EDUCACIÓN |
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Artículo 2 de 10 |
El adiestramiento del ser
humano |
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Queda prohibido, prohibir en
absoluto.
Liberarnos
hemos; de la imaginación protectora. Quien busca tranquilidad
en sus sueños, únicamente engaño encuentra.
Ya estás abrigado, abrigada,
por el universo entero, pero sobre todo y más significativo,
por la profundidad inalcanzable, en lo más hondo de
ti mismo, de ti misma. Que brota de la fuente incognoscible
profunda, de la que todo y todos estamos brotando.
Por lo cual, no hay "mí"
camino, mi historia, (16/10/09), mi
logro. Ni nosotros ni ellos, somos todos algo conjunto. Mas
ahora nos encontramos desintonizados.
En
la comprensión está el descubrimiento. Y si
uno, cualquiera, ya está entendiendo, su trabajo es
hacer que los que están prohibiendo, a los otros y
a su vez y por ello a ellos mismos, despierten a la mente
abierta, la única que es capaz de verlo todo.
La prohibición
proviene de lo fragmentado, de lo roto. Únicamente
la ignorancia prohíbe, pues la inteligencia aprehende de sí
misma.
En el entendimiento no se precisa
ley ninguna. Cuando el ser humano comprende esto, y todas
las inmensas implicaciones que hay en ello, su corazón
se abre, y así atento al desorden, evitando tener que
prohibir nada en esa nítida observación de los
hechos. (26/10/09).
RICO PAR, (26 de octubre
del 2009).
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La Vida nunca se detiene
La vida
es flujo, únicamente los recuerdos, que son registros,
persiguen aparentar lo fijo. La vida jamás está
quieta y tiende siempre a lo nuevo. Cuando el cerebro percibe
este hecho claramente, entonces es cuando descubre que "aprehender"
es precisamente un estado paralelo pero a la vez en contacto
con ese movimiento indómito del flujo de la vida. Aprehender
en y del movimiento de la vida es una constante en la completa
vida. Así, ¿qué significa exactamente
educación? Con lo expuesto debería quedar muy
claro: educación es la relación entre dos o
más seres humanos en el ahora vivo, en la que el énfasis
se encuentra puesto en la exaltación del descubrimiento
de la vida de forma participativa y conjunta. En el caso de
la educación infantil y juvenil, tanto el adulto, que
posiblemente se defina como maestro, aunque también
como padre o tutor etcétera, aprende y descubre con la misma intensidad
que los niños y los jóvenes lo están
haciendo, de forma que en ese aprehender no
hay división jerárquica ni funcional ninguna,
pues juntos están compartiendo el descubrimiento y
la investigación que el acto vivo implica para discernir
si lo que de éste se percibe es auténticamente
participativo y verdadero.
Todo se está haciendo
en el Ahora
Ahora bien, ¿qué
ocurre actualmente? El adulto, que se toma a sí mismo
como "educador", lo hace partiendo de la premisa
de que él contiene una determinada cantidad de conocimiento
que puede transmitirle al niño, conocimiento del cual
él no puede aprender nada nuevo, pues en su premisa
ya está contenido el creer que ya tiene el suficiente
para enseñarlo. El adulto "sabe", el niño
o el joven "no saben". Si bien en cuanto a las artes
y a las ciencias el adulto tiene una información que
puede transmitir, no ocurre así en relación
a lo psicológico, pues el adulto igualmente se "está
formando", aunque él lo ignore y crea que ya "está
hecho". Desde esta perspectiva es así como la
acción de la educación se convierte exclusivamente
en una clonación de conocimiento de un cerebro a otro.
En esta situación, que es la que ahora generalmente
predomina, se hace patente que el llamado educador, no se
implica con su mundo interior, su sentir psicológico
de la vida, pues exclusivamente expone ciertos hechos, (aunque
también se enseñan falacias como si fueran verdades,
en especial cuando de ciencias sociales se trata), acerca
del mundo material, dejando de lado las cuestiones del fluir
psicológico, las inquietudes del sentir mental, tan
fundamentales de comprender tanto cuando se es adulto como
mas especialmente cuando se es niño o joven, que uno
se está "consolidando" físicamente,
y es el período en el que ahora se inocula el espejismo
psicofisiológico de centricidad. ¿Puede haber
participación unísona entre varios seres humanos
mientras existe un centro separándose?
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Del libro "CARTAS
A LAS ESCUELAS"
Autoridad: agresión
y servilismo.
Está
la relación entre el educador y el estudiante.
¿Mantiene el maestro , consciente o inconscientemente,
su sentido de superioridad y permanece así siempre
sobre un pedestal, haciendo que el estudiante se sienta
inferior, uno que debe ser instruido acerca de todo?
Obviamente, en esto no existe la relación. De
ahí surge, por parte del estudiante, un sentimiento
de tensión y fatiga. En consecuencia, el estudiante
aprende desde su juventud esta condición de superioridad;
se le hace sentir empequeñecido y, por lo tanto,
o se vuelve el agresor a lo largo de su vida, o es continuamente
acomodadizo y servil.
Ocio: infinito tiempo para
la observación.
Una escuela es un lugar en el
que se dispone de ocio, y donde el educador y el que
ha de ser educado están ambos aprendiendo. Este
es el hecho fundamental de la escuela: aprender. Por
ocio no queremos decir tener tiempo para uno mismo,
aunque eso también es necesario; no significa
tomar un libro y sentarse bajo un árbol o en
el dormitorio para leer indiferentemente alguna cosa.
No significa un estado plácido de la mente. Y
por cierto que no significa ser perezoso o emplear el
tiempo para soñar despierto. Por ocio entendemos
una mente que no está de continuo ocupada con
alguna cosa, con un problema, con algún deleite,
con algún placer sensorio. Ocio quiere decir
una mente que dispone de infinito tiempo para observar;
observar qué ocurre alrededor de uno y qué
es lo que está ocurriendo dentro de uno mismo.
Implica tener tiempo libre para escuchar, para ver claramente;
implica libertad, la cual generalmente se traduce como
hacer lo que a uno le plazca, que es lo que de cualquier
modo están haciendo los seres humanos, ocasionando
con ello mucho daño, desdicha y confusión.
El ocio significa una mente quieta, significa ausencia
de motivo y, por tanto de dirección. Esto es
el ocio, y es únicamente en este estado que la
mente puede aprender, no sólo de ciencia, historia,
matemática, sino también aprender acerca
de uno mismo; y es en la relación donde podemos
aprender acerca de nosotros mismos.
J. Krishnamurti de la carta,
primero de Octubre de 1978.
Título del original en inglés:
Letters to the Schools. Traducción Armando
Clavier.
Publicado por EDHASA, 1984, Barcelona.
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Más allá
de la codicia, el Ocio de la Mente. |
Cumulo psíquico,
ego-céntrico; el espejismo.
Hemos definido el cumulo
psíquico como la retención de "impactos"
vivenciales que suceden con y en la psique en el acontecer
de la vida. Esta memoria emocional retenida, con sus
cargas de predilección y rechazo comparativos, asumidas por
el "ser" como la realidad de "sí
mismo", proyectan el ego-céntrico, el programa
"yo soy" con su completo caudal de conocimiento
mitológico, del cual el cerebro se identifica
"creyéndose" ser ese cúmulo
psíquico almacenado. Un movimiento que impregna
el completo cerebro-organismo condicionándolo
a ese espejismo, en el que la proyección no tiene
realidad en sí misma en la auténtica realidad
que ocurre en el ahora. Éste movimiento céntrico
y centrípeto que es el espejismo ego-céntrico,
que experimenta la vivencia como "yo", en
el acto de identificación proyecta al mismo tiempo
un campo de "lo mío", la propiedad,
junto con el influjo de "poder" que se ejerce
en lo envolvente a raíz de esa propiedad; ambos:
propiedad y poder, son un movimiento en la codicia.
En la misma medida que el ego-céntrico tiende
a cerrarse sobre sí mismo, con la fuerza desprendida
del programa "yo y lo mío", en proporción
inversa se separa de lo envolvente, al tiempo de luchar
y esforzarse para que lo envolvente
Educando al Educador por J. Krishnamurti,
en el BLOG de SALTRONIC
¿Qué papel puede desempeñar la educación en la actual crisis mundial?
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Apunte
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se ajuste a sus predilecciones y rechazos. Se hace obvio
que hay una energía dividida contraponiéndose
a sí misma, tiende a un centro a la vez que se
esfuerza por expandirse en el entorno. Y ese mecanismo
funciona como un bucle. Una vez iniciado, se repite
y se repite de forma continua creando los resortes "candado"
que contribuirán a que la ilusión no deje
de operar en ningún momento.
Los candados del bucle
ego-céntrico
Para que este movimiento
cíclico no sea interrumpido, para que su energía
sea tan fuerte que pueda mantenerse en el ahora replicándose
en todo cerebro humano que en el flujo creacional va
surgiendo, se precisa de unos resortes que impidan que
pudiera esta energía estancada diluirse. A tenor
de que la mayoría del planeta nos encontramos
afectados por esta dolencia psíquica, el espejismo
de centricidad, y que ello viene aconteciendo ya por
innumerables generaciones, se hace evidente que tal
mecanismo retroalimentado con sus candados que lo protegen
es muy potente. Estos bloqueos en forma de candado,
son una larga ristra de rotundas aseveraciones asumidas
como imposibles, de los que el espejismo se alimenta
dificultando, sino más bien impidiendo, el flujo
natural de la auténtica energía existente
en la realidad más allá del espejismo.
La propiedad, la codicia, consideradas inevitables y
promulgadas y reconocidas como beneficiosas, que crean
un campo de competencia entre los múltiples egos-céntricos,
es una de esas verdades imposibles que aseveran que
la única manera de relacionarnos es continuamente
compararnos compitiendo entre nosotros con el fin de
conseguir la supremacía. El poder sobre los que
nos rodean. El candado dice, ordena: "no es posible
vivir sin comparación y competencia". Candado
que se instruye practicando la comparación y
la competencia prácticamente desde que el niño
da sus primeros pasos. En las aulas esto es una constante.
Entonces, si la mente precisa encontrarse en el ocio,
en ese estado de atención sin centro ni dirección
en el que se atiende al todo sin reserva alguna, ¿de
qué manera puede ocurrir esto, si todo lo que
hay es empeño, el propio ego-céntrico
que tiene un horizonte delimitado al que arribar el
cual está siendo marcado por la comparación
con los otros, en la que se cuecen la predilección
y el rechazo? La nueva mente, la nueva conciencia, indudablemente
ocurren cuando el espejismo se ha diluido. El trabajo
que se requiere no sólo en las aulas sino en
las relaciones sociales, es el de "desarticular"
el espejismo de centricidad, y de ahí comenzar
el desconocido camino de aprehender y descubrir siempre
en lo nuevo.
RICO PAR
(Noviembre 11, 2009). |
Jiddu Krishnamurti
¿Podemos vivir con felicidad, creativamente?
Ciertamente,
sólo cuando toda esta competencia sea
erradicada.
De la ambición
al conflicto
Cuando fuera de la escuela están
ustedes con sus padres, cuando leen los diarios o hablan
con la gente, tienen que haber notado que casi todos
quieren producir un cambio en el mundo. ¿Y no
han advertido también que estas mismas personas
están siempre en conflicto unas con otras sobre
esto o aquello sobre ideas, propiedad, raza, casta
o religión? Sus padres, los vecinos, los ministros
y los burócratas, ¿no son todos ambiciosos,
no están luchando
por una posición mejor y, en consecuencia, no
están siempre en conflicto con alguien? Ciertamente,
sólo cuando toda esta competencia sea erradicada,
habrá una sociedad pacífica en la que
todos nosotros podremos vivir con felicidad, creativamente. Más allá
del impulso destructivo de la ambición
Ahora bien, ¿cómo puede hacerse esto?
¿Pueden la regulación, la legislación
o el adiestramiento de la mente para que no sea ambiciosa,
eliminar la ambición? Exteriormente, puede uno
disciplinarse para no ser ambicioso, socialmente puede
dejar de competir con otros; pero internamente seguirá
siendo ambicioso, ¿no es así? ¿Y
es posible erradicar completamente esta ambición
que está trayendo tanta desdicha a los seres
humanos? Es probarle que no hayan reflexionado sobre
esto antes, porque nadie les había hablado así;
pero ahora que alguien les habla sobre ello, ¿no
quieren averiguar si es posible vivir en este mundo
plenamente, creativamente, de una manera rica, feliz,
sin el impulso destructivo de la ambición, sin
la competencia? ¿No quieren saber cómo
se puede vivir sin que la vida de uno destruya a otra
persona ni proyecte una sombra en su camino?
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La ambición compite,
el Amor Coopera.
Hasta este momento me ha
sido muy fácil escribir sin referirme de manera
directa a mí mismo, como persona o nodo-anímico,
y continuaré haciéndolo. Esto es muy sencillo,
pues estamos "discurriendo" acerca del ser
humano que es "algo" que va mucho mas
allá de eso que denominamos el "uno mismo",
y que nos incumbe a todos los que nos encontramos en
el flujo vivo. Pero
en este momento, atendiendo al texto que debe seguir
esta impresionante y clarificadora declaración
de Krishnamurti, encuentro un texto rubricado
por SERIECITO en el BLOG AVANTO, que me
ha hecho recordar una profunda sensación de la
adolescencia, que no ha desparecido pues aún
se mantiene, pero pareciera que la incipiente sorpresa
de entonces haya menguado. Siempre me costaba mucho
entender cómo no se exaltaba la alegría
por hacer las cosas en grupo, de forma participativa,
sin que nadie estuviera sobresaliendo. Y cuando uno
intentaba crear ese clímax de concierto participativo,
todos te miraban como un bicho raro. Tuvieron que pasar
ciertos años para comprender las causas que impedían
esa comunión conjunta. La egolatría
y la competencia que en las relaciones se destila
a causa de ella, eran y son las que de continuo están
impidiendo que sintamos la pluralidad sin ningún
atisbo de centro. El autor Seriecito, en su texto
titulado "¿COOPERAR o COMPETIR?",
partiendo de una referencia al libro de Eduard Punset
"Viaje a la Felicidad", acerca del
"modelo educativo imperante", el cual
no puede dejarse pasar por alto, se extiende a partir
de él en desplegar esta noción de "divisibilidad
ineludible", candado psíquico al que
no sólo somos educados, sino que cultivamos y
reinyectamos de manera indolente y negligente a nuestros
descendientes.
La nueva conciencia hay que alcanzarla, no viene sola.
Seriecito:
lamentablemente nos han educado así, nos
han programado para esto, día a día
con machaconería e insistencia y durante
muchos años. Lo malo es que el modelo sigue
y por tanto es de esperar, que las próximas
generaciones repitan lo mismo. |
¿Qué podemos
hacer para que el ser humano nos abramos a la verdad?
¿Qué hace que ella no cuaje? ¿Es
tan sencillo como un problema de hábito? ¿O
se requiere de un despertar "interno" que
manifieste la interrelacionalidad indivisible? Ahora,
toda investigación en este sentido, nos llevará
de continuo al primigenio problema, más bien paradoja, el espejismo de centricidad operante. Pudiera parecer aburrido mencionarlo
tan insistentemente, seguramente sólo para aquel
que no está prestando atención a todo
esto, pero no sólo es la finalidad de estos apuntes
ponerlo de relieve, de ahí la insistencia desde
diversas perspectivas, sino que mientras que no aclaremos
verdaderamente esta dificultad a la que la ilusión
nos conduce, no podremos plantearnos cuestiones más
profundas y verdaderamente creativas. La educación
impositiva, cuadriculada a determinada norma, proviene
del estado violento de nuestra mente, del codicioso
ego-céntrico. Cuando una fábrica deja
de producir hay que cerrarla. Para que una fábrica
de armamento no se cierre, se deben conseguir pedidos,
y la manera de lograrlo, es creando división
y conflicto. A esta división y conflicto se adiestra
en la escuela y maestros y padres lo permiten, pues
lo tienen asimilado muy hondo. A pesar de que es una
división y un conflicto tan acaramelados por
los buenos modales y la pretendida apariencia de inteligencia,
que ocultan la larga ristra de candados psíquicos
que con la fragmentación competitiva se están
formando en los cerebros. Indudablemente esto es una
carencia total de creatividad, que es a lo que somos
adiestrados, a la clonación psicológica
del espejismo. Y curiosamente, para comprender, para
tener un atisbo de esta nueva conciencia humana revolucionaria
en la interrelacionalidad, es imprescindible discurrir
en la creatividad. Los candados psíquicos que
el ego-céntrico desarrolla y se impone individual
y colectivamente, surgen como ratas a la huida una vez
sondeamos en los intersticios internos donde se encuentran
agazapados operando todos esos condicionamientos. Pero
este trabajo de "desmantelamiento" del ego-céntrico,
debe estar haciéndose en las aulas, en la vida
profesional, y en los núcleos familiares y sociales.
En todo tipo de relación en la vida.
(Me disculpo con las ratas por haberlas utilizado como
alegoría para describir algo nefasto en nuestra
mente, pues lo terrible que ellas nos pudieran parecer
a nosotros, es una falsa sensación que proviene
de nuestros prejuicios infundados).
Trampolín a la nueva y desconocida conciencia
Seriecito:
hagamos una "enmienda" a la totalidad
y postulemos una educación desde la infancia,
basada en el desarrollo personal no competitivo,
donde sean reconocidas y potenciadas las cualidades
personales intrínsecas de cada uno,
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inyectándose
entonces estas cualidades en el grupo. Y en igual medida,
las cualidades del grupo reinyectándose en uno.
Cuando estamos verdaderamente sintonizados en la mente
lo personal desaparece. Sólo cuando no hay centro
interno es que la totalidad puede ponerse de manifiesto.
Cuando un grupo de personas aprenden el auténtico
diálogo, que las conduce a la sintonía,
es cuando se pone de relieve el ser humano, y lo personal
es un mero detalle en la totalidad conjunta. Pero esto,
hemos de repetirlo, el ego-céntrico no puede
comprenderlo más que como un sueño imaginario,
cuando es algo que para ser comprendido, su envergadura
y la indescriptible significación que tiene,
debe ser vivenciado por la mente libre de espejismo.
RICO PAR (Noviembre
11, 2009).
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educación
Formación, enseñanza, instrucción,
adoctrinamiento. || Urbanidad, crianza, cortesía.
educando Colegial,
escolar, alumno. educar Formar, enseñar, dirigir, encaminar, instruir, adoctrinar.
|| Afinar, perfeccionar, desarrollar. || Desarrollar
las fuerzas físicas por medio del ejercicio,
haciéndolas más aptas para su fin. ||
Perfeccionar, afinar los sentidos.
¿Qué es
la educación? Tema complejo, y a tenor de nuestro comportamiento pareciera que poco sabemos
de lo que esta acción pueda verdaderamente significar.
Es cierto que atendiendo al proceso completo, desde
los estudios básicos hasta los superiores, podemos
decir que formamos buenos técnicos, profesionales
con un alto grado de preparación, en cuanto al
conocimiento científico y tecnológico,
carreras, oficios y maestrías. Prueba de ello
es la vida "protésica"
de la que dependemos. En ciertos aspectos nos proporciona
comodidad y bienestar, pero en otros un buen caudal
de dolores de cabeza, que aceptamos como irremediables.
Pero educación no es sólo conocimiento
técnico, ya que nos hemos de preguntar ¿qué
pasa con el ser humano?
Educación no es "amoldar" Como a la mayoría de palabras
a esta también le alcanza la dualidad, pues la
podemos comprender de dos maneras bien diferenciadas.
Nos ajustaremos aquí a las palabras que mejor
nos parece señalan las diferencias que se precisan
poner de relieve: enseñar, formar
versus instruir, adoctrinar.
Aclaremos las dos que no consideramos educación,
que son instruir y adoctrinar. Ellas dos nos hablan
de una actividad de completo amoldamiento, se fuerza
al sujeto, tal vez con su propia aceptación,
a integrar en él diferentes comportamientos y
concepciones ceñidas a un determinado patrón
que persiguen un fin concreto y delimitado que implica
su ordenación, la del sujeto, en un campo mayor
de relación, del cual él dependerá
en beneficio de otros y en cierta medida quizá
contribuirá a su "supervivencia" física,
pero en su aspecto anímico psicológico
andará ciego. Instruir y adoctrinar
son una especie de adiestramiento, y si bien pueden
tener un cierto nivel de significado, más bien
apuntan a reprimir hasta hacer desaparecer la iniciativa
propia del sujeto adiestrado o adoctrinado.
Empezar a entender
a los demás En
la base de nuestro comportamiento está
la educación. Recordemos las palabras
de la doctora Taylor: «La educación
puede ser una liberación y sus contenidos
pueden ofrecer una gran resistencia al lavado
de cerebro», pero ella misma no escondía
que muchos sistemas educativos se pueden convertir
en atroces lavados de cerebro. Esto se llama
adoctrinamiento.
El profesor Trujillo
nos aseguraba en el plató de Redes
que, en realidad, no estamos formando a nuestros
jóvenes. Les estamos ofreciendo información
masiva, estamos intentando que gestionen esa
información de un modo más o menos
adecuado, pero no estamos haciendo nada para
instaurar los pilares fundamentales en cuanto
a las emociones y el comportamiento. Y estos
pilares, el control de la emoción y el
comportamiento, son imprescindibles para que
los individuos puedan gestionar adecuadamente
semejantes niveles de información. Estamos
creando jóvenes frustrados y por
tanto, agresivos, consigo mismos y con los demás.
«Hoy por hoy», nos decía
Humberto Trujillo, nuestros chavales,
nuestras nuevas generaciones, chicos y chicas
de 12 a 13 años, no tienen un verdadero
"apoyo social percibido", o no tienen
la percepción de ese apoyo social. Es
posible que lo reciban, pero lo importante no
es lo que uno recibe, sino lo que cree que tiene
y de lo cual dispone. El apoyo social es un
elemento de sosiego y de aproximación
que permite a la persona un equilibrio suficiente
como para empezar a entender a los demás».Procede del capítulo
VI, "Lavado de cerebro". Epígrafe:
Técnicas modernas
de persuasión.
Del libro de Eduard Punset "El alma está
en el cerebro".
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Enseñar, mostrar.
Mucho más adecuadas para
referirnos a educación son por un lado "formar", ya que de hecho, partiendo de la premisa de que todo
se está formando en un grado u otro, la educación
sería la acción que contribuye a que tal
formación discurra en su flujo natural
de "configuración". La sutileza aquí
es: "ser formado", que sugiere
alguien que induce en la formación constriñendo
el campo relacional, o "estar formándose",
que implica un flujo natural sin coacción abierto
a la completa interrelacionalidad. Sea quizá
esta matización la que nos haga dudar de utilizar
la palabra "formación" como educación.
El término que sí refleja muy bien lo
que entendemos por educación es "enseñar",
en su sentido de mostrar; lo que se puede "ver"
señalándolo, y lo que no se puede ver
apuntándolo para despertar la noción de
ello. Así, el adulto únicamente enseña
al niño o al joven, "le muestra",
"le apunta", una realidad y una verdad, no
le instruye ni lo adoctrina sobre ella. El niño
asimila entonces la noción o la verdad por "vibración",
por "simpatía" directa con el adulto,
pero de manera más especial por despertarlas
el en sí mismo por sí mismo. Esta diferenciación
es fundamental.
Educación es acción
Generalmente entendemos por
educación la transmisión de conocimiento
desde "uno que sabe" hasta "otro que
no sabe". Esto es cierto en cuanto al conocimiento
técnico, que lo podemos axiomatizar y responde
en un alto grado a la mecanicidad. Pero en cuanto
a la vida y el vivenciar, esta concepción se
derrumba, pues tanto el adulto como el niño
se encuentran en igualdad de condiciones, ambos
fluyendo en el flujo vivo siempre nuevo. He aquí
el gran error que ahora se comete, pues mayormente,
al que se le denomina "educador", se le
considera capacitado para enseñar lo que es
ser un ser humano, lo cual es una fatal equivocación.
El ser humano, que es el acto de vivir siéndolo,
siendo un ser humano, es un acto de continuo aprender
durante el completo transcurso de la vida, pues nunca
estamos hechos del todo, lo que implica el descubrimiento
continuo. Cuando el responsable
Elecciones
Europeas IV: Educación juvenil.
una
democracia que dice hacer libres a las personas
y lo que hace es criar burros dependientes
como resultado vemos a los jóvenes
desorientados
se creen que
ya
no es necesaria la memoria o la capacidad
de razonamiento. Este es el logro de la democracia:
orejas de burro.
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de desplegar el acto de educación parte de
la premisa de que "él sabe" en cuanto
a esta esencia de ser un ser humano, ha introducido
la egolatría, y ahí lo único que
ocurrirá será la clonación de pensamiento.
Así, educación es un acto continuo en
la acción siempre nuevo y por ello sujeto al
descubrimiento. Nunca cesa.
Educación polar, desorden social.
Hemos dividido la educación
en educador y educando, y si bien en el aspecto tecnológico
puede tener cierta significación, el aspecto
principal en la educación es el despertar
del ser humano. Esto es evidente. La ciencia y la
tecnología, el oficio y la maestría, son
aspectos secundarios. Lo principal es despertar la "luz
interior", pues cuando ésta existe,
las artes y las ciencias son consecuencia directa de
esa luz, y no de la mera repetición. Existe el
acto de la educación, en la que todos los que
participan están aprendiendo, pero cuando nos
dividimos en educador y educando, es evidente que cierta
energía ha quedado estancada. De esta retención
surgirá el conflicto y el desentendimiento. A
todas luces ocurre así en las aulas, y de manera
más significativa en el completo espectro social.
Véanse la cantidad de leyes, en cuanto a comportamiento
humano, que debemos implantar para poder disponer de
cierto orden, puesto que el orden interior no ha
acaecido, de lo contrario no las necesitaríamos.
El orden humano ocurre en su interior y de ahí
se extiende a las relaciones. Cuando éste proviene de un esquema "ideográfico-emocional"
previamente diseñado, al que el ser humano debe
amoldarse, en ese patrón se están induciendo
ambos comportamientos, tanto el que se acepta como el
que se prohíbe.
El acto de la educación
La educación es "estar
haciendo", o sea, la acción.
¿Y qué es lo que desarrollamos con tal
acto? Indudablemente el descubrimiento. Aprenda uno
a estar abierto a descubrir, adobado ello con la completa
atención, que implican afecto y consideración,
y conocerá las dos formas básicas del
aprendizaje. El aprender en el que acumulamos
información, por regla general relativa a aspectos
físicos de la vida, y el aprehender en
el que no se produce acumulación ninguna, sino
una transformación de nosotros mismos a través
de la aprehensión. El conocimiento es
mecánico y no transforma el interior del ser
humano, sólo se precisa de la memoria para conservarlo.
El descubrimiento y comprensión de uno mismo
es vivencia, y no se sirve de la memoria, más
bien es un estorbo el recuerdo que podamos alimentar
de vivencias pasadas. El descubrimiento y la comprensión
sí cambian el interior humano. Cuando el
ser humano cambia por dentro, la sociedad cambia con
él. Así, el acto de la educación,
es un flujo en la vivencia de todos los que están
implicados en él. Cuando hay vivencia hay descubrimiento,
cuando únicamente hay recuerdo de lo conocido,
que la vivencia es solapada, no hay descubrimiento,
aunque sí se pueda producir la clonación
del conocimiento de un cerebro a otro. La vivencia es
intransferible. El ser "ser humano" significa
encontrarse en estado de educación, comprensión
y descubrimiento, descubrimiento, comprensión
y educación
etc. etc. etc. un interminable
ciclo en el completo decurso del vivir-morir.
Imagen
Graffiti Urbano Autor ¿?. "Niño
castigado con orejas de burro".
Pintado en persiana kiosco Plaza "Revolución
de septiembre de 1868".
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RICO PAR (Noviembre
4-10, 2009).
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La conducción de las "masas" humanas.
El dibujo pertenece a la
película "SUBMARINO AMARILLO"
de los Beatles, en la secuencia de la canción
"Lucy in the Sky with Diamonds". La
técnica gráfica utilizada en la misma
sugiere cómo el flujo del ahora cambia afectando
al aspecto de las cosas. Esto se visualiza en variados
fragmentos donde las formas y sus colores se encuentran
en metamorfosis continua a través del movimiento.
Incipiente creatividad siempre nueva. Lo mismo
que le ocurre al cerebro cuando "le permitimos"
fluir en estado creativo, que se encuentra abierto a
lo que se despliega en el ahora transformándose
en algo nuevo.
En el clip hay otra imagen
que se nos ha hecho reveladoramente alegórica,
la imagen que adjuntamos al lado, porque ilustra muy
bien cómo ahora los niños y jóvenes
son "adiestrados". Se les implanta
en el interior del cerebro a modo de caramelo una serie
de ideas, conceptos y adherencias anímicas con
respecto a diferentes creencias y supuestos egocéntricos
y sociales. El "yo soy" en el que los seres
humanos creen encontrarse seguros, sin embargo sin darse
cuenta que es precisamente esas ideologías las
que los dividen como conjunto, resultando inseguridad
de ello. Pero dentro de este aparente original cúmulo
de ideas en el cerebro, que es lo que el ego-céntrico
siente como realidad interna de sí mismo, nunca
encuentra la concordancia con los otros, únicamente,
compartiendo el adiestramiento, que implica seguir a
pies puntillas todos la misma dirección, en masa,
siendo conducidos, sin apenas mirarse unos a otros.
RICO PAR (Noviembre
12, 2009).
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mentor Consejero
o guía de otro. El que sirve de ayo.
ayo Persona
encargada de la custodia, crianza o educación
de un niño.
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Revolución
Psicológica Interior
EL DOCTOR E.W. ADIKARAM
Hacia el final de su
vida, Adikaram reconoció que la educación
no era la panacea de todos los males sociales
tal como había pensado. La educación
hace de nosotros personas bien informadas,
no sabias. Cuando un delincuente es instruido,
¿acaso se convierte automáticamente
en mejor ser humano? Esto no significa que
los delincuentes no deban ser educados,
pero lo que suele ocurrir es que la educación
les permite continuar con sus acciones criminales
de una forma más astuta y elaborada.
La naturaleza humana no puede cambiar con
la educación; sólo se consigue
cuando la psiquis se desprende del egoísmo
y de rasgos antisociales como la violencia,
la ambición, el odio y la envidia.
Sólo una revolución psicológica
interior es capaz de transformar la
naturaleza animal innata del hombre. Esta
visión fue algo que había
aprendido de su gran mentor, K. Las enseñanzas
de K moldearon profundamente el espíritu
de Adikaram y de la mayoría de sus
compañeros.
Nota RICO PAR: Desde este punto de vista tal vez pudiéramos encontrar
otra palabra en lugar de "educación", o bien, realmente aclarar éste término. Si admitimos que educación es aprehender a aprehender, en primer término, seguidamente aprehender
a investigar, descubrir y comprender,
y como compendio de todo ello despertar
la total conciencia sin frontera ni
horizontes de la "aprehensión",
que es lo que en el momento vivo se
está aprehendiendo, podemos decir
que el acto de educación es el
despertar y el desplegamiento de la
total observación de y en la
totalidad. Completa atención
y observación a la totalidad
emergente "a través"
de una conciencia carente de centro
alguno. Esta nueva conciencia sin límite
que ahora desconocemos, pues andamos
anclados al espejismo de centricidad,
está sintetizada en la completa
enseñanza humanista K.
Como se indica en el anterior párrafo,
es una revolución psicológica
interior, que fundamentalmente consiste
en que la mente pudiendo discurrir a
través de pensamiento y comprensión,
jamás queda retenida en el tiempo,
lo cual significa libre de toda fijación
de la psique, es un estado de continuo
flujo, atención, observación
y comprensión. Este acto en la
totalidad, pues únicamente ocurre
cuando no hay centro, es un acto de
religiosidad, pues hay comunión
con la totalidad. Sentimos que podemos
decir que educación es la responsabilidad
por despertar y descubrir tanto en uno
mismo como en los otros, la nueva conciencia
que ha trascendido el ego-céntrico,
acción imprescindible para que
la inteligencia pueda "aflorar"
en la mente. (12/11/2009). |
Cuando Adikaram consiguió
su primera audiencia con K en la intimidad
de un cuarto, las lágrimas bañaron
las mejillas del insigne médico.
Lloró largo rato y K se limitó
a seguir sentado y a observarlo en silencio
sin decir palabra. Adikaram dejó
de llorar de repente al advertir que se
había comportado como un niño
y lo invadió una enorme timidez por
haber llorado en presencia de K. Fue entonces
cuando K cogió la mano de Adikaram
para consolarlo y le dijo: «Muchos
de los que vienen a visitarme lloran en
mi presencia. Es una especie de sensibilidad.
¿Acaso no siente ganas de llorar
cuando ve algo muy hermoso o bien cuando
oye un canto melodioso?»
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Cartas a las Escuelas por Jiddu Krishnamurti
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El
estado creativo de la mente
por Jiddu Krishnamurti
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