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Sentidos
y cerebro. Sentimiento-discernimiento, emoción-pensamiento.
Seguridad física
y concordancia envuelto-envolvente.
Monegal:
La emoción por sobre de la reflexión.
Punset: Es muy probable que las decisiones
mejores no son fruto de una reflexión
del cerebro, sino del estómago y del
corazón, es decir de una emoción.
Ha habido una especie de error monumental
con este tema, ha habido un endurecimiento
del cerebro. El cerebro el pobre está
cerrado allí dentro, nada más
recibe unos códigos, unas señales
codificadas, de los ojos, que no las entiende
nadie, de la nariz, de las orejas, con esto
tiene que elucubrar e imaginar cómo
es el mundo de afuera para no darse de cabeza
contra la pared. Hoy estamos descubriendo
que el cerebro no es el órgano, el
artilugio más complejo y más
perfecto del Universo, tiene muchos defectos,
y además nos engaña continuamente
Nos engaña para sobrevivir. Al cerebro
lo que le pone intranquilo es que le des un
sobresalto, es que las cosas cambien, porque
esto le desconcierta, le obliga a reelaborar
cosas. |
Jerarquía psíquica
heredada
Ante todo hemos de aceptar
que todo lo que venimos tratando es muy complejo,
si no fuera así a los seres humanos nos
sería muy sencillo "salir" de
las "trampas" en las que estamos presos.
Sin embargo podemos constatar que fácilmente
nos hemos acostumbrado a vivir en la jerarquía
psíquica, la opresión y el miedo.
El "ordeno y mando y los demás acatan",
que tanto si es de forma muy sutil aparentemente
no existente como si es de manera exageradamente
desvergonzada, está implícito en
la base de todo cúmulo psíquico.
Es por esto que la mejor manera de confrontar
la psique, es hacerlo sencillo en principio: comprendiendo
la sencillez tendremos acceso a comprender lo
complejo, pero nunca al revés. Ciertamente
es así como la creación, la inteligencia
natural, lo hace.
El cerebro y los
sentidos
En primer lugar tenemos
el sentir. Nosotros los seres humanos disponemos
de los sentidos a través de los cuales
"sentimos". El tacto es el primigenio
sentido, no podría ser de otra manera,
en el Universo, en la Creación, todo se
está tocando de una forma u otra. Los otros
cuatro sentidos, gusto, olor, oído y vista,
son formas más sutiles y complejas de tacto.
Desde este compendio de sentidos, que en su base
trabajan unidos aunque podamos en un momento dado
hacer abstracciones de cualquiera de ellos, en
el cerebro se crea un sentir de lo que ellos transmiten
recibido de lo envolvente y trasladado a lo envuelto.
También puede ocurrir en sentido inverso,
desde lo envuelto podemos tocar lo envolvente,
aunque esto en relación a según
qué cosas nos parezca más extraño.
Sentimiento, pensamiento,
discernimiento.
A ese fenómeno de
"tocar o ser tocados" lo llamamos sentir
o sentimiento, en el aspecto físico, y
él no es ni palabra ni idea, ni imagen
ni valoración ninguna. El sentir es el
acto más profundo y verdadero, cuando es
sutil y directo, al que tenemos acceso. En este
sentir la psique experimenta una sensación
con esa aprehensión que el cerebro completo,
cerebro-psique, hace de lo envolvente a través
de los sentidos, y esta sensación no contiene
ninguna cualidad polar, como bueno-malo, ni tampoco
cualidad ideal, ideológica ninguna, o sea,
no contiene pensamiento. Si en este acto hay atención
completa entonces el cerebro comprende desde el
discernimiento pues está percibiendo todo
el movimiento de la psique que tiene lugar en
él. Este estado en el que fluye la sensación
directa en la atención del completo movimiento
"interno", lo envuelto, afectando y
siendo afectado por lo envolvente, es en el que
fluye el discernimiento, cualidad móvil
de donde sin pensamiento alguno surge la comprensión
en el cerebro. Ahora bien, la dificultad para
sintonizar este estado en el cerebro, surge cuando
de continuo los residuos que componen el cúmulo
psíquico están proyectando sus sombras,
impidiendo al cerebro que suceda la atención
en él.
Intelecto: envuelto.
Silencio: envuelto-envolvente
Paralelamente, entonces,
ocurre que disponemos de la función intelecto
con la que podemos expresar, transmitir a otro,
una aproximación de lo discernido, pero
para que el otro capte plenamente lo que emitimos,
él debe discernirlo en sí mismo,
entonces la comunicación es completa, pues
ha surgido con la misma intensidad de lo envuelto
de ambos, emisor y receptor. El discernimiento
es una cualidad común que todos compartimos,
como la biosfera o el agua, pero puede encontrarse
"interrumpido", que es en la mayoría
de los casos como ahora se encuentra. Tomemos
como ejemplo para aseverarlo nuestro comportamiento
humano. Se ha de matizar aquí que el discernimiento
no es reflexión ni juicio, es la percepción
de lo completo envuelto-envolvente con un cerebro-psique
totalmente abierto, que implica al intelecto en
silencio, pues el intelecto con sus focos cierra
la abertura. La atención no puede fluir
si el intelecto está activo, y sin atención
no puede haber discernimiento. El cerebro puede
utilizar el intelecto para expresar el discernimiento
cuando éste ha ocurrido. Esto no es teórico,
como prácticamente nada de lo que en este
completo texto estamos poniendo de relieve, pero
sí ocurre que uno debe constatarlo por
sí mismo, es como el hambre o el dolor,
no sirve de nada lo que otros puedan explicarnos.
Es así que el discernimiento es algo que
surge del "interior" en lo envuelto,
en contraposición a los contenidos del
intelecto-pensamiento que mayormente son inoculados
desde lo envolvente. La mayor cantidad de registros
existentes en el cerebro que utiliza el intelecto
provienen de fuera, y el acto de discernir fluye
desde dentro del completo organismo. Insistimos
por su importancia, esto debe averiguarlo y comprobarlo
uno mismo.
Intelecto expresión,
discernimiento comprensión.
Es con el intelecto, que
abriga todo el campo del pensamiento, con el que
podemos reflexionar, coordinar desde el movimiento
del pensar la información que recibimos
de los sentidos, de lo cual extraemos distintas
valoraciones según el foco del intelecto
que utilicemos. Denotar que el intelecto tiene
muchos focos distintos. Pero este flujo del pensar
ceñido al intelecto trabaja sólo
con registros, no con las percepciones directas,
en vivo. Esta extraordinaria diferencia entre
sentir o sensibilidad, y reflexionar o intelecto,
no puede ser explicada, ha de ser vivenciada.
El sentir puede ser compartido sólo si
existe en cada uno la fuente "interna"
del discernimiento, en vibración conjunta,
pero ninguna explicación puede transmitirlo.
El pasado solapando
el Ahora
Uno puede explicar a otro
lo que siente, pero difícilmente transmitirá
la esencia de ello, en cuanto al estado de la
mente al que nos estamos refiriendo. Sólo
si el que recibe la explicación puede vivenciar
y discernir la esencia de lo recibido en y desde
sí mismo habrá comprendido lo explicado,
y esto siempre que lo cuestionado conduzca a la
verdad incuestionable. Entonces ambos sí
estarán en lo mismo. Es la reflexión
que si puede ser explicada y transmitida, porque
esto es una de las cosas que hace el intelecto.
La vivencia que lo envuelto tiene de lo envolvente
nunca puede ser transmitida aunque el intelecto
juegue a hacer una reconstrucción de ella
para expresarla. Por esto hay entendimiento entre
dos o más cuando el discernimiento es conjunto.
Pero ocurre que adherimos al sentir que los sentidos
nos proporcionan y al movimiento psíquico
en estado de flujo vivo, una determinada ristra
de pensamientos, cargas psicofisiológicas
que se encuentran siempre obviamente en forma
de pasado, que el intelecto recupera y enfoca,
de esta manera tamizamos el sentir en el flujo
vivo, que es donde los sentidos operan y fluyen,
con registros archivados de experiencias que ya
no existen pero que tomamos como referencia e
incluso las utilizamos para sustituir con ellas
la auténtica sensación en el momento vivo.
Todo esto ocurre a una velocidad vertiginosa,
lo cual no supone que no podamos darnos cuenta
de cómo opera todo este mecanismo. Es de
esta emulsión que hacemos de registros
pasados a lo que percibimos en el ahora que surge
la sensación que denominamos "emoción",
además de la sensación "yo
mismo" desde luego, pues si lo observamos
muy de cerca, detrás de toda emoción
siempre encontraremos unos registros de fondo
evocándola. Cuando el sentir, que abriga
un campo infinito de sensación, no se sostiene
en registro alguno en cuanto a pasado psicofisiológico
almacenado como recuerdo. Lo vivo no puede reducirse
al intelecto.
Emoción y pena
Apuntamos seguidamente a
un fantástico ejemplo en vídeo que
hemos encontrado de sentir "puro y vivo",
entre dos especies animales con iniciales aparentes
diferencias, (ver página-apunte "La
Persona"). Si el lector es la primera vez
que lo visualiza, verá cómo la emoción
lo embarga, y son muchos que no pueden impedir
unas lágrimas, pero hay que comprender
de dónde proceden ambas, emoción
y llanto. Pues el amor no es ni dolor ni nostalgia,
y sí completa alegría y gozo. Sin
embargo, la emoción que produce tal manifestación
de afecto y cariño entre esos tres amigos,
proviene de descubrir uno en qué manera
está carente de ello. Esto hay que observarlo
con mucha humildad y calma, para poder atisbarlo.
Si el amor fluyera en nosotros no lloraríamos
al verlo o sentirlo, únicamente nos produciría
gozo, dicha, que es lo que en verdad es el amor.
Pero como estamos de él tan secos, nos
compadecemos de nosotros mismos, entonces frente
a una percepción de auténtico afecto
y cariño nos emocionamos y lloramos, pues
está nuestra carencia de fondo que es la
que proyecta la emoción y la lástima
de uno mismo por no estar en ello. Esta es la
gran diferencia que hay entre sentir vivo y emoción
cultivada, la que tristemente nos conduce siempre
al sentimentalismo, el cual no es verdadero sentimiento,
no es sensibilidad en vivo, sino sensibilidad
proyectada desde el recuerdo, lo que lo hace ser
algo sin sensibilidad ninguna.
Relación humana
y seguridad
Llegamos aquí a la
cuestión de la seguridad del cerebro y
la concordancia en la relación humana.
Ambas cosas de vital importancia para que el ser
humano podamos advenir a la paz y libertad precisas
que la inteligencia necesita para poder manifestarse.
Pondremos un ejemplo, ¿Con quién
preferiría el lector hacer un largo viaje
alrededor del Mundo, con Hitler o con Buda? Matizando
el primero como un hombre capaz de matar por estúpidas
ideas, y el segundo como un hombre incapaz de
hacer daño alguno a ningún otro
ser vivo. No sé si la gente se ha dado
cuenta de que es mucho más seguro y a la
vez inteligente rodearse de seres pacíficos,
buenos, pues uno puede estar tranquilo con ellos,
no existe ningún miedo. Pero esto implica
seres humanos que han disuelto el espejismo de
centricidad en sí mismos, ya que el ego-céntrico
jamás es pacífico aunque se alardee
de procurarlo. Y son muchos los que por desgracia
se sienten aburridos al lado de seres humanos
buenos. Esta declaración en sí misma
ya contiene un buen montón de indicaciones
de cómo está adiestrada la mente
humana. ¿Cómo puede encontrar seguridad
el cerebro si la psique es un remolino de discordia
en continua oposición y culpa? La mayoría
piensan que se ha de luchar para conseguir que
la humanidad conmutemos al estado pacífico,
cuando esto en sí mismo es una falacia.
La lucha, sea del tipo que sea, jamás traerá
ese orden que todos proyectamos en nuestros sueños
y anhelos, pero orden que por cierto jamás
llega, ni jamás llegará mientras
lo hagamos como ahora lo hacemos. De la lucha,
de la violencia, únicamente puede surgir
más lucha y más violencia. La emoción
proviene del pensamiento y ello no es sentimiento.
¿Cómo podremos los humanos advenir
a la concordancia psíquica en la mente,
a nuestra comprensión mutua, mientras exista
en el cerebro un cúmulo psíquico
que lo único que sabe hacer es preocuparse
de sí mismo? Si no nos hacemos esta pregunta
y la respondemos por nosotros mismos, en un acto
de responsabilidad por la vida, más bien
continuaremos con nuestro descalabro propiciando
las crisis de las que cualquiera de ellas se desbordará
llevándonos al colapso. Este hecho ya manifiesta
la inseguridad en la que vivimos, por lo cual
¿qué seguridad es la que necesita
el cerebro? Esto es fácil y sencillo de
contestar, aunque por como hacemos las cosas y
por el tiempo que llevamos haciéndolas
de esta manera parezca casi imposible realizarlo.
Únicamente un par mujer-hombre BUENOS,
pueden proporcionar la seguridad que el cerebro
precisa en el vivir. La única seguridad
que existe, es nuestra incondicional relación
humana libres del espejismo de centricidad que
nos domina y divide. Si aprendemos lo que significa
inteligencia, que implica percibir la verdad sin
distorsión ninguna, y eso significa ver
el auténtico contenido que ahora se mueve
en el interior del cerebro, abriremos la mente
al descubrimiento y esto sí puede contribuir
de forma relevante a disolver el espejismo de
centricidad que es de donde surgen todos nuestros
males.
Cerebro: seguridad,
cambio, éxtasis.
Es verdad que al cerebro
le desconcierta que las cosas cambien perturbándolo,
pero en cuanto a las necesidades primarias que
él requiere, alimento, abrigo y descanso,
precisas para que se encuentre seguro. Esto además
de un entorno relacional y un sentir interno conjuntos
discurriendo en la PAZ, la cual, aunque suene
exagerado no siéndolo, es creación
pura. Una vez estas premisas indiscutibles se
encuentran resueltas, que dejan de ser necesidades
que no se sabe si podrán satisfacerse siempre,
como ocurre ahora, esta duda queda inexistente,
entonces al cerebro no le disturbia el cambio,
pues ahí se encuentra en seguridad completa,
y a lo único que entonces tiene derecho
y gozo, es al éxtasis del flujo creacional,
que es el vivir, la vida y su continuo aprender
del morir. Esto se hace evidente cuando se descubre
que la psique, que es el movimiento interno intrínseco
del cerebro, precisamente su estado natural es
el de flujo. Al igual que la cresta de la ola
de la vida, el eterno movimiento del ahora, que
es cambio tendiendo de continuo a lo nuevo.
La ignorancia
Monegal:
los que somos infinitamente ignorantes
|
Ignorancia del intelecto
e Ignorancia de la vida
El sentido de ignorancia es de
lo más importante, pues sin él no es posible
la sabiduría. Pero tenemos dos tipos de ignorancia
que han de estar muy claros. Una es la ignorancia del
intelecto y esta es secundaria. Otra es la ignorancia
de la comprensión creacional del flujo vivo,
la ignorancia de la creación-vida, la cual es
la primordial ignorancia. Esto la hace la única
ignorancia. El intelecto siempre será limitado,
pues se basa en el conocimiento que siempre está
circunscrito en el registro. Por mucho que abramos un
campo de conocimiento, lo especifiquemos, que siempre
supondrá al mismo tiempo excluir de él
un campo mayor, el conocimiento nunca podrá ser
completo. El intelecto siempre está cercado por
el limitado conocimiento. Esta incompletitud del conocimiento
es lo que lo dispara al infinito. En el campo del conocimiento
siempre podemos añadir "algo más".
La limitación del conocimiento se manifiesta
tanto por su carencia como por su abundancia. Y mirado
más de cerca no debe extrañar que sea
así, pues el conocimiento es registro, y todo
registro es algo parcial, una parte, lo que lo hace
"ignorante" de todo lo que él no contiene,
así, limitado. El intelecto siempre será
ignorante aunque pueda jugando ilusamente aparentar
no serlo. La escalofriante trampa en la que cae la psique,
el ser completo, es esforzarse en ajustar su movimiento,
su inherente flujo, a la configuración fija consistente
en conocimiento que es el ego-céntrico, registros
psicofisiológicos reunidos en un inquebrantable
sentimiento de centro en la creación, y proyectando
entonces una "imagen propia" que se sitúa
en una cuadrícula estratificada psico-social
de valores, (medidas), y creencias (pensamientos), los
cuales siendo muy extraordinariamente limitados enturbian
la mente con la ignorancia que ellos mismos contienen.
Sensibilidad y sabiduría
Si la ignorancia es la parte,
se hace obvio que la sabiduría es la totalidad.
El sentir, la psique en estado de flujo, cuando está
libre del intelecto y el pensamiento no está
operando, tiene oportunidad de abrirse a un campo de
atención del completo flujo, del completo envuelto-envolvente,
y de ahí fluir el discernimiento. Para que esto
ocurra se precisa sensibilidad completa, entonces brota
la sabiduría, la cual, por cierto, no es algo
de lo que el "ser" pueda vanagloriarse, pues
aquello con lo que uno se reconforta no es sabiduría.
Sabiduría es la comprensión del completo
movimiento en el flujo del ahora, que significa que
todo está fluyendo unido. Desde luego como en
realidad está ocurriendo. Pero al no existir
ningún cúmulo psíquico proyectando
sus contenidos en lo vivo y fragmentando la totalidad
que éste es, hay acceso a la comprensión
surgida del discernimiento, y es esta compresión
la que diluye la ignorancia. El proceso de estar recuperando
información psicofisilógica del pasado
para ponerla a actuar en el ahora vivo, manifestando
todas sus aprensiones y juicios almacenados, reducen
la sensibilidad que se requiere para discurrir en una
percepción de la totalidad. Es obvio, el cerebro
se encuentra ocupado con ese movimiento del ego-céntrico
el cual impide que él pueda discurrir en la dimensión
de lo total, de lo completo, está enclaustrado
en la parte. Está claro que operando el espejismo
de centricidad no puede acontecer la sabiduría
que es total sensibilidad alerta en el momento vivo.
Anotación acerca
de la ignorancia
El que escribe ha de ser claro,
pues con tanto "discurso" que despliega pareciera
que es alguien que puede hablar con notación
acerca de lo que estamos dialogando, y que deseara presumir
de algo. Nada más lejos. En la ignorancia nacemos
todos, y peor aún con pocas posibilidades de
salir de ella, a tenor de que lo que se hace en el flujo
vivo es cultivarla, retozar en la ignorancia, incrementarla.
Es una cuestión exclusivamente de auténtica
sensibilidad. Si uno siente realmente que los seres
humanos vivimos en un error tremendo, y que precisamente
la cúspide de este error consiste en mantener
la conclusión de que jamás saldremos de
él, precisamente esto es un abismal estado de
ignorancia, ya que implica ir en contra de la creación,
que de continuo tiende a la mayor inteligencia. Así,
sea quien sea quien hable, siempre será un ser
humano, entonces sería permanecer en el absurdo
pretender diluir el ego-céntrico a costa de incrementarlo.
Aquí, la energía que se utiliza para poner
de relieve las cuestiones que nos abruman y los enfoques
que procuran expresar una nueva forma de comprenderlas,
surge de la percepción de que la mente humana
tenemos acceso a la inteligencia natural que nos corresponde
como seres humanos en el concierto de la creación
completa, en la cual está precisamente implícita
la sabiduría que es carencia de ignorancia. Y
esta inteligencia le corresponde a todo ser humano sin
exclusión ninguna. Pero sin desvanecer por completo
el espejismo de centricidad en el que estamos imantados,
esa comunión creacional se encuentra interrumpida,
desconectada, con todos los males a cuestas a causa
de ello que todos conocemos. ¿Por qué
no nos cuestionamos hasta la médula? A esto estoy
increpando, aún cuando me adhiero a los que somos
infinitamente ignorantes.
La tristeza de nuestra
ignorancia. Ciencia, pensamiento científico y
los científicos. Cerebro, ¿control o comprensión?
Sentimiento vivo versus emoción proyectada.
Punset: Es una
de las grandes tristezas de hoy en día. Yo
cuando veo las noticias que veo y siento lo que
veo que pasa, me doy cuenta de que es una pena de
que no estemos más cerca del pensamiento
científico. Es culpa de los científicos
también, que han acostumbrado a la gente
a creer que ellos son diferentes y que no tienen
nada que ver con la vida cotidiana de la gente.
Pero cuando piensas en el cerebro, que es la glándula
"master", reina, de las secreciones hormonales,
y que inciden sobre tu nivel de ansiedad, marcan
las depresiones, es una pena que no aprendamos un
poco a controlar es una cosa tan sencilla
¿no? a controlar estas emociones y
a saber que no me hace falta ver un tigre en la
puerta para ponerme nervioso, sino que imaginándolo,
simplemente, que hay un tigre en la puerta, mi nivel
de ansiedad aumenta. |
El sufrimiento del Mundo
Lo que ocurre en el Mundo lo vemos
todos, aunque no todos nos damos cuenta realmente de
lo que está aconteciendo. Esto es así,
y muchos se avendrán en aceptar que el énfasis
está puesto en no verlo completamente, y que
solaparlo con los propios sueños y deseos es
la única manera de encararlo. Experimentamos
un sentimiento de frustración cuando el dolor
del mundo nos empapa, y nos vemos incapaces de hacer
algo al respecto. De ahí proyectamos la idea
de que es imposible hacer algo, y como al mismo tiempo
vemos que la mayoría lo que hace es preocuparse
exclusivamente de sí mismos, nos avenimos a hacerlo
en la misma forma.
Comunicación filtrada
En este punto hemos de tener en
cuenta desde qué filtros vemos el Mundo, pues
una cosa es percibirlo en vivo y en directo, en la vida
cotidiana, y otra hacerlo a través de los medios
de comunicación, que tan sofisticados como se
han vuelto, en realidad lo que hacen en la mayoría
de los casos es transmitir imágenes preconcebidas
y estereotipadas de los auténticos acontecimientos.
Esto es evidente. Aunque la prensa o la televisión
etc. estén hablando y mostrando sucesos de lo
que está ocurriendo en el Mundo, todos ellos
se ven afectados por los matices que en cada caso el
determinado transmisor le imprime de forma deliberaba.
Aquí sólo hacemos un somero apunte de
este asunto, pero desde los medios de comunicación
y el entretenimiento, el Mundo, la vida, los vemos y
sentimos de forma muy distorsionada de como en realidad
están ocurriendo. Esto es evidente, pues se pone
el énfasis en la ilusión en lugar de despertar
la verdad implícita.
Ciencia y Filosofía
En verdad el pensamiento científico
debería discurrir en la completa mente humana,
más hemos de comprender bien lo que esto significa.
Ya que una de las bases del pensamiento científico
es el pensar filosófico, que requiere amor por
la verdad, y no dejarse engañar por nada, de
lo que se cultiva la continua duda, el cuestionamiento.
Esto requiere discurrir el pensamiento científico
en las tres corrientes que hemos abreviado, la mitológica
la primera a desvelar, conjuntamente con la psicológica,
y al mismo tiempo con ellas la comprensión de
cómo funciona el Universo. Pero podemos constatar
cómo y en qué medida son muchos los científicos
que tal vez tengan muy claro el pensamiento científico,
pero alimentan el cúmulo psíquico, el
ego-céntrico, y a la par a raíz de ello
no pueden impedir alimentar en algún sentido
la mitología. Esta es la causa de que existan
muy pocos científicos que son capaces de transmitir
la verdad científica de forma que la pueda captar
cualquiera más allá de los tecnicismos,
y que consigan despertar a la percepción de la
infinita interrelacionalidad que en el completo Universo
está ocurriendo.
Comprensión y Paz
Uno debe darse plena cuenta del
estado en el que el cerebro "vibra" cuando
comprende. La comprensión no es control en absoluto.
La comprensión es auténtica libertad.
Aquello que controlamos, que es un acto de decisión
propia, en realidad nos tiene dominados a nosotros,
pues lo controlado requiere una energía que esté
siempre controlándolo. Lo controlado que deja
de controlarse se convierte en descontrolado. Es patente
que el control es un esfuerzo. Pero la comprensión
no tiene nada que ver con el control, ni con el esfuerzo
ni con la decisión propia. Cuando el cerebro
comprende hay libertad y silencio, esto debe comprobarse
de primera mano, por uno mismo. Entonces es esta misma
comprensión, que no es un acto volitivo, de la
que emerge la respuesta que damos, y no de lo almacenado,
del pasado. Es una respuesta libre, viva, no un impulso
reactivo mecánico. Responder desde el control
es muy diferente a responder desde la comprensión.
Este nivel de totalidad que apuntamos, el pensar científico
discurriendo en todos los "campos" del ser,
o sea, un estado de cuestionamiento exclusivamente abierto
a la verdad indómita, proviene del discernimiento,
el cual sólo fluye en la total ausencia de control,
pero requiere de una atención completa. La constante
vigilancia del cerebro. Sólo la completa atención
es la que nos da noción de lo que es el discernimiento
y la compresión que de él emerge. De ahí,
la Paz es inevitable.
Emoción archivada.
Sentimiento vivo.
Cuando en la medida en que las
emociones emergen discurrimos en las causas que las
generan, entonces podemos despertar la comprensión
de por qué surgen, y desde lo entendido todas
las emociones se diluyen. Las emociones son proyectadas
desde el trasfondo que es el cúmulo psíquico,
y con ellas respondemos al flujo en el ahora sin prestar
atención al hecho de que el pasado a través
de ellas está interfiriendo en el auténtico
sentir. La sensación, el sentir, no provienen
de ningún registro, ocurren en el ahora. Mas
al proyectar sobre la sensación, sobre el sentimiento
vivo, lo acumulado por el ego-céntrico, entonces
surgen las emociones, de las cuales por cierto tenemos
muchos nombres pues ahora estamos inundados de ellas,
más todavía, pues las perseguimos creyéndonos
con ello que estamos más vivos. Sin embargo la
sensación es siempre nueva y no podemos calificarla
sin convertirla en emoción al rescatar el recuerdo, que es algo muy incompleto
que apunta a como se sintió alguna cosa en el
pasado.
El cerebro y sus
contenidos
Monegal: El cerebro
nada más quiere ver aquello que queremos
ver. |
La Mente Común
En principio, el cerebro con los
sentidos que lo alimentan, tiene ciertas limitaciones,
lo cual significa que por mucho que quisiera ver algo
para lo cual estuviera impedido, incluso con las más
sofisticadas prótesis que pudiera proporcionarse,
tal vez nunca llegaría a poder verlo. Esto es
algo fantástico, pues atender a la limitación
del cerebro implica preguntarse qué es lo que
ahora el no está viendo. Sin embargo lo que ahora
siente el cerebro es que lo está viendo todo.
Aquí comienza el primer engaño.
El cerebro puede discurrir
la totalidad
Cuando el cerebro descubre el
discernimiento, entonces su limitación es secundaria,
pues a través de él puede fluir en la
totalidad, la cual carece de limitación alguna.
En un estado de discernimiento el cerebro no elige qué
es lo que quiere ver, sino que la acción en la
que él se está desarrollando es la de
comprender lo que se está viendo, lo que está
fluyendo. Es un acto completo en el ahora. Esta unisonidad
del flujo es un movimiento de totalidad envuelto-envolvente.
Es cuando el cerebro sólo se circunscribe a su
movimiento interno que exclusivamente ve lo que a él
le interesa, obviamente su pasado archivado.
El ego-céntrico siempre
es limitado
Cuando el cerebro se encuentra
atrapado por el cúmulo psíquico, el mismo
espejismo de centricidad que proyecta es el que dirige
y focaliza lo que él mismo elige, que por cierto
siempre está condicionado a los contenidos acumulados.
Es así que el ego-céntrico es un movimiento
de volición y empeño. Éste de continuo
está eligiendo lo que quiere ver, que en consecuencia
implica lo que oculta, pues todo foco crea un campo
de preferencia-exclusión evidentemente. La preferencia
es vista y lo excluido es no visto.
¿Limitación
creacional?
El cerebro no puede hacer nada
acerca de su limitación, pero lo que sí
puede ver, captar, sentir, es la infinitud de la mente.
Cuando el cerebro se da cuenta de que él se encuentra
en la mente, (que no es la mente que está contenida
dentro del cerebro), es desde esa percepción
que puede, a través de la atención directa
de lo vivo, sintonizar con ella, con la mente, entonces
ahí, en ese estado en el que la desconexión
que el cúmulo psíquico produce no opera,
en el que el intelecto no piensa pero el cerebro discurre
en el discernimiento, la limitación se diluye,
dando paso a la profundidad, a lo eterno. Esto, de nuevo,
y como con todo lo que venimos sugiriendo, debe ser
comprobado por uno mismo.
Política y
violencia
Punset:
La política es la peor invención humana.
Lo que nos diferencia realmente de los chimpancés,
que son nuestros antecesores directos, es la invención
del poder político. Hace nueve mil años,
cuando inventamos la agricultura, que la gente comienza
a vivir en grupos, generan un excedente económico,
y forman un gobierno, un poder político.
Y la capacidad, de una vileza extrema, de exponer,
sacrificar, de maltratar a la gente ha sido tremenda,
y esto es lo que nos diferencia realmente de los
chimpancés. Los chimpancés tienen
un poco las mismas reacciones que nosotros, por
ejemplo, cuando un chimpancé que es el primero
de la jerarquía está empipado, le
da una patada al que tiene al lado y se desahoga,
se relaja, se queda más tranquilo. Pero el
chimpancé no ha inventado nunca el poder
político, la vileza extrema del ejercicio
de la coacción, de la crueldad en la que
se ha ejercido el poder político. |
Política, sentir
humano.
Llama la atención que el
Señor Punset hable en "pasado", cuando
más bien nuestra situación sugiere que
estas nefastas actividades que la acción política
desprende, tal como hoy en día se ejerce, aún
son condimento intrínseco en ella. La sutileza
se encuentra en que la política es algo que hace
el ser humano, por lo cual esas acciones le corresponden
a él, surgen de él, de nosotros el par
mujer-hombre. Pareciera, sino, que la responsabilidad
es de la política, que no es más que una
idea, por muy compleja, en el cerebro. Y es un humano,
una cosa viva, el que hace la política, una ideología
que es una cosa muerta. Lo que se manifiesta en las
acciones del concierto, o desconcierto, político,
proviene del sentir interno de los políticos
y economistas, los organizadores. Como ellos se encuentran,
como nos ocurre a la mayoría, "esclavizados"
al cúmulo psíquico con su espejismo de
centricidad, desarrollan una sociedad basada en la jerarquía
psíquica la cual la única forma que tiene
de mantenerse es a través del control y la fuerza.
Por ejemplo, en Europa, después de múltiples
generaciones guerreando, creemos que ya hemos conseguido
un nivel de organización y fluidez económica
que permita el ritmo frenético de producción
y consumo necesarios para que la rueda no se pare y
no nos lleve, como en ocasiones pasadas, a descalabrarlo
todo. Pero el hecho es que en Europa no se vive separado
del resto del Mundo, y es patente que las afecciones
de cualquier tipo están interrelacionadas en
el completo planeta. Es así que el bienestar
de unos se ve afectado por la carencia de otros. ¿Cómo
se está ejerciendo la política y la economía
en el Mundo, que es el sentir humano?
Ausencia de egolatría
No se puede negar que necesitamos
de cierta organización en cuanto a lo social,
lo colectivo, en cuento a lo material. Incluso más
a causa de la masificación y superpoblación
que practicamos y promulgamos tanto para hoy como para
el futuro. Lo cual implica a los políticos y
a los economistas, los organizadores. Pero éstos
importantes cargos sociales deberían provenir
de un estudio conciso y sistemático basados en
una "percepción discernida" de los
candidatos, de quiénes son los que deben ocupar
esos puestos, y no de una somera pero sofisticada e
insistente propaganda de promesas y anhelos de futuro,
en el fondo surgidas de presiones económicas
resultantes de ocultas fuerzas de ciertos espectros
sociales "poderosos", que procuran conseguir
sus propósitos a través del convencimiento
y la imitación, y parece ser no están
interesados en una verdadera y auténtica percepción
del ser humano. Se debería diseñar un
test "psíquico-cualitativo" que detectara
la egolatría, y todo aquel que manifestara egocentrismo
quedar nulo para ocupar los puestos de organizador social.
Esta exigencia debería ser prioritaria para la
completa sociedad, pues precisamente son los organizadores
políticos y economistas ególatras los
que conducen la sociedad con los conflictos y desniveles
que proyecta la jerarquía psíquica. Se
precisa de verdadera responsabilidad como ser humano
para conducir a la sociedad y abrirla a una nueva mente.
Responsabilidad que de hecho es del completo ser humano,
ha de nacer en uno mismo, ya que ¿dónde
están del par mujer-hombre sea cual fuere el
estrato social en el que se encuentren que no practican,
cultivan y promulgan la egolatría, la cual en
sí misma es jerarquía psíquica?
El ego-céntrico y
su violencia
Los organizadores en el planeta,
que lo reticulan en estados separados, por un lado debido
a haberlo heredado de tiempos muy primitivos, y por
otro basándose en meras ideologías, cuadriculan
al ser humano dentro de campos estadísticos,
y el énfasis se pone en los estratos dominantes
a causa de su poder económico, y en el estrato
productor, pues es el motor socioeconómico que
mantiene el sistema. Entonces todo lo que queda en minorías,
lo tratan como "mermas", como sesgos, pues
únicamente lo consideran desde la cuadrícula
en el papel y la interpretación que ellos le
dan a los números. A estos restos lo denominamos
exclusión y marginación, de lo que se
habla tanto porque existe en demasía en diferentes
contextos. Dentro de este concierto social estratificado
que manifiesta la jerarquía psíquica,
el centrismo, todo el esfuerzo se reparte en dos tareas
que se consideran primordiales. La primera consiste
en cuantificar al ser humano ajustándolo a un
arquetipo dentro del escalafón psíquico
y que así pueda ser articulado desde el papel
y en grandes bloques humanos. La segunda se ciñe
a los aspectos físicos de la vida, que sin negar
su importancia, en el fondo son secundarios. La educación
global en el planeta se ciñe a esto. Es la cultura
"papalagi", del hombre blanco. Luchador, conquistador,
atenazador. De hecho, el constructor de jaulas en las
que lo aprisiona todo y se aprisiona a sí mismo.
Lo cual es una acción violenta autoimpartida
de la que sus efectos es proyectarse en las diferentes
relaciones igualmente en forma violenta. Y este es nuestro
gran problema, que aún el relativo confort físico
conseguido en bastantes núcleos urbanos en el
planeta, en cualquier ciudad llamada "desarrollada",
en realidad la mayor parte de nuestras actividades y
nuestro sentir de la vida se encuentran fluyendo en
la violencia, que se manifiesta desde su forma más
sutil y disimulada hasta su forma más grosera
y evidente. Esta violencia en distintos órdenes
surge del ego-céntrico, de su acción volitiva,
justificándolo, eso sí, con que es algo
que ya viene incluido en la vida.
RICO PAR (Diciembre
2008) |
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