En una pared escrito con spray negro reza el texto:
"Sois
pedantes, siervos de vuestro amo, esclavos de la ignorancia
y la sumisión".
La imagen "habla":
Lo "atractivo" y
lo feo.
La imagen propia eludiendo el estado de flujo.
Disolución de lo envuelto y lo envolvente.
El flujo y lo psíquico, lo fijo y lo físico.
Desaparición de la memoria.
¿Despecho por alguna traición padecida?
Escrito transitorio canto a la libertad.
Ladrillo roto, concepto humano, y joven árbol.
La persistencia de la vida.
Las sobras imaginarias.
De una forma u otra, en el
universo todo se encuentra diciendo algo. De hecho, la interrelacionalidad
es una forma de diálogo, que no "debate".
Las cosas y los seres, lo físico y lo biológico,
no centran sus "quehaceres" en la imposición
de "sí mismos", sino que hay una colaboración
participativa entre todas las cosas y seres. Incluso "el
comer o ser comido" es un diálogo que lo natural
lleva a cabo en el que el que come "asimila" en
sí mismo al "comido". Únicamente la
psique humana, atrapada en el ego-céntrico, es la que
considera imponiéndolo, que las cosas se han de mover
y comportar como ella requiere. Para eso no tiene ningún
reparo en "atenazar" la vida en beneficio propio,
al margen de preguntarse si verdaderamente está comprendiendo
algo de lo que el flujo creacional significa. Ella, la psique,
tiene un atisbo de que hay un acceso a la inteligencia. Pero
en realidad se justifica a sí misma quedándose
atrapada en el instinto animal, entonces la inteligencia que
le corresponde no acontece, viviendo así en el miedo
y la ignorancia.
RICO PAR (Julio 29,
2009)
Caos
Natural, Destrucción Inducida.
Lo
"atractivo" y lo feo.
Lo
atractivo es aquello que "atrae hacia
sí", y todo lo que podemos decir "está formado", se configura por la "atracción"
que mantiene unidas diversas relaciones. Lo atractivo
también es aquello que nos "gusta"
sin necesidad de encontrarle belleza. Lo atractivo
siempre es la fuerza que une las cosas. Sin embargo,
todo lo que no encontramos bello o atractivo lo calificamos
de feo y no queremos ni verlo. La imagen
de cabeza tiene todas las trazas de producir este
sentimiento de "feo" en el
espectador. Pareciera que hubiera sido suficiente
con registrar el recuadro del texto, (aún
lo difícil de su acceso frontal), pero
¿qué ocurre con el autor de la foto
que persiste en utilizarla completa? En la medida
que él ha ido estudiándola, dejándose
llevar por lo que la imagen le explica, ha ido descubriendo
algunas fascinantes analogías acerca de la
vida misma, y eso ha terminado por producirle un nuevo
sentimiento de ella que ya no puede asociar con lo
feo, o incluso más, descubrir
que a lo feo se le puede tener afecto,
desde luego en el ámbito de lo físico,
pues en el de lo psicológico lo feo más
bien ha de disolverse. Pero claro, para poder verlo,
lo feo psicológico, hemos de tenerle
afecto, ya que si lo odiamos, lo rechazamos, entonces
es imposible ver o comprender algo que estamos excluyendo.
La imagen propia eludiendo el estado de flujo.
Es la imagen propia en lo psicológico
que fomentamos los humanos, de la que surge todo el
disturbio que padecemos, ya que aún cuando
nos esforzamos y nos devaneamos por conseguir que
nuestro cultivo egolátrico sea
"bello", que la propia imagen nos
proporcione bienestar, seguridad, satisfacción,
placer, dejamos pasar por alto dos importantes cuestiones,
que van de por vida a impedirnos encontrar la paz
en esa presunción errónea. En primer
lugar eludir el hecho de que el auténtico estado
de la psique es de flujo, y pretender condicionarla
a una determinada imagen-sentimiento sólo va
a producir erosión, fricción, pues es
un acto de represión, que se manifestará
como conflicto y dolor. Seguidamente
forzarse a no ver que todo ese empeño del "yo
mismo" es un continuo escuerzo en un
movimiento de aislamiento, de separación, desde el cual se está proyectando en los deseos
no encontrarse aislado, separado.
Una abismal contradicción que no puede dejarse
pasar en vano, sin embargo a la vez sufriendo por
ser único y reconocido, al tiempo de procurar
¿amar?, pero sobre todo "ser amado",
pretendemos eludirla y presumir encontrar la felicidad
como si la contradicción no existiera. Creemos
ilusamente que engañándonos a nosotros
mismos podremos ser felices. Pretendemos escapar a
la ley de lo envuelto y lo envolvente, y peor aún,
quedar inconscientes de que lo envuelto y lo envolvente
jamás dejan de estar unidos al mismo
tiempo que en continuo movimiento.
Disolución
de lo envuelto en lo envolvente
Todo
lo formado ha conseguido estarlo envolviendo
en sí mismo algo que ha producido utilizando
lo envolvente. No puede formarse nada
sin esta relación de lo envuelto y lo envolvente.
Así podemos aseverar que todo lo formado está
constituido por lo envuelto y por lo envolvente, que
se asimilan mutuamente. Un ejemplo claro de esto lo
manifiesta una semilla, el rudimento físico
mínimo necesario, que contiene el conocimiento
envuelto en sí misma de cómo utilizar
lo envolvente para convertirse por ejemplo en un árbol.
El ser humano y el completo de la vida planetaria
vivimos envueltos en la biosfera, otro ejemplo de
los muchos que podríamos ir denotando. Esta
relación entre lo envuelto y lo envolvente
se encuentra en todo aquello que puede llamársele
"algo que está formado" en
cualquier momento de su completo ciclo de existencia,
estado de "ser" para el cual siempre están
en relación lo envuelto con lo envolvente.
Esta relación entre lo envuelto-envolvente
que subyace en todo lo formado jamás se rompe.
Es así que cuando las cosas o los seres, que
son todos ellos lo envuelto, mueren, se diluyen
en lo envolvente, le retornan todo lo que de él
utilizaron. Ninguna cosa formada, lo envuelto, se
exime de este extraordinario hecho relacional, tornar
a lo envolvente deshaciéndose en él.
A eso lo denominamos su muerte. La psique en
estado, en "formato", de ego-céntrico, el cúmulo psíquico, se
ha formado por impactos retenidos provenientes de
lo envolvente, y posteriormente en cierto grado de
lo envuelto. En un bucle sin fin consistente en almacenar
los subsecuentes impactos de lo envolvente de continuo
traducidos por los ya almacenados anteriormente, y
todo ello orbitando a un centro mayor de imagen propia,
el ego-céntrico, el "yo", cuyo movimiento es de continuo acumulativo. Esta reafirmación
del cúmulo psíquico es un estado de
continua resistencia a la muerte, ya
que sin comprender con claridad la muerte, "vivir
en ella", en cuanto a lo psicológico,
que es diluirse completamente en lo envuelto-envolvente,
psicológicamente, no puede comprenderse el
flujo que es la esencia de la vida,
la cual implica la esencia de la muerte.
El flujo y lo psíquico, lo fijo y lo físico.
Es desde este juego-relación que la creación
utiliza para formar las cosas y seres, que surge el
cerebro humano con su completo organismo, una
de las más complejas formaciones en el flujo
creacional. Un ser, lo envuelto, que denominamos el
"ser humano", y que a todas luces
para poder existir precisa de su relación con
lo envolvente a
Símbolo de "Contaminación Biológica" Símbolos en BLOG "pixel-eduardo" Visitar BLOG
diferentes niveles. Lo que es cada uno de nosotros.
Al igual que el continuo campo de todo lo existente
se forma a partir de la relación envuelto-envolvente.
Mas ocurre que este cerebro en su interior envuelve,
además de las funciones que contribuyen a mantener
el funcionamiento interno y externo del completo organismo,
otra función mucho más compleja, que
consiste en "sentir" en forma de
movimiento psíquico tanto las afecciones
internas como las externas a él, sentir del
que se manifiesta "una conciencia"
del completo campo que abraza lo envuelto y lo envolvente.
Desde luego completa cuando el sentir abriga lo total.
Este sentir de lo envuelto en relación con
lo envolvente ocurre en todas las cosas formadas,
pero la conciencia de ese sentir en ellas es un campo
que se despliega a través de distintas graduaciones
de intensidad según lo que cada cosa o ser
sea. El estado natural de la conciencia se encuentra
en estado de flujo, a la par con el movimiento creacional,
esto se ve obvio desde cualquier perspectiva, pues
este flujo nunca se queda "quieto",
es la vida misma que fluye de continuo, y la conciencia
es precisamente darse cuenta de ello. Es en este estado
de flujo que hace aparición otra importante
función que "con y en" el
cerebro humano se desarrolla: el intelecto.
Éste trabaja con el pensamiento, con registros,
con el tiempo, unidades de memoria celulares en las
que su único trabajo, esfuerzo, consiste en
mantener sus contenidos, lo que ellas envuelven, en
estado fijo, esto le permite al completo organismo,
cuerpo, cerebro-psique y conciencia, afectar tanto
a lo envuelto como a lo envolvente a él, en
el ámbito de lo físico. Y es aquí
que aparece la trampa en la que el cerebro se queda
emulsionado del espejismo, pues atrapando
la psique en los registros fijos que utiliza el intelecto,
proyecta la necesidad de que lo envolvente, en este
caso lo social y lo ambiental, las relaciones, respondan
a ella tal como lo que ella siente y cree que es en
sí misma. Cosa que solo puede conseguir por
la fuerza, por la coacción, o por el engaño
a cualquier nivel en la relación. En todo caso
es así como ahora la psique lo está
haciendo. Extrae placer si lo envolvente
se ajusta a sus sueños, y padece
si sus sueños no se ajustan a
lo envolvente.
Desaparición de la memoria.
La
imagen de arriba muestra como se ha perdido información que ahí antes existía en forma de construcción
física. Ahora sólo queda un difícil
atisbo, o menos, y cuando se haya construido de nuevo,
habrá desaparecido del todo. Quedará
alguna referencia en los planos conservados, incluso
así, con el tiempo, si éstos desaparecieran,
o no hubiera ningún otro tipo de registro acerca
de ella, quedaría borrada para siempre la noción
de esa casa que ahí acaban de demoler. Hay
registros muy longevos, recuperables
Símbolo de
"radioactividad" (en desuso).
Símbolos en Web "vato04" Visitar
Web
dentro de tiempos muy grandes, pero los hay que desaparecen
para siempre muy rápidamente. De hecho
esto le pasa a todo registro, más tarde o más
temprano terminará por diluirse. Esto le ocurre
al cerebro cuando el organismo muere, en el que todas
las conexiones neuronales, las sinapsis del cerebro
"se sueltan", perdiendo toda la información
que conjuntamente almacenaban, el ego-céntrico
y su conocimiento de cualquier tipo. Todo lo que ocurra
ahí en esa disolución tal vez deje un
residuo derivado de si el ser estuvo produciendo energía
o sólo consumiéndola, quizá,
pero el cúmulo psíquico desaparece.
Denotar aquí que decimos "el ser"
que implica hablar de energía mental,
y es aquí donde hemos de apreciar que también
esta "energía mental residual"
se retornará a lo envolvente. Es así
porque lo mental y lo físico son un único
campo, el flujo creacional. El cúmulo psíquico
mientras se devanea por existir, generando un centro,
proyectaba la idea de que continuaría después
de la disolución, sin darse cuenta de que el
espejismo de centricidad sólo
ocurría ahí, en el interior de su cerebro,
sin percibir que en el completo campo creacional de
lo envuelto y lo envolvente no existe centro alguno,
por lo cual ningún centro puede continuar,
en mayor medida si ese centro no era más que
una sombra. Las sombras sólo
existen como resultado de las cosas que verdaderamente
son, y tienen poca significación en lo psicológico.
A excepción de comprender cómo surgen.
Las sombras no están siempre, no son algo verdaderamente
vivo, y dejan de existir cuando las cosas mueren.
Es el centro, una ilusión,
una proyección, que cree que existirá
siempre. Sin embargo disolviéndose los registros
no hay memoria, y siendo el campo de energía
creacional total, uno y continuo, en él
no existe la centricidad, ningún centro puede
sobrevivir en ese campo. El ser persiste en afianzarse
en el espejismo de centricidad, creyendo
que eso es la verdad de la vida, con el sueño
de llevarlo más allá de la muerte, sin
embargo ese centro se pierde, la ilusión, si
se ha mantenido hasta entonces, desaparece con la
muerte del organismo físico. Esa proyección
sólo podía "vivir", ser proyectada,
mientras existiera soporte físico, el cerebro.
¿Despecho por alguna traición padecida?
"Sois
pedantes, siervos de vuestro amo,
esclavos de la ignorancia y la sumisión"
¡Es
tremenda esta "misiva"! El que la escribió
¿lo hizo antes o después de derribar
la habitación? ¿Se refiere a determinadas
personas que él conoce a raíz de algún
conflicto entre ellos, o la dirige al ser humano en
general? Parece obvio que cuando uno la lee lo primero
que recibe es despecho, hasta un atisbo de reproche.
Sin embargo está describiendo la situación
psicológica del ser humano en su conjunto.
Tal vez podamos excluir a
algunos esquimales o indígenas selváticos,
si es que quedan viviendo, mas la cultura planetaria
se centra en el cultivo del ego-céntrico,
esto es obvio y evidente. Y el ego-céntrico
como tal se encuentra imbuido en todo lo implícito
y explícito que la frase reza:
"Sois pedantes". De una forma cacareada
o con simulada humildad toda la vida del ser humano
gira en torno al cúmulo psíquico,
lo cual en sí mismo es un acto pedante: "yo
soy", y alguien que es mucho más
grande "me ha hecho", lo cual
redunda en ser más pedante todavía,
"engreído de sí mismo".
"siervos de vuestro amo" Tanto
el dominador como el dominado
se explotan mutuamente, y aunque se piensa que el
dominador es más feliz que el
dominado, en realidad ambos están
tirando la cuerda hacia sí para ver quién
puede más "ser el amo".
Se condicionan mutuamente a la lucha y de ésta
no puede surgir felicidad alguna, aunque sí
mucho placer pero con su miedo oculto. Por lo cual
ninguno de ambos son felices.
"esclavos" Este es el estado
más arduo de percibir, no sentimos que nos
encontremos en la esclavitud, cuando
en la realidad, si lo miramos a fondo, somos esclavos
del cúmulo psíquico que hemos
heredado aceptándolo y que cultivamos como
la única motivación al hecho de vivir.
Aceptamos vivir en el pasado, que de hecho es "no
vivir", es meramente transcurrir con
la mente puesta en lo aparentemente fijo.
"ignorancia" Ésta es la esencia
de todo problema que tenemos, ya que es la ignorancia
la que nos domina, y soñamos que algún
día fluiremos en la inteligencia, mientras
tanto padecemos los efectos de la ignorancia.
No tener noción de la proyección ilusoria
que significa el acto de que el cerebro y la mente
se anquilosen en una configuración psíquica
determinada, vanagloriarse uno de ello, e imponerlo
a los demás
Kaos
y Destrukzión del mítico grupo
de punk zaragozano Animales muertos en el
2oo4.
sugestionándolos o forzándolos al miedo,
es un acto de ignorancia. Un acto de ignorancia es
comprender exclusivamente con el intelecto desestimando
el resto del sentir del organismo completo.
"sumisión".
En los primeros despertares de cualquier ser humano,
es una de las primeras cosas que se le enseña,
la sumisión. Obedecer se premia
y tener iniciativa propia generalmente se castiga o
se reprende con el ánimo de corregirla, sobre
todo cuando ésta desbarata lo establecido.
La iniciativa propia sólo se acepta si produce
dinero, de lo contrario es un estorbo, y aún
así lo establecido siempre pone sus límites.
De ahí que "amar" se haya convertido
en un negocio, "si recibo te amo, si no recibo
nada no puedo quererte". Tanto hemos perdido,
o jamás dimos con ello, lo que es el amor,
que ahora eso sólo lo circunscribimos a la relación
mujer-hombre, al sexo, y el resto de relaciones nos
cuesta más definirlas con esa palabra. Aceptamos
la sumisión, ser sumisos, de muy
diferentes maneras, pero siempre por una cuestión
de miedo en la base. No nos damos cuenta
de que donde hay obediencia, que implica mando, no puede
existir jamás el amor, pues amor
y libertad son lo mismo. No se requiere de mando
y obediencia cuando hay amor e inteligencia,
pues desde esas desconocidas cualidades fluye el completo
orden en la cooperación de hacer las cosas juntos,
de ahí la organización funcional donde
no hay centro. Entonces la responsabilidad graduada
se reparte en forma de árbol por cuestiones prácticas,
y el "interés" es conjunto sin
graduación ninguna en todas las partes involucradas,
ya que hay unicidad completa. Pero es evidente
que al cúmulo psíquico con
su espejismo de centricidad inherente
le cuesta mucho comprender esto que aquí se señala.
(29/10/08 - 08:28:32 p.m.).
Escrito
transitorio canto a la libertad
Es un hecho que vemos y sentimos la transitoriedad
desde muy variadas perspectivas en la vida. Vemos
con claridad que vida-muerte son dos aspectos
de la misma cosa, el misterio creacional, y
que no pueden separarse más que en las ideas.
Esto lo vemos muy claramente, pero por herencia y
negligencia, tradición y sugestión,
nos resistimos a ello, nos creemos incapaces de vivir
con esta verdad irrefutable, entonces inventamos
las mil y una mitologías para
consolarnos del dolor que nos produce el hecho de
separar la vida de la muerte, que es lo que hace el
cúmulo psíquico. Así
veneramos a los muertos, que en realidad es adorar
una imagen, el recuerdo que de ellos alimentamos.
En esto sólo está involucrado nuestro
interés propio. Y esto no lo
hacemos para procurar un bien a los que se han diluido.
Nosotros no podemos hacer ninguna cosa por los que
han retornado a la nada. Esta adoración la
hacemos para encontrar consuelo interno
frente a la "vacuidad" que experimentamos
con el hecho de la muerte a causa de no comprenderla.
Por mero egoísmo no les
Queda
Prohibido Queda
prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué
hacer,
tener miedo a tus recuerdos
Queda
prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
No convertir en realidad tus sueños
Queda
prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha
Queda
prohibido no crear tu historia,Pablo
Neruda. Visitar
Fuente.
dejamos partir en paz. Es obvio que un conglomerado
psíquico articulado a base de recuerdos pasados
y apuntando a vivencias muertas, en el que todo su esfuerzo
es para sí mismo, deba sentir miedo
al hecho de desaparecer, todavía más cuando
este cúmulo psicológico
lo único que hace es esforzarse por ser más
grande y más fijo. Él
lucha por que lo adoren en vida y también para
que continúen adorándolo una vez muerto
los que siguen en el flujo vivo, eludiendo no percibir
la verdad que sentir de esta forma la creación
proviene del espejismo de centricidad
que el mismo cúmulo psíquico
significa. Desde esta abismal ausencia de no encarar
la verdad del movimiento vida-muerte, que es
lo que como todas las cosas en la creación somos
los seres humanos, hablamos de libertad cuando
en realidad no la conocemos, pues estamos prisioneros
del pasado que jamás puede retornar al flujo
vivo. A esa cosa que así llamamos, libertad,
le adherimos un significado, pero éste no tiene
nada que ver con lo que realmente significa. Ahora para
nosotros la libertad consiste en que los impulsos
del yo-mismo puedan ser complacidos, realizados,
siendo todo ello anhelos y deseos que provienen de lo
que consideramos carencia, y esto lo hacemos
sin darnos cuenta de que ser esclavo de los deseos niega
de cualquier forma la libertad. Ahora somos esclavos
del pensamiento y desde él intentamos comprender
lo que significa libertad, hay una contradicción
en ello, pues el pensamiento siempre es esclavo del
registro, y la libertad implica flujo vivo. Es
un hecho que toda nuestra organización social
y en la vida cotidiana se encuentra basada en lo que
el pensamiento proyecta, lo que revela inexistencia
de eso que queremos denominar libertad. Los que organizan
son esclavos de sí mismos y todo su empeño
se centra en esclavizar a los organizados dentro del
patrón "inventado". Los organizados
se quejan, pero aceptan el juego, pues si pudieran se
transformarían a ser organizadores. Unos y otros
responden al espejismo de centricidad
que sienten como verdadero. Y siendo éste una
mera ilusión tomada como algo real
es patente que no puede comprenderse lo que verdaderamente
significa libertad, por lo cual ésta es
otra de las cualidades que debemos aprender, descubrir
y comprender, puesto que aún no sabemos lo que
es ello. No se puede comprender la libertad desde el
intelecto-pensamiento, pues la libertad
es una cualidad en estado de flujo en unisonidad con
el flujo creacional vivo. El ser ha de fluir en ello
para comprenderlo y mientras se encuentra amarrado a
los registros del cúmulo psíquico
es imposible hacerlo.
Queda prohibido
prohibir
(Pareciera ésta la paradoja de Bertrand Rusell, o el "cómo librarse de todos los cómos").
Queda prohibido
llorar sin aprender, únicamente
lloramos cuando no aprendemos, o cuando
la belleza desborda la "capacidad"
del cerebro por asimilarla.. levantarte un día sin saber
qué hacer, ¿no
aprender lo que es estar sin hacer nada? tener miedo a tus recuerdos
no es el problema el miedo al
pasado, sino averiguar la fuente del miedo,
por qué nos identificamos con el
pasado. Queda prohibido no sonreír
a los problemas, sí,
cuando son problemas. Las paradojas hay
que observarlas muy seriamente. no luchar por lo que quieres,
la lucha únicamente conduce
al desperdicio del esfuerzo. Cuando
la "vocación" en la acción
es natural, auténtica vocación,
la energía que mueve las cosas es
su propia fuerza, y no existe esfuerzo alguno,
fluye sin ser dirigido. No como en la lucha,
que es un derroche de esfuerzo y para colmarlo
más de desidia, dirigido. abandonarlo todo por miedo,
¡Uf! Los seres humanos pareciera
que hemos abandonado hace mucho el "crear"
una nueva vida, más allá del
miedo, la imposición y el proyectado
futuro. No convertir en realidad tus sueños ¿mis sueños? ¿Proyecciones
de futuro provenientes desde las carencias
del pasado? ¿Puede haber liberación
en el centrismo? Soñamos un mundo
"mejor", no nos atrevemos a imaginarlo
completamente bueno. Sin embargo, vivimos
en el conflicto psíquico. En esa
circunstancia y escenario, uno ha de realizar
"sus particulares" sueños. Queda prohibido no intentar comprender
a las personas, si sólo
lo intentas, no lo harás. Se comprende
a los otros, o no se les comprende, pero
no se intenta, pues intentarlo es no hacerlo. pensar que sus vidas valen menos
que la tuya, la vida es un
continuo, no está separada, es el
cúmulo psíquico quien se enclaustra
dentro de sí mismo y se escinde de
los otros. El ego-céntrico sólo
piensa y siente en términos de "yo
mismo" y " mí mismo",
y esa es la exclusión que hace de
los otros. no saber que cada uno tiene su
camino y su dicha... No, no,
no. Lo siento. No existe "mi camino",
y menos "mi dicha". El camino
no existe, pues es el andar lo que ocurre,
y por cierto que no es un flujo propiedad
de una entidad ilusoria, como lo es el ego-céntrico.
Todo se mueve, pero el centro no existe.
Y la dicha, es una cualidad de la completa
creación, que el cerebro puede sintonizar
con ella, sólo cuando el "yo"
y lo "mío" no existen.
La dicha jamás puede poseerse. Aquello
que se posee no es la dicha, pues al ser
el poseedor un mero espejismo, ¿cómo
puede una sombra poseer nada?
Más hondamente, si somos capaces
de verlo, no somos dueños de nada. Queda prohibido no crear tu historia,
¿estar fijo a un pasado
recordado, además de incompleto y
relativo? ¿A una memoria, que a pesar
de la resistencia, terminará por
borrarse totalmente en la creación
completa? ¡Qué iluso se torna
el ego-céntrico! El "yo fui",
"yo soy", "yo seré".
Hablándole a un muerto
Lo siento Pablo. No es mi intención
descalificarte, bueno, aquello que todavía
vibra de ti en el flujo vivo, pues tú,
como entidad ser humano, ya no existes.
Este texto tuyo, en el que me he metido
de manera deliberada, al encontrarlo muy
casualmente, explica muy bien, como ejemplo,
la manera en que la poesía puede
crear mundos internos, de sensaciones
y sentimientos, que pareciendo muy reales,
únicamente provienen de malos entendidos.
La verdad es que no he leído nada
tuyo a excepción de estas líneas,
y cierta información acerca de
quien fuiste en una enciclopedia, pero
sin dudarlo tu nombre ha sonado mucho
a través de los medios. Sin embargo,
todo el asunto está en descubrir
cómo liberar a la mente, sin prohibirle nada. Ya que se hace evidente que de la
prohibición, de cualquier tipo,
es imposible liberación alguna.
Entiendo, que en tu verso "prohibir"
es una forma de hablar, pero redunda tanto
en la educación "impositiva"
que deberíamos abolir esta palabra,
ya que únicamente sirve para ser
utilizada en el "código de
circulación" automovilístico.
La mente auténticamente libre no
se mueve por aceptación o prohibición,
su movimiento básico es comprender
los hechos, y éstos ni se aceptan
ni se prohiben.
La
comprensión verdadera y profunda
de las cosas no requiere ni prohibición
ni aceptación de ellas, pues el
comprender despliega su propia acción
en interrelación directa con lo
comprendido, de ahí, el ser y la
mente fluyen al unísono. Sólo
cuando no comprendemos, es que "soñamos" realizar nuestros "sueños",
incluso, sin darnos cuenta de que
es ese ilusorio movimiento de carencias
y anhelos el que está en juego.
Pablo Neruda. Poeta
y diplomático chileno.
Ricardo Eliecer Naftalí Reyes
Basoalto, su nombre original.
Nace en Parral, y muere en Santiago.
(1904-1973).
RICO PAR
(Octubre
6, 2009)
Ladrillo
roto, concepto humano y joven árbol
Despilfarramos
energía por el mero placer de desperdiciarla.
Jamás pensamos que con esa energía desaprovechada
el espectro social más bajo podría cubrir
las necesidades básicas que ahora careciendo
de ellas les atenazan psicológica y físicamente.
Esto nos conformamos en verlo como una noticia de
telediario, o como un dato más en una estadística,
y tal vez se despierte un cierto sentimiento de condolencia, pero el siguiente paso es: "cada
uno se ha de espabilar por cuenta propia".
Desde ahí continuamos desperdiciando energía
necesaria para otros. A este estado de cosas lo llamamos
"progreso". Así, progresar
significa "ciertas mermas de desperdicio
de energía", perdida sin haberla
consumido o habiéndola consumido de forma pueril
y con muy poco o sin significado alguno. Quién
más puede hacer esto mayor es su grandeza.
Esta declaración no es cínica, es un
hecho. Por un lado nos imantamos a la falacia de la
propiedad, el ser "dueño" de un trocito de universo construido más o
menos grande nos proporciona seguridad, aunque con
su paralelo miedo que desde luego no queremos verlo.
Por otro lado tampoco queremos ver que la seguridad
es algo inventado, proyectado por la idiosincrasia
de la psique que ahora se siente insegura, de ahí
surge sentir "pasármelo lo mejor
posible mientras yo deba estar aquí vivo".
Nos afianzamos en el "concepto",
en la ideología, y la verdad
no nos interesa verla pues destartala nuestras convicciones
de las que extrapolamos proyectada seguridad interna,
y supuesta felicidad de la vida. Sólo admitimos
que sufrimos cuando la evidencia ya no puede ocultarse
de ninguna manera. Jamás descubrimos la auténtica
inteligencia natural que nos corresponde como
seres humanos. Engañados como estamos de que
podemos domesticar lo natural hasta
niveles insospechados, desestimamos su esencia, y
sólo nos valemos de ella, de la naturaleza,
para explotarla a nuestro beneficio desdeñando
el suyo propio. Para más regodeo esto lo hacemos
dejando de darnos cuenta que nosotros mismos somos
flujo natural. Nunca nos preguntamos por qué
nos disociamos de él, de la misma forma que
no nos preguntamos por qué es que hacemos las
cosas tan mal, a pesar del extraordinario despliegue
de conocimiento que ponemos para organizar el planeta
completo. Aun cuando los organizadores presumen de
que lo están haciendo de la mejor forma posible
para todos. Y no dudamos de que cierto orden podemos
mantener, ,pero siempre con la terrible sensación
de que andamos sobre la cuerda floja, lo que de nuevo
revela que aceptamos vivir de forma insegura y temerosa.
Eso que llamamos jerarquía psíquica
no existe en el universo. Por ejemplo, sin
cerebro no hay cuerpo, pero sin corazón no
hay cerebro, todo el organismo es algo unísono,
donde no existe
lo más grande o lo más pequeño
jerárquicamente hablando. La
jerarquía psíquica surge
del espejismo de centricidad que proyecta
escalafones desde donde el ego-céntrico cree
que se encuentra. Otro ejemplo; el que se tiene a
sí mismo por una persona que "sabe
mucho" mira a los demás desde
arriba, y el que se siente carente de conocimiento
lo hace desde abajo. "Yo sé como
se hacen las cosas y tú debes amoldarte a ello
porque no sabes nada", proviene de esta
fatamorgana psíquica. La jerarquía
psíquica, que es la única forma
de jerarquía que existe, precisa de la opresión y el miedo para poder manifestarse.
Cualquiera admitirá que nuestra vida, tanto
la planetaria como la cotidiana, nuestro sentir se
encuentra prisionero de esa regla social en la que
jugamos a ser el adorado y el adorador,
mientras hablamos de fraternidad y libertad, palabras
adobadas con los "derechos humanos",
que a duras penas se cumplen, y que en realidad son
el ilusorio caramelo para aceptar las
obligaciones, las "prohibiciones", las cuales
se imponen a raja tabla y sí hay constancia
de ellas. Sin ir a las causas primeras que
están generando el desordenado caudal de nuestras
relaciones humanas, jamás podremos despertar
a un nuevo orden no imaginado, y esto, todo ser humano
más allá del circunstancial escalafón
social en el que se encuentre, si verdaderamente es
serio para él todo este asunto de la psique
humana, pondrá su corazón y su mente
en desvelar en sí mismo y en los otros esta
encrucijada madeja psíquica que
nos tiene presos. (09/11/08).
La persistencia de la vida, de lo creacional.
La centricidad que proyecta la acumulación
psíquica tiene eclipsado el cerebro humano,
nuestro cerebro. Esto proviene desde muy antiguo,
y se han cometido y se comenten barbaridades tremendas
y absurdas locuras resultantes de ella, del ego-céntrico. Pareciera natural que ocurriera como ocurrió
al principio, pues lo niño, lo joven, se mueve
en el momento confuso de estar despertando, consciente
y subconsciente se manifiestan al mismo
tiempo, y esto produce mucha extrañeza en las
percepciones, que al pretender entenderlas o explicarlas
desde esa situación de confusa ignorancia lleva
a la mitología, la que se convierte
en superstición cuando se toma
en serio. Pero ambos consciente-subconsciente
pueden ser observados, pues en realidad son lo polar
de una sola cosa, el cerebro y sus contenidos, lo
que implica que puede madurarse. La maduración
es posible. Aunque por el momento lo que se manifiesta
es que en lo psicológico la humanidad no maduramos.
Ocurre que en esa niñez y adolescencia se pueden
imaginar muchas cosas irreales, que al madurar hay
que ir comprendiendo las que son falsas para que la
verdad surja por sí misma. Apartando lo falso
surge lo que es verdadero. Los albores de la humanidad
están llenos de mitos, que persisten
hoy en día conviviendo con los grandes y veraces
descubrimientos científicos sin que la racionalidad
de éstos pueda menguar la irracionalidad de
aquellos. Pero a medida que se avanza, si la mente
sigue el camino de la coherencia, la lógica
y la verdad sin ápice de interés
propio, sin centro, los fantasmales miedos,
supersticiones, mitologías y creencias van
quedando de lado como cuentos infantiles, que pueden
tener su atractivo y significado en ese campo de alegoría
simbólica, pero que se convierten en letales
armas en la mente de un ser inmaduro que las mantiene
como verdades. Ahora se ha madurado "físicamente",
y hasta cierto punto, pero mentalmente no se ha salido
de las sobras, permanecemos en ellas.
Esto nos está ocurriendo a nosotros los seres
humanos, nos negamos a despertar regodeándonos
en querer seguir durmiendo. ¿Algún
día deberá ocurrir el cambio?
Un día que podamos decir, «"hemos
madurado", nuestra mente está unida
porque ya no nos separan las ideas. A pesar de que
cada uno somos diferentes, se ha abierto la mente
común que compartimos y ya tenemos noción
de que cada ser humano desde la profundidad somos
el mismo. En nuestra mente bulle la unicidad de
la vida, del cosmos, de la creación completa,
y desde ahí nos relacionamos, pues hemos desvanecido
el espejismo de centricidad. Desde ahí
nuestras diferencias superficiales, físicas,
de carácter e inclinaciones vocacionales, lo
que hacen es contribuir al compartirlas al "enriquecimiento"
del otro, a la creatividad conjunta».
¿Podremos decir esto? Esta captación
no puede alcanzarse desde la centricidad operando,
esto es evidente por sí mismo. Lo cantamos
en nuestras canciones de futuro, suena de continuo
en el completo planeta, queremos un mundo inteligente
y libre en el que todo ser humano nos estemos
realizando en el flujo vivo con la verdad y
el gozo creacional, pero no lo hacemos. El
espejismo de centricidad está
muy arraigado, prácticamente en todo el ser
humano, y resulta que nos es más cómodo
seguir sufriendo por lo propio que ser felices en
conjunto. Lo otro, el contacto directo de uno mismo
con la profundidad de la creación, con la persistencia
de la vida que es el flujo del ahora, con lo
creacional, que a todas luces proviene de lo Desconocido,
preferimos reducirlo a un sueño mental arrastrando
imágenes prefabricadas y emociones repetitivas,
a sentirlo de forma completa en la mente y en el organismo
ahora que está "bullendo", siempre
de forma nueva.
Las
sobras imaginarias
La tendencia que tenemos a ver
caras, rostros, a partir de formas o masas de color
disformes y abstractas es muy corriente. Hacer esto
le es muy fácil a muchas personas. El principio
por el que el cerebro proyecta desde esas formaciones
sin sentido aparente, rostros humanos o formas de animales
es el mismo que opera proyectándose el sentimiento
de centricidad, de ego-céntrico.
En el caso de la mera imagen visual, a partir de conocer
cómo es un rostro o un animal por haberlo visto
antes, nos permite reunir al mismo tiempo
que eludir distintas masas y texturas en lo que vemos
contribuyendo a construir en el cerebro su proyección.
Inicialmente es un trabajo de lectura que realiza el
intelecto y la imaginación lo convierte en una
imagen interna con sentido aparente, pero que como es
obvio no existe en la realidad . En el segundo caso,
la proyección del ego-céntrico,
ocurre lo mismo pero en éste contribuyen todos
los sentidos, no sólo el visual como en el anterior.
La "masa" de recuerdos psicofisiológicos,
que almacenan dolor y pena,
alegría y triunfo,
el escalafón relacional, etc. etc. proyectan
una imagen-sensación muy potentes de algo que
parece ser muy real, pues a eso se le suma la propiocepción,
que contribuye a reforzar eso que denominamos "yo",
sin embargo es una mera proyección. Siendo la
propiocepción una función natural del
organismo, el ego-céntrico es una retención
proveniente del miedo producido por la imposición,
nada natural. Al igual que los rostros y los animales
inventados a partir de unas manchas o texturas sin sentido.
Pero se adiestra tan en demasía a tomar este
resultado ilusorio como la verdad de la vida, que se
hace muy difícil que la mente pueda atisbar que
ella no es
la formación del ego-céntrico
que en el interior del cerebro se proyecta desde los
registros almacenados. Es en este punto que tomando
como real esa proyección, la acción del
ser humano resulta en problemas y contraposición,
lo proyectado jamás puede ser ordenado
pues lo ilusorio, la contradicción, en sí
mismo es desorden. El ego-céntrico es un movimiento
que contrayéndose hacia sí
mismo al mismo tiempo se esfuerza por expandirse
hacia el exterior. Dos movimientos absolutamente contradictorios
de los que es así que la psique sufre
por diferentes aspectos involucrados en esa pérdida
de energía oponiéndose y por esto mal
utilizada. Si uno quiere levantar un peso, no puede
hacerlo si al mismo tiempo está impidiendo que
pueda ser levantado. El estado inicial es de concentración
en uno mismo, pero preciso extenderme
en los demás, de aquí surgen la dependencia
y la debilidad, pero también la
hipocresía y la falsedad.
El estado en el que la mente comprende, de lo que emana
paz y libertad, ocurre cuando se percibe
con claridad el espejismo de centricidad,
cuando se ven claramente todas las tretas y engaños
que el cúmulo psíquico,
el ego-céntrico, le juega al "ser"
en su única y perpetua búsqueda de continuidad.
El estado de comprensión que se precisa para
"ver-sentir" este mecanismo indeseado, y todo
lo que él implica y manifiesta, únicamente
puede ocurrir si verdaderamente "uno"
está dispuesto a descubrir sin ápice de
interés propio, ya que éste es todavía
el resultado del egoísmo del ego-céntrico.
(11/4/2009).
RICO PAR
(Fechas dentro
texto. Revisión html Julio 29, 2009)
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