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Manifestación
de la Inteligencia Creacional. |
Las enseñanzas y no el hombre. Hasta hace relativamente muy poco tiempo este hombre estaba aún con nosotros. Su completa vida la dedicó,
sin descanso ni paro, a "trabajar" por despertar
la sintonía inherente entre creación
y ser humano, que a todas luces nos corresponde a
todos los humanos en este inmenso e incapturable concierto
creacional del que surgimos y al mismo tiempo somos,
pero que aún no nos damos cuenta; de ahí
fue su vertiginoso empeño. Krishnamurti
era el hombre, y como él mismo decía,
no era lo importante. La enseñanza que
a través de él y de su larga
vida se revelaron, es a lo que los humanos precisamos
prestar atención, si es que verdaderamente
estamos interesados en descubrir por nosotros mismos
¿Por qué no cuenta usted con un grupo reconocido
de seguidores como hacen otros gurús? Krishnamurti:: ¿No sabía
usted que son los seguidores los que destruyen
a su gurú? Los seguidores explotan a
su gurú y éste, a su vez, explota
a sus seguidores, de modo que su relación
se convierte en explotación mutua. Gracias
a Dios, no tengo seguidores. En primer lugar,
averigüe por qué quiere seguir a
otro. Entonces descubrirá algo sobre
sí mismo. ¿Por qué seguir
a nadie, incluido el orador? Se desea seguir
a otro porque se está en la oscuridad.
Y cuando se convierte usted en seguidor, ¿no
sigue estando en la oscuridad? Por tanto, ¿no
debería ser usted una luz para usted
mismo?
Antología
de Susanaga Weeraperuma
"KRISHNAMURTI TAL COMO LE CONOCÍ"
Traducción de Celia Filipetto.
Procede del epígrafe: "CONFERENCIA
DE PRENSA EN COLOMBO".
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qué es y qué significado tiene esta
inmensidad creacional en la que fluimos. Esta
enseñanza, que abriga los principios
de cualquier otra enseñanza, y esto no es exclusivista
en ningún sentido, es una realidad patente,
conducen a abrir el cerebro y el corazón sintonizando
así con la Base Creacional de la que
todo surge, lo Eterno. A todas luces lo que
precisamos, pues como es sencillo apreciar cuando
observamos el Mundo, vemos que la inteligencia
natural que nos corresponde se manifiesta por
su ausencia, no la conocemos. Inteligencia y sapiencia. Los
seres humanos hablamos mucho de inteligencia,
sin embargo no utilizamos bien la palabra, puesto
que en verdad no sabemos qué es la inteligencia.
Vivimos cometiendo el error indefinidamente. Sabemos
lo que es la sapiencia, y a través
de ella, producir y solucionar problemas en lo físico
y manipular la materia y la energía de formas
realmente sorprendentes. Pero la sapiencia
no es inteligencia. Otros animales, aunque
posiblemente inconscientes de ello, también
hacen cosas espectaculares con la materia y la energía.
Es de vital importancia apreciar hondamente esta diferenciación, puesto que cuando uno percibe su ignorancia
en relación a ese flujo que llamamos inteligencia,
ha dado el primer paso a poder descubrirla. Este es
el gran problema que afecta a los seres humanos que
"conducen" el mundo centrándolo
en una mente ególatra, aunque
los que son conducidos, en su mayoría, se ven
igualmente afectados, pues no cuestionan a los primeros
y aceptan en la misma medida la egolatría.
Según el diccionario, inteligencia significa
entender, comprender. Así, inteligencia
implica un contacto directo con la verdad,
y lo que es patente, es que centrados en la realización
propia y en la creencia, la competitividad
y la jerarquía psíquica,
no es posible sintonizar con la verdad. Entonces
no hay inteligencia. Krishnamurti hablaba
desde la inteligencia, y reconocía que
la sapiencia tiene su lugar apropiado,
pero su limitación implícita la hace
nula para acceder a la inteligencia. El Arte de Escuchar
Esto
que estamos aquí escribiendo, no es ni mucho
menos ni una presentación de Krishnamurti,
ni un resumen de sus enseñanzas. Ni una traducción,
ni un punto de vista de ellas, aunque decirlo así
pueda sonar presuntuoso. A Krishnamurti lo
ha de escuchar uno directamente, cosa que sugiere
ser muy sencilla, pues él se obligó
a que su lenguaje fuera de lo más común
posible, sin utilizar terminología específica,
pero requiere alta atención para vivenciar
en uno lo que él apunta. La coherencia
en todo lo que Krishnamurti hablaba, es fundamental,
ya que la enseñanza que desplegó debe
sin más remedio conducir a la liberación
de la mente, lo cual implica que las construcciones
mentales, sean del tipo que sean, científicas,
mitológicas, egocéntricas, etc. podamos
dejarlas de lado sin dificultad para poder descubrir
el estado de pura atención del cerebro,
que es lo que en verdad libera la mente. De
ahí su continuo énfasis en aprender
el Arte de Escuchar. Realmente tan vital e
importante. Cuando tenemos el cerebro lleno de ideas,
pensamientos que delimitan la percepción, sino
más bien la atrofian, no podemos escuchar,
esto es obvio; para ver a través de la ventana
hemos de descorrer la cortina, si no, lo único
que vemos es su estampado en el tejido en lugar del
paisaje que ella nos oculta. Es tan importante descubrir
y aprender el arte de escuchar, que podríamos
decir que es la única labor que tenemos, pues
desde el Arte de Escuchar la verdad se revela
ella misma por sí sola, y desde la verdad la
acción de uno surge de la inteligencia. Una enseñanza para la mente completa
El conocimiento científico,
que nos explica y nos revela cómo está
organizado y funcionando el flujo creacional,
este eterno ahora que abriga todo movimiento,
todo tiempo, nos lleva hasta un punto de dilucidación,
en el que podemos maravillarnos de la inmensa creatividad
en estado de flujo que hay implícita en la
creación, pero en ese mismo punto siempre nos
deja incompletos. El conocimiento no puede abarcar la
totalidad, su limitación es patente y evidente;
el conocimiento desde su limitación siempre conduce
al infinito, y lo infinito
no es lo Eterno. Es el juego creacional, el infinito
persiguiendo lo eterno de forma infinita, el Misterio
creacional. El cerebro no puede ni podrá
jamás contener en sí mismo lo eterno,
sin embargo el cerebro sí puede "sintonizar"
con Ello, con lo Eterno, puede sentirlo.
Pero esta "comunión" requiere
una depuración del contenido del cerebro, una
regeneración, «una mutación»
como Krishnamurti lo denominaba. Cuando en el
cerebro se ha producido tal mutación, entonces
no existe dificultad para la sintonía con
la totalidad. La mutación libera al cerebro
del espejismo de centricidad, igualmente
al organismo completo, entonces ahí no hay un
centro. Ahí hay un "nodo" infinito
relacional envuelto-envolvente, sin ápice de
sensación de centro. En ese estado de ser, de
fluir, el espacio y el tiempo han quedado abolidos,
aún cuando en la forma física sigamos
siendo tiempo y espacio. Cualquier ser humano puede
corroborar esto por sí mismo, pero es evidente,
uno lo ha de comprobar por sí mismo. Entonces
cualquier nivel de conocimiento, sea científico
o filosófico, o de cualquier otro orden, es iluminado
por esa totalidad a la que se tiene acceso cuando el
cerebro verdaderamente ha "madurado", se ha
curado.
La nueva educación
y el ser amigos
En estos apuntes estamos haciendo hincapié en
poner de relieve el espejismo de centricidad
que se proyecta a partir del cúmulo
psíquico al que se nos entrena y adiestra
desde que somos muy tiernos, incluso desde dentro
de la madre y antes, pues nos llega de largo atrás
a través de la herencia. Esta ilusión
se manifiesta con el ego-céntrico y
sus cualidades crueles, ya que se disocia creyéndose
más grande o más pequeño promulgando
la jerarquía psíquica,
opresión y miedo que atrofian la mente.
Es patente que vivimos en la división y el
conflicto en la mayoría de órdenes sociales,
incluso interiormente. Esto son hechos, y como tales
podrían demostrarse científicamente,
aun cuando la evidencia ya lo manifiesta, pero la
mayoría de científicos se encuentran
igualmente emulsionados por la egolatría, lo
que hace que no les interese revelarlo. Así,
aquellos que sentimos ardientemente que los humanos,
la completa humanidad, precisamos despertar, pues
la ilusión nos tiene dormidos,
nos damos cuenta que sin una auténtica educación no es posible abrir la mente. Esta nueva educación,
en la que se están educando todos los que se
encuentran partícipes en ella, pues la vida
es flujo y hay que aprehenderla en el movimiento,
se encuentra reflejada en la completa enseñanza
que Krishnamurti transmite, desde siempre,
en un nivel de seres humanos amigos. Está
claro que guerreando, compitiendo, esforzándose
por tener poder sobre otros, etc. jamás nos
entenderemos,
Lleva usted años hablando, pero el mundo sigue
sin cambiar. Le agradecería que me diera
su opinión al respecto. Krishnamurti: La gente va al río y toma lo que quiere. Algunos van con una jarra.
Otros sólo beben unos sorbos. De modo
que la cuestión no radica tanto en lo
que se ofrece sino en lo que se toma. El río
tiene mucha agua pero sólo se aprovecha
un poco para satisfacer temporalmente las necesidades
inmediatas. La gente se satisface con facilidad.
No está profundamente descontenta. Tampoco
tiene sed suficiente como para beber el agua
clara en grandes cantidades.
Antología
de Susanaga Weeraperuma
"KRISHNAMURTI TAL COMO LE CONOCÍ"
Traducción de Celia Filipetto.
Procede del epígrafe: "CONFERENCIA
DE PRENSA EN COLOMBO".
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y la verdadera educación continuará
brillando por su total ausencia. Por lo cual, se hace
manifiesto que lo que debemos aprehender es qué
significa ser amigos, pues el interés propio,
que es en lo que el ego-céntrico
se basa, anula toda posibilidad de descubrirlo.
La Inteligencia Creacional Cualquiera
que se ponga a observarlo, sin opinión ni juicio,
en un estado de calma y paz sin premisa ni obligación
ninguna, puede experimentar la maravilla de lo que
la creación revela. A todas luces no tenemos
palabras para expresar esta profunda inteligencia
de la que la creación brota, pero vemos su
orden, su creatividad, su interrelación
y su infinito flujo. Su magnífica y
asombrosa sencillez y su extraordinaria complejidad
inalcanzable. Pudiera surgir un sentimiento de veneración
hacia ella, la inteligencia creacional, sin
espacio ni tiempo, pues estos tomados como substancias
elementales proyectan los conceptos de lo grande y
lo pequeño, y de ahí la jerarquía
psíquica está servida en bandeja,
con la veneración que fácilmente lleva
a la creencia y al mito, al emocionalismo y al sentimentalismo.
La veneración es un engaño. La inteligencia
creacional utiliza el tiempo y el espacio como
barro para sus configuraciones, mas lo trascendente
es el sentido, el significado que de esas configuraciones
y sus relaciones se manifiesta. Un significado que
se encuentra, como la verdad, en estado de flujo.
La propia dilucidación del significado promueve
en el cerebro el estado de atención sin idealización
ninguna, ahí lo que ocurre es el sentir, sin
los adjetivos de la emoción y el sentimiento
personificado. Porque... ¿cómo puede
el cerebro "destilar" el significado
creacional si su interior se encuentra ocupado
por el movimiento egocéntrico,
el cual no es más que un cúmulo de recuerdos,
registros, que únicamente se ven a sí
mismos proyectados en un sentimiento de "yo
soy" el centro? Cuando la inteligencia
creacional es flujo sin centro alguno.
Krishnamurti hablaba desde esta inteligencia
creacional de la que todo surge, y subrayaba que
ella corresponde a todo ser humano, sin excepción
ninguna, pero es imprescindible que el cerebro mute
para que pueda vivenciarla. Claro que si él
estuviera aquí mientras esto se escribe, seguramente
nos corregiría diciéndonos: «¡ah,
no! Póngame usted en duda. ¿Lo está
haciendo usted verdaderamente?». Y esto
es lo que debemos hacer de continuo, dudar
de forma total de nuestro pensamiento, pues éste
es como el barro, sirve para hacer cosas en lo físico,
pero en sí mismo tiene muy poco, sino ningún
significado, únicamente el funcional. Y
¿Se da uno cuenta del condicionamiento que
le está impidiendo vivirlo? El significado
creacional no tiene ningún motivo, aunque
en todo ello podamos tener una sensación
de intención y propósito. La
Inteligencia Creacional únicamente puede
ser "sentida", y vislumbrar sus efectos
y su belleza, pero no puede ser pensada o explicada.
Lo cual no debe impedir que nos encontremos de forma
permanente investigando para dilucidarla. Este mismo
acto nos abre a Ella.
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