El Mirlo
EL ESPEJISMO
Artículo 5 de 6

La paradójica patología humana

Desorden mental y dificultad
David Bohm: En el momento presente, la humanidad se enfrenta a un aumento casi explosivo de las dificultades generadas por todos los intentos de resolver los desórdenes de nuestro pensamiento y de nuestro sentimiento como si de problemas se tratara. Hoy pues, resulta más urgente que nunca prestar atención no sólo al estado de cosas externo sino también a la torpeza y falta de sensibilidad interna que nos permiten seguir ignorando la paradoja de nuestra mente y nuestro corazón en que se asienta la confusión externa. El ser humano debe cobrar conciencia de la profunda paradoja en la que se hayan inmersos los sentimientos e ideas que tiende a identificar erróneamente como su «yo más profundo», puesto que una mente atrapada en esa paradoja inevitablemente caerá en el autoengaño y creará todo tipo de ilusiones que prometen liberarle del dolor que necesariamente acompaña a esa contradicción. Tal mente no puede darse cuenta de las relaciones reales existentes entre el individuo y la sociedad. Por ello, cualquier intento de «resolver los problemas de uno mismo» y «los problemas de la sociedad» no sólo se revelará inútil sino que, de hecho, generará más dificultades adicionales.
Obviamente, esto no significa que debamos renunciar a todo intento de poner orden en la vida del individuo y la sociedad y que no nos concentremos en el desorden mental que impide acabar con las dificultades que nos asedian puesto que, de hecho, el trabajo interno y el externo van de la mano. Pero…(continúe el lector en el texto original).
Problema, proposición.
Contaminados
hasta el cerebro
De manera muy abreviada, pero concisa y esclarecedora, en el capítulo 4, EL PROBLEMA Y LA PARADOJA, David Bohm en su obra "Sobre el Diálogo", muestra que nuestro principal "problema" sea a bien seguro el hecho de no comprender bien lo que significa un «problema». Si bien los problemas tienen su campo de acción, coherente y la mayoría resolubles, en cuanto a los aspectos prácticos y técnicos de la vida cotidiana, la misma concepción de problema no podemos aplicarla a nuestro movimiento psicológico, pues con lo que entonces estamos tratando es con "paradojas" y no con problemas. Esto se hace muy claro; Bohm define el término «problema» en base a su etimología, como «proponer», "someter a discusión o consideración una idea propuesta para la resolución de determinadas dificultades o insuficiencias". Así, un problema tiene unas ciertas premisas latentes y evidentes que damos por buenas y que configuran el mismo problema, pero que de alguna manera se encuentran "enredadas", y que a través de encontrar un determinado orden de ese cierto grado de "enredo" que hay en el problema, podemos extraer de él una resolución, pues precisamente ella ya se encuentra implícita en el propio problema. Nuestras innumerables "prótesis" materiales que nos construimos denotan este hecho, ya que todas son fruto de la resolución de problemas. Pero véase que "paradójicamente", ellas también nos crean nuevos problemas.
David Bohm pregunta:
"…pero ¿qué ocurre cuando nos adentramos en el dominio de los problemas psicológicos y de los problemas que aquejan las relaciones humanas? ¿Acaso tiene algún sentido formularnos este tipo de problemas o se trata, por el contrario, de un dominio en el que los presupuestos que se hallan tras las cuestiones sometidas a discusión son falsos, contradictorios y absurdos?"
Paradoja, contradicción.
Una paradoja significa una contradicción irresoluble. Configura y sitúa al pensamiento y al sentimiento en un estado de confusión, pues la verdad y lo falso se sobreponen de manera recursiva en un bucle infinito, lo cual, para un cerebro que precisa la coherencia en la misma manera que el organismo completo precisa de oxígeno, obviamente el sostenimiento de la paradoja le lleva al absurdo. Los presupuestos en los que se mueve la psique, que provienen de formas de sentir retenidas, que por mera comparación y mecanicidad refleja le indican a la psique si el acontecimiento que está teniendo lugar en el momento vivo es de su agrado, placentero, o más bien lo está padeciendo por sentirlo doloroso, son presupuestos falsos y que se sostienen en la contradicción. Cuando el suceso que está aconteciendo no encaja con nuestra predilección, nos sentimos heridos, esto tanto a nivel individual como en la relación. De esa dolorosa afección proyectamos un mecanismo de defensa, desde luego psicológico, y desde esa proyección dejamos de comprender el suceso que está aconteciendo, lo cual nos introduce más hondamente en la misma contradicción.
Abiertos a lo nuevo, ¿o repetición continua?
Más generalmente, enfocándolo desde una perspectiva más simple, lo que ocurre es que así como lo mecánico, lo físico, lo podemos tratar "imponiéndole" la retícula del pensamiento, al movimiento psicológico, que es el sentir de uno en el ahora, no le podemos imponer ningún tipo de preferencia o rechazo, o sea, ninguna forma de juicio. El hacerlo, que es de donde está surgiendo la descomunal "paradoja" en la que vivimos, conduce a sufrir la vida, y a discurrir, sino más bien estancarse, en relaciones humanas fragmentarias y opuestas, que generan todo tipo de dificultades que padecemos. Imagine el lector lo atroz que es la trampa psíquica en la que estamos atrapados, que el propio pensamiento, partiendo de la lógica y la razón, puede ayudar al cerebro a ver claramente este hecho confuso en el que estamos retenidos, sin embargo, el sólo acto de verlo intelectualmente no es suficiente, pues no opera, no libera a la mente. Y cuando damos con la auténtica acción que nos llevaría a trascender la paradoja, "elevar" la conciencia a un campo de atención que nos permita ver la paradoja en toda su estructura, se nos hace muy complicado discurrir en ese alto nivel de percepción directa y completa. No en vano, no sólo el medio cultural del que formamos parte, sino nuestro propio interior, están reestimulando de continuo el que nos encontremos afectados por la paradoja, pero sintiéndola como si ella fuéramos nosotros mismos. Esta paradoja psicológica es lo que experimentamos como el ego que creemos que somos, con toda su potente sensación de centricidad, a partir de lo cual se suceden nuestras relaciones. Podríamos decir que no somos nosotros mismos los que nos relacionamos unos con otros, sino que son esos sentimientos contradictorios provenientes del pasado que se ponen en juego los que están relacionándose, y nosotros somos meros muñecos de ellos.
David Bohm: "Debemos prestar atención a esa pauta paradójica que ha dominado nuestro pensamiento y nuestro sentimiento, una pauta que va más allá incluso del ámbito de la sociedad y de las relaciones humanas e impregna el pensamiento y el lenguaje humano. Y, puesto que todo lo que hacemos se halla modelado y conformado por nuestra forma de pensar y de comunicarnos, estas pautas paradójicas tienden a extender la confusión a todas las facetas de nuestra vida."
Fragmentos de texto de David Bohm del capítulo 4, El Problema y la Paradoja.
Título original de la obra: ON DIALOGUE.
SOBRE EL DIÁLOGO, David Bohm 1996. Edición a cargo de Lee Nichol.
Edición española:: Editorial Kairós S.A. 1997
RICO PAR (Septiembre 20, 2009)
El espejismo ego-céntrico
Pudiera algún lector escandalizarse de denominar enfermedad al estado del cerebro ocupado por un mecanismo psicológico ego-céntrico, mas si definimos como una manifestación de cualquier enfermedad el dolor, podemos observar por nosotros mismos que esa "entidad" interior a la que se nos entrena y más adelante nos identificamos con ella, es portadora de sufrimiento interno y en la relación humana, por lo cual, se manifiesta la premisa inicial con la que definimos un estado de enfermedad. Obviamente no sólo con este sencillo hecho queda claro, pues las pruebas de nuestra incapacidad para hacer las cosas juntos y más allá del deterioro psicológico se hacen evidentes en la completa cultura planetaria. Negociamos muy bien, aunque no todos, pero compartir ni idea tenemos de lo que es eso. Indudablemente, si así fuera, nuestras circunstancias y el fluir de la vida serían algo muy diferente.
Ego e ilusión
El Profesor P. Krishna tiene un artículo "meditación-reflexión" cargado en Internet, titulado ¿Es el ego una ilusión?, que por sí solo ya bastaría para poner de relieve la calificación que hacemos de "estado patológico" al hablar del estado de nuestro cerebro. No deje el lector de visitarlo y prestarle atención, comprenderlo profundamente. Hemos de adelantar al lector si todavía no lo ha leído, que el texto se desarrolla bajo un enfoque muy claro y ordenado, y está explicado para que cualquier persona sea de la edad que fuere, pueda fácilmente comprenderlo. Desde luego después está el darse cuenta uno mismo en uno mismo de los hechos que ahí se ponen de relieve, y ése es un trabajo que únicamente puede hacer uno. Nadie, ningún otro, por mucha energía que pusiera en ello, puede hacer que otro vea y comprenda. Ya que el ver y el comprender es algo que ha de acontecer en uno mismo. Es una vivencia primigenia, como el hambre o el frío. Esta es la razón de que sirve de muy poco lo que cualquier otro diga si nosotros no lo comprendemos desde y en nosotros mismos. Es uno mismo que ha de darse cuenta de que el estado ego-céntrico es un estado de encontrarse enfermo. En principio neurosis, y más adelante males peores.
Naturaleza y conciencia
El cuadro sinóptico adjunto se corresponde con el
Profesor P. Krishna:
Si vemos la verdad de ello y si realmente percibimos el peligro del proceso del ego, no a través de una explicación, no meramente como una conclusión racional con la que estamos de acuerdo, entonces esa percepción del peligro actuará en nuestra conciencia y eliminará el proceso del ego. Su deseo de hacerlo no actúa. Su acuerdo tampoco actúa, porque el conocimiento y las ideas no cambian la conciencia. Pero una percepción profunda de la verdad cambia la conciencia. Y nosotros tenemos esta capacidad de revelación (insight).
párrafo tres de este artículo que aquí enlazamos de necesaria lectura y comprensión. Hemos de aclarar que se nos hace curioso de dónde en ocasiones surge la energía para realizar determinadas cosas, en este caso nos referimos precisamente a esta trascripción del significado que el mencionado párrafo emite, pero llevado a un cuadro léxico-gráfico con el fin de abreviarlo y representar la misma claridad que el texto manifiesta pero desde un punto de vista más visual. El peligro que corremos con este tipo de lenguaje, es construir en el cerebro una estructura de conocimiento de aquello que explica el gráfico muy rígida, de forma que ese mismo "estatismo" más adelante, en posteriores investigaciones, no nos permita interrelacionar los hechos ahí puestos de relieve con los nuevos que vayamos encontrándonos. Este punto se ha de tener muy claro. Toda ordenación que procura transmitir la verdad relacionada con determinados hechos, ha de poder estar expuesta a cambios y a nuevas ordenaciones, que aclaren las anteriores e incluso que añadan relaciones nuevas que aquellas no contenían. Obsérvese que ahora en el gráfico los distintos elementos que se encuentran relacionados están expresados linealmente en una secuencia continua, cuando esos mismos hechos que ahí se apuntan podrían estar representados a través de un diagrama de flujos interactivos omitiendo la linealidad a la que éste se ajusta.
Comprender no es retener
A tenor de esto, nos viene a la mente, que Krishnamurti insistía en que los participantes a las charlas, a las pláticas que el daba y compartía, no tomaran notas escritas, obviamente ni mentales, pues el énfasis debía estar puesto en el escuchar y de ahí comprender. Evidentemente a través de la investigación conjunta. Cuando hemos comprendido algo profundamente, en su base, ya no necesitamos nota ninguna. Ya que las notas o los cuadros mentales impiden la comprensión, declaraba. Y cuando uno esto lo investiga muy de cerca, lo comprueba por sí mismo, ve la verdad que hay en ello. Las palabras y las estructuras de pensamiento que podemos elaborar, nos llevan hasta cierto punto, a partir del cual, para lo único que sirven es para confundir la comprensión. Pues la comprensión es un acto que sucede a un nivel cerebral en el que no hay ninguna estructura fija. Esto es algo que uno ha de comprobarlo por sí mismo. Uno se ha de dar cuenta de cuando comprende y qué significa el estado de estar comprendiendo. Pues sin tener una clara noción de lo que es comprender se hace casi imposible percibir lo que es erróneo.
Comunicación y silencio
Se preguntará el lector, entonces, por qué nos hemos tomado aquí el trabajo de realizar este cuadro sinóptico. Son muchas las implicaciones que podríamos ahora esgrimir a este respecto, pero nos ceñiremos a dos. La primera, y seguramente de la que ha surgido la mayor energía para llevarlo a cabo, es el hecho de que el párrafo apunta a hechos reales completamente significativos, tan claros como puede ser ver un árbol o el cielo. Es esta claridad de la que ha surgido el impulso de reproducirlo dentro de una organización gráfica. Hechos reales, al mismo tiempo, que precisan penetrar muy hondo en la mente dormida, pues ahora ella no percibe esa profunda
Profesor P. Krishna:
Hemos visto que el conflicto y la violencia en la sociedad surgen del conflicto y la violencia que hay en nuestra conciencia. Y el conflicto y la violencia que hay en nuestra conciencia surge del proceso del ego en nuestra conciencia. Por tanto la siguiente pregunta que debemos explorar es ¿qué es el ego? ¿Existe realmente como una realidad en la naturaleza, o es una ilusión en el sentido de que es meramente una creación de nuestra propia imaginación? Esa es una pregunta importante, porque si existe en la naturaleza, entonces no lo puedes eliminar. Pero si está basado en ciertas suposiciones, que no tienen ninguna existencia excepto en nuestra imaginación, entonces no tiene existencia en la naturaleza, sólo tiene existencia en la imaginación.
verdad tan sencilla que el párrafo que subrayamos con el gráfico describe. Y la segunda "motivación" que podríamos esgrimir, que pudiera parecer un pretexto pero no lo es, proviene del hecho de que el lenguaje para comunicar no sólo se limita a las palabras, sino que puede ser un gesto, una expresión facial, un dibujo, una pintura, un canto… etcétera,´etcétera. En definitiva, el lenguaje también lo es un cuadro sinóptico. Todavía cuando en último término debamos terminar con todo pensamiento.
Ego e ilusión
Por otro lado, añadiremos, que aquello que su comportamiento es mecánico, se puede expresar con cualquier forma de lenguaje, y únicamente lo que es algo que se encuentra en movimiento y cambiante, es lo que hemos de descubrir a cada paso. No en vano, la completa creación es lo que hace, elabora unas ciertas estructuras aparentemente fijas, en las que se sostiene la inmensa complejidad que percibimos. Y la creatividad, que es el acto creacional del ahora, se manifiesta como movimiento que está tendiendo siempre a lo nuevo. Y es desde este punto que podemos apreciar el calificativo que utilizamos para definir el actual estado general de la mente humana, "un estado patológico", o sea, enfermo. Y esto es muy claro; la enfermedad se pone de relieve como un desorden que altera las condiciones que se precisan para que el organismo y la mente no sufran daños. Sin embargo, como se hace patente, la mayoría vivimos en la presión y el miedo, la angustia y el devenir por ser, por conseguir, por lograr, con su correspondiente esfuerzo y miedo a la pérdida, que nos tiene atenazados en el estrés que precisamente nos impulsa a escapar de esa continua compresión anímica. A todas luces, con la felicidad siempre en el futuro como meta: deseo y esperanza. Éstos síntomas revelan el desorden, y a partir de una observación más profunda, se desvela la auténtica causa que pone en movimiento todos esos flujos distorsionados, como es patente, el ego-céntrico en su batalla por ser el más grande. El triunfador que consigue realizarse. Y lo peor de todo, por regla general, a costa de sobreponerse a los otros.
RICO PAR (Septiembre 19, 2009)

Ego-céntrico y jerarquía psíquica
Escalas psíquicas, ¿fluyendo?
Si no lo ves no duele. Si lo ves desde lejos, puedes parchearlo, disimularlo de alguna manera para ocultarlo, y si te afecta directamente, sólo entonces te preocupa
Etimología de la palabra "jerarquía"
comprenderlo. Incluso teniéndolo entretejido, emulsionado en ti mismo, es fácil y por otro lado se acepta por costumbre, amagarlo camufladamente de forma que parezca que no afecta demasiado. Aquello que puedes hacer tuyo es a lo que dedicas tu atención. Y lo que crees, sientes, no te envuelve, es algo ajeno y está concordado que puedas desentenderte de ello, y casi vivir como si no existiera. Hay una distancia entre un "centro interno" y una amalgama de graduaciones entre ese centro y los otros centros igualmente envueltos en sí mismos. Las "fuerzas", atractivos que mantienen las múltiples y diversas relaciones entre ese "uno" y los muchos se ordena dentro de una compleja escala psíquica de valores preconcebida. De manera muy importante escala obtenida en forma de herencia, pero de forma real mantenida en activo, alimentada, y ejerciendo sus "gravedades" en el momento vivo, que es donde acontece el flujo, donde todo se mueve y hacemos las cosas. Donde lo vivo, conteniendo el completo pasado y el completo futuro en sí mismos, es lo que está aconteciendo. Acontecer que es lo único que existe. En este ahora vivo y único es en el que estamos todo lo inerte y lo animado unisonamente fluyendo. Desde luego, los humanos, cuadriculados por nuestro interés propio y "estratificados" y "estáticos" en nuestras "escalas psíquicas".
El centro psicológico, la psique humana.
Escalas de valores, adquirimos muchas y confeccionamos de nuevas. Nuestro sentir psicofisiológico está conectado de forma unísona con la construcción intelecto-emoción, almacenada en nuestro cerebro, o al menos desde él sintonizamos con ellas, con lo que las escalas de valores significan. El vivir continuamente lo tamizamos, lo filtramos a través de esas escalas psíquicas, distancias entre centros, esto es evidente por sí mismo y cualquiera puede detectarlo, verlo. Pero acostumbrados, "mecanizados" como estamos a realizar de continuo ese acto de "superposición", ocurre con tal rapidez que no

Búsqueda de imágenes "crisis del hombre" en Google.
atisbamos a verlo en "cámara lenta" , observarlo con paciencia y detenimiento, y lo manifestamos otorgándole la misma naturalidad que tienen las funciones físicas de las que no nos hemos de preocupar pues se suceden ellas por sí solas. La afección del vivir traducida de forma automática por la construcción intelecto-emoción que es el propio centro, lo que denominamos el ego, lo que el "yo mismo" es, está determinando, condicionando en el acto vivo su acontecer. Un estado de condicionamiento condiciona el vivir. Esto también es palpable. Lo que está ocurriendo en el mundo, en un porcentaje muy, muy elevado, es el resultado de la psique humana, de nuestra mente, que por cierto compartimos, pues no es algo que se encuentre separado, dividido, es la mente humana. No existe mente particular y colectiva, es una y la misma fluyendo, o estancándose, a través de la psique, en todo cerebro humano. Pero dominada la psique por el ego-céntrico, no tiene posibilidad de fluir en la "mente participativa" sin horizontes que la delimiten. Conscientes de las excepciones que se dan, todo ser humano estamos envueltos y a la vez envolvemos el cultivo de ese centro, lo que nos hace responsables de averiguar su auténtico significado, su verdadero sentido y movimiento, pero obviamente más allá de las escalas psicológicas que ahora suponemos somos. ¿Qué relación tiene la psique con la mente? ¿Tiene la mente ningún centro?
El ego, espejismo de centricidad, un estado morboso.
Muchos pensarán que es exagerado calificar a este centro psicológico como un movimiento patológico del y en el cerebro, como un estado psíquico poblacional morboso, pues evidentemente ahora se acepta como natural, no
RETRATO DE UN FÓBICO SOCIAL
Apuntamos con este enlace una demostración clara de cómo se puede llegar a enredar la mente cuando se le permite al cerebro tomar al ego-céntrico como una realidad ahí existente. Sin duda ejemplos hay muchos, pero éste se hace de lo más curioso, ya que si bien ahí se está hablando refiriéndose a determinadas personas, no se está haciendo más que poner de relieve los síntomas que manifiesta el espejismo de centricidad operante en cualquier ser humano que lo padece. Esto, tanto para los que se consideran "fóbicos" como para los que se creen libres de toda fobia, pero ambos se sienten egos-céntricos en igual medida. Se ha de comprender muy bien lo que significa la conciencia para poder comenzar a desenredar la liada madeja de pensamiento retenido, de cúmulo psíquico solidificado, que está proyectando esa sensación sentida como real de que uno es ese ego-céntrico que se manifiesta ahí como auténtico. Sin comprender al cerebro, a la conciencia y a la identificación no se puede ir más allá del mecanismo del espejismo de centricidad.
Este enlace contiene "materiales" que para ordenarlos requeriríamos unas cuantas páginas, pero si el lector está comprendiendo la visión y captación global que estamos procurando con la paradoja que padecemos, el espejismo de centricidad, en todos estos apuntes, es seguro que encontrará por sí mismo las interrelaciones que aquí se despliegan para poder comprender el que manifestaciones como esta, y otras de una larga lista, pongan de relieve que pretendemos ordenar la "sombra" proyectada, en lugar de comprender el mecanismo que la genera.
RICO PAR (Septiembre 2009).
se cuestiona que sea una enfermedad. Pero si listamos todos los síntomas que a nivel individual y a la par colectivo manifiesta nuestro estado psíquico y relacional, deberemos plantearnos seriamente que el atisbo de enfermedad mental definida está "ahí y aquí" cada vez más evidente. Este cuadro sinóptico de los efectos que produce alimentar el centro y convertirlo en generador de causas, desborda el espacio-tiempo de este apunte, pero podemos adelantar algunos ítems de la lista. Cuidar fervorosamente a los hijos que considero dentro de todo el círculo del "mí", pero admitir, o permitir, aún alegando impotencia, que los hijos de otros "mí" puedan ser acribillados, es una contradicción psíquica que debe producir obviamente desequilibrio, perder el estado de "estar sano". Considerar asesinato, obligado a castigo, matar a otro ser humano por interés personal, pero al mismo tiempo justificando de diferentes maneras la matanza en masa, aunque lo ocultemos es un movimiento de completo desorden y perturbación interna y colectiva. Considerar que frente al desbarajuste mundial en distintos órdenes, uno deba responder centrándose en "su peculiaridad", aceptando que no puede hacer nada por ello, implica apartarlo o apartarse uno de la auténtica vida, del problema real, y hacerlo o hacerse vivir en un sueño. No ver la realidad sino más bien imaginarla como a uno le "conviene" significa una disociación mental que debe pasar sus "facturas". Esto produce tensiones y conflictos psíquicos evidentes. Aceptar que vivir es hacerlo asustado, con miedo, carente de tiempo y persiguiendo siempre una proyectada meta imaginada, en cualquier orden de la vida, significa aceptar vivir sufriendo. La enfermedad precisamente se manifiesta con sufrimiento. ¿Aceptamos estar mentalmente enfermos? A la postre nadie niega que "hacemos un mundo de locos", sin embargo lo pasamos por alto con negligencia, disimulándolo en la vida cotidiana. Como una simple frase hecha, pues prima el ego-céntrico que lo justifica todo.
Sin descubrimiento no existe lo nuevo
Todo conflicto interno proviene de lo externo, lo envuelto siempre se forma utilizando lo envolvente. Frente a este hecho ocurre que el cúmulo psíquico evalúa el movimiento interno como si la fuente se encontrara "dentro", cuando todo él son impactos que provienen de lo externo. En base a esta falsa construcción

Búsqueda Google imágenes "lavado de cerebro"
psíquica, suponer un centro psicológico interno que de ahí brota, elabora un sinfín de escalas de aprecio-rechazo con lo envolvente, que vienen condicionadas por la aceptación de la herencia, tradición y creencia, y por el propio impulso que esa falsedad perceptiva del completo movimiento produce, ilusión y miedo. Esto no es técnico aunque el lenguaje pudiera parecerlo, se está describiendo el movimiento mecánico que ello significa. El ego es un movimiento mecánico, y la ilusión psicofisiológica que proyecta como centro, es un espejismo sensitivo. Esto se puede demostrar de forma científica, pero se debería trabajar en ello para hacerlo. Todo lo que es mecánico puede comprenderse, así como desvelar todo lo que es falso. Aunque en este trabajo es mucho más rápido y efectivo, comprobarlo, experimentarlo por uno mismo, pues ahí está el cultivo, el completo laboratorio de pruebas y descubrimientos. Hacerlo, investigar en la psique humana, en el movimiento interno de uno, que es el de cualquiera, requiere una profunda atención que ahora generalmente carecemos. Esta atención no puede fluir si no nace un muy amplio sentido de abrirnos a lo nuevo que los hechos estén revelando en el proceso de dilucidación, de descubrimiento. Comprendiendo los sutiles entresijos del espejismo de centricidad surge la visión clara, la que proporciona verdadera certidumbre y continua e inteligente duda y cuestionamiento. El aprender no cesa nunca.
Corriente sanadora expandiéndose
Todo lo que aquí tratamos, que comienza a ser una sanadora corriente en nuestra mente, la mente del ser humano, es algo fascinante, "divertido", nos estamos descubriendo a nosotros mismos "en el fondo" por primera vez en la historia humana. Nos encontramos en un momento en el que ya no podemos desde distintos ámbitos, social, científico, etc., como seres humanos en su totalidad, dejar de encarar esta anomalía que nos acucia a cada ser humano, el espejismo de centricidad, pues está ahí lacerante gritando que lo veamos, que lo detectemos. Es verdad que esta nueva y desconocida corriente de abertura total de la mente,

Las Enseñanzas
de Krishnamurti
de comprensión en la afección que la anquilosa, está surgiendo en forma de pequeñas lagunas, que extendidas a través de seres humanos repartidos geográficamente por el completo planeta, pudiera aparentar ser un menguo movimiento, pero aún la soberana oposición que "lo establecido" está ejerciendo de continuo para frenarla, la situación psico-planetaria a su vez está haciendo que emerja con una potencia inusitada. Es lo que precisamos para poder enfocar la vida que ahora la tenemos muy desenfocada. Esto no es un anhelo de futuro, ni un sueño dorado para paliar el dolor y el miedo al futuro que ahora se vive, es un hecho irreversible si es que de verdad sentimos que debemos acceder a la inteligencia. A fin de cuentas este es todo el problema, nuestro auténtico sentido en esta incapturable creación en estado de flujo que somos, y por qué venimos haciendo las cosas en nuestras relaciones lo mal que las hacemos. Este hecho en sí mismo de "estar sanando", por poner de relieve el error que nos desvía, conlleva una energía que se manifiesta como alegría, como gozo por la vida, de donde a su vez surgen la comprensión y el entendimiento, el hacer las cosas juntos. Es desde el cerebro que "está depurando" la fatamorgana que contiene, que pueden acontecer el desorden y el orden precisos para producir todos los cambios que se requieren sin ápice de conflicto, querella o guerra ningunos. (4/5/09)
Sanar implica asumir que se está enfermo
Son muchos los que presumen que su acción en la vida se basa en el beneficio conjunto. Desde innumerables ámbitos son muchas las personas que reivindican esto como un hecho. Sin embargo, cuando uno lo mira

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"crisis del hombre"
más de cerca, puede ver con facilidad que el movimiento primigenio es la satisfacción, el logro propios. Así, esos verdaderos motivos personales se mantienen ocultos, y lo que se muestra socialmente es esa apariencia de bien común pretendida. La verdad es que la sociedad se encuentra dividida por la fragmentación que la jerarquía psíquica produce, y de esta forma sujeta a la crueldad que esa ilusoria pretensión de realidad infringe, justificándola de mil maneras diferentes. ¿Cómo es que no sorprende el hecho de que la mayor parte de gente que mantiene la jerarquía psíquica, justificándola como algo consustancial a la misma naturaleza, e inevitable para poder organizar la vida, sean los que hablan de libertad, igualdad y los mismos derechos para todos? Parece obvio que ellos lo hacen para consolar a aquellos a los que tienen constreñidos, pues lo pregonan con palabras y decretos, pero sus actos no lo manifiestan. En todo el planeta podemos encontrar a los grandes, los adorados, por muy diferentes motivos, pero pareciera que son el centro de la vida. La suntuosidad que éstos demuestran es espeluznante, y dicen sentirse felices por ser adorados, pero también se hace incomprensible los adoradores. Un poco más abajo en la jerarquía vienen los que mantienen la producción de bienes y recursos, en la que igualmente se va descendiendo en la graduación de poder y mando, manejamiento y coerción, pero que contribuyen a mantener estos dos grandes escalafones sociales, ya que son los que hacen producir a la energía. Y más por debajo, tenemos a los que viven estrangulados por las carencias, son el rescoldo de dolor, todo lo que a ellos les pertenece por el simple hecho de estar vivos, lo queman inconsustancialmente aquellos que presumen de vivir civilizadamente. ¿No es civilización ir más allá de la guerra, más allá de la jerarquía psíquica, más allá de la ilusión en el cerebro? No es posible sanar si no se admite que se está enfermo. (18/05/09).
Despertar implica abrir los ojos
Pudiera parecer por el párrafo anterior que estamos haciendo "oposiciones", nada más lejos. El cuadro psico-social que aquí abreviamos y se muestra en el gráfico, es simplemente una somera réplica del completo "subterfugio" de escalas y niveles que la jerarquía psíquica despliega. Y no sólo fácil de comprender, sino que cualquiera puede evidenciar en términos muy sencillos y generales que es así como está organizada la sociedad ahora. Pero no podemos dejar de pasar por alto el hecho de que la jerarquía psíquica, que es una subcualidad del ego-céntrico, tan ilusoria como él mismo, a pesar de la contundente realidad de sufrimiento que esas ilusiones crean, está inducido en todo cerebro humano, ya que es muy raro el niño que sabe habérselas con ello sin verse afectado. Para cuando uno se da cuenta, su condicionamiento ha "solidificado" el cerebro, las conexiones en las redes neuronales, de tal manera que el sentimiento de realidad es prácticamente inevitable. Y en ese condicionamiento está la escala completa. No sólo la de primer orden, los organizadores, si es que se pertenece a ellos, o la más baja si en lo material uno se encuentra en el escalón de los organizados mantenidos, sino que sea cual fuere el escalafón que se ocupe, es obvio, la completa escala de la jerarquía psíquica se encuentra toda ella emulsionada en el cerebro, afectando todos los contextos que éste apunta. Frente a este hecho, el ego-céntrico se dice así mismo: "¡qué faena!, ahora debo disolverme si quiero acceder a la inteligencia". Pero esto es un planteamiento erróneo. Toda la actividad del ego-céntrico no es más que reflejos, reacciones, un movimiento completamente mecánico; hay un condicionamiento y el cerebro responde en base a él. No hay libertad ninguna, por eso, siendo el ego-céntrico un mero recuerdo, no puede tomar decisión ninguna. Es en este punto donde hemos de preguntarnos ¿quién o qué es "el o lo" que comprende cuando hay comprensión? ¿Se da uno cuenta cuando comprende? ¿Cuál es el estado del cerebro cuando sintoniza con la verdad? Ya que ver sin el filtro del espejismo de centricidad operante, es "despertar abriendo los ojos de la mente". (15/07/09).
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