Más allá de
Dios, la Eternidad. |
|
Los
principios activos del placer, de la seguridad y del miedo.
El conocimiento es un peligro,
pues engaña al cerebro, incluso, por científico
que él pueda llegar a ser. Aunque obviamente es preferible
el conocimiento científico a cualquier otro conocimiento.
Esta es la razón por la que en primer lugar ha de acontecer
la percepción, y después el conocimiento para
poder expresar la percepción si es que se requiere
hacerlo. Partiendo de esta premisa, percepción-pensamiento,
en este orden, podemos apuntar a eso que llamamos miedo y
prestarle atención, precisamente desde la percepción.
Veremos, si lo atendemos, que el miedo proviene del animal
que no quiere morir, y para conseguirlo, activa el resorte
del miedo. Es una acción de huida, tanto sea de movimiento
como de quietud. Es una reacción biológica natural
y le ayuda a escapar, sobrevivir al peligro. El problema comienza
cuando trasladamos el miedo animal al área de lo psicológico,
entonces además de quedar atrapados al pasado y en
el devenir, en el llegar a ser, este conjunto polar se convierte
en un movimiento morboso, pues una psique con miedo es una psique "neurótica". Es así
de crudo y sencillo. Pero como la neurosis la tenemos tan
domada, educada y disimulada, ponerlo de relieve y verlo claramente
no se hace una cuestión urgente, siempre podemos dejarlo
para mañana. ¿Y cómo podemos dejar de
lado algo tan lacerante en nuestra vida cotidiana como es
el miedo y la neurosis? De manera muy sencilla, lo solapamos
con la persecución del placer, y en la medida en la
que nos lo podemos proporcionar, experimentamos seguridad,
y ésta es la que cierra el circuito del autoengaño:
"miedo-placer-seguridad". Cuando nos sentimos
seguros, nos parece no padecer ningún mal. Aún
cuando esa seguridad sea una mera invención inexistente.
¿De dónde proviene la seguridad en un mundo
tambaleante, de agresión y poder, coacción y
exclusión? Proviene de la negligente imaginación
irracional materializada. Creo que un trozo de materia construida
me pertenece, y de ahí desprendo seguridad y toda la
falacia para conservarlo. El dominio que pueda tener sobre
los demás, también me proporcionan seguridad.
A pesar de que los demás pueden sobreponérseme.
Incluso creo que si entierran mi cuerpo al morir en una "caja"
de piedra que igualmente me pertenece, me sentiré mejor
en ese "más allá" en el que postulo
que continuaré "yo". Las barbaridades en
este sentido son escalofriantes desde muy antiguo, la historia
las explica, pero se tienen como proezas culturales en lugar
de la irracional superstición que significan. En esa
seguridad, que a todas luces no lo es, encontramos placer,
y el placer lo extendemos a todo lo demás: sexo, dinero,
alimento, ropa, casa, trabajo, esposa, hijos, amigos, etc.
etc. Las relaciones con los demás, han de proporcionar
placer en sus muy diversas categorías. Aquello que
no nos proporciona placer, directa o indirectamente, nos hace
sentirnos mal y lo colocamos en la "estantería
escondida" para que nos quede oculto, prácticamente,
como si no existiera. El aburrimiento, por ejemplo, es una
forma leve de sentirse mal. En el otro extremo están
la ansiedad, el estrés, la depresión, etc. Y
el círculo comienza de nuevo: miedo-placer-seguridad.
Se repiten insistentemente en todas las actividades y acciones
que hemos de realizar en nuestra vida cotidiana. Eso sí,
prestar atención realmente a fondo a lo que está
ocurriendo en el cerebro, es para los "especialistas",
nosotros podemos continuar con el "programa" repetitivo
y causante de problemas, la mega-instrucción "yo
soy".
|
Autor foto: RICO PAR 1972 (aprox.). Modelo
María Luisa A.R. Color: 1991.
"Eva sucumbiendo a la tentación". ¿Cuál
fue la prohibición, el conocimiento o el placer?
¿O es que en cierta manera ambas cosas no se pueden
separar? Él los creó, y la trampa les interpuso,
dotándolos de curiosidad e imponiéndoles
una prohibición. |
RICO PAR
(Agosto 23, 2009)
|
|
|
|
|
Peter Washington: La aproximación a la teosofía da el mayor interés
a las discusiones que después de la guerra
mantuvo obsesivamente Krishnamurti acerca de la
naturaleza del tiempo. En todas sus conferencias
públicas y en las charlas privadas, insistía
una y otra vez en la importancia
decisiva de vivir en el presente, no en el sentido
de que debiéramos saborear únicamente
el momento fugaz, sino de tal modo que no caigamos
prisioneros del pasado. El gran objetivo de la vida
de Krishnamurti fue la libertad espiritual y eso
sólo se consigue aprendiendo a despojarse
de todos los vínculos posesivos, sean cosas,
personas o experiencias y deseos. Hay un sentido,
creía él, en el cual el pasado no
existe, salvo como ilusión, pero es una ilusión
muy poderosa. A menos que escapemos de ella no hay
posibilidad de desarrollar la visión interna
espiritual, porque ésta depende de la clara
percepción de las cosas como son, no como
han sido o nos hubiera gustado que fueran.
Desde hacía tiempo afirmaba que apenas podía
recodar su propio pasado. Ahora desarrolló
esa reacción negativa y la convirtió
en una doctrina positiva, predicando la necesidad
de la liberación psicológica y espiritual
mediante la intención resuelta de captar
el ahora del momento, lo cual puede empezar a liberar
al individuo del vínculo de la historia y
el deseo. En términos que recuerdan al misticismo
cristiano e hindú, habló de entrar
en la Casa de la Muerte la muerte del pasado
que es también la Casa de la Liberación.
Visto con la perspectiva de hoy, que el propio Krishnamurti
hubiera luchado que luchara todavía
con el deseo, es evidente y así se desprende
de sus posteriores charlas, en las cuales se extiende
con alguna frecuencia sobre el tema del sexo. En
«La urgencia del cambio», por ejemplo,
comenta como:
Krishnamurti:
El sexo juega un importante papel en nuestras
vidas porque quizá sea la única
experiencia profunda de primera mano de que
disponemos
Ese hecho, por ser tan bello,
nos habitúa y por ello nos esclaviza.
La esclavitud es la exigencia de su continuación
Uno está tan asediado intelectualmente,
en la familia, en la comunidad, por la moral
social, por las sanciones religiosas
que sólo queda esta relación
poseedora de libertad e intensidad. Por eso
le damos tanta importancia
En la liberación
de la mente de las ataduras de la imitación,
la autoridad, la conformidad y los mandamientos
religiosos, el sexo tiene su propio sitio,
pero no debe consumir todo. De aquí
uno deduce que la libertad es esencial para
el amor. |
|
Párrafos
procedenes de la obra:
Imagen derecha:
cubierta del libro "EL MANDRIL DE MADAME
BLAVATSKY",
Historia de la Teosofía y del gurú
occidental. Peter Washington, 1993.
Título original: Madame Blavatsky's Baboon.
Traducción: José Luís Fernández-Villanueva.
Colección Oráculo Manual. Ediciones
Destino, S.A. 1995.
El fragmento de texto procede del capítulo
diecinueve, REGRESO.
|
|
|
|
|
|
|
|
¿Existe la
Iluminación? |
Si arribamos
al punto de deshacernos de toda creencia: religiosa,
política, egocéntrica
¿existe
algo como eso que llaman iluminación? Debe ser
un estado del cerebro que está en sintonía
con el flujo creacional, al tiempo que discurre en el
discernimiento. No queda trabado en el tiempo, y ninguna
imagen lo retiene. Esto aun cuando él utilice
imágenes para la vida cotidiana. ¿Puede
un cerebro adiestrado a la "orden", a la imitación,
a no sentirse responsable de su propio contenido, vivenciar
una sincronía tal que lo que ahí fluye
es la totalidad? Como sugiere hacerse evidente, el propio
cerebro es el que debe comprobar y cuestionar ambos
estados, el de confusión por espejismo y el de
claridad por iluminación. Si el estado actual
de proyección de un espejismo en el cerebro no
es visto completamente, ¿cómo puede acontecer
un estado en el que predomina la visión clara?
Observemos, que el cerebro pasa ahora la mayor parte
del tiempo ocupado con el ego-céntrico y sus
actividades, todo lo que no entre en ese círculo
él lo deja de lado, incluso en muchos casos,
pasando la vida completa sin ni siquiera plantearse
la ilusión en la que vive. Se hace evidente al
mismo tiempo, que un cerebro de esta forma tan perezoso,
(acepta lo que se le ha inoculado), le resulte muy cómodo
proyectar al dios-padre, él es el responsable
de todo, y uno mismo no puede por más que aceptarse
tal como "ha sido hecho".
RICO PAR
(Agosto 28,
2009)
|
|
U.G. Krishnamurti: el terrorista
espiritual en el BLOG de Condor.
(II).
22
par Martes, Julio 1, 2008 a las 10:36 am He vuelto a leer todas las notas aquí presentes,
y si hay algo que me atrae en todos estos comentarios
es que se percibe un denominador común, y es el
interés por averiguar qué es eso que llaman
iluminación. Como lo siento, generalmente todos hablamos conociendo
sólo partes de algo, y no su totalidad. Esto en
mayor medida cuando hablamos de otros. De ahí las
opiniones, o percepciones diversas y hasta
opuestas, tanto verdaderas como en ocasiones falsas. Una
vez al usar la palabra creación
me asociaron con los católicos, puesto que ellos
la utilizan en demasía. Y si utilizamos la palabra
iluminación, automáticamente lo asociamos
con filosofías orientales. Hay que ir más
allá de las palabras, y desde luego utilizarlas
con los sentidos que hemos definido sobre ellas por convenio,
lo cual implica que sentimos lo mismo a partir de lo que
ellas intentan simbolizar cuando nos comunicamos. Hemos de ir más allá de lo que cualquier
otro ser humano diga o haga y comprender por nosotros
mismos. Hay que insistir en esto. De hecho uno sólo
puede captar, comprender, por sí mismo. Lo que desearía señalar es que ahora somos
el resultado de cómo se nos ha educado, adiestrado,
(impunemente en la mayoría de casos, pues uno no
podía elegir la forma de hacerlo, la forma de ser
educado, ya que más bien hemos sido programados),
y nuestra percepción está condicionada por
todo ese depósito neurofisiológico acumulado
en el cuerpo y en el cerebro. A todo esto, el cuerpo y
el cerebro van cambiando, pues nada hay estático
en el flujo creacional.
Entonces, rompiendo con todo el
lastre heredado, que es dolor y miedo, uno ha de percibir
por sí mismo, puesto que cualquiera,
de hecho todos, hasta la cosa más diminuta en
la creación, surge de la misma base. La creación
es una y no está separada. De ahí que
cualquier ser humano, por sí mismo, tengamos
acceso a dilucidar, discernir, esta energía vasta
y profunda en la que la creación fluye de forma
eterna. Pero esto implica deshacerse del programa inoculado
en el cerebro, y esto es lo arduo. Y una de las cosas
que ese programa dice, es que para la captación
y percepción de la inteligencia que genera la
creación que somos y fluimos, precisamos de que
otro nos la revele, craso error del que surgen los rebaños
inconscientes y la deplorable jerarquía psíquica
en la que vivimos.
De hecho todos y todo estamos conectados a esta energía,
mejor dicho somos esta energía, pero la trama del
pensamiento con su cultura y herencia, imposición
y miedo, es el telón psicosomático que ahora
oculta, transfigura, este hecho de no separación
y unicidad total.
No estoy aleccionando, ni mucho menos, y he de matizar que no siento ningún rechazo por U.G. Krishnamurti.
En este Blog se están diciendo muchas cosas ciertas
de él, así como de Jiddu Krishnamurti, y
de la mengua relación que mantuvieron y lo que
pudo significar, pero yo no los compararía. Sí
subrayaría el efecto que uno u otro han producido
en la mente del ser humano, o sea en nuestra mente, que
no está dividida. Y la diferencia es substancial.
Aunque en esto esté implícita la comparación.
Y ya no me extiendo más, pero sí quiero
destacar con mayúsculas que NO HAY NINGÚN SER HUMANO SUPERIOR A NINGÚN OTO SER HUMANO, de
la misma forma que NO LO HAY INFERIOR. La diferencia que
ahora se cultiva entre unos y otros es la mera ilusión
de la ignorancia, pues tristemente todavía somos
primitivos animales que no entienden la gloria creacional
y su sentido.
Que la sana libertad y la pura inteligencia os acompañen.
Saludos.
|
Gaffiti Urbano. Autor JENNAHAZE
(MOMA).
Foto: 24/8/09: Calle: DABD EL-KADER, Barcelona.
Título: ¿? Entendemos aquí:
"Salgamos Todos Juntos en la Foto". Ó:
"Viviendo en la Lata de Sardinas". Ponga
el lector su propio título. |
Susanaga
Weeraperuma: Un joven y atrevido periodista
le lanzó la siguiente pregunta personal:
«¿Se considera usted un ser completamente
iluminado?» K sonrió y repuso: «No
tiene ninguna importancia el hecho de que yo sea
o no iluminado. Lo importante es si se ha preocupado
usted por analizar todo aquello de lo que hablo
y si considera ciertas mis aseveraciones a la
luz de su propio entendimiento. Me lo pregunta
usted porque en el fondo busca una certeza. Ese
deseo de certeza demuestra que a usted le interesa
la seguridad. El espíritu busca perpetuamente
la seguridad a través de teorías
y explicaciones. Ahora bien, si yo digo, Soy
un iluminado usted me tomará en serio
y rápidamente aceptará cuanto diga.
Pero la verdad es que debe averiguar por sí
mismo si lo que digo es sensato o no. Nadie puede
ayudarlo en eso. Tiene que hacerlo usted solo.
Quien habla carece de autoridad. Si usted ha entendido
algo profundamente, entonces, la verdad de lo
que ha entendido actuará en su vida. La
verdad posee su propia autoridad».
Visitar
Libro de
Susanaga Weeraperuma
"KRISHNAMURTI TAL COMO LE CONOCÍ".
Traducción de Celia Filipetto.
Epígrafe "CONFERENCIA DE PRENSA EN
COLOMBO"
|
|
|
|
El "Dios o/y No-Dios"
de Bart Kosko. |
Se habla mucho de "Inteligencia
Artificial", obviamente con ello nos referimos
a los ordenadores. Y de nuevo se hace curiosa la
presuntuosidad humana, pues sin saber todavía
lo que INTELIGENCIA significa, comenzamos a atribuírsela
a unas máquinas que por el momento lo único
que hacen es hacer sin conciencia ninguna mucho más
rápido y con una considerable facilidad, los
mecánicos cálculos que a nosotros, en
muchos casos, se nos harían prácticamente
imposibles. Pero si algo nos han permitido aprender
las máquinas, es la "Lógica Borrosa".
Es a partir de ellas que el cerebro humano ha comenzado
a cuestionar la lógica clásica "bivaluada",
blanco-negro, y se ha adentrado en el auténtico
mundo de los infinitos grises. A partir de la "subjetividad"
que la lógica borrosa procura ordenar, la mente
humana se abre a un campo ciertamente amplio, y se puede
permitir soltar las amarras que hasta ahora no le dejaban
percibir la tremenda inteligencia que hay implícita
en la subjetividad de la mente. De hecho es esa "flexibilidad"
de la mente la que permite al cerebro discurrir en los
hechos.
RICO PAR
(Agosto 28,
2009)
|
|
En
su libro de "Pensamiento Borroso" nos
dice el autor: Bart
Kosko:
/
Así que ¿dónde
está Dios en todo esto? Vemos más y más
profundamente en la naturaleza, y no hallamos ni rastro
de Él. No hay indicios. Dios no está en
las matemáticas. Dios no está en los hechos.
No le hemos visto ni medido con el microscopio o el
telescopio. No parece que esté en el universo
observable. Y no parece que haya dejado huellas. No
veo sino el fluir constante de lo que sucede, sujeto
a la ley física. A corre a no A, y no A corre
a ninguna otra cosa.
Lo que se puede explicar con Dios se puede explicar
sin Él.
Una
vez más, la razón parece desembocar en la
duda. Está el reto de Hemingway de la selección
dedicada al pasado borroso. Nadie a producido una afirmación
puramente moral que sea verdadera o falsa. No parece que
la moral y el contrato social descansen en la lógica
o en los hechos, por borrosos que éstos puedan
ser. De la misma manera, no parece que haya indicio alguno
de que haya un Dios. Cuanto más descubrimos, más
parece que el suelo se hunde bajo nuestros pies. Y de
aquí sólo hay un corto paso a preguntarnos
por qué hemos de luchar por seguir viviendo y propagar
nuestros genes o ideas. Todo parece conducir al nihilismo. Y quizá todo acabe en el nihilismo. Puede que el
mundo no tenga ni significado ni propósito, por
lo menos en un sentido que podamos aprehender. Lo que
decimos de Dios puede ser sólo, como dijo Pavlov,
un reflejo social o, como dijo Spinoza, el temor que la
naturaleza inspira o, como dijo Marx, el opio de las masas
o, como dijo Freud, nuestro propio padre deificado en
un gas cósmico o, como dicen los sociobiólogos,
uno de nuestros genes egoístas nada más,
uno que favorezca la obediencia ciega a la autoridad. Sentimos que reconocemos a Dios en el mundo o en nosotros mismos,
pero quizá no sea más que una ilusión.
Reconocemos, pero no podemos definir. Las redes neuronales
de nuestro cerebro hacen eso muy bien. Han evolucionado
durante cientos de millones de años para hacerlo,
para comparar rápida, incesantemente patrones percibidos
y patrones almacenados. Reconocemos rostros, música,
estaciones, y poca o ninguna idea tenemos de cómo
se define nada de eso. No podemos explicar cómo
recordamos un nombre o se responde a una pregunta o se tiene una idea nueva. Lo hacemos,
y ya está. Y a lo mejor reconocen un patrón
de Dios donde no hay ninguno. No parece que tenga ventaja
selectiva alguna, genéticamente hablando, el poder
vislumbrar a Dios. Estos vislumbres de Dios o la sensación
de que se ha reconocido a Dios aun cuando Él no
exista tal y como en la figura (adjunta) reconocemos
el cuadrado de Kanizsa aunque no existe. Las redes neuronales de nuestros ojos y de nuestro cerebro
producen y mantienen la ilusión del cuadrado de
Kanizsa, con sus falsos límites y su interior brillante.
No está en la página. No es un movimiento
kantiano o una «cosa en sí misma» que
esté más allá de nuestros sentidos
o nuestro cerebro. Y nuestros vagos vislumbres de Dios
o de Su Sombra o de La Obra de Sus Manos quizá
no tengan otra naturaleza, quizá no sean nada más
que una ilusión del cableado neuronal de una criatura
que evolucionó hace poco y no gran cosa en un planeta
cualquiera de una galaxia cualquiera de un universo cualquiera. Se sigue: energía-información, los infotones,
información cuantizada en partículas infinitesimales,
las mónadas de Leibniz
|
Figura arriba derecha: Cubierta
del libro "PENSAMIENTO BORROSO, la nueva ciencia
de la Lógica Borrosa" de Bart Kosko
1993. Diseño de cubierta: Enric Satvé.
Título original en inglés: "FUZZY
THINKING, the new science of Fuzzi Logic".
Traducción castellana: Juan Pedro Campos.
CRÍTICA, Grijalbo Montalbán, S.A.
Barcelona 1995.
Figura inferior izquierda de Gaetano Kanizsa.
Visitar Web Bart Kosko. |
| ¿La idea, o el
hecho de Dios? |
Pregunta: Antes
de que pueda conocer a Dios, el hombre tiene que saber
qué es Dios. ¿Cómo podrá
Ud. presentar al hombre la idea de Dios sin traer a
Dios al nivel del hombre?
|
Krishnamurti: Eso no es posible, señor. Ahora bien, ¿qué
es lo que nos impulsa a buscar a Dios, y es real esa búsqueda?
Para la mayoría de nosotros, ella es un modo de
eludir lo existente. Debemos, pues, aclarar muy bien para
nosotros mismos si esta búsqueda de Dios es una
escapatoria, o si es la búsqueda de la verdad en
todo: en nuestras relaciones, en el valor de las cosas,
en las ideas. Si sólo buscamos a Dios porque estamos
cansados de este mundo y de sus miserias, se trata de
una escapatoria. Entonces
creamos un dios, que por lo tanto no es Dios. El dios
de los templos, de los libros, no es Dios, evidentemente.
Es una maravillosa evasión. Pero si tratamos de
encontrar la verdad, no en una serie exclusiva de acciones
sino en todas nuestras acciones, ideas y relaciones, si
buscamos la verdadera evaluación del alimento,
del vestido y del albergue, entonces, siendo nuestra mente
capaz de claridad y entendimiento, cuando busquemos la
realidad la encontraremos. Entonces no será una
evasión. Pero si estamos confusos con respecto
a las cosas del mundo: alimento, vestido, albergue, relaciones
e ideas, ¿cómo podremos encontrar la realidad?
Sólo podemos inventar una realidad.
De suerte que Dios, la verdad o la realidad, no habrá
de ser conocido por una mente que se halla confusa, condicionada,
limitada. ¿Cómo puede pensar en la realidad
o Dios una mente así? Primero tiene que descondicionarse. Tiene que libertarse de sus propias limitaciones, y sólo
entonces puede saber qué es Dios; antes no, evidentemente.
La realidad es lo desconocido, y aquello que es conocido
no es lo real. Así, pues, una mente que desee tiene
que liberarse de su propio condicionamiento,
el cual le es impuesto exterior o interiormente; y mientras
la mente engendre discordia, conflicto en la vida de relación,
no podrá conocer la realidad. De modo que si uno
ha de conocer la realidad, la mente tiene que estar en
calma; pero si a la mente se la compele, se la disciplina
para que esté tranquila, esa tranquilidad es en
sí misma una limitación, mera autohipnosis.
La mente sólo llega a ser libre y a estar quieta
cuando comprende los valores que la rodean. Para comprender, pues, aquello que es lo más elevado,
lo supremo, lo real, debemos empezar muy bajo, muy cerca;
es decir, tenemos que descubrir el valor de las cosas,
de las relaciones y de las ideas con las cuales nos ocupamos
a diario. Y si no se las comprende, ¿cómo
puede la mente buscar la realidad? Puede inventar una
realidad, puede copiar, puede imitar; y como
ha leído tantos libros, puede repetir la experiencia
de los demás. Pero eso, por cierto, no es lo real.
Para experimentar lo real, la mente debe dejar de crear;
porque cualquier cosa creada por ella sigue dentro del
cautiverio del tiempo. El problema no consiste en saber
si hay o no hay Dios, sino en cómo podrá
el hombre descubrir a Dios; y si él en su búsqueda
se desprende de todo, inevitablemente encontrará
esa realidad. Pero tiene que empezar por lo que está
cerca, no por lo que está lejos. Es obvio que para
ir lejos hay que empezar cerca. Pero la mayoría
de nosotros deseamos especular, lo cual es una escapatoria
muy cómoda. Por eso es que las religiones ofrecen
tan maravilloso narcótico para la mayoría
de la gente. De suerte que la tarea de desenredar la mente
de todos los valores que ha creado, es en extremo ardua.
Y como nuestra mente está fatigada, o somos perezosos,
preferimos leer libros religiosos y especular acerca de
Dios; pero eso, a buen seguro, no es el descubrimiento
de la realidad. Realizar es vivenciar, no
imitar. (Julio 4 de 1948).
|
Proviene del libro:
"VIVIR DE INSTANTE EN INSTANTE". 7 Conferencias
de KRISHNAMURTI.
CONFERENCIAS PRONUNCIADAS EN BANGALORE, EN 1948
Traducción directa del inglés por el Dr. Arturo
Orzábal Quintana EDITORIAL ORIÓN,MÉXICO,1983.
Visitar
Libro en Web UPASIKA. |
|
|
|
|
|
Esta noche se arremolinan las
ideas, de forma tan "potente", con tantas
cosas interrelacionadas, que me será muy difícil
ponerlas en palabras. Mas lo procuraré
con toda mi dedicación para el lector.
Hemos de insistir: somos educados al miedo, a la autoridad, al aislamiento. El más grande al que hay que obedecer, y el más pequeño al que podemos despreciar.
Muy reducido, pero en síntesis es así.
Luego lo podemos adornar con palabras y razones, pero
la base de nuestra psique entiende muy bien eso, ya
que lo siente de forma clara en sí misma y
en los demás: "el triunfador y el perdedor",
inseparables siempre en una única unidad, está
en la base de la cultura ególatra. Pero una mente viviendo en el miedo, no puede por más
que debilitarse, y en el proceso experimenta una embriagadora
nostalgia, que se proyecta en la añoranza del
pasado, pero de forma mucho más real, en la
carencia del ahora. ¿Puede ser esa la intención,
de un universo creacional, que produce en un ser despertar
la conciencia, y que ese ser padezca por lo muerto
y por forzar la misma creación a su capricho?
¿Es el sentido de comprender vivir padeciendo?
Esta pregunta es fundamental, pero no la debemos contestar,
es ella misma que ha de manifestar su significado
a medida que pongamos los hechos de relieve. Nosotros únicamente podemos atender la "carencia
del ahora" si atendemos a la vez la procedencia
del miedo. El miedo es un mero movimiento de huir,
no sólo en lo físico, especialmente
en lo psicológico, que es lo que verdaderamente
hemos de comprender. Y en el acto de escapar, en realidad
lo que estamos haciendo es no querer ver. Tanto es
así, que cuando no nos interesa ver la verdad
de algo, cosa que hacemos por mero interés
propio, no en vano el miedo surgirá de ahí,
pues no querer ver es un acto de huir. Nos negamos
a ver la carencia, y la solapamos proyectando un deseo-ilusión de futuro, "lugar" en el que lo conseguiremos,
y nos negamos a ver, que este acto de ocultación
del carecer, se manifiesta como miedo. Así, atenazados por el miedo, imponiéndonos la venda
en los ojos de la mente, no es de extrañar
que no veamos de verdad eso de lo que carecemos, y
creamos que conseguiremos la felicidad realizando
nuestros sueños proyectados a partir de lo
que no tenemos. Y cuando de forma más o menos
aproximada los realizamos, descubrimos entonces que
todavía andamos huecos, y de nuevo proyectamos
otro horizonte al que llegar para poder colmar el
vacío. Un bucle repetitivo que tiene por función
amagar la auténtica carencia que precisamente
está haciendo que el miedo, el vacío,
la nostalgia, etc. etc. el propio bucle de "lograr,
lograr y lograr" se encuentren activamente encarrilando
al cerebro, a la mente.
Ponemos todo el empeño
Dios es un
concepto con el que medimos nuestro dolor.
Te lo voy a repetir,
Dios es un concepto con el que medimos nuestro
dolor.
No creo en la Magia
No creo en el I Ching
No creo en la Biblia
No creo en el Tarot
No creo en Hitler
No creo en Jesús
No creo en Kennedy
No creo en Buda
No creo en el Mantra
No creo en el Yoga
No creo en los Reyes
No creo en Elvis
No creo en Zimmerman
No creo en los Beatles
Sólo creo en mí
En Yoko y en mí
Esa es la realidad.
El sueño se ha acabado
¿Qué puedo decir?
El sueño se ha acabado
Ayer yo era el tejedor de sueños
Pero ahora he vuelto a nacer
Yo era la morsa
pero ahora soy John.
Así pues, queridos amigos,
tenéis que seguir vosotros,
el sueño ha acabado.
- Letra de la canción "GOD",
de John Lennon. |
en lo físico, para mantenerlo cuidado, ordenado,
desde luego hasta cierto punto, porque también
producimos mucho desorden en lo material. Las sociedades
modernas; plástico, asfalto y ladrillo, son un
buen ejemplo de este relativo orden con las cosas físicas.
La sanidad pública es otro ejemplo. Mas en lo
psicológico, parte fundamental de cada ser humano,
que es un movimiento "vivo", nos limitamos
a transcribir órdenes, comandos, unas ristras
de concepciones "estáticas" que se
sostienen en cierta dosis de lógica, de razón,
sobre todo si hablamos de ética o moral, pero
que a su vez contienen un buen compendio de superstición,
entonces la lógica, la razón, lo cabal
y sensato dejan de serlo pues quedan muy enturbiados
por tanta imaginación insustancial. Lo psicológico,
que es la "sensibilidad de sentir", lo ha
de aprender cada uno como pueda, ya que no es difícil
ver para cualquiera, que en el fondo todos andamos tambaleándonos
anímicamente, en lo ético y en lo moral.
(Agosto 28, 2009)
Es
muy sencillo observar la profundidad, la inmensidad
incapturable que se hace el Universo cuando lo miramos.
Esta maravilla creacional de luz, caos, orden, inteligencia,
complejidad y vida
Obviamente podríamos
seguir, pues cualquier cosa de la que podamos hablar,
está aconteciendo en esta superinfinita creación
que no se queda quieta nunca. Muy en el fondo, cuando
uno la escucha de verdad, puede oír su
(Agosto 29, 2009) su
rumor, su zumbido. Incluso, está ahí
la constante palpitación del corazón
y el continuo insuflo de oxígeno, que ponen
de manifiesto la profunda energía inherente
en todas las cosas de la que no podemos eximirnos
ni evitar que ella fluya a pesar de lo que nosotros
"pensemos". Esa vasta energía que
despliega la vida, el completo compendio del universo,
de la cual surgimos y somos, se está sosteniendo
en algo todavía "mucho más grande",
algo muchísimo más potente, algo de
tal manera inmensurable que obviamente pueda sostener
en ello la creación completa. Esa base jamás
puede ser alcanzada por ningún pensamiento,
por ningún sentimiento, sin embargo, siendo
cualquier cosa o ser en la creación resultado
de esa inteligencia que aprende continuamente de su
propio movimiento, en nuestro caso, en el caso del
cerebro humano, éste puede "sintonizar"
en esa "vibración" desde cualquier
punto de vista inalcanzable, indefinible, que es "LO
ETERNO". Este postulado debe comprobarlo
uno mismo, de lo contrario, esta declaración
es mera imaginación. Ya que "Ello"
no es un concepto, una idea, tampoco es una emoción
y menos un sentimiento, precisamente cualidades intrínsecas
en un cúmulo psíquico, que lo circunscriben
en un contorno, pero que además le obligan
a mirar continuamente a su propio interior. Y lo que
se encuentra cerrado, delimitado, viendo exclusivamente
su contenido, no puede de ninguna manera ver lo que
le está "envolviendo". (Agosto
30, 2009).
Foto superior
izquierda: John Lennon y Yoko Ono.
"LA GUERRA ESTÁ ACABADA",
campaña pro "Dale una Oportunidad
a la PAZ".
|
|
RICO PAR (fechas
dentro texto)
|
|
|
|
|
¿Devoción? ¿Qué queréis decir con la palabra devoción? "El amor de lo más elevado; la ofrenda
de una flor ante la imagen, el símbolo
de Dios. La devoción es absorción
completa, es un amor que supera al amor
carnal. He estado sentado durante muchas
horas seguidas, entregado por completo
al amor de Dios. En ese estado no soy
nada y no conozco nada; en ese estado
toda vida es una unidad. El barrendero
y el rey son uno. Es un estado prodigioso.
Seguramente que tenéis que conocerlo." ¿Es amor la devoción? ¿Es
algo aparte de nuestra existencia cotidiana?
¿Es un acto de sacrificio consagrarse
a un objeto, al conocimiento, al servicio
o a la acción? ¿Es auto-sacrificio
el que vos os perdáis en vuestra
devoción? Cuando os habéis
identificado por completo con el objeto
de vuestra devoción, ¿es
eso abnegación de sí mismo?
¿Es ausencia de egoísmo
absorveros en un libro, en un cántico,
en una idea? ¿Es devoción
el adorar una imagen, una persona, un
símbolo? ¿Tiene algún
símbolo la realidad? ¿Puede
representar jamás un símbolo
a la verdad? ¿No es estático
el símbolo? Y ¿puede representar
jamás una cosa estática
a aquello que es viviente? ¿Sois
vos vuestro retrato?
| Del epígrafe
DEVOCIÓN Y ADORACIÓN,
del libro: COMENTARIOS SOBRE EL
VIVIR,
Segunda serie del libro de notas de
J. KRISHNAMURTI.
Título original inglés:
COMMENTARIES ON LIVING, second series.
Editado or Harpe & Brothers
Publishers, N. York.
c Copyright 1958, Sociedad Krishnamurti
Writings, Inc. Oaji-California,
U.S.A.
2a edición argentina. EDITORIAL
KIER S.A. Buenos Aires, 1971. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Si uno tiene predisposición
mercantil, podría preguntarse cuál es
la utilidad de todo esto, de qué sirve lo ilimitado,
qué provecho puede el hombre sacar de eso. Siempre
deseamos una recompensa. Vivimos a base del principio
de premio y castigo, como un perro al que han adiestrado;
uno lo premia cuando obedece. Y actuamos de manera bastante
similar, en el sentido de que queremos ser recompensados
por nuestras acciones, por nuestra obediencia, etcétera.
Tal exigencia nace del cerebro limitado. El cerebro
es el centro del pensamiento, y el pensamiento es siempre
limitado bajo todas las circunstancias. Puede inventar
lo teórico, lo
extraordinario, lo inmensurable, pero su invención
es siempre limitada. Es por eso que uno ha de estar
completamente libre de todo el afán y el tráfago
de la existencia y de la actividad egocéntrica,
para que lo ilimitado sea.
Aquello
que es inmensurable no pueden medirlo las palabras.
Siempre tratamos de encerrar lo inmensurable en una
estructura de palabras, pero el símbolo no
es lo real. Y nosotros le rendimos culto al símbolo;
por lo tanto, vivimos siempre en un estado de limitación. De modo que, con las nubes suspendidas sobre las copas
de los árboles y con los pájaros silenciosos
que aguardan los truenos, ésta es una mañana
apropiada para estar serios, para inquirir en toda
la existencia, para cuestionar a los dioses mismos
y a toda la actividad humana. Nuestras vidas son muy
cortas, y durante ese corto periodo no hay nada que
aprender acerca del campo total de la psique, que
es el movimiento de la memoria. Sólo podemos
observarlo. Observar sin movimiento alguno del pensar,
observar sin el tiempo, sin el conocimiento pasado,
sin el observador, que es la esencia del pasado. Sólo
observar. Observar esas nubes que se forman y vuelven
a formarse, observar los árboles, los pajarillos.
Todo eso es parte de la vida. Cuando uno observa atentamente,
diligentemente, no hay nada que aprender; sólo
existe ese vasto espacio, ese silencio, ese vacío
que es energía devastadora.
Fragmento del texto del día Martes, 19 de abril, 1983, de "El Último Diario" 1983
- 1984, por J. Krishnamurti. |
| |
|
|
|
|
|
|
|
| Pensando en Dios. | |
|
|
Más
allá de Dios,
la Eternidad.
|
|
Sólo nos tenemos
a nosotros
|
|
|
|
|
|
|