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La sanación
de la mente, su liberación, puede expandirse
con tremenda facilidad en el completo planeta,
pero hemos de saber hacerlo, acceder a la verdad
conjunta que es la única que existe, la
única que nos une, que nos hace uno, lo
que en verdad somos.
Monegal:
Lo transmite toda la red de televisiones locales
(Catalunya). |
La Mente Común
Cuando pensamos en la capacidad
de comunicación que hemos desarrollado,
y vemos que con una cierta organización
podemos en un momento dado estar todos los humanos,
una muy buena parte, prestando atención
a una misma cosa conjuntamente, que tratándose
de la verdad y por "ser la misma" para
todos deberíamos realmente y en verdad
verla igual, es cuando nos damos cuenta de toda
la diversidad "postural egocéntrica"
que pulula por la mente que se destila en nosotros.
Nunca nos planteamos en serio que todo el problema
humano proviene de lo psicológico, y que
sin deliberar en ello, sin aprender qué
está ocurriendo realmente en el cerebro,
en cuanto a eso que decimos que somos "nosotros
mismos", no alcanzaremos a ver claramente
cómo las creencias, que son "yo y
lo mío", impiden acceder a la mente
común, la que participa de la totalidad
envuelto-envolvente en la que la completa vida
nos encontramos fluyendo.
El Flujo de la Verdad
Esta verdad que apuntamos,
que no es polar, ni tiene color ni estatura, realmente
es lo que nos unifica, pero la mente limitada
no puede captarla, pues esta verdad se encuentra
en estado de flujo, es un torrente en el que la
mente debe discurrir, éste es el gran impedimento
para comprenderla, captarla, pues como es obvio,
ahora, para la mayoría la verdad es sólo
aquello que puede ser pensado, y el pensamiento
en sí mismo por su inherente cualidad limitada
jamás podrá contener la verdad.
Aquello a lo que nos referimos diciendo "es
mi verdad", eso no es la verdad, es meramente
un arreglo personal. La verdad unifica, pues ella
es la misma para cualquiera. Pero la verdad se
encuentra en estado de flujo, como la vida misma,
no así como la verdad particular, que es
algo fijo, una mera conclusión retenida.
El pensar-sentir
científico que trae comprensión a la mente
lo relegamos a un segundo plano, en beneficio del pensar-sentir
psicológico-mitológico, y creemos que
éste último movimiento, que lo circunscribimos
a su forma "estancada", es la esencia de lo
que somos, y aquella abierta captación factual
de la creación que proporciona el pensar-sentir
científico se desvanece perdiendo su significado.
Punset:
Comprensión pública de la ciencia. |
El pensamiento científico
Se hace evidente que la
ciencia es "factual", se limita a los
hechos. Y es obvio que su estudio y comprensión
contribuyen a sintonizar la mente con el flujo
creacional, pues es precisamente sobre éste
que la ciencia discurre, y se hace patente lo
necesario de su comprensión a nivel social,
pues eso contribuirá a sanar lo que se
mueve dentro del cerebro. El "pensar científico",
el cual, por serlo, se debe ver obligado a considerar
también la corriente de pensamiento mitológico,
al mismo tiempo y en la misma medida debería
verse obligado a cuestionar la corriente psicológica,
pues todo ello se mueve como algo conjunto dentro
del cerebro. El pensamiento factual debe ser capaz
de desarticular el pensamiento mitológico
y desvanecer el psicológico que ahora se
encuentra congelado, por mera comprensión
de ello. Es muy difícil encontrar en el
par mujer-hombre dedicados a la ciencia, algún
científico que en su cerebro no se muevan
ni la mitología ni la egolatría,
por lo cual, esa comprensión de la creación
que desarrollamos a partir de lo científico
se encuentra muy ensombrecida por esas otras dos
corrientes. El sentido de totalidad y unicidad
perceptivos al que se puede llegar cuando se comprende
desde una perspectiva científica, se desvanece
rápidamente tras el ego y su mito alimentado
en base al "yo mismo".
De la ciencia al silencio
Esta misma verdad irrefutable
que postulamos acerca del pensamiento científico,
lo preciso de su comprensión socialmente,
nos muestra al mismo tiempo el estado en el que
nos encontramos al carecer de ello; no lo precisaríamos
si ya lo tuviéramos. Lo científico
depurando las tres corrientes: la propia científica,
la mitológica, y en la base de ellas y
como culminación en la comprensión
la corriente psicológica. Ahora el orden
de prioridad en cualquier cerebro, en la mayoría,
es: primero "yo", después "mi
mito", y por último lo científico,
lo factual. Para ver esto, uno lo ha de constatar
en su propio vivir cotidiano, en cualquiera de
las cosas que se encuentra haciendo, y despertar
esta atención es difícil pues ahora
el énfasis está ajustado en base
a ese orden descrito: "yo-mito-ciencia".
Por otro lado, una vez deslizándonos en
ese extraordinario campo de comprensión
acerca de la creación que nos despierta
la ciencia, hemos de tener de forma latente y
evidente en mente el "principio de incompletitud
del conocimiento", que es en lo que la ciencia
se basa, conocimiento, el cual siempre se encuentra
limitado. De esta forma se hace evidente que la
comprensión a la que estamos apuntando
va mucho más allá del conocimiento:
es una comprensión del completo "ser".
La ciencia nos lleva hasta un punto, hasta un
horizonte, hasta el momento en que se evidencia
su limitación, a partir de ahí la
exploración entra en un campo de una dimensión
totalmente diferente en la mente. Sólo
los científicos y divulgadores de ciencia
que tienen esto claro son capaces de expresar,
comunicar, los alcances "sanadores"
que la comprensión científica proporciona,
en un nivel asequible para todos, pues a la vez
saben transmitir esa "abertura" de la
mente donde fluyen la deliberación, la
libertad, la atención y el silencio.
El conocimiento es
un campo unísono, realmente muy extenso, aunque
para comprenderlo podemos hacer tres subdivisiones iniciales:
psicológico, mitológico y científico.
Los tres se encuentran imbricados en el cúmulo
psíquico, incluso cuando el consciente y el acto
volitivo pueden esforzarse en poner el énfasis
en uno de ellos sugiriendo no estar operando los otros.
Monegal: ¿Nos
falta el componente animal, quiere decir Señor
Punset? |
¿Intelecto o animal?
Es curiosa la pregunta proviniendo
del Señor Monegal que precisamente en su programa
y discurso está de continuo cuestionando lo irracional
de determinados comportamientos psicológicos
del ser humano, pero conociendo su estilo de entrevistar
se atisba lo que por detrás de la pregunta sugiere.
¿Cómo podemos estar carentes del animal
si es lo que en realidad somos? Pues aunque parezca
que el intelecto trasciende al animal, a tenor de los
hechos, producimos mucha más irracionalidad nosotros
que el resto del ecosistema completo que toda la vida
en el planeta compartimos.
El par mujer-hombre: ¿racional
o irracional?
Seguramente nos avendríamos
en decir que de forma muy frecuente parece más
irracional el comportamiento del par mujer-hombre que
el de las otras especies animales. Sin embargo muy pocos
ven y sienten esto en sí mismos. Ninguna otra
especie animal pone el planeta en peligro de extinción
o permanece en su existencia basando su éxito
en la explotación o destrucción de las
otras o de sí misma. Ninguna otra especie manifiesta
un ego-céntrico en movimiento de compresión,
recuerdo doloroso, y competición aniquiladora
por lo ideal, por lo etéreo e ilusorio del pensamiento
confundiendo al sentimiento. Todos los animales tienen
muy claro lo que sienten, sólo nosotros andamos
continuamente confundidos con lo que sentimos.
Comportamientos mecánicos
Esto aún cuando al movernos
dentro de una cuadrícula de obligaciones y comportamientos,
exigencias, nos sugiera que por eso tenemos muy claro
lo que en realidad ocurre dentro de nuestro cerebro.
Asumimos que esas monótonas pautas de comportamiento
psicológico primero heredado y aceptado, y más
adelante autoimponiendonoslo convirtiéndose en
lo que nos rige, nos proporcionarán sentirnos
verdaderamente claros de sentimiento. Sin embargo de
claridad interior es de lo que más carecemos.
¿Cómo es que no nos damos cuenta de que
precisamente todos los problemas que generamos en el
Mundo y en el quehacer cotidiano precisamente están
surgiendo de ese confuso sentimiento de lo que somos?
La jaula interior
Los seres humanos nos diferenciamos
de las otras especies en que nosotros somos portadores
de una jaula interior en forma de cúmulo psíquico
que se encuentra proyectando el espejismo de centricidad.
Toda nuestra acción como individuos proviene
de ese ilusorio centro en el cerebro, sin concordancia
con el auténtico flujo vivo, aunque el mismo
centro ilusorio devaneándose en las células
cerebrales se esfuerza por dominar lo vivo y ajustarlo
a sus igualmente ilusorias necesidades de reafirmación
y logro. Todo ese movimiento es la jaula.
Centricidad en contra de
la inteligencia natural
Este espejismo céntrico
en el cerebro, al proyectarse al exterior, cosa que
es su necesidad primaria pues la reafirmación
de sí mismo es su propia energía básica
que lo impulsa, distorsiona el flujo vivo, las auténticas
relaciones que en él están aconteciendo.
El ego-céntrico quiere "atornillar"
las relaciones del ahora en base a sus predilecciones
y rechazos. Este esfuerzo, esta lucha con el auténtico
flujo genera inevitablemente confusión y conflicto.
Una ilusión no puede fluir en concordancia con
lo real, un espejismo no puede afectar la realidad a
menos de convertirla en irreal o grotesca, que por cierto
es lo que hacemos. Es sostenerse, como ahora se promulga,
en la presunción de que es posible hacerlo, ajustar
el flujo vivo a nuestros intereses, lo que genera perturbación
en la inteligencia natural, emanando todos los conflictos
y crisis que sufrimos.
Matanza organizada
Las especies animales que por
desgracia se ven sujetas a relacionarse con el ser humano,
muchas de ellas sufren los tormentosos efectos de nuestra
irracionalidad cultivada, consistente en alimentar el
ego-céntrico. Muchas de las especies que no se
extinguen es a causa de la matanza organizada que infringimos
sobre ellas que las mantiene: vacas, cerdos,
gallinas, etc.. Pero otras se encuentran gravemente
esquilmadas y también las hay ("las hubo")
que han desaparecido para siempre. La matanza organizada
y sistemática también la aplicamos con
seres humanos, con nosotros mismos. Y si lo observamos
de cerca, eso que llamamos "estado de paz",
en los países que hace ciertos años no
se origina la guerra, en realidad es un estado de guerra
contenida, minimizada. Estos países mantienen
sus ejércitos que llevan a luchar a otras tierras
o los utilizan en la defensa de lo que se denomina terrorismo,
que por cierto surge del mismo inseparable conjunto
del comportamiento humano. La matanza organizada tanto
de animales como de humanos está imbuida en la
psique humana, de cada uno de nosotros, sin embargo
en nuestro sentir se pretende vivir como si ello fuera
algo ajeno a uno. Como si esa acción se encontrara
fuera y no dentro. Poder dejar de sentir esta falsa
y terrible percepción con todas sus implicaciones,
es el ego-céntrico que proyectando esta ilusoria
sensación de frontera intransferible lo está
impidiendo.
¿Animal irracional?
El completo reino animal fluye
sin distorsionar el flujo vivo, discurre en él
deslizándose en su propia inteligencia, lo que
hace a las otras especies racionales desde nuestro punto
de vista, fluyen en la inteligencia natural. El ser
humano vivimos en la distorsión y la cultivamos,
maltratando el flujo vivo, incluso destruyéndolo,
nos disociamos de la inteligencia natural, la que como
seres humanos nos corresponde. Es esto lo que nos hace
irracionales, no haber descubierto todavía la
inteligencia natural que como humanos nos corresponde.
¿Cuál es el verdadero componente animal
del ser humano?
El flujo natural
creacional es un movimiento sin esfuerzo, como un río:
fuente, caudal y desembocadura son una sola cosa. Ello
sucede como un todo, y el propio énfasis se encuentra
en el acto de ocurrir, "estar sucediendo",
en el que no hay obligación ninguna. El cúmulo
psíquico en sí mismo es un acto de esfuerzo,
el cual proviene de la obligación, de lo obligado.
¿Cómo puede lo mecánico, lo preso,
aprender de lo que es libre?
Punset: Nos falta
la componente científica. Si lo que hemos
heredado en los genes no me sirve de nada o casi
nada, y lo que me han enseñado en el colegio
es falso, fijémonos en lo que dice la ciencia,
esto es más útil para vivir que el
dogmatismo, las ideologías y todo lo que
nos han enseñado. Monegal: ¿Y
las religiones? Punset: Y las religiones
incluido. |
La verdad la ocultamos
Señores, mundo completo,
escuchemos atentamente esta aseveración que hace
el Señor Punset: "lo que me han enseñado
en el colegio es falso". ¿No asombra que
esta tremenda verdad no cunda en la mente del ser humano
desbordando todas las consecuencias que hay en ella?
Cuando cualquiera que le preste atención ve la
extraordinaria verdad que revela. Pero son muchos los
órdenes sociales en los que esto incomoda sobremanera
y no quiere verse de una vez por todas. Puesto que esta
verdad se está refiriendo al conocimiento psicológico
y mitológico que se nos ha "inoculado"
en el cerebro, ella no incluye el conocimiento científico,
que precisamente llevado por un cerebro atrapado en
el ego y el mito, lo utiliza para perpetuar su ignorancia
basada en la violencia y el miedo. La mente completa
del ser humano, ha sido adiestrada a la jerarquía
psíquica, con toda la crueldad que conlleva aceptarla,
imponerla y mantenerla. Ésta es la causa de que
no quiera verse esta verdad acerca de la inmensa necesidad
que tenemos de una nueva enseñanza basada en
el auténtico descubrimiento del ser humano, tanto
del que enseña como del que aprende, en forma
conjunta y unísona, pues en realidad y en verdad
el ser humano no es algo dividido. Vivir es aprender
de continuo sea cual fuere la edad que se tenga.
¿Cómo podremos
aprender lo nuevo?
Es en este punto que uno se da
cuenta que de continuo está ahí lacerante
la pregunta ¿Cómo es que los organizadores
no se dan cuenta de esto? Pues es a través de
ellos y de la aceptación de los organizados,
que tampoco se dan cuenta, que el entrenamiento psicológico
circunscrito al ego-céntrico surgido del espejismo
de centricidad se mantiene en las generaciones, viviendo
en el cerebro. Los genes utilizan células para
sucederse en el flujo del ahora, y el ego-céntrico
utiliza el cerebro para perpetuarse en la memoria, para
permanecer en los registros que se encuentran en el
ahora que contienen el pasado parcialmente. ¿Cómo
puede florecer una sociedad sana, libre de una vez por
todas de la violencia y el miedo, adviniendo a la inteligencia,
verdaderamente interrelacionados unos con otros, si
esta terrible trampa del tiempo no se percibe, no se
comprende claramente? Diciéndolo de otra manera
¿qué hará que entremos en razón
y veamos la verdad de nuestro deterioro mental a causa
de un espejismo? Pues ahora, indudablemente, estamos
viviendo en el absurdo psicológico, sufrimos,
y preferimos no tocar el tema, pues se destruyen todas
nuestras ilusiones si lo hacemos. ¿Preferimos
vivir en la jaula a pesar de todos los males que conlleva?
Error y cuestionamiento
Cuando uno mira el mundo, tanto
globalmente como en las relaciones que surgen en el
día a día, parece que el sentir conjunto
está muy lejos de esta percepción de error
en la que vivimos, y que nuestros órdenes de
convivencia y de las cuestiones prácticas se
encuentren perfectamente establecidos, y los damos por
correctos, aún cuando de continuo nos estamos
quejando. Nos relacionamos disimulando nuestro desconcierto.
Tratamos nuestro quehacer cotidiano y el rumbo que toma
el mundo como algo bien hecho, o que no podemos hacerlo
de ninguna otra manera, por eso lo aceptamos. El error
no se siente ni se pone de relieve. Esto delata que
la verdad la dejamos de lado, y preferimos vivir en
nuestros sueños, a pesar de que nos proporcionen
dolor e incertidumbre. Dejamos de sostenernos en la
verdad de forma mimética, "es lo que todos
hacen", y el que lo señala de continuo es
un bicho raro que no es escuchado. Así, ¿Preferimos
realmente lo que estamos haciendo? ¿Un mundo
cruel y una vida con muy poco significado? ¿Cómo
despertaremos el sentido de atención que ponga
de relieve el error que ahora cultivamos como si fuera
lo verdadero? Sólo aquellos que del par mujer-hombre
sienten responsabilidad por sí mismos y por la
vida completa son los que se cuestionan esto y lo plantean
en sus relaciones. Cuando este cuestionamiento nos lo
hemos de plantear todos los seres humanos, y de forma
muy especial aquellos que organizan las pautas sociales.
Sin obligación ni
esfuerzo
Está claro que en una sociedad
sana, el mismo quehacer cotidiano, sería el orden
surgiendo de cada ser humano, desde ahí el orden
social es completo, total. Pero este orden nuevo no
podemos imaginarlo, sólo podemos vivirlo, y sin
poner de manifiesto el error que ahora de continuo cometemos,
sin investigarlo y comprenderlo, no es posible que despertemos
a ese nuevo orden que ahora no conocemos. Mientras en
el interior haya confusión, desorden, eso es
lo que se proyectará en las relaciones sociales.
El trabajo de regeneración lo ha de realizar
uno mismo, cada ser humano. Lo nuevo interior no puede
acontecer mientras se esté imponiendo lo viejo
exterior. No hay manera de despegar hacia lo nuevo mientras
lo viejo, el recuerdo mitológico, esté
imponiéndose. La inteligencia no puede fluir
presionada bajo el dogmatismo. La ley psicológica,
el mito y el dogma, en sí mismos son ignorancia,
con lo cual impiden la inteligencia. ¿Cómo
pueden los niños y jóvenes despertar en
ellos la libertad de la verdad, que es inteligencia,
mientras los adultos se encuentren inoculándoles
el espejismo de centricidad que ellos mismos heredaron?
Aprendemos por vibración, por empatía,
movimientos que carecen de esfuerzo y de obligación.
Si el adulto no tiene esto, una clara percepción
de sí mismo, de cómo está de continuo
descubriendo la vida, ¿cómo podrá
una nueva generación advenir a la inteligencia
que iluminará el cerebro desvaneciendo la ilusión
ego-céntrico?
Lo creativo y lo pensado,
el flujo y lo fijo. Lo creacional y el registro.
Monegal:
Esta espectacular lección de moléculas
y aminoácidos de izquierdas, como creativos,
y los de derechas como pensantes
o de
alguna manera ¿eh? vagos, esto es muy
espectacular, pero ¿es realmente así
o es un titular? |
Creativos y pensantes
Este planteamiento es muy
sutil, y prestándole atención revela
aspectos muy importantes. ¿Podemos hacer
esta diferenciación: creativos y pensantes?
Puesto que la diferencia entre ambos estados del
cerebro parece ser substancial y muy grande, tanto,
que no se puede hablar de diferencias; son cosas
absolutamente distintas. Y sin embargo abrigan
una compleja relación que debe comprenderse.
Lo nuevo y lo creado
Podemos definir como creativo
al cerebro que está discurriendo con el
flujo creacional, esto es obvio, pues crear significa
movimiento que se desliza siempre hacia lo nuevo,
y esto sólo ocurre en el flujo vivo. Es
lo nuevo lo que es creativo. Lo que está
creado ya está fijo y excluye el flujo.
Lo creado es un mero recuerdo del flujo, sólo
puede evocarlo. Además hemos de denotar
aquí que sin flujo no puede existir lo
creado, el registro, pues todas las formaciones
se configuran por la existencia del movimiento.
El creativo se encuentra en estado de flujo para
estar creando, luego a través de registros
reduce ese acto vivo a un recuerdo almacenado
en distintos soportes, que puede ser funcional
en algún aspecto, pero ha dejado de ser
el acto vivo una vez ya definido como lo creado.
Lo fijo sólo puede servir de puente para
transmitir el movimiento. Es por esto que lo que
ha sido creado que en su expresión suscita
el movimiento, es a lo que denominamos como algo
creativo. Así queda claro que el creativo
y lo creativo discurren en el movimiento, tal
como la vida y la creación se encuentran,
fluyendo. Es el propio flujo creacional que le
da el atisbo de lo nuevo al cerebro en estado
creativo. Lo nuevo no proviene de los registros,
y por regla general lo confundimos con ellos.
Lo creado, una vez registrado, ya no es nuevo.
Así, existe el acto creacional y los registros
que en él son utilizados.
Memoria, deliberación,
conclusión.
Y el pensante, la misma
palabra lo dice, se encuentra en el acto de estar
pensando. El flujo creacional proporciona la energía
para estar recuperando registros y a través
del intelecto estar creando de nuevos. Pero el
pensador, que es el mismo acto de estar pensando,
se está moviendo en un ciclo de premisa
procedente de la memoria, o sea, recuperación
de registros, de su deliberación que hace a través
de las funciones del intelecto con esos
registros, el intelecto únicamente maneja
registros, y por último de conclusión,
como una forma de resolución que es un
nuevo registro resultante de todo el proceso.
El ciclo memoria-deliberación-conclusión
que se ciñe exclusivamente a registros.
Aun cuando en la deliberación hay movimiento,
el flujo del pensar, pero éste simplemente
"baraja" registros. El pensamiento se
mueve de continuo en los registros, no percibe
el flujo vivo pues el pensamiento en sí
mismo al ser registro no lo contiene directamente.
El flujo vivo contiene a los registros pero no
ocurre a la inversa, los registros no contienen
al flujo vivo. Es por esto que se motiva la sensación
de que el pensante es "vago", pues todo
registro es fijo, en comparación con lo
creativo, que es un estado de flujo, movimiento.
Para percibir el flujo vivo los registros deben
silenciarse, y esto cualquiera puede comprobarlo
en el ahora que es donde acontece el flujo y la
percepción que pueda de él tenerse.
Lo circunscrito y
el infinito
Aquí nos encontramos con
uno de esos puntos de fuga creacionales, inicialmente
en apariencia paradójicos, (pero el misterio
creacional no es paradoja alguna), que se vierten al
infinito, que para visualizar el sentimiento de ello
nos sirve como metáfora la cinta de Möbius.
El estado creativo es el descubrimiento del flujo en
el ahora, el cual puede valerse del pensamiento para
transmitirlo, para dejar una noción de él
en forma de registro, pero el cerebro para poder estar
moviéndose, encontrarse en estado creativo, ha
de fluir más allá del pensamiento, a de
vivenciar el todo. El creativo utiliza el pensamiento
luego, en "segundo" lugar, en un principio
el movimiento que lo define como tal, como creativo,
es el estado de flujo. Y el pensamiento, que sólo
se mueve en lo fijo, ha de quedar en silencio para que
el cerebro pueda discurrir en lo creativo. Sin embargo
lo creativo precisa de los registros, del pensamiento,
para manifestarse. Por otro lado, pero al mismo tiempo,
el pensamiento se mueve en el interior del cerebro,
está envuelto, y el estado creativo ocurre en
el completo campo de lo envuelto-envolvente. El pensamiento
y el estado creativo fluyen en diferentes momentos,
y tienen un horizonte de relación que podemos
representarlo, aún lo abstracto que esto pueda
parecer, con la vuelta que hemos de darle a una cinta
cilíndrica en estado de polaridad total, para
convertirla en una cinta Möbius, que ha perdido
la polaridad y se ha precipitado en el infinito. El
pensamiento está en el estado previo, la cinta
cilíndrica, atrapado en lo polar. Y lo creativo
está en estado de cinta Möbius, se mueve
tendiendo al infinito, y la relación entre ambos
estados es la vuelta, el "salto", que le hemos
de dar a la cinta para pasarla de uno a otro estado.
En nuestro caso ese "salto", ocurre en el
cerebro a nivel perceptivo; el pensamiento se mueve
en lo polar, y la percepción sin pensamiento
se mueve en lo infinito. Tomemos la cinta Möbius
como un gráfico representativo para apuntar a
la verdadera cosa que estamos refiriendo, el movimiento
del pensar y el movimiento creativo, los cuales han
de ser comprobados por uno mismo.
El pensamiento,
las ideas, no son la culminación de la
creación. La belleza es un flujo de total
libertad, al cual, ahora, en conjunto la humanidad
no tenemos acceso, a causa del pensamiento, de
nuestras ideas. Simetría es armonía,
pero la armonía también puede ser
asimétrica. Toda la cuestión es
que ahora nosotros no somos armónicos.
Punset:
En contra de lo que creemos y de lo que queremos,
que es un mundo simétrico, buscamos
esta simetría en todas las cosas, pero
el mundo resulta que está lleno de
asimetrías, y empezando con lo más
sencillo que son las moléculas y los
aminoácidos. |
Inteligencia natural
y flujo
Podemos decir que en la
arquitectura creacional, que se encuentra en estado
de flujo, desde lo más pequeño hasta
lo más grande, todo ello proviene de la
inteligencia natural. Ésta no nos la vamos
a cuestionar, puesto que a tenor de prestar atención
a la creación, todas las configuraciones
que en ella fluyen, se hace evidente por sí
misma, ¿no es así? Esta inteligencia
natural vemos que aprende a través de la
creación de registros, que de hecho son
comportamientos aprendidos. O sea, todo registro
es un comportamiento aprendido, y es con ellos
que la inteligencia natural aprende y se "desliza"
a través del flujo creacional tendiendo
siempre a lo nuevo. Lo aprendido son los registros
y a través de ellos se producen los cambios
en el flujo que se manifiestan como lo nuevo.
Comenzando con lo más sencillo y llegando
a la complejidad "inalcanzable", el
flujo creacional es "conducido" por
la inteligencia natural a través de lo
que ella aprende. Inteligencia que es la base
de la completa creación "bullente".
Simetría e
irregularidad
Observando de cerca las cosas
vemos que la simetría perfecta es más
bien rara en la completa creación, ella es alcanzada
en algunos casos, pero la simetría "ideal"
que el cerebro puede proyectar, utilizando por ejemplo
la geometría, la inteligencia natural la genera
en muy pocas configuraciones, un ejemplo pueden ser
los cristales en un nivel muy bajo de complejidad. Pero
cuanto más de cerca miramos las cosas más
comenzamos a encontrar irregularidades. La fractalidad,
sino es evidente en un nivel superficial, siempre la
encontramos como fondo de la complejidad. Podemos observar,
por ejemplo, el caparazón de un erizo de mar
y a simple vista ver simetría perfecta, pero
más de cerca descubrir irregularidades asimétricas.
La inteligencia natural rara vez alcanza la simetría
perfecta, incluso parece que su énfasis lo pone
en sugerir perseguirla pero manteniéndose en
el umbral donde la irregularidad da noción de
la libertad a la que el flujo creacional tiende. Un
ritmo configurado con no-ritmos, y viceversa. Las ideas
crean simetría perfecta, pero son una ilusión
del pensamiento, que desde luego éste puede materializar
hasta cierto punto, a través de la generación
de las cosas físicas, la arquitectura por ejemplo,
de alguna manera imitando a los cristales, pero esta
simetría no se da en el mundo natural, sino que
es un resultado funcional del pensamiento, el cual,
en sí mismo es resultado de las ideas. Las ideas
no son la culminación de la creación,
son una simple parte funcional más en ella.
Belleza y relación.
¿Qué es más
bello, una catedral surgida del pensamiento, o unas
montañas con sus frondosos bosques surgidos de
la inteligencia natural? ¿Dónde está
la belleza, dentro del cerebro, en su pensamiento y
emoción, o se encuentra en la completa creación,
que es el flujo del ahora? Estas preguntas y el atisbo
del significado que nos devuelvan son de una importancia
abismal. Si la belleza se encuentra en el pensamiento,
entonces lo tenemos muy mal, ya que los seres humanos
nos encontramos divididos interiormente e igual en lo
social, en la relación, cosa que a todas luces
es "fea", carece de belleza. Esto es así
porque la belleza del pensamiento se encuentra exclusivamente
en la superficie y siempre fragmentada, por lo cual
deja de ser belleza. Desmerecer lo total, la profundidad,
conlleva la fealdad que la fragmentación del
pensamiento es. Tomado como lo bueno, como la verdad,
el pensamiento se convierte en lo grotesco del absurdo
de nuestra relación humana. ¿Qué
belleza podemos atisbar ahí, en como nos estamos
relacionando? Si no hay belleza en nosotros mismos ¿cómo
podemos percibirla en lo que llamamos "lo externo"?
La belleza del amor
y su inteligencia
Parece clara la resolución
a este problema, pero como con todo lo que venimos
poniendo de relieve para llamar a su atención,
el pensamiento para definirlo siempre se quedará
menguo, es por lo que hemos de captar y comprender
más allá de las palabras, de las
ideas: El cerebro humano debe descubrir la inteligencia
natural que le corresponde en el flujo creacional,
que es el ahora del que nada ni nadie nos podemos
escapar. Mas para "arribar" a esto,
es preciso comprender que ahora el cerebro se
encuentra en un estado de confusión, tiene
miedo por no llegar, por carecer, por morir. Se
disocia de la inteligencia natural, y no comprende
su lugar en el concierto total. Proyecta la belleza
en lo que él hace, desestimando la belleza
natural, que la explota y la destruye, y dedica
toda la energía a conservar lo que él
produce, despreocupándose del mal externo
que ocasiona para conseguirlo. Con la belleza
ocurre como con el amor y la inteligencia, no
sabemos lo que es, y es obvio que ocurra con las
tres, pues no pueden separarse. La belleza del
amor y su inteligencia es lo que nos corresponde
a los seres humanos en el flujo creacional, pero
a tenor de que no tenemos ni idea ni noción,
ni intuición ni realidad de lo que estas
sutiles y a la vez inmensas cualidades significan,
tenemos la vida atrapada en el miedo y el odio.
No en vano, el movimiento céntrico interno
que cultivamos a cualquier precio, es un movimiento
de separación y exclusión. ¿Qué
belleza puede haber en lo desintegrado?
El viejo tabú,
"ser o no ser". Pensamiento, conciencia, percepción
directa.
Monegal:
"Pienso, luego existo" (Descartes).
Punset: "Existo, luego pienso".
Es lo exacto. |
Registro-pensamiento
y conciencia
El pensamiento en su base, en
su nivel más elemental, es registro, que a su
vez es medida. Al mismo tiempo, y a partir de esta premisa
de registro-pensamiento, nada en la creación
se escapa de contener una cierta dosis de pensamiento,
pues toda ella fluye a través de y con los registros.
Esta cantidad de registro-pensamiento que tiene cada
cosa en la creación puede ir paralelo con una
cierta dosis de "conciencia" acerca de ella,
o manifestarse inconsciente. Esto de hace más
manifiesto en el mundo animal, lo cual no quiere decir
que el mundo mineral carezca de tal culaidad. La conciencia
no es exclusiva del ser humano, y quizá la percepción
no sea el ser humano el único que pueda alcanzarla.
Existencia Pensamiento
Aquí nos parece que las
dos aseveraciones precedentes acerca del existir y el
pensar son: un acto del pensamiento, (ego-céntrico),
la primera, y un acto de conciencia, (darse cuenta),
la segunda. Ambas juntas procuran solucionar el aparente
paradójico problema del "huevo y la gallina",
¿cuál fue primero? En este caso utilizamos
esta supuesta paradoja huevo-gallina como ejemplo gráfico
de las declaraciones que nos ocupan, pues de alguna
forma en principio las aseveraciones del existir y el
pensar parecen estar tratadas como un problema similar.
¿El huevo o
la gallina?
Este ejemplo acerca del
huevo-gallina, difiere en su base de la cuestión
central que nos ocupa, pues en ella nos preguntamos
qué es primero, la existencia o el pensamiento,
y sólo por esta semblanza en la pregunta
lo utilizamos como metáfora. Pero la diferencia
es muy grande. Ateniéndonos a la prescripción
que hemos hecho de pensamiento en su forma más
básica, podemos encontrarlo allá
donde miremos desde el continuo micro-macro Universo
al que alcancemos, ya que todo se mueve en base
a comportamientos, muchos de ellos convertidos
en registros por su persistencia. O sea, que al
mismo tiempo tenemos existencia y pensamiento,
ninguno de ambos es el primero. Desde los átomos
a las galaxias, o desde las cuerdas a los multiuniversos,
existencia y pensamiento fluyen unidos como una
manifestación de la polaridad del movimiento.
Esto se manifiesta desde la cosa más sencilla
hasta la más compleja. Ajustándonos
a esto, ambas declaraciones son correctas si las
mantenemos juntas en forma polar, pero separando
la fuente de donde cada una de ellas procede,
ya que es en la procedencia donde estriba la diferencia.
Percepción
directa en el flujo
Desde el punto de vista
de la conciencia, sugiere ser verdadera la de
existir y pensar luego. Desde un punto de vista
del ego-céntrico sugiere ser la correcta
pensar primero y existir luego. Atisbar el movimiento
unísono del que ambos enfoques inciden,
el movimiento que ya es en sí mismo existencia-pensamiento,
implica un acto de percepción directa que
es flujo, en donde el existir y el pensar están
abrigados. Esta percepción directa del
movimiento completo sintoniza al cerebro en un
acto de atención con la "propia"
Energía que está moviendo el Eterno
Ahora.
RICO PAR (Diciembre
2008) |
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