El Mirlo
DIOS
Artículo 1 de 7
El Foro de Dios, preguntas sin respuestas.
Sería fantástico que existiera un foro mantenido por el "auténtico" Dios. Podríamos cuestionarle todas las dudas y malentendidos, y Él estaría obligado a contestarnos. Pero parece ser, a tenor de lo que entendemos por la palabra "Dios", que cuando se presta de verdad atención para escuchar la respuesta, el Silencio es siempre lo que se manifiesta. La Energía Pura ¿puede decidir algo? La Inocencia Absoluta ¿puede dirigir algo? Nuestra ignorancia es un problema exclusivo nuestro, por ser negligentes, perezosos, ¿para qué proyectarla fuera, en lugar de asumir que se encuentra en nuestro interior y es un producto nuestro? ¿Puede un cerebro confuso comprender lo que hay más allá de la confusión? Esa es la responsabilidad, no polarizar en "otros"; –Dios, el Demonio, el Universo, la Creación, etc.–, lo que es un producto de nuestro comportamiento.
RICO PAR (06/07/09)
El cuento de la hormiga Cruichi
Como todos los días venía haciendo en aquel cálido verano, muy temprano en la mañana, Cruichi salió del nido sola para llevar a cabo su rutinaria avanzadilla en busca de alimento. No había prisa pues ella sabía que tarde o temprano encontraría algo adecuado para llevar a los almacenes del nido, entonces volvería a él dejando el rastro químico que sus compañeras podrían seguir para ir a buscar la comida que encontrara. Apenas se dio cuenta, y ya estaba muy alejada de la puerta principal de entrada a la colonia, en parajes que le parecía no haber recorrido nunca. También se había dado cuenta de que la noche anterior había llovido, y el agua transcurriendo sobre la tierra se había llevado todas las semillas caídas, y ha cada paso estaba más convencida de que ese día le sería muy difícil dar con algo comestible. Tal vez había salido muy temprano, "pensaba".
Zigzagueaba en su tranquilo recorrido, todavía escuchando el bullicio matutino de incontables pájaros que saludaban al nuevo día, cuando apareció, a la vuelta de unos gruesos tallos, otra hormiga, que rápidamente percibió no era de su hormiguero. Y se sorprendió de que sus reacciones físicas no fueran de rechazo y batalla, cosa que siempre le ocurría cuando con hormigas ajenas a su hormiguero se encontraba. Y quedó por un rato desconcertada, mirando a aquella peculiar hormiga que igualmente parada también la miraba a ella.
– Buenos días Cruichi–, dijo la hormiga desconocida.
Un cierto sobresalto la hizo tambalearse, hasta que pudo exclamar asombrada:
– ¡Vaya, si estamos hablando! –Y aún en su pasmo añadió– y resulta que tengo nombre y me llamo Cruichi, ¡increíble!
La otra hormiga pareció sonreír, y Cruichi aún quedó más perpleja, ¿podemos reír las hormigas?, se preguntó sintiéndose medio idiotizada.
– Verás –se apresuró a decir la hormiga desconocida–, me vengo planteando hacer un experimento, y tú me has decidido a comenzarlo.
– ¿Pero tú quién eres? –sólo pudo balbucear Cruichi.
– Ya sé que todo esto te parece muy raro y poco sentido le encuentras, pero préstame atención y en un periquete te lo explico, ¿vale?
– Qué otra posibilidad me queda si he de comprender algo de esto que me está pasando–, respondió Cruichi sin más remedio conformada con su desconocido desconcierto.
Y en ese momento, de nuevo parecieron hacerse más potentes los bulliciosos cantos de las aves: golondrinas, gorriones, mirlos y urracas, entre otras varias especies, que no paraban de danzar y cantar, de explicarse unas a las otras las maravillas de las que sólo ellas parecían darse cuenta.
–Tú ahora tienes acceso al pensamiento, a comprender las cosas, tal como les pasa a los seres que se autodenominan humanos, y esto te ocurre porque yo soy Dios, que he tomado forma de hormiga, y te he dado estas cualidades, para que podamos hablar y así explicarte porqué lo he hecho.
–¡Aaaah!–exclamó Cruichi alargando la vocal hasta desaparecer en el silencio…
–Puedes ver–, continuó diciendo la hormiga Dios–, que comprendes y entiendes todo lo que digo, así como también lo que yo mismo significo.
–Sí –respondió Cruichi–, pero resulta que también entiendo que soy una hormiga y que poco tengo que ver con esos seres bípedos, que aún cuando sabía de su existencia, pues ya los había visto en otras ocasiones, ni idea tenía que tuvieran la capacidad de entender las cosas como ahora yo las estoy entendiendo, o sea, con intelecto y pensamiento, ¡esto es todo un drama!
–Bueno, tranquilízate, en seguida comprenderás y te pasarán todos los males– contestó la hormiga Dios tranquila y benévolamente.
Por un rato quedaron las dos hormigas quietas, mirándose la una la otra, pero cada una sintiendo cosas bien diferentes. La hormiga Cruichi no sabía si todo aquello que estaba pasando ese día tan especial en su vida tendría algún significado relevante. La hormiga Dios, se zambullía en la duda de que un insecto tan diminuto llegara a tener un atisbo de lo que todo aquel "milagro" significaba.
–Los humanos, la mayoría con excepción de algunos, sienten tener muy claro lo que tú eres. Y si sólo fuera entenderte como la energía pura e inocente, fuente de donde todas las cosas surgen, se me haría muy fácil, pero es que los humanos te revisten de mil imaginaciones suyas que realmente me desconciertan–, dijo Cruichi asumiendo el nivel de conocimiento y comprensión que iba abriéndose a medida que perdía el miedo por su nuevo estado–. Pero fíjate que ellos –continuó diciendo–, por lo que puedo ver ahora, viven en la guerra, en la explotación mutua, y con algo peor en su mente, que nosotras las hormigas no tenemos, se sienten un centro, y de ahí cultivan la jerarquía psíquica.
La hormiga Dios sonrió gratificada apresurándose a explicar: – Sí, es verdad lo que dices, y me siento muy contenta, sabía que hacía una buena elección al escogerte, aunque de todas maneras ha sido un acto puramente aleatorio hacerlo.
Cruichi todavía no se las tenía todas. ¿Quién no le decía que aquella otra hormiga, por un insuflo invisible de hormonas, señales químicas, le estaba haciendo tener todas esas alucinaciones en su mente, olvidando su auténtica condición de hormiga, y así poder ser atacada sin que opusiera resistencia?
En ese momento la hormiga Dios soltó una carcajada que hizo tambalearse los jóvenes tallos de exultante verde clorofila del césped circundante. Se podía comprobar que había sido su risa la que los había zarandeado, pues no corría ni ápice de viento.
–Has sido por un momento desconfiada –dijo la hormiga Dios sin terminar de reír del todo–. Es precisamente el problema que los humanos tienen, desconfían de sí mismos y de los otros, y de esa manera se han apartado de forma muy confusa de su verdadero sentido, que por todo ello no entienden. Por eso han de estar de continuo inventándolo a través de sus imaginaciones, pero siguen sin dar en el clavo, andan perdidos y sin disfrutar de tal milagro creacional que de la base primigenia que significo se encuentra surgiendo.
–Pero si los has creado tú, como a nosotras las hormigas, entonces toda esa contradicción en la que viven también procede de ti, ¿no?
–¡Noooo! –exclamó la hormiga Dios asumiendo una actitud seria pero no trascendente–. Tú puedes andar por donde quieras, ¿verdad? La fuente que te está creando no te dice por donde has de seguir tus pasos– Para comprender lo que es estar siendo creado, entonces debes aprender lo que la libertad significa, de otra manera no comprenderás nada.
La hormiga Dios miraba a su compañera comprobando si ella estaba entendiendo bien lo que le decía. Y en todo ello se podía percibir una inmensidad que simulaba encontrarse arremolinada en el encuentro de dos meras y diminutas hormigas.
La hormiga Dios continuó diciendo:
–"Yo" como Dios, fuente de todas las cosas, no estoy dirigiendo nada, ¿qué verdadera creación habría en ello siendo "yo" precisamente Dios, "todopoderoso"? ¿No sería un aburrimiento? Para mí la creación ha de venir de algo que esta base que soy no dirige, es por esto que surge la naturaleza como herramienta; el barro para hacer las cosas. Sin que se estén configurando cosas como es evidente no hay creación alguna. Pero ella ha de aprender sola, de su caos, de sus encuentros, y de los órdenes que ella prefiera poner y continuar en marcha. O sea, algo que se está creando por sí sólo, esto es la verdadera creación, de ahí que entonces esta base creacional pueda gozar con ella, con su complejidad e inteligencia. De esta forma "tengo" descubrimiento en lo nuevo. Si la estuviera dirigiendo, lo sabría todo, entonces, dónde estaría ahí el "divertimiento" de estar creando? Las cosas únicamente responderían a lo que "yo" ordenara, y qué "gracia" para mí habría en ello? Es de ahí el movimiento primigenio, la libertad, de donde realmente puede surgir la sorpresa, o sea, lo nuevo desconocido, esa es la "gracia".
Cruichi estaba anonadada, tenia todos sus receptores al máximo, escuchando tal declaración de aquella hormiga que decía llamarse y ser Dios, y a ella misma la denominaba con el nombre de Cruichi, sin saber si es que como hormiga se había vuelto loca, y había dejado de sentir para siempre como una hormiga viene sintiendo desde muy antiguo, o realmente había ocurrido algo excepcional que le estaba dando noción de la inmensurable creación que es el universo, y que los humanos parecía comenzaban a tener noción de ello, pero sin sacarle significado alguno.
–Realmente, tal como lo estoy entendiendo ahora, ¡es algo extraordinario!–, exclamó Cruichi, y continuó diciendo: –pero no entiendo qué tengo que ver yo, una simple y diminuta hormiga, de una especie que no tiene ni idea de lo que está ocurriendo en este planeta, ni con los seres humanos y su tecnología, e incluso ni con nosotras mismas, para encontrarme ahora aquí entendiendo todo esto Yo ahora soy un caso especial, una mutación, única, y no hay otras como yo, pues no creo que tu pretensión sea convertirnos así de golpe a todas por puro milagro como has hecho conmigo.
De nuevo la hormiga Dios miró a Cruichi sonriente, pero también parecía mostrar algún sentimiento de complacencia, entonces dijo:
–Reconozco que eres muy especial, y que he hecho muy bien en presentarme a ti y ponerte al corriente de todo esto, pues ahora todo ello quedará en tus genes y de ahí es que el experimento ya haya comenzado.
–¿Quieres decir que de este encuentro, a través de algunas generaciones, surgirá un nuevo ser procedente de nosotras, las hormigas?
–Algo parecido– dijo la hormiga Dios–. Y entonces todo este atisbo que tú tienes ahora se habrá desarrollado y esos nuevos seres descendientes tuyos lo vivenciarán como algo producido por la misma naturaleza.
–Pero yo no soy la madre del hormiguero–, se apresuró a decir Cruichi.
–No te preocupes por esto–, contestó la hormiga Dios–, serás la madre de tu propia colonia, y tendrás mucha descendencia. Por cierto–, agregó–, me encanta que no hayas utilizado la palabra "reina".
–Bueno, me ha parecido demasiado humana–, dijo Cruichi naturalmente.
–Verás–, continuó la hormiga Dios–, como ya te he dicho yo no puedo intervenir, aunque con lo que estoy haciendo ahora a ti te parezca que intervengo. Ya que sin libertad en el acto creacional se pierden todas las significaciones. Pero sí puedo en ocasiones manifestarme, como ahora lo estoy haciendo, lo cual no implica que por el mero hecho de manifestarme, esté haciendo algo para que las cosas cambien en un sentido u otro. ¿Que me entiendes querida amiga Cruichi?
–La verdad es que esto se me está haciendo un poco lío –replicó impaciente la hormiga Cruichi, y continuó diciendo–, no intervienes, pero mostrando tu presencia afectas de una manera u otra a que las cosas sigan uno u otro curso, por muy sutil o aleatorio que sea.
–Mira –llamó la hormiga Dios la atención de Cruichi pacientemente–, tú no puedes imaginarme. La sutileza de la que puedo valerme no tiene límites, y no sé si entiendes lo que es lo Eterno. En esta creación en estado de flujo que hay en marcha, un acontecimiento insignificante puede suponer unos cambios de lo más enormes y sorprendentes. Pero hay una intención en la creación, que es la de tender a la inteligencia, de lo contrario ¿qué creación podría darse? Creación es eso; orden, configuración, equilibrio, significado, o sea, inteligencia. Y todo ello ha de ocurrir por sí mismo, ya que entonces no tendría "gracia". Es el continuo estar aprendiendo. En realidad este acto es el que yo mismo significo, pues mi estado esencial es de continuo estar tendiendo a lo nuevo, a lo desconocido. Y esto significa que lo nuevo no puede ser previsto. Así, en este estado creacional en la libertad, ocurre que en ocasiones se producen bucles, que precisamente a causa de la libertad implícita como base en la completa creación, ellos se mantienen fluyendo y fluyendo indefinidamente sin saber cuando encontrarán su fin. Si esto ocurre con cosas insignificantes, poco relacionadas con el resto, alejadas de los focos de multiplicidad y complejidad, y su influjo mengua por la ausencia en la que ellas mismas se alejan, entonces en eso no hay ningún problema. Los bucles que contribuyen a las formaciones, ritmo, sintonía, interrelacionalidad, belleza, tampoco causan daño, de hecho al contrario pues éstos son elementales en el acto creacional. Pero cuando estos bucles afectan a cosas importantes, en las que hay mucha interrelacionalidad implícita y explícita, desorganizando, destruyendo el orden natural nuevo, o no permitiéndole emerger, es cuando estos bucles se convierten en nefastos, pueden mantenerse impermeables por muy largos períodos de tiempo impidiendo la inteligencia, hasta autodestruirse terminando con la posibilidad de creación nueva.
El día había ido despuntando, y no podía distinguirse bien si por haber entrado ya en la cálida media mañana, que el calor comenzaba a acumularse, o porque todos habían parado sus actividades intrigados por la conversación de los dos diminutos insectos; que a los pájaros se les podía ver a todos ellos mantener atento silencio medio camuflados en los follajes de los árboles. Hasta la brisa marina que llegaba de la playa sugería esforzarse por no entonar su canto, volviéndose muda y tímida, con el fin de no entorpecer la escucha de todas aquellas palabras entre las dos hormigas amigas. ¿Continuará?
RICO PAR(21/6/09)
Foto arriba izquierda: "Hormigas Agricultoras". Agricultura sostenible a manos de las hormigas. Precedencia Web FAUNATURA, Visitar Artículo.
Foto abajo derecha: "Hormiga llevando un microchip". (Precedencia inicial enlace foto). Procedencia original probablemente artículo EL PAIS "Aumenta el uso de seres vivos para medir contaminantes" Visitar Artículo.
Del Par Mujer-Hombre a Dios
La amplia perspectiva plural
Aquellos que han asumido lo heredado, ya una posición ventajosa en la psicosociedad ególatra, jerarquizada, en lo económico o en lo prestigioso, o bien en la más estrangulante pobreza sin acceso jamás a despegar de ella, pero que tanto unos como otros han aceptado el mito y la tradición como irreversibles, a todos estos, (pena la mía y la de ellos, pues ellos son uno mismo), no les interesa poner de relieve el engaño que hay de base en todas esas creencias religiosas y políticas, mitológicas ambas, pues les falta algo que difícilmente vieron hacer a alguien cuando eran niños y jóvenes aprendiendo. Les falta saber pensar por sí mismos. Aceptan a pies puntillas lo que les enseñaron, y jamás se preguntan si podrían verlo desde una nueva y plural perspectiva.
Toda creencia es excluyente
Cuando uno tiene oportunidad de ver cómo se le ponen los ojos, de miedo, de desconfianza, iridiscentes en chispas, a alguien al que le puedes hacer ver cómo su creencia, política o religiosa, se tambalea por todas partes cuando se intenta asociarla con la completa vida, es cuando te descubres quedándote de lo más sorprendido. No puedes poner en peligro sus convicciones, y automáticamente si lo haces, quedas excluido de su campo de afecto, o sea, esa persona a raíz de ello, proyecta un campo de despectivismo hacia cualquiera que no comparta algo que considera es muy suyo. O entras en su redil, o quedas excluido. Esto es un hecho, uno, cualquiera, sólo ha de jugar con ello y ponerlo a prueba en las relaciones cotidianas, pero también consigo mismo; verá como se cierran oídos y ojos, a prestar atención a algo cuando no "cuadra" con lo que uno está convencido y cree en ello fervientemente
Admitir estar equivocado
Si algo tiene de bueno la ciencia, que por cierto tiene unas cuantas cosas buenas, la ciencia que no los científicos, una gran mayoría, es que obliga, aunque en ocasiones a regañadientes precisamente por falta de entendimiento, a aceptar tajantemente la equivocación que uno, cualquiera, haya cometido en sus deliberaciones científicas. ¡Esto es fantástico! Decir: ¡estaba equivocado! Mas esto no ocurre ni con la religión ni con la política. Se debería encontrar curioso este hecho, esta resistencia a "reconocerse equivocado", sin embargo, casi nadie lo cuestiona. En general, hay quien tiene el valor de hacerlo después de haber pasado ochenta o noventa años engañado, pero encontrándose en los albores de la muerte, no se hecha atrás al darse cuenta de que la manera como entendía la vida estaba equivocada. Estos casos son especiales y raros. Por regla general, muchos prefieren morir inconscientes, pues "ya ves la mala pasada", darse cuenta cuando uno está prácticamente muriéndose, (es así como lo sienten). Sin embargo, el acto de darse cuenta de que se está equivocado, implica un acto de revelación de la verdad, pues es ella la que indica al manifestarse el error que cometíamos.
"El Paquete de Galletas" Autor: anónimo.
Cuento corto de imprescindible visualización.
Aún lo factual, el mito persiste
Hasta aquí ya tenemos los tres fundamentales campos de la mente en los que nos movemos, y la propia mente que los abriga a todos:

- la mente factual: racionalidad y ciencia, lo relativo a los hechos,
- la mente mitológica: creencias e imaginaciones tomadas como verdades,
- y la mente psicológica: vida-muerte, placer-sufrimiento, ego-céntrico, etc.
- entonces, la mente, lo desconocido de donde esos focos se encuentran surgiendo, el flujo creacional innegable, que se encuentra emergiendo en y de su propio flujo.

Esto podemos expresarlo así, después de un muy largo período de evolución físico-biológica, hasta que el cerebro se ha desarrollado lo suficiente para poder tener conciencia de todo este inmenso y complejo movimiento que describimos aquí muy abreviado. Es un cuadro sinóptico para entenderlo desde el intelecto. Pero se hace más complejo sentirlo y comprenderlo desde el completo "ser", pues esas tres corrientes se mueven al unísono interemulsionadas en sus variables graduaciones de interinfluencia entre ellas. Durante todo este transcurso de evolución del cerebro, hasta hoy, muy largo para nuestras escalas de tiempo, pero muy corto para las escalas de tiempo astronómicas, las maneras de entenderlo y captarlo han ido variando en cierta medida afectadas por lo factual, pero siempre a partir de arrastrar mitos muy lejanos modificándolos para ajustarlos a lo factual aprendido. O sea, incluso lo factual, el ego-céntrico persiste en las generaciones, precisamente cuando él es un mero mito, se ve afectado por lo mitológico. De ahí que la mente quede presa en el sentimentalismo incapaz de sentir claramente.
Dios y/o No-Dios, no puede ser ni pensado ni explicado
A medida que la mente factual despertaba, se daba cuenta de que no podía aplicar la misma coherencia que descubría en el acto de darse cuenta de los hechos, a la comprensión de la Totalidad Fluyente. Entonces se valía de explicaciones mitológicas para darle a Ésta algún significado, sin darse cuenta de que esto contribuía precisamente a ocultar en mayor medida el verdadero significado que tras el hecho del acto creacional parece hacerse evidente subyace. La explicación mitológica solapa el auténtico significado si es que existe alguno explicable. Es así como llegamos a Dios, pero en igual medida llegamos a No-Dios. Y tanto hablar, o pensar, o sentir, del primero como del segundo, es estar haciéndolo de la misma cosa: la incomprensión, la ignorancia, de la verdadera y auténtica Fuente de la que el flujo creacional se encuentra emergiendo. Es aquí donde se hace sorprendente que la mente mitológica esto no quiera ni planteárselo. Ella toma su comprensión mitológica como si de una comprensión factual se tratara. Por tantos largos siglos se encuentra adiestrada, que le cuesta mucho escucharlo atentamente. Por otro lado la mente factual comete un error al pensar o "creer" que puede llegar a entenderlo y explicarlo todo. Al mismo tiempo, curiosamente, ahora, la mente psicológica en todo esto se encuentra atrapada en la tradición heredada, en la cual prevalece como se hace obvio "el mito sobre el hecho", ilusorio campo que no permite el sanador influjo de lo factual, de los hechos.
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Resultados "No-Dios" aproximadamente 13.100 (0,13 segundos).
La incapturable Base incognoscible, lo Desconocido.
A todas luces, el concepto-pensamiento-sentimiento de "Dios" es muy bonito, además de recurrir a él sobre todo para lo que uno hace mal y para lo que uno sufre; podemos adherirle cualquier idiosincrasia particular nuestra, con lo que conseguimos hacerlo más cercano. Pero no nos queremos dar cuenta, de que todo eso que pensamos y sentimos acerca de lo que Dios pueda ser, si es que de alguna manera existe algo así que pudiéramos razonar, no es más que un resultado de nuestra falta de comprensión profunda de lo que la creación en estado de flujo, cambio y destrucción, metamorfosis, transformación y mutación, significa realmente. Flujo que nosotros mismos somos, con todos esos caudales creacionales interrelacionados formándonos; transitoriedad en la atemporalidad. Pero dormidos como estamos, insensibles, preferimos caer en el infantil pero sobre todo iluso juego de "creer" que aferrándonos desesperadamente al hecho de "creer", podremos dar con esa Base incapturable e incognoscible con la explicación que con nuestra creencia nos demos de Ella.
Un centro proyectando un centro mayor
Ahora, después de largo tiempo ocurriendo de esta manera, el cerebro está ocupado con la ilusión egocéntrica que el cúmulo psíquico proyecta. El cerebro, que a partir del cúmulo psíquico elabora en el sentir la irrevocable y "real" sensación de ser un centro, el sentimiento de ego-céntrico, pretendiendo explicar la totalidad en la cual no existe centro alguno, se ve atrapado en proyectar un centro más grande que lo ha hecho a él. «Como "yo soy" un centro –se dice a sí mismo–, es evidente que un centro mayor me ha hecho, me ha diseñado, me ha creado. De la misma forma que hay seres humanos más grandes que yo, más dignos, y más pequeños, más insignificantes, evidentemente debe haber un ser sobrenatural que sea más grande que todas las cosas. Así, dios es ese gran centro del que todas las cosas surgen pues por él son creadas. Él crea el bien y el mal, el amor y el odio, y nos hace contradictorios, atrapados en la incomprensión y el miedo, para... ¿para qué? ¿Para divertirse jugando a descubrir cómo unas "criaturas suyas" se enfrentan con las profundas y misteriosas cuestiones que la vida significa, sin poder llegar a resolverlas nunca de forma definitiva? ¿Para que descubramos el amor pero precisamente nos antepone la trampa del odio y la separación que impiden que el amor se manifieste? ¿Hay que ascender luchando con los otros por sobrepasarlos en una escala jerárquica que él mismo ha creado para atenazarnos en una cuadrícula prediseñada? ¿Siendo "todopoderoso", por qué no colmarnos con toda bendición y dicha desde el principio?» Etc. etc. etc.
"Frases Ateas", vídeo YouTube.
Nota RICO PAR: Aquel que sólo puede escuchar lo que cuadra con su creencia, sea ésta cual fuere, es obvio que crea un campo delimitado, o sea, se ha "excluido". Denotar, aquí, que todo recuerdo es una forma de creencia, pues no es lo vivo.
EL recursivo bucle Dios-Demonio
Hasta cierto punto "atisbamos la bondad", es innegable que un cierto equilibrio social procura mantenerse en las sociedades modernas, pero este bienestar se circunscribe exclusivamente a lo físico y hasta cierto punto, el acceso a recursos es alarmantemente desproporcionado. Hay excesiva marginación indiferente. Y cuando de lo psicológico se trata, meramente lo que se procura es la adaptación, lo que llamamos amoldamiento y reinserción al sistema egolátrico. Cuando las personas funcionamos de acuerdo a la jerarquía psíquica dominante causada por el ego-céntrico, entonces se dice que estamos integrados. Y cuando carecemos de cualquiera de las características que un "ego-céntrico ciudadano" debe poseer para conseguir serlo, en esa medida vamos perteneciendo a un campo marginal que nos separa, es lo que llamamos marginados. Y todavía más contradictorio, podemos encontrarnos integrados en unos aspectos y marginados en otros, y esto en cualquiera de los escalafones de la pirámide psico-jerárquica que ocupemos. Este movimiento fraccionario del ser humano, que obviamente es resultado de tomar como verdadero el espejismo de centricidad que padecemos, emulsionado en el cerebro, genera todo tipo de males, que ahora no listaremos, pero que reunidos los denominamos a todos ellos como el mal, el Demonio, el cual, parece ser, es el ser polar a Dios. a pesar de que el Demonio haya sido creado por Dios. En lugar de evidenciar que el mal surge de nosotros, de nuestro ignorante comportamiento, lo proyectamos en unas deidades imaginadas, y así, como criaturas inconscientes, nos liberamos de toda responsabilidad propia. Son esas deidades que lo producen todo, y nosotros únicamente podemos estar más lejos o más cerca de ellas, beneficiándonos o padeciendo sus bienes y sus males. Así decimos que todo este rompecabezas en nuestro cerebro, es dios que lo ha creado, y también al Demonio, para que aún peor nos incordie todavía más, en ese espeluznante movimiento interno de ego-céntrico, que de continuo está padeciendo la misma creación que dios le ha construido para que él exista, en lugar de poder fluir en la dicha y la gloria que también le atribuimos, pero parece ser él nos racanea. El pensamiento se proyecta en el cerebro suplantando la verdad y la realidad; un sueño suplantando la auténtica vida. ¿Cuántas paradojas pueden surgir de tomar las sombras como cosas fundamentales?
Arriba izquierda, dibujo "El Demonio" Graffiti Urbano.
Foto: calle D’ABD EL-KADER, Barcelona, 28/4/2009
Autor graffiti: NAKOTHEBIGONE
Portal del Web webcindario del mismo autor.
El mal es nuestra ignorancia
Quizá hubiéramos podido prescindir en esta reunión de apuntes acerca del espejismo de centricidad en el cerebro humano, de la cuestión de Dios, o de dios, y también del Demonio, o del demonio, pues como se verá fácilmente entraremos en el reino del debate, más que en el flujo de la averiguación y la comprensión. Pero por cierto que hemos de darnos cuenta del mal. No del caos y el orden que la Naturaleza manifiesta y con los que ella juega a aprender, pues ellos son inocentes en esencia al tiempo que la evidencia del propio flujo creacional. Sino del caos y el desorden en el interior de nuestro cerebro, en nuestra forma de entender y comprender lo que sentimos a partir de sus contenidos, que son las sombras de la realidad. Ya que ahora, toda nuestra comprensión interior y de la vida proviene de esas sombras que se proyectan en la mente, proviniendo ellas de circuitos neurofisiológicos que se han ido sintetizando a base de herencia, entrenamiento, e insistente fijación, casi pudiéramos decir, como una operación de continuo hipnotismo. Una sombra, tomándose a sí misma como real, no puede por más, cuando pretende interactuar con la auténtica realidad, que producir desorden y carencia de significación. Esto se hace evidente por sí mismo. Éste es el mal, que ahora pareciera no queremos reconocer. Es de la ilusión psicofisiológica "ego-céntrico" que proviene el mal, obviamente. Entonces, ¿para qué inventar a dios, y por contraste y en paralelo al demonio, cuando todo ese caudal de mal está surgiendo de nosotros mismos? Es el espejismo de centricidad que hemos de comprender, cómo se constituye y cómo opera, viéndolo claramente, hay una posibilidad de disolverlo. Éste es nuestro auténtico trabajo como seres humanos, no perdernos con negligencia completa en nuestros sueños como nos ocurre ahora.
RICO PAR (20/06/09)
¿Podemos reflexionar lo Desconocido?
La capacidad del pensamiento de imaginar es infinita, pero esto es lógico. El pensamiento es un proceso material, y el mismo universo, en donde acontece el pensamiento, es la prístina representación de la materia, que en sí misma es infinita. El pensamiento es un proceso en la materia, y ambos pensamiento y materia son procesos en la energía.
Pero la imaginación únicamente es un espejo, sirve mientras está reflejando la auténtica realidad, después, se convierte en cenizas, y lo imaginado nunca es lo percibido, lo sentido totalmente, lo vivenciado. De ahí la abismal diferencia entre pensar y discernir, conocimiento y percepción. Lo imaginado, lo pensado, siempre únicamente es una mera sombra.
La libertad y la inteligencia están juntas, no pueden separarse. Ahora bien, hay que comprender muy bien a qué se están refiriendo estas dos palabras. No sólo comprenderlas, sino que uno debe fluir en el hecho de lo que ellas apuntan. Es desde ese flujo, que "uno", cualquiera, puede tener un atisbo de la Primigenia Fuente Creacional de la que todo se encuentra emergiendo. Después, le podemos poner el nombre que más nos plazca, pero ese nombre no sirve de nada porque esa "Cosa / No-Cosa incognoscible" siempre es nueva y desconocida. Ahora; fluyendo en Ella, con un cerebro libre de centro, el significado se manifiesta sin esfuerzo alguno, y desde él es muy sencilla la vivencia conjunta, que es el único problema que tenemos los humanos, no sabemos lo que es vivir conjuntamente unidos, no en lo físico, que también, pero de forma significativa y relevante en el corazón y en la mente.
La Creación es una evidencia, pero no existe "creador" que la esté creando. Es el propio flujo creacional, aprendiendo, del que emerge la multiplicidad y la complejidad desbordantes, y todo ello es alimentado por la pura energía de la inocencia absoluta, la cual no tiene motivo ninguno, por ello no dirige nada. Sin embargo Ella, la energía absoluta pura e inocente es la esencia de la inteligencia, precisamente lo que el flujo creacional se encuentra persiguiendo de continuo, a través del infinito cambio, el aprender ordenando, tendiendo siempre a lo nuevo, y finalmente cerrando el ciclo tornando a Ella misma, lo Desconocido.
RICO PAR (21/06/09)
 
Ante un mundo en Crisis
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Espacio Descubrimiento y Dilucidación
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Espejismo de Centricidad - RICO PAR - 2008/09
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