, la verdad y la vida, y
es precisamente en ello en lo que estriba la belleza.
Cuando hay belleza, hay amor e inteligencia, entonces
la relación humana es algo por completo distinto
de lo que ahora hacemos.
Sintonizando la "mente humana"
«
partir de la idea de que no hay una verdad
ni una base sólida e incuestionable sobre
la cual pararse para hablar universalmente, lo que,
en forma paradójica, y precisamente por ello,
porque nadie puede hacerlo, nos permite encontrar
una especie de certeza universal en tal constatación,
constituyéndose en la base para cimentar
un diálogo en el que lo único que
se excluyera fuera cualquier intento de afirmar
unilateral y arbitrariamente una verdad.»
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Ciertamente, y qué bella
"expresión psico-matemática",
si es que se nos permite calificarlo de esta manera.
Pero a su vez se revela, ¡lo complejo pero también
enrevesado que se hace el pensamiento y su conocimiento!
Cuando tenemos una vivencia directa, sin intervención
del pensamiento, ¿no es eso un contacto directo
con la verdad? No con una verdad o con algo que es verdadero,
sino con la verdad en sí misma.
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Intelección
- Percepción
La intelección se enfoca en un punto
del campo del conocimiento, que es un subcampo
del campo de la realidad. La percepción,
sin foco alguno, atiende al completo campo de
la realidad, "expansividad" sin límites,
la totalidad.
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Y esto no es un juego de palabras. Cualquiera, o al
menos es de desear que así sea, ha tenido o tiene
en alguna ocasión o muy a menudo, el auténtico
sentimiento de que está en contacto con la verdad,
aunque esa percepción sea algo transitorio, pero
esto es lógico, nos encontramos en estado de
flujo y cambiando, que es el estado en el que se encuentra
la creación completa. Absolutamente todo es
transitorio, esta es una afirmación sin negación
ninguna, y dudo que nadie sintiera que no establece
contacto con la verdad cuando le presta atención
a este hecho.
De la misma forma, es esta transitoriedad
la que manifiesta que todo es flujo, de nuevo,
una aseveración que conecta con una verdad irrefutable,
"absoluta". ¿Estamos equivocados
con este planteamiento? Desde luego que la verdad no
es una antorcha que pueda llevarse en la mano proyectando
su luz y pregonándola a los cuatro vientos. Ya
que ha de ser uno mismo que se "concuerda"
con ella. Puesto que asumimos que la verdad existe ¿o
esto no es cierto? Y lo que parece hacerse evidente
es que sí hay atisbos de sintonía con
ella. Aunque condicionados por lo físico y el
pensamiento, en muchas ocasiones, quizá demasiadas,
nos encontremos en el océano de la ignorancia.
Desde
"El
modo exacto de estar en el Mundo"
por
Mauricio Márquez
Murrieta
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Artículo |
luego sentimos que hay cosas que nos unen o nos separan,
(hemos hablado de la "separatividad"),
y si las observamos veremos que la totalidad de las
que nos separan provienen del pensamiento. Pero los
hechos fundamentales son comunes a todos. Los
hechos son nuestro primer "puente" para evidenciar
la unisonidad implícita y manifiesta en
la que participamos, pero que desde luego ahora no vemos.
Los hechos, percibidos lúcidamente, son los únicos
que pueden sintonizar los cerebros en el "campo"
de la mente, indiviso y único, ahora relativamente
separados por lo físico, pero muy profundamente
divididos por el pensamiento y lo psicológico.
¿No podríamos entonces utilizar como base
de nuestras deliberaciones, de nuestros diálogos,
(en el sentido que damos de diálogo a partir
de como por ejemplo David Bohm lo propone), situarnos
en ese campo de premisas factuales comunes que nos unifica?
Porque por cierto, el hecho de que ahora nunca paramos
de cuestionarnos a nivel psicosociológico, qué
debemos hacer para transformar nuestra violenta y frustrante
vida, o qué es lo que estamos entendiendo mal
para estar sufriéndola, proviene del hecho de
que nos sentimos separados, divididos, de lo que postulamos
que "nuestra obligación" es juntar
las partes, a tenor de ver que las partes nos separan
produciendo miedo y violencia. Cuando la cuestión
es averiguar por qué lo que en verdad nos manifiesta
como "uno", ahora lo desestimamos,
queda oculto, y nos aferramos precisamente a lo que
nos divide, que es, el ego-céntrico
que creemos que somos, y todo lo que de él se
produce. El ego-céntrico nunca puede estar unido
a nada, pues incluso está dividido de sí
mismo.
RICO PAR
(Fechas interior
texto "Sintonía de la Mente. Parte
II).
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