EDUCACIÓN |
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Artículo 6 de 10 |
Humanística Educacional
- Parte I. |
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Sapiencia, ¿herencia
del animal?
Los seres humanos cometemos el
craso error de creer que a través del conocimiento
científico un día llegaremos a la comprensión
total de la Creación, pretensión imposible que
nos lleva a no darnos cuenta de nuestra verdadera posición
en el Flujo Creacional. El hecho es
que la imaginación, lo mitológico y lo científico
se entremezclan produciendo proyecciones mentales que denominamos
abstracciones, que aún lo que nos esforzamos incoherentemente
por conciliarlas a ambas: la auténtica verdad y nuestro
modelo abstracto proyectado, creyéndonos con ello soberbiamente
inteligentes, (desde luego inconscientes de la soberbia),
jamás nos hemos preguntado de forma racionalmente seria,
¿por qué si nuestra sapiencia se encuentra alcanzando
cada vez en mayor medida niveles más profundos de la
Energía y del Universo Material, (que viene a ser como
que el Movimiento Creacional nos proporciona el poder interactuar
con Él hasta afectarlo), sin embargo en nuestra relación
social sólo sepamos desarrollar las herencias del animal?
Inteligencia: ¿desorden
y conflicto?
Ahora somos el animal educado,
el animal recolector y organizador de conocimiento, y de ello
capaz de construirse prótesis físicas, herramientas
que potencian nuestros sentidos a niveles insospechados por
cualquier otra especie en el planeta, de hecho solo nosotros
tenemos conciencia del alcance de nuestros logros en ciencia
y tecnología, pues las otras especies aunque de forma
más extravagante y quizá más temerosa
únicamente nos perciben como a otro animal más,
aunque del que se precisa cuidarse en mayor medida. Somos
el animal tecnológico, sino el animal protésico,
y nos creemos poseedores de una educación que nos hace
inteligentes, pero ello ocurre porque no encaramos nuestro
verdadero estado, no miramos en lo que realmente estamos viviendo,
puesto que sólo vemos lo que proyectamos que distorsiona
lo verdadero. A este movimiento que hace que vivamos en
Búsqueda Google
de imágenes
"inteligencia"
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el desorden, presión y miedo, en el conflicto, lo llamamos
inteligencia, pero nos equivocamos, pues aún no hemos
comprendido el verdadero significado de la Inteligencia.
Cuadrícula mental; ¿inteligencia?
Si uno presta atención
al Mundo y al mismo tiempo a sí mismo, como un movimiento
unísono, que es lo que en realidad es, cualquiera estaría
de acuerdo en decir que en lo psíquico hay alguna cosa
que no funciona bien cuando nuestro Mundo lo tenemos dividido
a pie de guerra, estrangulado con las febriles candilejas
de la realización personal, y el cruel comercio que
aboga por la egolatría, distorsionando la verdadera
sensibilidad. Los que no tienen acceso al consumo son despedidos
y degradados como indigentes, como tercer mundo, en definitiva
como carne de cañón, sin el menor ápice
de afectividad alguna puesto que cualquier argumento jurídico
o mercantil, moral o inmoral, justifica esa degradación
en beneficio propio, el negocio es el negocio.
Mientras por otro lado la mayoría que tiene acceso
al consumo no perciben que también lo son, carne de
cañón, ocultándolo con la exaltación
del logro y el auto-placer personal conseguido. La fragmentación
mundial entre los hombres y mujeres y el torbellino interno
por el que la mayoría sucedemos nuestras vidas, demuestra
sin muchas explicaciones, que ahí, en ese comportamiento
violento, agresivo y despiadado que cultivamos los seres humanos,
que lleva a la destrucción de uno sobre otro, o a obligarlo
a vivir la vida dentro de un parámetro jerárquico
preestablecido por esa misma egolatría, por muy apelmazado
que lo disimulemos para no encararlo en su demoledora verdad,
en eso no existe en ninguna forma la Inteligencia.
¿Inteligencia en la
egolatría?
Llevando la discusión al
nivel más sencillo posible, cosa que se ha de hacer
siempre que se necesita descubrir algo en su auténtica
verdad, o falsedad, nos podemos ceñir al significado
propuesto por la mayoría de diccionarios, y que reza:
Inteligencia es el acto
de comprender, de entender.
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Si por un lado miramos nuestro
desenvolvimiento científico y tecnológico podemos
denotar un alto grado de comprensión y entendimiento,
del Universo físico claro, y hasta cierto punto, ya
que la ciencia y la tecnología en un alto nivel también
están en manos de la irracionalidad, pero hemos de
recordar que solamente son capacidades intelectivas las que
nos permiten este extraordinario desarrollo técnico.
Mas si observamos nuestras capacidades psíquicas, en
las que se incluyen las sensitivas y las afectivas, ahí
podemos ver que la comprensión y el entendimiento brillan
por su ausencia, y que el intelecto no dispone por sí
mismo de la precisa dilucidación que impida el trasiego
conflictivo interno, de pugna y lucha cotidiana, en definitiva
sufrimiento por ser y por no ser, que nos llevamos la mayoría,
presos en la jerarquía social de egos-céntricos
que hemos creado en un estado egolátrico.
RICO PAR (22/12/2005, el
año no es un error).
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De Cartas a las
Escuelas II, Krishnamurti.
Preguntarnos el propósito
de la educación.
Al parecer
creemos que la educación termina cuando dejamos
la escuela o el colegio. No consideramos la totalidad
de la existencia humana como un proceso en el cual la
educación propia es constante y tal vez no termina
jamás. Así, la mayoría de nosotros
limita la educación a un período muy corto,
y por el resto de nuestras vidas continuamos más
bien embotados, aprendiendo solamente unas pocas cosas
absolutamente necesarias y cayendo en una rutina y,
por supuesto, siempre está la muerte aguardando.
Ésta es, realmente, nuestra vida casamiento,
hijos, trabajo, placeres efímeros, dolor y muerte.
Si ésta es toda nuestra vida, y aparentemente
lo es, ¿cuál es, entonces, el verdadero
significado de la educación,? Jamás nos
formulamos estas preguntas fundamentales; probablemente
son demasiado perturbadoras. Pero como somos maestros
en escuelas y colegios, debemos preguntarnos cuál
es el propósito de la educación y el aprendizaje..
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J. Krishnamurti de la carta,
15 de noviembre de 1982.
Título del original en inglés:
Letters to the Schools Volume two.
Traducción Armando Clavier. Publicado
por EDHASA, 1986, Barcelona. |
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Educación:
el Arte de Despertar al Ser Humano. |
Despertando se abre la
inteligencia
Con este titular "Educación:
el Arte de despertar al ser humano", nos parece
que queda muy claro lo que entendemos por educación.
Si bien, a la par, existe un aprendizaje en el campo
del conocimiento, mitologías y ciencias, a este
aspecto de la educación lo podemos denominar
la parte formativa técnica, una subextensión
de la educación propiamente dicha que abriga
un campo mucho mayor, el propio ser humano. Ambas, educación
y formación, reunidas en un tándem, han
de estar enfocadas a contribuir al despertar del ser
humano siempre en primer término. De hecho eso
es lo que es ser niño, joven, adulto, maduro,
senecto, anciano, etc. "estar despertando"
mientras la vida persiste. Lo cual implica que la educación
no termina nunca, al contrario que la formación
técnica que en algún momento puede quedar
de lado, abandonada. Habiendo hecho esta diferenciación
entre educación y formación técnica,
deberíamos mencionar la educación cultural,
mucho más extensa y proveniente de las relaciones
en los diversos campos sociales de interactividad, la
cual de manera obvia está relacionada con los
otros dos. El acto de la educación lo hemos de
entender como algo unísono, estas divisiones
propuestas, la del
La
verdadera educación, al mismo tiempo
que estimula el aprendizaje de una técnica,
debe realizar algo de mayor importancia; debe
ayudar al hombre a experimentar, a sentir el
proceso integral de la vida.
Es esta vivencia la que colocará la capacidad
y la técnica en su verdadero lugar. Si
alguien tiene algo que decir, el acto de decirlo
crea su propio estilo, pero aprender un estilo
sin la vivencia interna sólo conduce
a la superficialidad.
J. KRISHNAMURTI
- LA EDUCACIÓN
Y EL SIGNIFICADO DE LA VIDA.
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despertar del ser humano, la de la técnica y
la cultural, son una provisionalidad para poder enfatizar
en el auténtico sentido educacional; para que
nos permita darnos cuenta que el despertar del ser humano
es el primigenio sentido de la educación, puesto
que un ser humano despierto se las ve con los otros
dos aspectos a través de un caudal de inteligencia
significativamente diferencial con respecto a un ser
humano que está dormido, esto es evidente por
sí solo.
Educadores: educación
en el ahora.
Partiendo de como hemos
planteado el significado de educación en el párrafo
anterior, como "el permanente despertar de la inteligencia",
vemos que esta acción, la educación, que
por serlo debe ocurrir siempre en el momento vivo, compete
a cualquier ser humano en la completa vida, sea lo que
fuere lo que se encuentra haciendo y con quien o quienes
se encuentra relacionándose. Esto implica un
cambio total de concepción, puesto que ahora,
como se sabe, a partir de cierto nivel de edad la persona
ya se considera "hecha", cerrándose
por ello al aprender a ser un ser humano. Y es esa configuración
psicológica que se considera de una determinada
manera, aunque también está deviniendo
hacia alguna otra cosa, la que circula en las relaciones.
Por comodidad hemos separado la escuela de la empresa,
incluso, y peor aún, de eso que llamamos hogar,
y nosotros aquí estamos diciendo que todo el
campo social es la escuela del ser humano, a pesar de
que en cada diferente ámbito predomine una cierta
actividad. Si lo primero que se descubre es que el aprehender
a ser un ser humano no termina nunca, se hace evidente
que eso es lo que discurrirá en las relaciones,
un permanente aprehender conjunto. ¿Cómo
pueden los niños y jóvenes aprender a
aprehender, y aprehender a despertar la auténtica
inteligencia inmanente, si los adultos, que son los
que ahora dirigen la acción, no saben hacerlo
ellos mismos? Todos somos educandos y por ello si nos
tomamos el trabajo en serio, educadores. Pero no a la
inversa. ¿Cómo se puede enseñar
el despertar de la inteligencia sino está ocurriendo
en el que lo enseña? Eso implica que si bien
por comodidad organizativa delegamos ciertas responsabilidades
a esas personas que llamamos maestros en relación
a los niños y jóvenes, no sólo
los maestros, sino que el compendio completo de la sociedad
hemos de encontrarnos en estado de educación,
que significa continua acción en el aprender,
en el despertar la inteligencia.
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Educando-Educador
Cuando nos introducimos a estudiar
cómo está la cuestión de la educación
sorprende el hecho de encontrar un gran caudal de definición
altamente factual, y a su vez llama la atención
que ciertas declaraciones provengan de varias generaciones
atrás:
Paul Natorp
(1854-1924), quien estableció que el hombre
sólo se hace hombre mediante la sociedad
humana;
Ellen Key (1849-1926), quien considera
que la educación consiste en dejar que
la naturaleza actúe lenta y tranquilamente
sobre el alma del niño, y en tratar sólo
que las circunstancias del ambiente apoyen el
trabajo de la naturaleza, es decir, la educación
debe procurar desarrollar la naturaleza individual
y la independencia personal.
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Cualquiera puede observar que
no es esto precisamente lo que ahora se lleva a cabo
en educación, ya que el énfasis está
puesto en
"BREVE HISTORIA
DE LA EDUCACIÓN" por
MARIANO P. BROTTO.
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"cuadricular" al niño dentro de un
esquema preestablecido que pretende dos cosas; que su
comportamiento no cause problemas, la primera, y esto
se consigue imponiendo homogeneidad; y que se convierta
en un buen especialista, la segunda, que le permitirá
entrar a formar parte de la cadena producción-consumo.
El sentido de la vida y el descubrimiento propio se
deja para los padres, los cuales generalmente recurren
a la creencia organizada, y cuando no, lo dejan al "espabílate como puedas". La naturaleza individual y la independencia
psicológica no pueden desarrollarse si no hay
un profundo interés por desvelar el sentido de
la vida y el conocimiento propio.
Las referencias anteriores así
como algunas más que incluiremos, provienen del
Artículo "Breve Historia de la Educación",
por MARIANO P. BROTTO. En él se enfoca
la educación históricamente desde un punto
de vista científico y técnicamente académico.
Si bien en general se realizan apuntes relevantes a
cuestiones relacionadas con el niño, englobadas
con términos como "nueva educación"
o "educación activa", que abrigan
ciertas significaciones a tener en cuenta, otras parecen
haber arraigado en el tiempo aceptándolas sin
cuestionarlas, como la división educador-educando,
que se pone de relieve mencionando a Binet
(1857-1911), considerado el fundador de la pedagogía
experimental, podemos leer en el texto:
«El educador
no puede ser actor y observador de su propia acción;
no dispone de todos los elementos necesarios para
medir, exactamente, los resultados generales y
qué parte corresponde a los alumnos, a
la acción del maestro y a los métodos
y técnicas empleados. Con Binet (1857-1911)
entra por primera vez la ciencia y la medición
en la pedagogía.»
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Con lo cual complicamos todavía
más la división inicial educador-educando,
ya que además de menguarle la capacidad de observación
al educador, introducimos un tercer ser humano que observando
la educación desde "fuera", investigando
y experimentando en la relación educador-educando,
pudiera entonces apuntar a las pautas necesarias para
el adecuado desarrollo de la educación y en consecuencia
del niño o el joven. Y si bien es verdad que
estos estudios a nivel "laboratorio", como
lo demuestran algunos científicos, deben considerarse
para comprender los procesos de la educación,
esto en sí mismo no contribuye a que realmente
en la auténtica acción de la educación
se produzca el cambio fundamental que verdaderamente
requiere una nueva pero sobre todo original educación
que transforme el mundo. Pues a nuestro juicio, si bien
es verdad que hemos de vislumbrar las auténticas
necesidades psico-anímicas de aprendizaje del
niño y del joven, quién ahora precisa
en principio "educación" es el adulto,
en este caso el educador, pero también el científico.
Puesto que si ellos en su propia idiosincrasia, que
es lo que en esencia están emitiendo a los "aprendices
de ser humano", tanto si lo muestran abiertamente
como si lo disimulan cerradamente, contienen el "error"
que ahora conduce el mundo al desorden de la violencia
y el interés propio, eso es, por muy formulada
que la educación se encuentre, lo que los niños
y jóvenes desarrollarán en sí mismos.
De hecho, ahora es así como está funcionando,
pues el desorden humano persiste.
Las corrientes del nodo-anímico
El artículo concluye haciendo
una referencia a ciertas corrientes pedagógicas
del siglo XX, algunas de ellas originadas en siglos
anteriores:
Pedagógica
Psicológica Experimental. Pedagogía
Activa. Pedagogía individual.
Pedagogía Social. Pedagogía
Filosófica.
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Se mencionan variados estudiosos
(hemos contado 33, algunos dedicados a más
de una corriente), que se distinguieron en cada
una de ellas. Meramente por familiaridad mencionaremos
a dos, Jean Piaget, que se dedicó a las
pedagogías Psicológica Experimental y
a la Activa, y Bertrand Russell que "defendió"
la pedagogía Individual. Seguramente estas corrientes
se han ordenado por su sucesión de aparición,
mas a nosotros, después de considerarlas, (obviamente
con la mengua información que de ellas pudiéramos
tener), sugeriríamos como orden práctico
para ser realizadas en conjunto en el acto de la educación,
el siguiente:
Filosófica:
El primer "atisbo" que se ha de vivenciar
en el acto vivo, es la "inmensidad desconocida"
de la que "uno" se encuentra emergiendo.
Éste es el sentido primigenio del ser humano
y no puede reservarse por detrás de ningún
otro. La vida
y la muerte se encuentran en la base del vislumbre
filosófico, que es la verdad creacional.
Individual: En ello
es fundamental la austera soledad dichosa, la
cual únicamente acontece en el "individuo"
que está inseparado de la totalidad desconocida.
Es el sostenerse sobre sí mismo con confianza,
sin arrogancia ni miedo alguno. De ese inquebrantable
"eje" interno, puede uno entonces zambullirse
en las relaciones.
Social: En las relaciones
humanas, de las cuales no podemos eximirnos, es,
de hecho, en las que se descubren las dos anteriores,
donde ellas se ponen de manifiesto. Son las relaciones
sociales las que nos sirven de espejo donde verdaderamente
vernos "desde fuera", y en donde podemos
comprobar si la aprehensión filosófica
e individual son correctas. Valga decir, nos vemos,
cuando nos relacionamos socialmente.
Psicológica Experimental:
El laboratorio de pruebas y experimentos. Pero
hemos de darnos cuenta de que el propio acto vivo
ya es un "experimento" en sí
mismo. Lo que aprendemos a través del laboratorio
nos devuelve una teoría de la que aplicar
un programa, que hasta cierto punto puede tener
alguna validez. Mas el acto vivo en el sentido
de la mente aprendiendo, inmensurable, (cuando
teoría y programa son meras medidas), es
un evento-suceso en el que no hay programa alguno,
y las variables son infinitas. Todo acto pedagógico
debe estar impregnado de la experimentación
psicológica.
Activa: La pedagogía
Activa conjuntamente con la Psicológica
Experimental han de impregnar y a la vez impregnarse
las otras tres, interrelacionadas.
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Siendo conscientes de que los
procesos y métodos que estas corrientes plantean
se mueven en aspectos ciertamente diferenciados, aquí
estamos proponiendo que las evidentes interrelaciones
entre ellas deben ser lo que devuelvan un sentido de
la pedagogía, de la educación, como un
todo. En el acto de aprender, que es la esencia de la
educación y de lo que la pedagogía se
preocupa. Esas corrientes se mueven de forma unísona
en las personas, y en un nivel lo más amplio
posible, siempre hemos de apuntar a este compendio indivisible.
Sirva el gráfico, como borrador inicial, conscientes
de que posiblemente falte incluir algún otro
término, e incluso pudiéramos ordenarlo
de manera distinta, como orientación de esta
interrelacionalidad que apuntamos. Destacar el hecho
de que consideramos que todos esos procesos lo son de
la psique humana, lo cual los engloba conjuntamente
en ella.
Referencias procedentes
del Artículo Breve Historia de la Educación.
Título original: "Breves
consideraciones sobre la historia de la educación",
por Mariano P. Brotto. Visitar Artículo.
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RICO PAR
(20/9/08-16/7/09)
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Educación del adulto
El acto de aprehender es un continuo,
la constante aprehensión de la vida. Este hecho
comenzamos a desvelarlo ahora, lo cual ejemplifica muy
bien que el ser humano, en el sentido histórico,
es igualmente un proceso siempre nuevo en el "despertar",
al igual que lo es un individuo de la especie humana
en su
transcurso de vida. ¿Despertar de qué
y hacia qué? Lo primero que se manifiesta en
la vida es lo "práctico" el cuerpo
se ha de cuidar alimento, aseo, sanidad, etc.
Entonces tenemos la ciencia y la tecnología,
que es a lo primero que despertamos. Parece hacerse
evidente que en primer lugar, de manera espontánea
pero subconsciente surgió la tecnología,
la realización de herramientas. A medida que
el cerebro se adentraba en la manipulación de
lo físico al mismo tiempo que en comprender qué
era lo que estaba fabricando, comenzó lo que
podemos denominar ciencia, aunque esta no se definiera
como tal hasta hace escasos siglos. La comprensión
del proceso tecnológico, basada en una lógica
y matemática físicas, despertó
igualmente al cerebro a verse a sí mismo, entonces
surgieron dos campos inseparables de acción en
la mente, cuestionarse la creación y el sentido
"interno" del individuo. Pero si bien el conocimiento
tecnológico y científico nos sirve para
comprender aquello que es mecánico, que emana
de ciertos ejes configuracionales, no nos sirve para
nada en la compresión de la totalidad, que es
la creación en continuo proceso de cambio hacia
lo nuevo. Entonces cometimos el primer error, lo que
denominamos mitología, aplicar el principio de
praxis y veracidad de lo físico, como si pudiera
funcionar en la explicación de la totalidad y
de uno mismo, sin haber en ello práctica ni verificación
ninguna, a lo psicológico y a la comprensión
de la totalidad. Ambas explicaciones únicamente
son constatables como un acto imaginativo, y su contenido
es mero sueño. Como puede observarse hoy en día,
aún no hemos "despertado" de este "sueño".
La mayoría de adultos,
en una cierta medida, sostienen su "tranquilidad"
psicológica en el mito, religioso, social, etc.
sin embargo esa presumida estabilidad, no contribuye
a la compresión interna de la psique. Despertamos
en primer lugar a la creación, a la comprensión
de cómo ella se configura, interactúa
y discurre en su creatividad. Hasta cierto punto, claro,
y explicado a través de la matemática
y la ciencia. Pero a su vez y más fundamental,
aunque se manifieste después del despertar físico,
surge el despertar al significado inexplicable de ella,
de la creación, en un sentido total. El intelecto,
que obviamente nos sirve para el primer "tipo"
de despertar, ciencia y tecnología, es nulo para
este segundo, la significación creacional. ¿Y
qué es lo que la psique debe aprehender para
poder discurrir en la significación creacional?
La aprehensión del flujo del ahora siempre muriendo
y naciendo abriéndose a lo nuevo. Lo cual implica
una psique en estado de flujo, utilizando obviamente
para lo práctico lo tecnológico, razón
e intelecto, pero jamás ni creando ni quedando
anclada al tiempo psicológico. Estado en el que
ahora se encuentra, prisionera del pasado, pues la mitología
tanto para explicar la creación, creencias que
por tomarse en serio se convierten en doloroso mito,
como para comprender el nodo-anímico que es un
ser humano, "uno mismo", ahora prisionero
del ego-céntrico, se precisa un acto de atención
en estado de flujo en el fluir con una percepción
sin horizontes. Ahora, el adulto, (al igual que el niño
y el joven, pero la responsabilidad de llevarlo a cabo
la tiene el adulto), es en este despertar en el que
"se debe" educar.
Interlocutor: ¿ Cuál es, entonces, la realidad del tiempo y del espacio?
KRISHNAMURTI: Algunos filósofos dicen que eso es cosa de la mente. Tal vez, señor, eso podremos encararlo después de terminar con esto, con esta cuestión del observar.
Interlocutor: ¿Qué nos impide tener esta libertad?
KRISHNAMURTI: Pienso que nada se lo impide, excepto usted mismo.
Interlocutor: (principio inaudible) ...llamar las cosas por sus nombres.
KRISHNAMURTI: Es exactamente eso, señor, hay una reacción automática a las cosas cuando las llamamos
inmediatamente por sus nombres. ¿Cómo podemos impedirlo? Usted no puede. Tiene que advertir lo condicionado que está cuando se encuentra con un hombre negro o con un izquierdista. Cualquiera que sea esa reacción, es inmediata, porque su cultura, su educación lo han condicionado muy profundamente. Usted sabe, en la India este condicionamiento ha continuado no por dos mil años como aquí, sino por unos diez mil años. Y el condicionamiento es tremendo. Librarse de ese condicionamiento no es una cuestión de tiempo; podemos tomar un atajo y terminar con él: cuando vemos el absurdo que implica ese condicionamiento, le ponemos fin.
Interlocutor: ¿Podemos examinar aquí la cuestión del tiempo? Yo puedo romper con el condicionamiento inmediatamente, pero eso no dura.
KRISHNAMURTI: Bien, ¿podemos investigar esta cuestión del tiempo que usted planteó primeramente, del tiempo y del espacio? Él dijo: “Yo puedo romper inmediatamente con el condicionamiento pero eso no dura”. El “durar” es una cuestión de tiempo, el tiempo es duración, ¿no es así? O sea, que yo puedo dejar de estar airado instantáneamente, pero este estado no dura, al minuto siguiente puedo estar airado otra vez. Por lo tanto, uno tiene que descubrir qué es el tiempo. No lo que dicen algunos filósofos -porque no sé lo que dicen, no leo libros en absoluto, afortunadamente para mí-. Uno puede ver lo que es el tiempo. ¿Qué es el tiempo? Está el tiempo del reloj, o sea, el tiempo cronológico, el tiempo que toma ir de aquí a una casa; el tiempo implica cubrir ese espacio que existe entre este lugar y su casa. La casa es un objeto fijo -por favor, escuche cuidadosamente esto-, es un objeto fijo y el tiempo que toma cubrir esa distancia es mensurable. Existe, pues, el tiempo según el reloj. Eso está claro. Hubo tiempo como ayer, hay tiempo como hoy y mañana, lo cual nuevamente forma parte del tiempo cronológico; ayer estuve en Londres, hoy estoy aquí, mañana estaré en Nueva York. Otra vez, esto implica la distancia a través del tiempo del reloj. Eso está claro. No soy un filósofo, así que perdónenme. (Risas) ¿Existe otro tiempo?
Interlocutor: ¿El tiempo que gastamos en vivir?
KRISHNAMURTI: O sea, ¿qué? ¿Los días que usted gasta en vivir? ¿El tiempo, envejecer, morir, cubrir un espacio y terminar? Por favor, estoy preguntando algo, preste atención. ¿Hay algún otro tiempo excepto el tiempo cronológico?
Interlocutor: El tiempo psicológico.
KRISHNAMURTI: Hay un tiempo llamado psicológico. Existen, pues, dos tiempos: el tiempo del ayer, hoy y mañana, la distancia, el tiempo que usted emplea en ir de aquí a su casa; ésa es una clase de tiempo. Toma tiempo aprender un idioma, acumular un montón de palabras, memorizarlas; eso tomará tiempo. Aprender una técnica, un oficio, una habilidad, todo eso implica tiempo, tiempo cronológico. Luego está el tiempo psicológico, el tiempo que la mente ha inventado. La mente que dice: Yo seré presidente, mañana seré bueno, me realizaré, tendré éxito, seré más próspero, lograré la perfección, llegaré a ser comisario, seré esto, seré aquello. Aquí, el tiempo está entre la meta y el estado presente. Esa meta que yo mismo he establecido a fin de alcanzarla, tomará tiempo; debo luchar, debo impulsarme, debo ser ambicioso, brutal, debo desalojar de mi camino a todos. Éstas son todas proyecciones de la mente y de lo que ésta desea lograr; crean el tiempo psicológico. Tenemos, pues, estas dos clases de tiempo: el tiempo cronológico y el tiempo psicológico.
Interlocutor: ¿Hay alguna diferencia? Convertirme en el presidente o aprender italiano toma, digamos, seis años o seis meses.
KRISHNAMURTI: Sí, eso toma tiempo. Reconozco estos dos estados, el cronológico y el psicológico. Pero el tiempo psicológico, ¿es real o es una ilusión? ¿No ha comprendido, señor? Me lo estoy preguntando a mí mismo. ¿Existe el tiempo psicológico en absoluto?
J. Krishnamurti. CONVERSACIONES CON ESTUDIANTES.
Procede del Capítulo 1, Dos Pláticas y Discusiones, Morcelo, Puerto Rico, (14 de Septiembre de 1968).
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Educación Dividida
Realizando una búsqueda
en Google acerca de "educación del adulto",
sorprende la variedad diferenciada de direcciones Internet
que nos devuelve. Hemos elegido
"Andragogía
" en
WikipediA
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dos a modo de reseña, pues se nos despiertan
ciertas estimaciones que sentimos deben hacerse. (evidenciando
desde luego que muchas entradas han quedado de lado).
Uno de los términos que aparece es "Adragogía",
que sintéticamente se refiere a la "educación
del adulto". Sí bien distintos aspectos
de esta disciplina despiertan, al menos a nivel de formulación,
ciertos puntos de vista acordes con lo que venimos planteando
en los apuntes acerca del "espejismo de centricidad",
como por ejemplo considerar la educación como
un "proceso permanente" durante el transcurso
de la vida de la persona, otros carecen de soltar las
amarras de viejos patones, por ejemplo, el de considerar
la educación meramente un proceso de adquisición
de conocimiento, sin tener en cuenta el auténtico
y necesario despertar humano en el que la persona debe
discurrir, aunque en ocasiones apunte a sugerirlo, pero
meramente queda como una idea. Por ejemplo en WikipediA
se apunta:
"La Andragogía por ser independiente del
nivel de desarrollo psíquico y por partir del
nivel de desarrollo cognitivo genera una nueva actitud
del hombre frente al problema educativo."
|
Entendemos que esta "independencia"
del nivel de desarrollo psíquico a la que apunta
la declaración está claramente considerando
la psique del adulto en estado estático. Ya está
"hecha", y por ello podemos ceñirnos
entonces al conocimiento únicamente. El estado
de descubrimiento de la vida, del flujo siempre nuevo,
que evidentemente hace fluir a la psique con él,
ha quedado omitido. Más adelante, referenciando
a Manuel Castro Pereira, el artículo menciona
cómo él describe "al
adulto que facilita el aprendizaje de otros adultos":
El andragogo
es un educador que, conociendo al adulto que aprende,
es capaz de crear ambientes educativos propicios
para el aprendizaje. En su Acepción más
amplia, el andragogo es el ser de la relación
de ayuda educativa al adulto.
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Pero el educador es también
un ser humano que se encuentra en estado de flujo. Es
cierto que dispone de una determinada información
para transmitir, pero si el acto de educación
queda reducido únicamente a esto, formación
y aprendizaje, entonces el acto vivo siempre nuevo en
el que los participantes del acto de educación
han de discurrir queda bloqueado, y con ello la creatividad
se limita, sino más bien se estanca. Y
¿no queda toda ayuda mermada si ella está
carente de creatividad?
RICO PAR (Noviembre 24, 2009).
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El Mundo
que llora impotente de un gran Dolor
CASI
TODOS NOSOTROS en este mundo confuso y brutal,
tratamos de labrarnos nuestra propia vida
privada, una vida en la que podamos ser
felices y pacíficos y, no obstante,
vivir con las cosas de este mundo. Al parecer,
pensamos que la vida cotidiana que llevamos,
la vida de lucha, conflicto, pena y dolor,
es algo separado del mundo exterior de desdicha
y confusión, que el individuo, el
yo, es diferente del resto de
la humanidad
Cuando miremos un poco más
detenidamente, no sólo nuestra propia
vida privada sino también el mundo,
veremos que lo que somos -nuestra existencia
cotidiana, lo que pensamos, lo que sentimos-
es el mundo exterior, el mundo que nos rodea.
Cada uno de nosotros es el mundo, es el
ser humano que ha hecho este mundo de completo
desorden, el mundo que llora impotentemente
en medio de un gran dolor
En 1968, época en que las juventudes
estaban cuestionando intensamente los valores
de la sociedad, Krishnamurti ofreció
varias series de pláticas para estudiantes
de Estados Unidos y Puerto Rico, en las
que exploró el verdadero significado
de la libertad y de la rebelión.
Recogidas en este libro, tales pláticas
son quizá más apremiantes
aún en la actualidad, cuando tanto
los adultos como los jóvenes están
buscando la clave para un cambio genuino
en nuestro mundo.
J. Krishnamurti.
CONVERSACIONES CON ESTUDIANTES.
Procede
del Capítulo 3, Tercera Plática
en la Universidad de Puerto Rico, San Juan.
Puerto Rico. (7 de Septiembre de 1968), y párrafo contraportada del linro.
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