LA PERSONA |
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Artículo 3 de 11 |
RACIONAL IRRACIONAL |
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No nos extrañamos
del desorden interno y social en el que vivimos, y lo solapamos
con el orden que hemos inventado, el cual, por regla general,
proviene meramente de lo físico.
Racional,
relativo a la razón. Razón, Inteligencia,, mente, facultad de pensar. Argumento que tiende
a justificar o a probar una cosa. Inteligencia, Facultad de entender. Acuerdo, entente. Pensar, formar y ordenar en la conciencia ideas y conceptos. Meditar, reflexionar. Conciencia, conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia
conciencia, de sus estados, de sus actos y de las cosas. Integridad
moral. Reflexionar,
centrar el pensamiento en algo, considerar con atención. Centrar,
colocar una cosa de manera que su centro coincida con el de
otra o de forma que quede en el sitio adecuado. Dirigir o
hacer que se dirijan una o varias acciones hacia un punto,
lugar u objetivo determinados. Concentración, acción y efecto de concentrar. Atención,
acción y efecto de atender. Atender, aplicar el entendimiento para la comprensión de algo
que está ocurriendo o que se está diciendo.
Mirar por alguna persona o cosa, cuidar de ella. Tener en cuenta
o consideración. Aguardar, esperar. Irracional,
que carece de razón. Opuesto a la razón o que
va fuera de ella.
Acepciones
procedentes de "Diccionario PLANETA de la lengua
española USUAL"
© Editorial Planeta, S.A., 1982.
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Hay dos maneras de leer estas acepciones: La primera y más elemental
es entenderlas intelectualmente. Esto es sencillo; conociendo
las definiciones podemos fácilmente retenerlas en el
cerebro y por un proceso de lógica ordenarlas en nuestra
memoria de forma que podamos recuperarlas atendiendo a lo que
de cada una de ellas por convenio hemos acordado significan.
La segunda es prestar atención a cómo la psique las está sintiendo, que es un
acto más profundo que la mera comprensión intelectual.
Es un acto de atención en el que
el cerebro además de darse cuenta cómo está
entendiendo intelectualmente, al mismo tiempo se está
dando cuenta cómo siente ese conocimiento que está
pensando y la percepción de los hechos que ese conocimiento apunta. En definitiva, es un acto de conciencia, pues a través
de la atención el cerebro se da cuenta de todo el movimiento
interno a medida que acontece: pensamiento-sentimiento conjuntamente con la percepción de la verdad que ahí discurre.
Es así que se hace evidente que para que el cerebro se
dé cuenta de éste movimiento conjunto, la lectura
deba hacerse lentamente, percibiendo cómo por un lado
se dispara la memoria trayendo al acto vivo el recuerdo que
uno tiene de las definiciones, y por otro, el percibir el "auténtico" significado que emerge como algo nuevo en el ahora. Se hace
obvio que el cerebro deba estar "atento" para tener acceso a percibir ambos aspectos bien diferenciados.
Imagen: Enlace a una reflexión
acerca del término
IRRACIONAL por Mariano Arnal
(Visitar
Artículo)
«Los animales han
de cargar con el peso de su irracionalidad, que no es
poco, a cuenta nuestra; pero nosotros hemos de soportar
nuestra racionalidad, que tampoco es tan ligera de llevar.»
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El
Ser Humano:
devaneándose entre lo racional y lo irracional. |
Aburrimiento y entretenimiento El conocimiento casi
nos desborda. Tenemos inmensas bibliotecas acerca de
la ciencia y el pensar humano. Más recientemente,
con INTERNET; cualquiera tiene acceso a una muy buena
parte de ese conocimiento. Con él hemos llegado
a la Luna, trasplantamos órganos en nuestro cuerpo
como si del coche en el mecánico se tratara,
y en principio podemos hacer la vida más confortable.
Pero no hemos de olvidar que también con ellos,
con la ciencia y el conocimiento, tenemos para destruir
la Tierra unas cuantas veces. Los informativos nada
más hablan de pugna entre políticos, de
crisis de diferentes índoles, de opresión,
asesinato personal o matanza bélica, etc. etc.
Sin embargo todos esos desórdenes pueden quedar
fácilmente ocultos por nuestras preferencias
placenteras acerca de nuestras "aficiones",
las cuales tenemos para "entretenernos". Y
¿de qué hemos de entretenernos? Obviamente,
el fin del entretenimiento es no encarar el auténtico
problema que ahora nos acucia, que ahora nos "aburre"
encararlo. Éste es que presumimos de racionalidad,
cuando mayormente lo que en conjunto manifestamos, aunque
en muchas ocasiones con "pompa y jabón",
con súper remilgada educación civilizada,
es una lacerante irracionalidad que queda abrumadoramente
solapada, por la ilusión de la tradición,
la creencia, y en síntesis, por la proyección
egolátrica que el espejismo de centricidad genera.
¿Dónde se encuentra lo racional en una
mente que se sostiene en lo irracional?
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La Transitoriedad Racional: El pleno flujo creacional, la vida en su totalidad,
es una onda que recorre el completo ciclo de formación-nacimiento, culminación y muerte-disolución. Creación-Culminación-Destrucción. Irracional: El ego-céntrico lucha, se esfuerza perturbado por ser, poseer, permanecer. Desatendiendo la racionalidad
del cambio y la transitoriedad, cualidades implícitas
y explícitas en la completa creación.
Esta negligencia de lo racional le hace al ser humano
vivir sufriendo, lo cual impide el discernimiento y
la comunión con la totalidad. Confusión e ilusión Racional: Si se percibe el hecho de que ahora el vivir es confusión
y sufrimiento, la razón obliga a cuestionar
lo que el movimiento del ego-céntrico es, ya
que es de él que surge tal distorsión.
Irracional: ¿Por
qué cuestionar este movimiento interior en mi
cerebro, el ego-céntrico que siento que soy,
cuando nadie lo hace? El sentido son el placer y la
seguridad, el triunfo, e intentar tener disfrazado el
sufrimiento para verlo lo menos posible.
Obviamente, la ocultación de un reto racional,
descubrir qué cosa es el ego-céntrico,
debe lograrse con una proyección, una idealización,
que son el mismo placer y seguridad generados. Pero
ellos sólo son ilusión, proyecciones
desde el campo de las ideas. Tomar como la verdad
lo ilusorio es un acto irracional. Ego-céntrico y fragmentación Racional:
Bien, nadie, o muy pocos, precisan esa concordancia
con la verdad, ya que se hace patente su omisión.
Mas como en uno bulle la inquietante necesidad psicofisiológica y cósmica, creacional, de sentirse uno concordante,
en unisonidad con ella, con la verdad, con la creación,
vamos a cuestionar el ego-céntrico que ahora
es el movimiento que nos separa de todo. Irracional: No, no. Precisamente no se lo plantea nadie, porque
esto es así, cada cual tiene su verdad, y el
mundo, antes de poder cambiar, se autodestruirá.
A fin de cuentas es la misma creación que nos
ha hecho así, nada buenos y egoístas.
Los
seres humanos no nos entenderemos jamás, porque
nuestro sentido de ser es el ego-céntrico.
Lo que yo soy es lo más importante.
¿Puede uno mismo excluirse de lo total,
el entorno, lo social, lo cósmico, la creación,
sin verse de alguna manera afectado por ese encierro
en sí mismo, que a la vez en igual medida manifiesta
exclusión? ¿No debe generar sufrimiento
esta separación, la fragmentación que
significa el ego-céntrico?
El cúmulo psíquico
Racional: Pero a fin
de cuentas ¿qué cosa es eso que llamo
"yo"? Una ristra de acontecimientos grabados
en el cerebro. Cicatrices dolorosas o placenteras
en la memoria. A eso le sumo mi concepción
relacional de lo que llamo familia, grupo, partido,
nación, y lo incremento con todo el conocimiento
físico que he acumulado. A todo ese compendio
de conocimiento reunido en un cúmulo lo defino
como lo que "yo soy". Tengo una imagen propia
en cuanto a mí mismo, en cuanto a lo social
y en cuanto a lo cósmico. Así, esta
imagen me impide sentir de forma directa la vida,
pues lo que hago de continuo es traducir el flujo
creacional a través de la concepción
ideológica, que precisamente es algo que no
está fluyendo.
Irracional: Está claro que sin mis recuerdos de todo lo
que me ha pasado yo no soy alguien. Tengo mi familia,
mis amigos. Mis títulos y mi trabajo. Y tengo
mi creencia en cuanto al sentido de la creación.
Yo y lo mío es la misma cosa. Soy reconocido
en la sociedad por todo ese compendio de cosas que
represento, a las cuales me aferro porque no hay otra
cosa. Es así como "Dios" nos ha hecho,
por eso es como lo hacemos en el interior y socialmente.
Es así la vida, luchar por el interés
propio, y cuanto mayor sea el escalafón conseguido,
mayor también la satisfacción propia
y de los míos. El sentido de la vida es conseguir
la felicidad a costa de lo que sea. Ya que nunca comprenderemos
lo incomprensible, al menos sacar para uno mismo el
mayor placer, provecho y beneficio de la vida.
Dibujo
collage "El Hablador", PAR 1992
¿Pueden lo racional y lo irracional
confrontarse mutuamente?
¿O únicamente lo racional puede
confrontar lo irracional?
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En la creación no existe centro alguno, y nada
de lo que en ella discurre se alardea o presume de
ser un centro. Hay una excepción a este continuo
de carencia de centro en la completa creación,
la psique humana, nuestra psique, que siente ser un
centro. A través de percibir exclusivamente
el registro, la psique humana proyecta la micro o
macro-idea del "yo", y la siente y experimenta
como algo real. Todo el sentir y el pensar del ser
transcurre a través de esa proyección.
La siente tan auténtica como las estrellas
o los pájaros, cuando sólo es una ilusión,
semblante a la emulsión de un celuloide trasladado
a una gran superficie blanca por medio de proyectarlo
a través de la luz. Es el espejismo de centricidad:
un cúmulo psíquico forzándose
a la pretensión de ser fijo, estático,
tomándose a sí mismo como real, un centro
desde el que se excluye la verdad. La ilusión céntrica
Racional: La razón
es limitada, pues se sostiene sobre el conocimiento
y el intelecto, que ambos por sí solos son
limitados. La totalidad es la creación, en
la que no puede encontrarse limitación alguna.
¿No es dios una invención para tranquilizar
la razón que es incapaz de comprender la
totalidad, la creación? Pues si Dios es la
inteligencia total, nada más podemos decir
de ÉL. Y lo único que podemos hacer
es averiguar qué nos impide fluir en la inteligencia
de la totalidad, la cual ningún ser humano
podemos negar. De la misma forma que cualquier ser
humano podemos afirmar que vivimos en la división
y el conflicto, en la lucha y el devenir, y cualquier
cosa que veamos desde ahí, es obvio que estará
contaminada por lo irracional.
Irracional:
Es porque esta creación es inmensurable que
se hace obvio que existe un dios que la ha creado.
Y es porque hay un dios que él nos ha creado
a los seres humanos, para que lo adoremos por su grandeza
y nos sintamos humildes y temerosos frente a tanta
magnificencia. Y nos hemos de sentir orgullosos, pues
somos los únicos animales que podemos tener
constancia de su existencia, gracias a la razón
y a la fe. Él nos ha creado para que pongamos
todo lo demás en la creación a nuestro
servicio y lo utilicemos para nuestro beneficio exclusivo.
Él sabe que con el tiempo aprenderemos y conseguiremos
que los problemas que tenemos, que él nos pone
para que luchemos por mejorar, los solucionaremos
organizando una sociedad en la que todos estaremos
realizados y dejaremos de sufrir. Pero si no tenemos
fe no lo podremos conseguir jamás. Todo
pensamiento ocurre en el interior del cerebro y su
conexión con lo envolvente es parcial. Todo
sentir fluye en el interior del completo organismo
interrelacionado con el completo envolvente, más
allá de existir conciencia de ello. Todo pensamiento
es heredado: desde los genes (herencia biológica),
desde el entorno (creencia, tradición y sapiencia),
desde la proyección propia (invención
y conclusión). El sentir es consustancial al
acto vivo, es un flujo en el ahora. La psique precisa
percibir su completa conexión con lo creacional,
el flujo vivo del ahora, pues la psique es el resultado
del acto creacional. Pero hacerlo implica discernir,
que es un acto que va mucho más allá
del intelecto-pensamiento, del cúmulo psíquico
ego-céntrico, que ahora se resiste a fluir.
Puesto que el discernimiento es flujo y sólo
se puede sentir y descubrir en el ahora, y el intelecto-pensamiento
únicamente trabaja con registros cuya función
es simular lo fijo. Podemos hipnotizar al cerebro
con la idea-sentimiento de la fe, y forzar al sentir
a experimentar grandes emociones con la idea de dios,
pero eso continuará dejando de ser el flujo
vivo, eso no es la psique vibrando en la verdad. Sólo
una mente céntrica puede postular un creador,
que implica centrismo. Sólo un centro ve centros
en todas partes. Únicamente el discernimiento
puede liberar al cerebro y a la mente de que lo registrado
no intervenga cuando no se lo precisa, pues es lo
registrado lo que se convierte en la ilusión
de centro.
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Una
Visión artístico-visual titulada:
"Irracionalidad
versus Racionalidad"
por CollisionDream16
"una
visión personal", 10 de septiembre
de 2008.
PD: el pacificador desenfrenado representa
la maldad del ser humano y los hijos de Sión
la bondad intrínseca, por tanto al juntarse
los 2 conforman la irracionalidad desbordante.
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Interrogantes
RICO PAR ¿Son algo polar lo racional
y lo irracional? ¿Dos movimientos complementarios
que pueden existir en el mismo instante? ¿O
uno es la carencia del otro? ¿No son
ambos una cuestión de "ración",
de medida, de juicio, de razón? ¿El
hecho, "lo que es", puede tener
la cualidad de ser racional o irracional?
¿Es la naturaleza irracional? ¿Existe
el juicio en la atención?
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Más
allá del ego-céntrico: la Creacionalidad
Racional: Uno surge en
el mundo al igual que las plantas brotan de la tierra,
y de la misma forma en que toda la vida animal surge
desde la base del agua. Se forma, nace, culmina, y
por fin se diluye. La vida se comporta como las olas
en un océano. La completa vida ocurre en el
agua, y sin agua no hay vida. Agua, envuelta y envolvente.
En este infinito campo de la vida hay una herencia
biológica y otra psicológica. Son algo
conjunto, unísono, pero por conveniencia para
hablar de ello lo separamos en ambas. Lo biológico
lo podemos manipular hasta cierto punto, pero en la
base, la profunda energía que mueve lo vivo
no podemos controlarla. No nos toca más remedio
que dejarla fluir por si sola, pues lo único
que conseguiremos hacer con ella si pretendemos hacer
algo es destruirla. Hemos de recordar aquí
que sanar físicamente, aunque también
mentalmente, significa retornar a ese orden e inteligencia
natural que fluye fuera de nuestro alcance, que por
sí solo hace las cosas, al mismo tiempo que
nos hace a nosotros los humanos. La herencia psicológica,
algo que se ha considerado poco desde una perspectiva
verdaderamente lúcida, ¡científico-matemático-sensitiva!,
aparenta proceder en forma directa desde la misma
fuente que el flujo natural nace, pero es una herencia
muy, muy indirecta a él. Una sombra forma parte
del flujo natural, pero ella tiene poco significado
substancial, y como función sólo puede
servir para protegernos de la luz solar. ¿De
qué nos protege la sombra que denominamos el
espejismo de centricidad?
Irracional: Yo no he
pedido venir a esta vida. Si miro las estrellas algo
me parece que sí debe estar todo unido. Lo
veo con el agua, ella une todas las cosas. Es verdad
que la biosfera es una. Pero todo eso es en lo físico,
en lo psicológico somos almas, y porque cada
alma somos diferentes estamos separadas. Heredamos
una cultura, una manera de hacer las cosas, y no podemos
eximirnos de ello. Si lo queremos cambiar hace falta
mucho tiempo. ¿Qué haríamos sin
tradición y jerarquía? Los que organizan
el mundo saben mucho, hemos de confiar en ellos. Así,
yo tengo mi escalafón en la sociedad, pertenezco
a un estrato social, y esto no puede ser de otra manera.
Tengo a mi familia, a mis amigos. Mi grupo social.
Nuestro orden proviene de los grandes que organizan
y lo pequeños que somos organizados. Siempre
ha sido así. No podrá cambiar nunca,
porque es como la naturaleza lo hace. En la vida hay
que tener motivos, metas, saber de mañana.
Cuanto más consiga uno de aquello que lo hace
feliz, que le proporciona placer y seguridad, será
más reconocido y venerado. Alcanzará
más éxito. Éste es el verdadero
sentido de la vida, ¡ser alguien!, tener poder
a través de las posesiones y del encauzamiento
de los otros. Cuanto más eres más te
"aprecian", y te veneran. Lo único
que sobra, es que está la vejez y la muerte,
que hay que reconocer son una mala pasada. Por eso
llevamos flores a los lugares que elegimos para enterrar
a los muertos. Así siempre los recordamos y
no dejamos que se mueran del todo. Todos hemos de
pasar por la muerte, pero hay que dejarla para el
final. Mientras tanto, hay que pasárselo lo
mejor posible, y éste es el auténtico sentido
de la vida. ¿Qué hay de malo en ello?
La vida, la creación, es una. No dos, o tres,
o cuatro, o más. El niño mira a su alrededor
y queda fascinado por tan exuberante multiplicidad
y complejidad, aunque no la pueda explicar fluye al
unísono con ella. Él es ese mismo flujo
y siente la inocencia y la paz, en su mente y corazón
aunque no sea consciente de ello. Él no sabe
del miedo en su interior. Anímicamente lo comienza
a cultivar cuando los adultos se lo inoculan. Desde
ese momento dejará de sentir y experimentar
la alegría del vivir, el gozo creacional, comenzando
a formarse el programa ego-céntrico. Entonces
llega a la adolescencia, cuando empieza a sentirse
responsable de sí, pero llega maltrecho y dolorido,
entonces pierde el sentido de lo que la responsabilidad
es, y en la mayoría de casos se conforma con
el conformismo. La humanidad nos encontramos en un
estado similar al de un adolescente mal criado. Total
desconocimiento propio, nuestro lugar en el universo,
y atrapados en luchas internas y colectivas, desconociendo
la auténtica relación. Humanidad atrapada
en una contienda sin sentido consigo misma, fluyendo
contra corriente de lo natural. Quizá triunfe
la tecnología, pero si ocurre, será
para encerrar la vida en artificiales cubículos,
y eso mientras dispongamos de energía para
mantenerlos. Nuestro problema es muy complejo, pero
a la vez extremadamente crítico, lo que obliga
a prestar total atención, para poder hacerlo
sencillo. Desde la sencillez comprenderemos, pues
lo "enrevesado" que es en lo que ahora nos
encontramos, no nos permitirá ver nada. Desde
la ofuscación no se puede comprender, y para
acceder a entender la mente precisa estar tranquila,
recuperar la inocencia perdida, o descubrir qué
hay que dejar de hacer para que ella pueda fluir con
naturalidad. Esto implica unos ojos
nuevos, tanto los del rostro como los internos del
cerebro. Un nuevo sentir. Cualquier ser humano concordará
que precisamos de amor, entonces todo el problema
se reduce a dos. El primero averiguar qué es
eso que así llamamos, amor, pues aún
no lo hemos descubierto. El segundo poner de relieve
qué es lo que ahora lo impide. Así,
de la misma forma, cualquier ser humano concordará
que el factor primordial que no permite advenir a
esa extraordinaria cualidad, que todos imaginamos,
pero que no vibramos en ella, aún cuando intuimos
que ahí está, es precisamente el "estado
egoísta" en el que nos encontramos el
que lo impide. ¿Y qué mecanismo es el
que genera este egoísmo que nos hace guerrear,
luchar, explotar? Obviamente, el espejismo de centricidad,
algo que es real en cuanto a que está ocurriendo,
como las sombras, ellas suceden cuando el recorrido
de la luz queda interceptado por los objetos, pero
nadie en su sano juicio basaría la vida en
ellas, pues tienen poca realidad, aún cuando
como sombras son reales. El ego es la sombra de lo
muerto, de lo que no volverá a ocurrir jamás.
Aunque en su autoengaño se tome como real y
juegue a derivar placer y autosatisfacción
de sí mismo, en verdad es una mera y limitada
proyección. Fango que se escurre por las manos.
Y la "cura" para este mal, incrustado en
el cerebro por su cultivo durante innumerables generaciones,
no vendrá por el conocimiento tecnológico,
por ningún milagroso fármaco, ni por
alteración genética alguna. Es uno mismo,
cada ser humano, en un acto de responsabilidad madura,
que hemos de sondear en uno mismo y en las relaciones
para poner de relieve la ilusión, pudiéndola
ver así de forma completa, y de ello comprender
su mecanismo. Es desde ahí, desde esa comprensión,
que la vida se convierte en algo participativo de
forma espontánea. Éste es el único
"trabajo" que puede conseguir que el espejismo
de centricidad se diluya y deje de operar. Desde un
cerebro libre de sombra fluirá el auténtico
ser, y éste, está al unísono
brotando del flujo creacional.
Foto
graffiti urbano: "La Tierra", autor
¿?
Parque de las Aguas, Barcelona. 30 de Enero
del 2005
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REDES 2.0 - La intuición
no es irracional. (Vídeos YouTube)
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Aceptar la incertidumbre que
nos rodea puede ayudar a escoger el mejor camino.
Vídeo Programa REDES a cargo de Eduard Punset
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Acerca de
la opción y la elección
P. Krishna: ¿Puede uno practicar la no violencia realmente,
o decidir practicar la no violencia en tanto
uno es violento internamente, interiormente?
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Krishnamurti:
¿Qué es lo importante, pelear
sobre nuestras opiniones en conflicto acerca
de si algo es bello o feo, o ser sensibles
tanto a la belleza como a la fealdad? En
la vida hay suciedad, escualidez, degradación,
dolor, lágrimas, y también
hay alegría, risas, la belleza de
una flor bajo la luz solar. Lo que importa,
sin duda, es ser sensibles a todo, y no
decidir meramente qué es bello y
qué es feo y permanecer con esa opinión.
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Fabio Zerpa:
Lo primero sería, entonces, la percepción
directa de la realidad.
Armando Clavier:
Lo primero y lo último. La percepción
es la acción interna. La verdadera
percepción insisto, ésta
no es sensoria no contiene en sí
a un "percibidor" que diga: "Ahora
que he percibido esto, voy a encarar tal
acción". En ese caso hay una
separación entre el percibidor y
lo percibido, y la cosa cae en la opción
egocéntrica. ¿Quién
es el percibidor sino el "yo",
el centro personal de la conciencia, el
pasado proyectándose como pensamiento
desde la memoria y creando la ilusoria entidad
psicológica que se siente separada,
diferente, única, y está en
permanente movimiento de autoprotección?
Ese es el percibidor. Desde luego, él
siempre va a decidir según las pautas
básicas de miedo, seguridad y placer.
La acción que produzca jamás
podrá conspirar contra su propia
existencia.
F.Z.: O sea,
que el percibidor no puede querer cambiar.
El cambio significaría su muerte.
A.C.: ¿Se
da cuenta? Usted preguntaba por qué
muy pocos entienden la enseñanza.
Mientras la cosa se maneja a nivel verbal
todo parece ir muy bien, pero cuando se
profundiza un poco más y se ponen
en movimiento las defensas psicológicas,
la propia mente bloquea lo que no quiere
comprender. No es que le resulte difícil
comprenderlo. Esa mente egocéntrica,
autoprotectora, acepta un Krishnamurti al
que pueda incorporar a sus estructuras de
seguridad, y rechaza al Krishnamurti que
amenaza esas estructuras. Mientras estos
mecanismos estén activos, es imposible
el contacto con la enseñanza viva,
es imposible la comprensión.
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Del artículo-diálogo:
"Jiddu Krishnamurti y Armando Clavier, UN HOMBRE LLAMADO
KRISHNAMURTI"
por Fabio Zerpa.
Entrevista de Fabio Zerpa
a Armando Clavier que
«Ha
penetrado a niveles excepcionales en
la esencia viva de esta enseñanza
espiritual, una de las más profundas
y esclarecedoras que haya conocido la
Humanidad y hoy Armando Clavier
"ve" a Krishnamurti». |
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Interlocutor:
¿Puedo formularle una pregunta? Usted
habla a menudo de la belleza de las montañas
y del silencio de la mente cuando contempla
la belleza de una nube. ¿Puede la
mente estar en silencio cuando contempla
algo horrible?
KRISHNAMURTI:
Sólo escuche cuidadosamente, observe
la oscuridad y la luz, los barrios bajos
y los que no son bajos. ¿Puede observar
eso? ¿Puede haber una percepción
alerta en la que no existan estas divisiones?
¿Hay un estado de percepción
alerta en que no existe la división
entre pobres y ricos? No el hecho de que
no hay división, con toda su injusticia,
inmoralidad, todo eso, sino una percepción
alerta en que no existe esta división.
Es decir, ¿puede la mente observar
la belleza de la colina y la miseria, sin
preferencia, sin inclinarse por lo uno en
oposición a lo otro? Eso implica
un estado de conciencia en que no existe
la opción. Usted puede hacerlo. No
es que la pobreza deba continuar. Usted
querría hacer algo, políticamente,
socialmente, etc.; pero la mente podría
estar liberada de la división, de
esta clásica división entre el rico
y el pobre, entre la belleza y la fealdad,
liberada de los opuestos, etcétera.
/
Interlocutor:
Me gustaría preguntarle si para usted
hay diferencia entre el pensamiento y la
especulación.
KRISHNAMURTI:
¿Por qué debería haber diferencia
entre el pensamiento y la especulación?
¿Quién especula? ¿No es el
pensamiento el que especula? ¿No
es el pensamiento el que teoriza acerca
de que hay Dios o de que no hay Dios, acerca
de cuántos ángeles pueden sentarse sobre
la cabeza de un alfiler, etc.? Toda la tarea
del pensamiento es especular. No hay diferencia,
es la misma cosa.
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Saanen, 10 de
agosto de 1971. De el libro de Krishnamurti
En versión original en inglés.
En la edición española
fue editado en tres volúmenes:
Volumen I. La raíz del conflicto.
Volumen II. La persecución del
placer. Volumen III. La conciencia fragmentada.
(El texto extraído pertenece
al volumen III). |
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Interlocutor:
¿Podría usted repetir la última
afirmación?
Krishnamurti: Dije,
creo, que si usted ve sólo ese estado,
si lo conoce por completo, si se da cuenta,
sin elección alguna, de que la mente
está totalmente condicionada, entonces
conocerá, o empezará a sentir
o captar el aroma o el gusto de ese extraordinario
sentido de libertad. Empezará. Pero
usted aún no lo tiene, no se escape
con sólo el aroma de un perfume.
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Entre
Desconocidos |
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