El Ahora, lo Eterno. Parte
II. |
|
De niño a ego-céntrico,
el tiempo ocultando lo Eterno.
A
un niño jamás hay que decirle que no mire el
Sol directamente. La inteligencia natural del organismo simplemente
le impide hacerlo. Sin embargo el fuego lo ha de descubrir
por sí mismo, y no se percata del peligro que significa
hasta que él no experimenta cómo se siente el
fuego cuando toca la piel. El descubrimiento propio a través
|
|
de su percepción. El sentir del cuerpo a través
de los sentidos se traslada al cerebro, en donde todo el compendio
de señales externas se reúnen en un único
conjunto. El sentir "vibracional" de todo lo que
está fluyendo en el ahora es un continuo indiviso.
El niño no experimenta divisiones entre un interior
y un exterior, percibe una unisonidad latente y evidente en
el completo acontecer del ahora, aunque como es lógico
él no lo puede explicar "razonándolo".
Andando en ese transcurrir del despertar biológico,
otra cualidad, detectable en un alto grado en el ser humano,
se va desplegando el intelecto que se sostiene en el pensamiento,
y si esta herramienta del cerebro conlleva maravillosas cualidades,
el problema surge con los contenidos que en el pensamiento
se van vertiendo procedentes de lo que al niño lo envuelve:
la sociedad, familia, amigos, etc. Hasta cierto momento en
su mente pueden fluir infinidad de pensamientos, con sus correspondientes
sensaciones adheridas, mas gradualmente, debido a la "insistente
repetición" se van formando estructuras de pensamiento
fijo, como si fueran piedras inamovibles en el camino, y se
le induce agresivamente al cerebro a que se identifique con
esos contenidos, como si el niño y el ser biológico que se
"nodifica" como resultado del desarrollo del completo organismo
fueran esas "incrustaciones" grabadas con perseverante
esfuerzo en su cerebro.
|
|
Lo nuevo viene con el niño, pero el adulto, preso en
su perseverancia estática, le "obliga" a
lo viejo, a lo establecido, y la novedad queda soterrada en
el olvido. El ahora ha sido camuflado, y ha entrado en juego
para la percepción, la cuadrícula del tiempo
y el espacio que son esos mismos contenidos impregnados en
el cerebro. A partir de cierto momento, el niño, dejándose
llevar por el instinto natural de sentirse en afinidad con
lo que lo envuelve, abandona su también natural instinto
de descubrimiento propio al verse obligado a sostener su desarrollo
en la "imitación", pues el debe convertirse
en una réplica tanto de los contenidos que con el pensamiento
se le van inoculando, como del comportamiento que percibe
en los adultos que le rodean. Este proceso va complicándose
a medida que la autodeterminación va creciendo, pues
con ello la "identificación" va aumentando
al igual que los "rechazos". El cúmulo psíquico
solidificándose, y cada vez en mayor medida proyectando
el espejismo de centricidad, con su correspondiente irresistible
sensación de ego-céntrico. Esta proyección
en la mente a través del cerebro, se torna "tan
real", que la misma realidad, el ahora, queda soterrado,
como las raíces de los árboles, o las ondas
electromagnéticas, que no las vemos, tomando relevancia
entonces, pasando a primer plano, la "sombra" que
ahí se ha proyectado desde la memoria. Quedando atrapado
en el tiempo y dejando de percibir el Ahora, lo Eterno.
RICO PAR (Octubre 11, 2009)
|
|
|
|
|
|
|
Vivir Aquí
y Ahora
Nick Nolte (Sócrates), Scott Mechlowicz
(Dan Millman), en el film "EL CAMINO DEL GUERRERO"
(2006), dirigida por Víctor Salva. Guión:
Kevin Bernhardt, sobre la novela autobiográfica
de Dan Millman.
Dan Millman: A veces no me gusto mucho
Sócrates: La gente no es sus pensamientos.
La mente es solamente un órgano de reflejos.
Reacciona a todo.
Desarrollar la sabiduría para aplicar la palanca
indicada, en el lugar correcto, en el momento adecuado.
La basura está aquí, en tu cerebro. Esa
es la primera parte de tu entrenamiento
y hasta tu
vida. Aprender a sacar todo lo que no necesites. Se
practica toda una vida.
Saca la basura. La basura es todo lo que te aleja de
lo único que importa. Este momento. Aquí
y ahora. Y cuando estás en el aquí y ahora
te sorprenderás de todo lo que puedes hacer.
Y de lo bien que puedes hacerlo.
|
|
|
|
|
|
|
Mente y Ahora |
El Ahora es el estado natural
de la Mente. Y la Mente se manifiesta en el Ahora. La
Atemporalidad es una de las cualidades de la Mente. Y
sin la atemporalidad no pueden nacer el par tiempo-espacio,
barro "substancial" que utiliza la Inteligencia
fluyente en la Mente para desarrollar y sostener las configuraciones,
el flujo creacional siempre incipiente. Es la Mente la
que se libera cuando el cerebro deja de estar hipnotizado
por sus contenidos almacenados. Es entonces cuando, sintonizado
el cerebro con la mente, surge la nítida percepción
del Ahora, que es el estado natural de la Mente. Esto
debe vivenciarse, no puede comprenderse a través
de la emoción o el intelecto. Y mientras el cerebro
esté "retroalimentando" sus contenidos,
esta proyección de sombras, oscurece la percepción
de la Mente, creando un campo centrípeto de "fuerzas"
que se inhiben de la totalidad excluyéndola, quedando,
sin más remedio, oculto el ahora, dominando entonces
el tiempo, el pasado. |
En
el artículo "Practicando el poder del Ahora" de Eckhart Tolle en el enlace a oshogulaab.com,
del que distribuimos en esta página algunas reseñas
del mismo, e incitamos al lector lo lea atentamente, le
sugerimos a la vez atienda a cierta aclaración
que sentimos ha de hacerse. Cuando Eckhart Tolle
habla de "la mente" en su texto a nosotros
nos sugiere se está refiriendo al "proceso
del pensamiento" en el cerebro, y por eso
utiliza expresiones como "tu mente",
la "no-mente", etc. que inciden
de continuo a señalar algo que está "ahí
dentro" funcionando, en el interior de uno. Y ¿qué
es lo que hay dentro de uno? Sus pensamientos, todo el
proceso del pensar, el cúmulo psíquico enquistándose. Aquí participamos de todo cuanto él dice
en su artículo, pero atendiendo a esta sutil e
importante matización que hacemos en la utilización
de la palabra "mente". Ilustremos esto;
por ejemplo cuando dice: "estar identificado
con la mente es estar atrapado en el tiempo"
sí, cuando la psique se identifica con el contenido
del cerebro que es el pasado, deja de fluir y por ello
deja de darse cuenta del ahora. Pero debemos tener muy
clara la noción de lo que procuramos apuntar cuando
utilizamos el término "mente"
y no confundirlo con el pensamiento y la actividad intelectual,
y todo el flujo emocional adherido, que son el tiempo
y la medida que circunscriben a la mente.
El cerebro se puede, y de hecho es lo que ahora mayormente
hace, identificar con sus contenidos, pero
no es posible la identificación del cerebro con
la mente, entendida en el sentido que aquí proponemos.
Esta es la razón de que debamos tener muy claro
cómo se está utilizando el término
mente cuando nos referimos a ella.
"
identificación con
"
el proceso del pensamiento, emocional e intelectual.
"
ruido mental incesante
crea un falso yo fabricado por
"
el proceso del pensamiento,
emocional e intelectual.
Aquí
estamos señalando una diferenciación, simplemente
subrayamos las dos maneras bien distintas de utilizar
la palabra "mente". Y así lo hacemos,
ya que incluso aquí caeremos en diferentes momentos
en esta ambigüedad, debido a que esta apreciación,
que señaló Krishnamurti muy "concienzudamente",
significa un descubrimiento humano poco despertado, y
todavía la humanidad en su conjunto debe asimilarlo
profundamente. Eckhart Tolle en su plática
se está de continuo refiriendo a esta "mente
total", pero apuntándola por su cualidad
fundamental que es el ahora eterno. Este mucho
más extenso sentido que abriga entender la mente
como "mente total", aquella que acontece
a través de la primigenia energía pura y
en la que la completa creación está aconteciendo.
Y utiliza mente para referirse a la "mente
particular" que experimentamos ahora, a causa
de la restricción producida por la ilusión
del espejismo de centricidad, en la que únicamente
discurren los procesos materiales de pensamiento y emoción
"circunscritos". Indudablemente, la mente
total no está contenida, como sí
le ocurre a la mente particular, que se encuentra
restringida al movimiento centrípeto y divisivo
del ego-céntrico.
Krishnamurti:
Si no hay ego, no hay problema, no hay conflicto,
no hay tiempo, tiempo en el sentido de llegar
a ser o no llegar a ser; ser o
no ser.
David Bohm: Pero podría ser que todavía
nos deslizáramos en eso sea lo que
fuere que nos hizo poner al ego en primer
lugar.
K: Espere un momento. ¿Es que la energía
siendo tan vasta, tan ilimitada ha sido
condensada o reducida en la mente, y el cerebro
mismo ha quedado reducido porque no pudo abarcar
toda esta enorme energía? ¿Entiende
lo que estoy diciendo?
DB: Sí.
K: Y, por lo tanto, el cerebro se ha ido
reduciendo poco a poco al mí,
al yo.
DB: Eso no lo entiendo del todo. Comprendo que eso
es lo que sucedió, pero no alcanzo a ver
bien todas las etapas. ¿Dice usted que la
energía era enorme y que el cerebro no pudo
manejarla, o que decidió que no podía
manejarla?
K: No pudo manejarla.
DB: Pero si no puede manejarla, parece como
que no hubiera ninguna salida.
K: No, un momento. Vaya despacio. Yo sólo
quiero investigar, penetrar un poco en ello. ¿Por
qué el cerebro, con todo el pensar, ha creado
este sentimiento del yo? ¿Por
qué?
DB: Necesitábamos cierto sentimiento de identidad
para poder funcionar.
K: Sí, para funcionar.
DB: Para saber dónde pertenecemos.
K: Sí. ¿Y es ése el
movimiento que ha dado origen al yo?
¿El movimiento de lo externo? Yo tenía
que identificarme, con la familia, con la casa,
el comercio o la profesión ¿Todo eso
se convirtió paulatinamente en el yo?
/
K: La meditación deliberada, practicada,
que en realidad es una meditación premeditada.
¿Hay una meditación que no sea premeditada
que no sea el ego tratando de llegar a algo
una meditación que sea capaz de negar?
DB: Antes de que prosigamos, ¿podríamos
sugerir lo que la meditación debe ser? ¿Es
un observar a la mente que observa?
K: No. La mente ha ido más allá
de todo eso. Estoy empleando la palabra meditación,
en el sentido de que no existe ahí ni el
más mínimo intento consciente de llegar
a ser, de alcanzar un nivel determinado.
DB: La mente permanece simplemente consigo
misma, silenciosa
K: A eso quiero llegar.
DB:
no espera nada.
/
K: El otro día estuve escuchando en
la televisión un debate sobre Darwin, sus
conocimientos, lo que él había logrado,
toda su teoría de la evolución. A
mi me parece que esto es totalmente inexacto en
cuanto a lo psicológico.
DB: Al parecer, él ha proporcionado
evidencias de que todas las especies han cambiado
en el tiempo. ¿Por qué es eso inexacto?
K: Desde luego, eso es obvio.
DB: Es verdadero en un aspecto, aunque pienso
que sería inexacto decir que la mente evolucionó
en el tiempo.
K: Por supuesto.
DB: Pero físicamente parece estar
claro que ha habido un proceso de evolución,
y que éste ha incrementado la capacidad del
cerebro para realizar ciertas cosas. Por ejemplo,
nosotros no podríamos estar discutiendo esto
si el cerebro no hubiera crecido en tamaño.
K: Evidentemente.
DB: Pero creo que usted está dando
a entender que la mente no se origina en el cerebro.
¿Es eso? ¿El cerebro es tal vez un
instrumento de la mente?
K: Y la mente no es tiempo. Sólo vea
lo que eso significa.
DB: La mente no evoluciona con el cerebro.
K: La
mente, que no pertenece al tiempo, y el cerebro,
que pertenece al tiempo ¿es ése
el origen del conflicto?
|
Figura: Cubierta del
libro "MÁS ALLÁ DEL TIEMPO".
Trece diálogos entre J. Krishnamurti
y David Bohm. Acontecidos en Inglaterra durante
los meses de Abril y Septiembre de 1980.
Título original: The Ending of Time.
Thirteen Dialogues between
Traducción
de Armando Clavier. Publicado por Edhasa,
1986, Barcelona. |
|
«La mente, que no pertenece al tiempo, y el
cerebro, que pertenece al tiempo. ¿Es
ése el origen del conflicto?»
|
|
Más
allá del centro: la mente. Como
todo lo escrito en este amplio compendio de apuntes, aunque
hablemos afirmativamente, lo hacemos en sentido de "propuesta", sin determinar norma alguna. Son "perspectivas
perceptivas" lo que proponemos, atendidas desde
el completo cerebro, lo que involucra al mismo tiempo
por un lado la atención a los procesos de pensamiento
que se están desplegando en él; por otro
el darse cuenta de cómo el cerebro y el sentir
se ven afectados por ellos; y en suma reuniendo ambos
flujos en uno solo: la atención completa
a todo lo que al sumergirnos en ello se va revelando.
Seguimos con unas declaraciones, con este "intento"
de comprender a qué nos referimos con la palabra
mente, que se pueden hacer muy extrañas
si el lector no las ha meditado nunca, pues trastocan
la habitual y aceptada manera de sentirlo, pero esto se
hace obvio para todo aquello que ahora siente el ego-céntrico, pues lo único que él conoce es "yo"
y "lo mío", y esa estructura
de pensamiento, que es cerrada, no puede comprender aquello
que no está limitado por nada. "La mano
ha de conocer y dirigir la acción, pero el instrumento
que ella utiliza no puede tener iniciativa ninguna".
La mente y los humanos
La
mente es la totalidad creacional, y el tiempo y el espacio
se encuentran contenidos en la mente. Ya que la mente
es atemporal y no contenida, cuando el espacio-tiempo,
el cerebro y sus pensamientos, están contenidos
precisamente en la mente. Interrúmpase el flujo
del pensar, que es lo que coacciona a la mente a quedar
atrapada en el tiempo, y descubriremos la mente atemporal,
que definitivamente es la "vasta e ilimitada energía
del ahora". Es la única mente que existe,
la mente atemporal. La mente en sí misma es silencio,
al mismo tiempo que es creatividad. El flujo creacional
se vale del tiempo, para manifestar la creación,
pero el deleite de estar haciéndolo, fluyendo en
lo creacional, es estar libre del tiempo: la atemporalidad.
Es así que cuando discurrimos en el ahora sin tiempo,
de cualquier forma única manera de poder discurrir
en él, no existe interior o exterior, y tampoco
existe uno o los demás. Sin tiempo no hay espacio.
Es entonces cuando dejamos de hablar de "mi
mente" que es algo que no existe. Todo lo
que sea "mi" corresponde al ego-céntrico. El proceso de conciencia, la propiocepción, "el
sentido de presencia", y el darse cuenta sin pensamiento,
no son flujos que pertenezcan a ningún "poseedor", aunque el hecho de que ocurran en el interior del organismo
proporcione esa cierta sensación de posesión,
sobre todo cuando hay ahí operando el ego-céntrico,
el cual sin dudarlo es el que crea el sentido de centro
y de la posesividad. Señalar lo envuelto
y lo envolvente es una forma de hablar en determinadas
circunstancias, de crear un cierto mapa en la confusión
que ahora nos conduce, pero en la atemporalidad no existe
ni medida ni frontera alguna, la fuente es la propia totalidad
sin ninguna graduación, y esta fuente está
brotando de la completa totalidad, o viceversa.
Y lo hace en el ahora. Esta fuente es la mente, y mientras
exista un mínimo ápice de centricidad, es
imposible sintonizar con y en ella. La atención
en el ahora es el trampolín que nos lanza hacia
ella, pero el salto y la inmersión en la "nada
creacional", lo ha de hacer uno mismo. Y este
"uno mismo" al que nos referimos,
que ya crea dos campos de separación al mencionarlo,
no es la entidad psicológica que creemos que somos,
que es la psique retenida en el pasado,
en los recuerdos, sino el uno mismo en el sentido de la
propiocepción del organismo, el cual no en vano
es un potente "receptor" relativamente independiente
de lo que lo envuelve, aunque su realidad es que se encuentra
unido a muy diferentes aspectos con la totalidad. La propiocepción física no deja de existir mientras el organismo
existe, es el foco interno psicológico la ilusión.
Eso a lo que se le llama encontrar la fuente interior,
no es más que liberar a la percepción de
lo que ahora la retiene como un centro, y vivenciar el
flujo de la energía sin espacio ni tiempo ningunos.
Pues el foco interior es tiempo y espacio, por lo cual
es más exacto decir que en realidad lo que hacemos
en el acto de liberación es diluir el foco interior
que ahora crea centricidad. Así, lo que llamamos
la "liberación de la mente", (que no
de "mi mente"), es permitir que ella retorne
a su primigenio estado de inocencia pura y creatividad
inagotable, estado del cual, como se hace evidente
en el planeta Tierra, los humanos carecemos en demasía. Cortocircuito
Percepción-Mente Resumiéndolo, la mente es atemporal, cualidad que implica lo total,
donde no existe centro alguno. Es el centro psicológico
lo que nos está confundiendo de continuo. Es él
el que cree que hablamos de "su mente",
cuando esta mente particular no existe. Todo el sentimiento
que se cuece dentro del ego-céntrico proviene de
un espejismo, es como un arco iris, no podemos sostenernos
en él. La percepción es la que revela la
atemporalidad donde no hay ningún centro. Percepción
que es contacto directo con el flujo del ahora, que precisamente
ahora se encuentra interrumpida en su natural unión
con la mente a causa de la retención y por ello
división, separación, que crea el ego-céntrico.
Así, liberar la mente, significa diluir lo que
ahora está produciendo el "cortocircuito" entre la percepción y la mente. Y
esa disolución no puede venir más que por
la comprensión de cómo este completo "mecanismo" del espejismo de centricidad está tomando control
del cerebro, del sentir, y en definitiva del "ser"
plural y sin centro alguno que en realidad somos los seres
humanos.
|
|
|
|
|
EL
AHORA. LO ETERNO. (Parte II) |
Aprendiendo para despertar
la conciencia
El
cerebro no puede atisbar la eternidad, pero
sí podemos a través de la mente, más
allá del tiempo y del espacio, del pensamiento
que son registros, tener una muy sutil intuición
de cómo la "eternidad moviéndose",
El mundo no existe
sin memoria
Documental REDES, por
Eduard Punset
¿Podemos
en realidad estudiar el cerebro, siendo éste
la misma herramienta utilizada para estudiarlo?
|
"exhala" una infinidad de
vibraciones que crean un campo infinito de movimientos,
cada uno de ellos produciendo la polaridad que le
es propia a todo movimiento. Cada uno de ellos formado
por las cualidades tiempo-espacio, interior-exterior,
micro-macro, y todos ellos interrelacionados
en ambos, lo envuelto y lo envolvente. Así,
para disponer de cierta orientación en este
descomunal acontecimiento, la eternidad manifestándose
como movimiento, podemos visualizar un eterno
océano de vibraciones que al concentrarse cada
una de ellas en un movimiento interno, a su vez van
separándose unas de las otras, pero continúan
conectadas pues no pueden eximirse de las relaciones
que entre ellas subyace a cualquier nivel y dimensión
en el flujo creacional que es el estado
del ahora. Cada vibración creando una distancia
con las otras al tiempo que se concentra en sí
misma "simula" ser independiente,
mas ninguna de ellas lo es pues se encuentran en interdependencia
de la totalidad que las comprende a todas.
En la medida que estas vibraciones vayan "aprendiendo
comportamientos" iniciarán y potenciarán
las relaciones entre ellas, que paulatinamente irán
forjando desde la sencillez más pura,
la eternidad, la asombrosa complejidad en la
que se encuentra la creación en el ahora. Hemos
de observar aquí, que la creación tiene
oportunidad de observarse a sí misma y despertar
"una conciencia" de lo que
está haciendo, precisamente a partir del momento
en que ha aprendido a hacer algo de muy alta complejidad,
el cerebro humano. Ha tenido que aprender mucho
para llegar a darse cuenta de lo que está haciendo.
Ha precisado muy alta complejidad para despertar la
consciencia. La
interrelacionalidad fragmentada por el cerebro La interrelación envuelto-envolvente es
una constante en cualquier nivel y dimensión
en el que la creación se va configurando, y
nada en absoluto de todo lo que en la creación
fluye puede eximirse de estar relacionado, pues aún
el espacio-tiempo que aparenta separar
las cosas, aunque también las une, este continuo
interrelacionado proviene en su base de esa incognoscible
eternidad que es solo una. Es en este punto en
donde descubrimos que la interrelación es otra
cualidad que brota del acto creativo en el ahora.
De hecho, al arrojar el movimiento lo polar, ya ha
nacido la interrelación. Es de la falta
de comprensión de este continuo
Búsqueda Imágenes
Alex Grey
|
de interrelación que es la creación
completa, que surgen los problemas que el cerebro
humano, que los seres humanos padecemos. Ahora no
somos conscientes de la interrelacionalidad
que subyace en todas las cosas y seres. Una interrelacionalidad
indivisa, pues toda ella proviene de la misma
y única fuente, lo eterno. Obsérvese
aquí, que somos precisamente y únicamente
los humanos los que producimos desorden: miedo y sufrimiento;
a causa de no comprender la interrelacionalidad envuelta
en la totalidad. Es a causa de esta ignorancia
por la que nos devaneamos en el falaz esfuerzo por
ser únicos y exclusivos, por trascender a la
muerte. Sin embargo con ello lo único que hacemos
es vivir inconscientes en un iluso sueño muy
alejados de la significación creacional que
se manifiesta en el Ahora. Creación:
forma, significado. Es
cierto que sin memoria no puede existir
creación, pues crear, que implica ordenar,
organizar, interrelacionar, cohesionar, entre otras
muchas asombrosas "funciones", precisa de
registros del movimiento, pues de lo
contrario nada se sostendría, y el movimiento
sólo sería caos, por lo cual seguramente
no tendría sentido que existiera el movimiento
sólo para ser algo incoherente.
No habría aquí nadie hablando de todo
esto. Así, de esta capacidad de registro en
la creación, que avanzando en ella se va convirtiendo
en la complejidad que supone y significa, tomando
como ejemplo un ser humano, vemos que tanto en su
forma envuelta como en la envolvente, ya que ambas
son precisas e inseparables, existe una constante,
tanto en el mundo que llamamos físico como
en el denominado biológico, igualmente interdependientes
e indivisibles, que apunta a que todo lo formado
implica un comportamiento, que es un movimiento,
el cual está sujeto precisamente a ciertos
registros que permiten la pauta o patrón que
requiere cualquier comportamiento. Es de estas pautas
o patrones que la creación puede organizar
el "caos" creando forma, significado. El comportamiento es lo aprendido
Aquí entendemos el comportamiento
como una manera de moverse pero también
como una forma de hacer las cosas, y es
fácil darse cuenta de que todo, tanto lo que
denominamos inerte como lo vivo, tiende a interrelacionarse
en base a su comportamiento, el cual subyace de registros
que lo permiten. Cualquier cosa que tomemos como ejemplo
nos arrojará un comportamiento interno y externo,
que no están separados, pues son únicamente
dos formas de poner de manifiesto la interrelación
de esa cosa con lo envuelto y lo envolvente. Envuelto-envolvente
que a su vez es la misma cosa. Por ejemplo, una estrella
contiene una enormidad de partículas cociéndose
atómicamente, pero también podemos decir
que una enormidad de partículas se reúnen
entre sí para contener en ellas una vez unidas
en su acción a una estrella. Ambas direcciones
en el comportamiento de lo que significa una estrella
son válidas. Al mismo tiempo, la estrella sin
la galaxia no es posible,
«La identificación
con la mente produce una pantalla opaca de conceptos,
etiquetas, imágenes, palabras, juicios
y definiciones que bloquean toda verdadera relación.
Esa pantalla se interpone entre tú y
tú mismo, entre tú y tu prójimo,
entre tú y la naturaleza, entre tú
y Dios; crea la ilusión de separación,
la ilusión de que tú y el «otro»
estáis totalmente separados. Entonces
te olvidas del hecho esencial de que, debajo
del nivel de las apariencias físicas
y de las formas separadas, eres uno con todo
lo que es.»
Del epígrafe "Ser
e Iluminación", del artículo
"Practicando el poder del Ahora".
|
y la galaxia sin estrellas tampoco. Expresado de otra
manera, el organismo humano precisa del completo
universo y de todo lo que éste ha aprendido
para encontrarse formado en este momento dado de su
ciclo tal como uno puede percibirlo ahora.
El cúmulo psíquico resistiendo el flujo Del extraordinario y genial despliegue de interrelación
del movimiento que significa el inadjetivable flujo
creacional, surge el cerebro humano, y
con él, (igualmente en el resto del mundo animal
aunque en menor grado, y menor aún en lo provisionalmente
llamado inerte), acontece la psique, la cual
es el sentir de lo envuelto y lo envolvente en el
flujo del ahora. Parece hacerse obvio que si el ahora
es un continuo flujo de cambio, lo que el movimiento
es en esencia, cambio, esta psique deba encontrarse
fluyendo a la par y de forma unísona
con este flujo de cambio. Se muestra evidente que
la psique deba encontrarse en la cresta del
movimiento, que es el instante vivo del ahora, fluyendo
en y con él. Manifestando entonces a través
de la consciencia el significado en estado
de flujo acerca de la creación que se revela
en la mente. Un conglomerado de espacio-tiempo,
materia, muy denso, el universo, el cuerpo, el cerebro,
para conseguir la sintonía con un significado,
que es un "sentido" del propio acto creacional
que está aconteciendo en el ahora. Sin embargo,
en el ser humano, ocurre una acción que no
podemos encontrar en ninguna otra cosa viva o inerte
en la creación, esta acción, que es
más bien una ilusa pretensión, una resistencia,
es el movimiento egocéntrico,
el cúmulo psíquico, en el que todo su
empeño se encuentra en ser "determinado".
Un conglomerado psíquico que distorsiona la
sintonía con el flujo creacional "vivo". La psique enquistada Cualquier
ser humano que preste atención puede
descubrir con extrema facilidad el ego-céntrico
que ha heredado y va "construyendo"
a lo largo de la vida. Este ego, que es lo que uno
mismo cree que es en lo psicológico, aunque
su acción es pretender de forma obstinada ser
algo fijo, y en cierta forma lo es puesto
que es registro, pasado, recuerdo, no deja de encontrarse
sujeto al movimiento, pues la completa creación
Para el ego, el momento
presente apenas existe. Sólo considera
importantes el pasado y el futuro. Esta inversión
total de la verdad explica por qué,
en la modalidad ego, la mente es tan disfuncional.
Siempre está tratando de mantener el
pasado vivo, porque ¿quién serías
sin él? Y se proyecta constantemente
hacia el futuro para asegurarse la supervivencia
y buscar en él una sensación
de liberación o satisfacción.
Dice: «Algún día, cuando
haya ocurrido esto, lo otro o lo de más
allá, estaré bien, en paz, seré
feliz.»
Del epígrafe "Iluminación:
Elevarse por encima del pensamiento",
del artículo "Practicando el
poder del Ahora".
|
es en esencia movimiento, y se puede ver como aún
su resistencia a hacerlo, su resistencia
a encontrarse en estado de flujo, de una forma u otra
aun su empeño él va cambiando. Y como
él siente que es determinado,
fijo, sin cambio alguno, más
que lo que él mismo va acumulando, y sólo
ve en los registros aun las turbulencias que implica
constituir un cúmulo psíquico,
este movimiento de ocultación del flujo vivo
amagado tras el propio ego-céntrico,
le produce dolor y sufrimiento. Como él lo
siente sólo cambia el cuerpo físico
y cree que la psique puede mantenerse estática.
Esta terrible contradicción, ser en esencia
flujo, pero sentirse algo que está quieto,
proviene del espejismo de centricidad que el
propio cúmulo psíquico proyecta
en forma de sensación y sentimiento de ego,
de yo. Este movimiento concéntrico y centrípeto
en sí mismo es ignorancia, pues
como es obvio excluye un campo muchísimo más
grande de percepción. Y esta ignorancia en
el interior de un organismo creacional altamente complejo,
el cerebro humano, preparado para "comprender
profundamente" lo que la creación
se encuentra haciendo, se convierte en él en
turbulenta confusión y sufrimiento,
pues no se encuentra haciendo aquello para lo que
en realidad está siendo hecho en el ahora:
flujo creacional y mente sintonizados sin división
ninguna. El
espejismo ego-céntrico EL
"yo" es eso, una ristra de
recuerdos, registros, de lo que la psique siente
en el flujo vivo, pero es un movimiento acumulativo.
La psique, a través de la memoria, retiene
impactos del flujo del ahora, dejando así de
fluir en él. No pasa a través de ellos,
y los arrastra consigo de continuo e incrementándolos.
Como estos
Cuanto más te identificas
con el pensamiento, con lo que te gusta o
disgusta, con tus juicios e interpretaciones,
es decir, cuanto menos presente estás
como conciencia observante, más fuerte
es la carga de energía emocional, seas
consciente de ella o no. Si no puedes sentir
tus emociones, si estás desconectado
de ellas, acabarás sintiéndolas
a un nivel puramente físico, como un
problema o síntoma físico.
Del epígrafe "Emoción:
la reacción del cuerpo a la mente",
del artículo "Practicando el
poder del Ahora".
|
registros están operando continuamente y a
ellos se les van sumando de nuevos, la vivencia
de la psique se va registrando traducida por el
propio cúmulo psíquico,
que es esa amalgama de recuerdos sostenidos, aumentando
su fijación en él mismo. Resistiendo
así el hecho vivo del morir, que es
dejar que lo sucedido se diluya. Esa carga inútil
genera sufrimiento, pues resistir es el dolor del
esfuerzo vano. Es por esto que el movimiento del ego
lo es de sufrimiento al mismo tiempo, puesto que es
un flujo que se encuentra luchando contra el hecho
de que todo es flujo, resistiéndose
él mismo a serlo. El contenido de este movimiento
del ego es ilusorio, no es algo vivo, y es evidente,
puesto que el ego, no es más que un cúmulo
de registros, de incompletos acontecimientos muertos.
Y los registros siempre procuran acercarse a ser algo
inerte. Pero lo que ellos proyectan no es una realidad
viva en el cerebro, aunque éste las tome como
reales. El ego-céntrico es una ilusión,
un espejismo, mas las turbulencias que el cerebro
a través de la "psique estática"
vive a causa de esta fijación, son reales
en cuanto a la confusión, ignorancia y sufrimiento que el movimiento ego-céntrico
significa y pone de relieve. Sufriendo por irracionalidad Todo
esto puede parecer un paseo imaginativo si no conectamos
nuestra intuición a nuestra percepción
yendo más allá de las palabras. En estos
textos utilizamos algunas insistentemente, pero lo
importante es percibir y comprender lo que ellas apuntan.
Aquí estamos procurando tocar hechos vivos
que se pueden sentir, aunque
Si no deseas crear más
dolor para ti mismo ni para los demás,
si no quieres añadir más dolor
al residuo del pasado que aún vive
en ti, no crees más tiempo, o crea
el imprescindible para gestionar los aspectos
prácticos de la vida. ¿Cómo
dejar de crear tiempo?
Date cuenta inequivocamente
de que el momento presente es lo único
que tienes. Haz del ahora el centro fundamental
de tu vida. Si antes vivías en el tiempo
y hacías breves visitas al ahora, establece
tu residencia habitual en el ahora y haz breves
visitas al pasado y al futuro cuando tengas
que resolver los asuntos prácticos de
tu vida.
Del epígrafe "El
origen del miedo ", del artículo
"Practicando el poder del Ahora".
|
pensarlos obligue a moverse en lo polar, y debamos
utilizar palabras, de lo que puede fácilmente
desprenderse ilusión si no se está atento
al Ahora. El hecho carece de polaridad.
Para percibir el espejismo de centricidad
hemos de tener una captación de la inmensidad,
de lo ilimitado. No sólo tenemos que
comprender las relaciones existentes entre la completa
creación, que somos todo y todos, sino que
hemos de ver claramente el detalle, y como ambas cosas,
la totalidad y el detalle, se contienen en
su interrelación infraccionable. Pero
para captar esta fascinante inclusión de la
totalidad y el detalle, hemos de zambullirnos primero
muy profundamente en el interior, y desmantelar la
fijación, el cúmulo psíquico,
del que se proyecta el espejismo de centricidad.
Entonces es más sencillo comprender la contradicción,
la falacia, implícita en tal espeluznante ilusión.
Esta evidente paradoja en la que los seres humanos
vivimos, el cultivo del "yo mismo",
del ego-céntrico, que implica
la mayor parte de calamidades que nos acucian, no
es ni una idea ni una teoría, es algo palpable,
detectable de forma directa, es un hecho, a
pesar de que el contenido de tal hecho sea falso en
cuanto a que es una mera sombra. Es precisamente de
prestar atención a la inmensidad de la creación,
su complejidad e inteligencia, que debe poner de manifiesto
a todos los niveles la soberana irracionalidad en
la que nos encontramos cultivando un flujo puramente
ilusorio del que se nutren la distorsión y
el sufrimiento. Ocultando
la creación con una sombra A todas luces, mírese desde la perspectiva que
se mire, es descabellado creer que de tal suprema,
inadjetivable creación que somos el
completo flujo vivo, la inmensidad borboteante,
su sentido sea el sufrir guerreando en cualquiera
de las muchas formas en que ahora lo hacemos. Pues
si el sentido de tan descomunal trabajo y creatividad,
la creación, es este lacerante padecer
que los humanos hemos fabricado, esta creación
"se ha equivocado" por algún lado,
y entonces deberíamos poner en duda su inteligencia.
Pero es más fácil y accesible darse
cuenta de que los que ahora no accedemos a la inteligencia
creacional, somos precisamente nosotros, los seres
humanos. Y esto ocurre porque nos empeñamos
en no aprender y darnos cuenta de que nos hemos de
deshacer del espejismo de centricidad
que venimos heredando desde que "bajamos de los
árboles", que no sólo nos acucia
y crea todas nuestras desgracias, sino que aún
regodeándonos en la ignorancia que significa
lo cultivamos y ponemos el completo énfasis
de la vida y de la creación en él. La
irracional soberbia de pretender que
una mera sombra sin significado real
se convierta en la cosa más importante de la
creación.
RICO PAR
(10/09/08. Revisiones: 19-20/05/09)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Eckhart
Tolle
Escritor y
maestro espiritual. Visitar en WikipediA |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|