El Mirlo
EL ESPEJISMO
Artículo 4 de 6
El entrenamiento del espejismo
El cerebro engañado
El cerebro puede ser fácilmente "engañado" para sentir y proyectar una realidad que no existe como tal. Este engaño lo pueden inducir los sentidos, como veremos aquí, pero también la sociedad y el mismo individuo, la cultura, la tradición, y la educación en lo fijo, en lo invariable, que también engañan y confunden al cerebro proyectando irrealidades. Desde diferentes perspectivas esto se manifiesta como un hecho, lo que evidencia que el cerebro es muy fácil de ser engañado. Partiendo de "determinados condicionantes" el cerebro crea en su interior una realidad dentro de un cierto grado de disociación con la auténtica realidad, que puede ser insignificante, o abrumadoramente "cegadora". Mientras en el ámbito de lo físico y de las necesidades en las acciones cotidianas, una pequeña disociación generalmente no tiende a crear problemas, ocurre todo lo contrario en lo psíquico, pues esa realidad que construimos psicológicamente, al estar disociada de la auténtica realidad, por sutil que sea la diferenciación, no puede por más que producir disturbio.
Término "alucinación" en Diccionario Universidad de Navarra
En el orden de lo psíquico, la percepción debe estar "ajustada", tan en sintonía con la realidad viva, que cuando no ocurre así es entonces que lo que se siente y se genera es perturbación de y en la percepción, y como consecuencia en las relaciones. Son muchos los contextos en la relación humana, (que deberíamos denominar seudo-relación), en los que podemos identificar esta desordenada anomalía del engaño en el cerebro. En la sección de apuntes titulada "Cómo constituir un cúmulo psíquico" ya hemos desplegado diferentes aspectos importantes de como se le induce al cerebro el engaño a nivel psicológico, de tal manera que él se "acostumbra" a vivir en el engaño, la ilusión y el espejismo, y lo toma como la realidad.
Ocultación de lo nuevo
Pondremos en esta página dos ejemplos inofensivos que se pueden practicar en pocos minutos con el fin de que el lector perciba por sí mismo hasta qué punto los sentidos, pero más especialmente el cerebro, puede "ver" algo en función de cómo se lo entrena. A fin de cuentas, eso que llamamos el ego, del que se deriva el sentimiento imperante de centricidad, no es más que un entrenamiento aceptado y reconocido socialmente,

Cómo hackear el cerebro y alucinar sin fármacos.
no sólo como inevitable, sino que además se lucha y se sufre para "materializarlo". Se inocula y se emulsiona en el cerebro hasta el punto de que él no tiene oportunidad de "ver" a través de un cerebro "limpio". No sabe lo que es "ver" a través de un cerebro no contaminado, y así, cree que su estado de ego-céntrico cultivado es el único estado en el que el cerebro puede y se debe encontrar. La similitud entre el entrenamiento al ego-céntrico y los ejemplos que en esta página ponemos acerca de las ilusiones ópticas, comparten analogías muy significativas. Contribuyen a poner de manifiesto la importante dilucidación, continua, con la que el cerebro debe en todo momento discurrir, cuestionando precisamente todo lo que ve desde su interior y en su interior. Lo que significa que debe estar completamente abierto a lo nuevo que vaya descubriéndose. Por lo cual se hace claro que si se mantiene "fijo", amarrado al condicionamiento que ha recibido, es únicamente lo que verá, y no tendrá oportunidad de ver lo nuevo.
Los efectos visuales
Si bien podemos experimentar ilusiones o espejismos con cualquiera de los sentidos, los que son más conocidos y llaman mayor atención son los referentes a las ilusiones ópticas, pues realmente ellas demuestran la importante diferencia que llega a existir en ocasiones entre lo percibido visualmente y lo elaborado de esa percepción en el interior del cerebro. O sea, vemos más lo que reconstruimos interiormente en nuestro cerebro, es decir lo que pensamos, que no lo que realmente existe ahí fuera, e incluso "dentro". Diferentes experimentos científicos dan constatación de esto, y variados autores han realizado estudios muy significativos y no exclusivamente en el campo de la visión, pues con todos los sentidos podemos sufrir ilusiones y espejismos. En lo físico, pero se hace evidente que no nos damos cuenta de que esto también nos ocurre en lo psicológico. Indudablemente, como venimos denotando, donde ocurre la ilusión y el espejismo más concisamente es con y en el propio cerebro. Precisamente donde se almacenan todo tipo de afecciones, registros que él realiza a través de crear las oportunas configuraciones neuronales y sinápticas. ¿No ha observado el lector cómo los deportistas o los culturistas modelan la musculatura de su cuerpo, aumentando masa muscular al tiempo de darle determinada forma? Al cerebro le ocurre algo similar, pero en este caso lo que lo modela son el pensamiento y las emociones anímicas retenidas.
RICO PAR (15 de Septiembre 2009)

Nueva Percepción
del Cerebro
(Vídeo 1 de 7)
Programa REDES 375
por Eduard Punset
Fotogramas del Vídeo, INSTITUTO GOODMAN de Barcelona.
Nota técnica: Sentimos no acompañar las siguientes ilusiones ópticas aquí enlazadas con los nombres de los autores que las diseñaron, ya que localizarlos implica un cierto tiempo de búsqueda con dudosos resultados. Mas no queremos dejar pasar comentar esto, pues si bien las ilusiones ópticas corren por la Web, casi como una colección de "cromos anónimos" se tratara, somos conscientes que muchas de ellas son fruto de largas horas de estudio, en muchos casos muy complejo, y que pareciera desmerecerlo no acompañar siempre cada ilusión, óptica o de cualquier otro tipo, con el nombre del autor que la realizó o la descubrió. Nada más y nada menos como se hace con otros conocimientos.
El Punto Verde
Fije el lector su mirada enfocada en la cruz situada en el centro de los puntos magenta repartidos en forma de circunferencia, y denote la aparición de un punto verde que va girando superpuesto a los otros. Puede tomar otro punto imaginario para mantener la visión fija, incluso los vértices del cuadrado, la ilusión continuará ocurriendo. El punto verde no existe, es irreal, no se encuentra en la figura. Observe también, que cuando enfoca la visión a los puntos magenta pero sin detener la visión visualizándolos aleatoriamente, entonces lo que percibe es que de manera secuencial cada punto magenta desaparece unas décimas de segundo, pero no existe ilusión ninguna. Mientras la visión se encuentra en movimiento no aparece el punto verde, cuando la fijamos, que no la movemos, la ilusión aparece.
Alegoría del Punto Verde
Psicológicamente ocurre algo similar. Cuando fijamos la percepción del cerebro en un cúmulo de recuerdos emocionales almacenados, se proyecta una sensación psicofisiológica con todas las cargas que esos recuerdos contienen, y las sentimos como si fueran reales. Es una circunstancia análoga a la del punto verde, aunque con mayor complejidad y participación de estructuras neuronales. Ya que si uno no se queda "fijo" en esos recuerdos, el flujo inevitable de todas las cosas, nos permite ver la totalidad del nuevo acontecimiento por el que estamos discurriendo, y participamos del movimiento sin quedarnos fijos. De lo cual deja de desprenderse sensación de centro ninguno. La propiocepción no se extiende entonces a lo psicológico. La analogía nos lleva más lejos. Mientras el cerebro se encuentre en movimiento, tiene una oportunidad de "conectar" con los hechos, cuando se queda fijo, de cualquier manera, siempre se proyectará algún tipo de ilusión que le impedirá conectar con los hechos. (19/9/09).
El Rostro de…
Si ya conoce este efecto óptico puede prescindir de él si no le apetece realizarlo de nuevo. De cualquier forma, una vez experimentado el completo proceso que lleva a vivenciar la ilusión creada, prestando atención a cómo se mueve el cerebro, podrá comprobar ¡qué "mágico" puede llegar a ser! En pocos segundos el ojo queda "emulsionado" hasta el punto de continuar enviando la información al cerebro, y éste, como es lógico, realiza su interpretación.
Ilusión por sobreexposición
¿Recuerda el lector de alguna ocasión haberse quedado cegado por una potente fuente de luz, como por ejemplo el Sol? Durante un rato se experimenta una masa semiopaca pero densa y hasta cierto punto dolorosa que nubla la visión. Esto sucede a causa de que la retina ha sido sobreimpresionada con mayor caudal de fotones (partículas que transportan la energía lumínica), del que ella puede absorber. Entonces experimentamos esa sensación de quedarnos cegados. Indudablemente si prolongáramos la exposición el ojo podría sufrir daños irreversibles. A medida que la retina va recobrando su caudal natural de recepción de luz, la visión va recuperando su estado normal.
En la ilusión óptica que sugerimos, se produce algo similar a causa del tiempo de exposición que requiere experimentarla, pero indudablemente, sin correr ningún tipo de peligro. En ella se reúnen una serie de peculiaridades gráficas, que en conjunto articulan todo el efecto. Cuando se le presenta al observador el dibujo, no es difícil que reconozca una forma humana, hasta cierto punto, pero véase el hecho de que ella se encuentra en negativo, factor muy importante a la vez que significativo. Al concentrar la visión durante un período de tiempo en un punto concreto de la imagen, contribuye a que la gran masa negra que precisamente es ausencia de emisión reflectante, aumente la sobreexposición de la retina de las partes blancas cercanas al foco de la visión, que en este caso se encuentran colindantes a los puntos en los que la estamos centrando. Así, cuando dejamos de mirarla, esa sobreimpresión en la retina sigue enviando información al cerebro, pero obviamente son las partes blancas las que han sido registradas por la retina, no las negras, pues son ausencia de luz. Entonces el cerebro evalúa lo que le llega, la información que la retina continua enviando por unos segundos al apartar la visión de la imagen, y que ya no proviene del objeto real, sino de la sobreexposición a la que el ojo ha sido expuesto.
El rostro de Jesús se encuentra implícito en el dibujo, pero el cerebro no lo ve mientras lo está observando directamente, y cuando se ve obligado a interpretar la sobreexposición que el ojo ha padecido, que ya no proviene del objeto en sí, del negativo, es cuando "proyectándolo" en positivo el cerebro ve el rostro situado en la superficie que utilicemos para experimentar el efecto.
Esto no lo hemos medido, pero supongamos que la ilusión óptica se experimenta de forma óptima durante unos 3 o 4 segundos de media, entonces podemos hacer un cálculo: si 40 segundos de exposición ocular proyectan una ilusión de cuatro segundos, una exposición del cerebro completo por un período de dieciséis años, ¿cuánto tiempo nos devolverá de ilusión?
En principio podría parecer que no hay correlación entre las dos situaciones, sin embargo, tanto la retina como el cerebro, comparten la cualidad de poder ser emulsionados, esto está constatado. Aunque la retina se limite a captar fotones, y el cerebro se encuentre captando y reuniendo un campo mucho más complejo de corrientes eléctricas, químicas, pues recibe toda la información del resto de los sentidos a la vez que las sensaciones psíquicas que en él se producen, igualmente él se está emulsionando, sobreexponiendo con todo lo que en su interior acontece influido por lo que ocurre a su alrededor, por lo que lo envuelve.
RICO PAR (Septiembre 18, 2009)

Induciendo el Espejismo
Espejismo Ondulatorio
Es éste uno de los efectos ópticos más sorprendentes, pues no sólo se convierte en un espejismo, sino que incluso podemos calificarlo de alucinación. Parece hacerse indudable que es fruto de una profunda investigación y conocimiento del comportamiento de la visión y el cerebro, pues puede apreciarse que ha sido diseñado de manera concisa y deliberada. Decir que si el lector ya lo ha experimentado, no es preciso repetirlo si no le apetece. En caso contrario le recomendamos lo lleve a cabo, pero lea antes las recomendaciones que le sugerimos.
Sugerencias
El lector debe hacer este experimento con mucha calma, sentado cómodamente, prestando atención al hecho de que está siendo inducido a registrar un movimiento "repetitivo" a través de la visión. Respire hondamente antes de comenzar la sesión, para tranquilizar el sistema nervioso. Tómelo como un juego, (que lo es), pero atienda con la máxima seriedad posible. Mientras lo realiza no se deje distraer con otros movimientos físicos cercanos o con sus propios pensamientos. Siguiendo estas pautas, su sorpresa será mayor cuando se encuentre experimentando el espejismo. Seguidamente lea las instrucciones atentamente. Nosotros le recomendamos para la visualización final una vez terminado el período de "adiestramiento ocular y cerebral", observe objetos grandes de la estancia en la que se encuentre: muebles, puertas… etc.

Ilusión Óptica y Alucinación
Instrucciones
1 – Vea el vídeo a pantalla completa.
2 – Sitúe la mirada fija en el centro de la pantalla, manteniendo lo ojos inmóviles.
3 – Mire fuera de la pantalla al concluir el vídeo.
¡Sorprendente, verdad? Sentimos no haber localizado el autor, o el equipo, que ha diseñado tal efecto. Al igual que no poder incluir la búsqueda ¿científica? que le/les ha llevado a realizarlo.
Comentando los resultados
Es de esperar que usted comience a leer este párrafo habiendo realizado el experimento, y encontrándose de nuevo con la visión normal cotidiana. Habrá quedado sorprendido, al ver como los objetos realmente ondulaban. Si vio la película, se habrá acordado de ella: "La Ciudad de los Niños Perdidos", la escena en la que el ladrón de sueños, si no lo recuerdo mal, "fisgando" en la mente del niño perdido por él secuestrado, se presenta como Papá Noel, escena en la que el mundo onírico sufre una distorsión ondulatoria, suave y constante durante un cierto rato. Es lo que acaba de experimentar usted, si nada ha fallado, claro, aunque a una velocidad mayor. Habrá visto que los objetos ondulaban realmente, pero obviamente, consciente de que era un espejismo inducido, aún la incertidumbre y la sorpresa. ¿No queda intrigado con la facilidad que se puede inducir un espejismo en el cerebro?(19/9/2009).

Analogías
Expansión-compresión
A partir de los efectos visuales podemos elaborar deferentes analogías entre el efecto óptico determinado y el comportamiento del ego-céntrico. Utilizando la imagenadjunta, por ejemplo, podemos ver representado el movimiento centrípeto y expansivo que el ego-céntrico manifiesta. Las franjas negras, que por un lado tienden a concentrarse en un punto y por otro se expanden hacia el exterior ensanchándose dan noción de esto;. Por un lado el ego-céntrico es "muy suyo", se cierra en sí mismo. Y por otro, requiere expandirse en los otros egos-céntricos, precisa reafirmarse. Al mismo tiempo, él siente ese movimiento como una auténtica "obertura", las espirales en el dibujo, que son el auténtico efecto óptico que produce la composición gráfica, éstas espirales no existen en la realidad. El ego-céntrico siente lo mismo, que se abre o se cierra, se comprime o se expande, lo cual es un movimiento ilusorio. El sentimiento ilusorio que el ego-céntrico experimenta de aislamiento o de "extenderse" en los otros, está representado en la figura por las imaginadas espirales inexistentes. Ambos efectos, el óptico y el psíquico, son producidos en el "campo" de las sombras que la realidad proyecta, pero que obviamente no tienen substancia ninguna. Únicamente existen circunferencias concéntricas que van aumentando su tamaño, y sugiere una onda similar a la que puede transmitirse por el agua. Es evidente que de la actividad del ego-céntrico se emanan "ondas" a través del comportamiento y la jerarquía psíquica, que afectan en una determinada medida a su entorno psicosocial, mas la base de donde esa radiación surge, es una mera configuración de limitados registros, que proyectan la ilusión a través de todo el contenido del programa "yo soy". Al igual que en el dibujo, unos grafismos con tinta negra sobre un fondo azul, en la psique, unos recuerdos fijos sobre una red neuronal, crean la ilusión de compresión y expansión. Cualidades que el ego-céntrico obliga a la psique a experimentar como substanciales. (19/9/2009).
Grandeza-pequeñez
La figura adjunta a este párrafo es un efecto óptico muy popular. Los segmentos horizontales son iguales, sin embargo los segmentos en forma de ángulo que inciden en sus extremos, en función de si son abiertos o cerrados en relación al segmento horizontal, producen el efecto óptico de la diferencia de longitud entre ellos. El inferior, con ángulos que se abren hacia fuera, lo vemos mayor que el segmento superior, que lo vemos menor a causa de los ángulos que lo encierran. Cuando el ego-céntrico se "cierra en sí mismo" se siente más pequeño que cuando se abre al exterior manifestándose, entonces se siente más grande. De hecho, su "regocijo" es la autoreafirmación y esto no puede venir más que de fuera. Posiblemente el lector pensará, ¡qué imaginación tiene este que escribe!, pero si lo observa, la alegoría no es tan descabellada. Podríamos seguir con otros efectos ópticos y encontrarles una especie de analogía entre el mecanismo que proyecta el ego-céntrico y la mecánica que produce los efectos ópticos. Aunque a diferentes niveles de complejidad, ambas situaciones comparten una cuestión de emulsión, de sobreimpresión, precisamente en el mismo órgano, el cerebro.
Sobre la gloria creacional
La siguiente imagen que proponemos no es precisamente un efecto óptico, más bien el artista que la ha desarrollado, (sentimos no disponer de su nombre), ha aprovechado su conocimiento de los efectos ópticos para realizar una imagen doble imbricada en una sola que está explicando algo muy relacionado entre ambas. Es ciertamente muy poética. El Sol, el mar, el horizonte, el Universo. El árbol, la pareja, y la vida generándose. Una noción de "santidad" que parece hemos perdido, o quizá no descubrimos nunca. Y con tal exultante belleza desprendida, nuestro corazón anda roto. El ego-céntrico la interfiere, y así, andamos al borde del precipicio por el que podemos caer en lo irreversible, que será quemar esta inteligencia natural de la que todo brota, por negligentes e ignorantes. Véase la importancia de que el ser humano dejemos de vivir en la "fatamorgana" psíquica que hemos aceptado, y despertemos a nuestra auténtica dimensión cósmica en una mente completamente libre y sin miedo, discurriendo en el discernimiento de la inteligencia. (12/1/2010).
Ilusiones ópticas procedentes de la Web "eluniversogratis.com". Visitar Portal .
RICO PAR (fechas dentro texto)
La capacidad del Cerebro
Visitar en Web
SLIDESHARE
Ilusiones Ópticas
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El Universo Gratis
Ilusiones Ópticas
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TARINGA
   
Sentidos, sensores
del cerebro-organismo.
El entrenamiento
del espejismo
La paradójica
patología humana
EL ESPEJISMO
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Espacio Descubrimiento y Dilucidación
Esponsoriza y Aloja:
Espejismo de Centricidad - RICO PAR - 2008/09
http://www.tmirlo.com